Un Viaje A Lo Desconocido

Ciudad de México

Nuevas vacaciones y nuevas ideas para disfrutar; después de una larga jornada de clases durante varios meses, Renata y Gabriel tenían una gran idea para cambiar sus vacaciones, era momento de hacer nuevas cosas, conocer algo más que playas y ciudades hermosas.

Renata deseaba vivir una aventura, siendo la idea más loca para su novio y mejor amiga, que aunque se negaban, la curiosidad de su novio era contagiada y Alicia terminan convencida siempre.

—Alemania sería un buen país para unas aventuradas vacaciones, he visto varios lugares aislados para conocer y aventurarnos— Expresó Renata, animando a sus amigos.

—¿Y si nos secuestran en ese país?, ¿cómo sería eso?— bromeó Gabriel, el más bromista de todos y que de sus palabras siempre se contradecían.

—No inventes, bebé— Dijo Winder, aunque le gustaba la idea, siendo un chico muy aventurero.

—Yo no creo que sea buena idea, es un país muy lejos y ¿si nos pasa algo?, ¿Cómo sabrán de nosotros?— Opino la linda Alicia, una chica muy inteligente, pero su miedo no la dejaba aventurarse a grandes cosas.

—¡Ali!, no seas así, será divertido conocer lugares nuevos, ya me cansé de las playas, quiero una aventura más extrema— declamó Renata con mucho entusiasmo, imaginando la mejor aventura de su vida.

—Yo me uno, mi papá visito Alemania, dice que tiene unos pueblo muy bonitos, como dijo Renata.— Hablo Gabriel, restándole importancia a lo que pudiera pasar.

—A Donde vayas, voy yo— hablo Winder, abrazando a Renata. Alicia pensó en responder un momento.

—No sé chicos, me da miedo— dudosa hablo la chica.

—¡Alicia!, di que sí y ya— le insistió Renata.

—Está bien, pero debo pedirle permiso a mi abuela— hablo Alicia resignada, sabía que no iba a dejar de insistir.

—Eso lo dejas en mis manos— aseguro Renata, sabía que la abuela de su amiga, la dejaba ir a todos lados con ella, que la cuidaría como siempre.

Felices de que todo estaba claro para su viaje, Renata y Winder fueron por el permiso de sus amigos, debían preparar todo para emprender ese viaje, uno que experimentarían por primera vez.

—¿Crees que Gabriel se declare esta vez?— pregunto Winder a su novia.

—Eso espero, se gustan, pero no sé dicen nada— aseguró Renata viendo su celular.

—Regálame un beso— le hablo Winder para qué le prestará atención, Renata sonrió y beso sus labios. Subió a la moto de su novio y se marcharon, en busca de esos permisos, como si de unos adultos se tratarán.

Fueron unas horas muy intensas, siendo Alicia una niña muy consentida por su abuela, la señora no estaba de acuerdo que dos chicas viajarán a catorce horas de distancia, junto a dos chicos, sin saber donde se quedarían, aunque terminaron convenciéndola.

Por Gabriel, no fue tan difícil, después de unas rondas de preguntas, por sus bromas, ya sus padres no creían en él, creyendo que escapaba de los negocios de la empresa. Finalmente, Winder debía pedir permiso para su novia, que no era difícil, su noviazgo era oficial, algo del cual ambas familia estaban feliz.

Reunidos todos en casa de Renata, se ponían de acuerdo en que llevar, y donde ir definitivamente.

—En dos días, subimos a un avión, directamente a Alemania-Frankfut— dijo Renata, mostrando un mapa.

—¿Y luego? No, mejor no me digas— hablo Gabriel, sabiendo que no entendería.

—De ahí, nos vamos en autobús a Friburgo de Brisgovia— explicó Winder.

—¿Por qué tantas paradas?_ interrogó Alicia.

—La idea es conocer, nena, llenarnos de aventuras, no iremos a una ciudad como siempre, cerca está un municipio— aclaró Renata, dejando a Alicia más asustada por las locuras de su amiga.

Dejando todo claro, estaban listos para empacar y en dos días, salir rumbo a Alemania, en busca de aventuras. La imaginación de cada uno, era corta para lo que realmente les espera.

Una gran aventura, llena de muchos sitios inimaginables, que sobrepasara los deseos de cada uno, sobre todo el de Renata.

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