LA ESPOSA DEL DIABLO

Ximena, otra vez tenía la misma pesadilla, que cada noche le atormentaba, otra vez recordaba ese momento tan humillante, ya había pasado más de dos años. Pero aun así lo recordaba como si fuera ayer.

Fue humillada, golpeada frente a tanta gente, sus ojos se pusieron rojos, la garganta le dolía.

Y una fuerte opresión en el pecho.

Ella no se merecía lo que le había pasado. Pero lo que más furia le daba es que camilo jamás vio lo talentosa y mucho menos le agradeció todo lo que había hecho por él. Hoy en día no sería camilo García, el gran presidente de corporación García, sin su ayuda, sin su esfuerzo, sin esas noches de desvelo la corporación García no sería tan reconocida.

Lo que Ximena había olvidado era que ya faltaba muy poco para que todos esos contratos millonarios terminaran.

¿Por qué le tenía odia a marina? Por mucho tiempo, Ximena pensó que era culpa de esa mala mujer, pero al final se dio cuenta de que marina era una usurpadora, vividora, una mujer que se metió en la cama de su jefe, la secretaria buscona. Pero angelical para todos. Nuestra bella blanca nieves

En que momento camilo y marina congeniaron era sencillo, su trabajo de secretaria era como estar como una lapa tras camilo.

Tan perdida estaba en sus pensamientos que Ximena, que no vio llegar a su amiga, mucho menos sintió cuando entro Carolina, Carolina era una mujer hermosa, era alta, estilizada, una modelo de victoria's secret,

Carolina la vio con pena y pesar, odiaba ver a su amiga así, pero no lo hizo notar, lo peor que ah una persona podría hacer era mirar con pena y lástima

-Ximena, no seas vaga, son las 3 de la tarde. Levántate, le animo jalándole por los brazos, apúrate.

- Carolina, por favor, quiero seguir durmiendo. Carolina era su única amiga antes de ser humillada. Ximena tenía un montón de amigos lastimosamente, solo era de nombre. Ni bien supieron que Ximena dejó de ser novia de Camilo. Todos y todas se unieron para hacer parte del grupo de amigos de marina.

Era como las cucarachas. Pero Carolina era distinta, ella se quedó a su lado, siendo su amiga incondicional como toda la vida lo había sido.

-Esta mujer otra vez me dejará hablando sola —sonrió Carolina—. Otra vez las pesadillas, amiga.

Carolina odiaba a Camilo con todo el corazón, lo trataba de perro y basura.

-Tienes que olvidarlo.

—Odio a ese excremento —las mujeres se quedaron viendo—.

Ximena odiaba a Camilo, pero era fácil pensar que para cualquiera ella aún no lo había olvidado. Era normal, llevaba años atrás de Camilo. Pero ella solo le guardaba rencor por haber sido como fue con ella.

-Dejamos de hablar de él, tenemos que salir a comer - Carolina solo quería hacerle sentir bien. Pero muy en el fondo ella sabía que su amiga no era muy masoquista para seguir enamorada de un patán con Camilo García, también sentía que Ximena no se sentía menos por una mujer, con tan poco valor, como lo era Marina.

Todavía faltan horas para la cena carolina —habló Ximena levantándose.

-¡Quién habló de cena, cámbiate apura! Carolina está sorprendida, pero contenta de que su amiga al fin se levantara.