Samuel odia a Dereck, y Dereck disfruta molestar a Samuel. La razón detrás del odio de Samuel es un misterio para Dereck, quien no entiende por qué su antiguo amigo de repente se distanció y lo mira con desprecio. Sin embargo, el destino parece empeñado en reunirlos, y constantemente se encuentran forzados a pasar tiempo juntos. A medida que pasan más tiempo juntos, sus sentimientos comienzan a cambiar, aunque la desconfianza de uno y el miedo del otro complican las cosas.
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Capítulo 01. Agárrate bien, príncipe.
El dulce tarareo de una canción clásica llenaba el extenso jardín, envolviendo cada rincón en una atmósfera tranquila y armoniosa. Samuel, con los ojos cerrados, se dejaba llevar por la melodía, sintiendo el cálido viento acariciando su rostro con suavidad. Movía sus manos al compás de la balada, sumergiéndose en el mejor momento de la canción, cuando de repente, un estridente rugido de motor interrumpió su paz, haciéndole abrir los ojos con fastidio.
Buscó con la mirada el origen de ese ruido molesto y lo encontró justo fuera del garaje de su padre. Ese individuo ya le había causado bastantes molestias, y ahora, cuando finalmente se disponía a relajarse y disfrutar de un momento de tranquilidad, actuaba como un verdadero neandertal.
Se levantó de un salto, ajustándose las gafas de sol y agarrando la sombrilla, se dirigió rápidamente hacia el intruso.
—¡Eh, tú! —gritó Samuel detrás de él, pero la persona parecía ignorarlo por completo, concentrada en el motor.
Samuel rodó los ojos y se encaminó hacia el frente. Con determinación, golpeó el hombro de Derek. Solo entonces los oscuros ojos se volvieron hacia él.
Derek Blackwell, su pesadilla personificada, era un hombre alto, quizás de casi metro noventa, con tez trigueña y una mirada que imponía respeto. Siempre vestía de negro, aunque en ese momento llevaba una camiseta blanca manchada con quién sabe qué de autos. Samuel supuso que era su ropa de trabajo. Pero no era su apariencia o su forma de vestir lo que lo irritaba, sino su tono burlón al dirigirse a él.
—Hey, princesa, ¿Qué necesitas? —dijo Derek con una sonrisa de lado, haciendo que Samuel rodara los ojos con exasperación.
Aunque Derek fuera empleado o tal vez socio de su padre, ¡era inaceptable que lo tratara así! Samuel luchó por controlar su creciente irritación mientras señalaba el automóvil. Derek lo miraba con diversión, ignorándolo por completo.
Samuel, frunciendo el ceño con disgusto, se acercó lo suficiente para que Derek lo escuchara.
—¡Apaga el auto! —gritó, retrocediendo rápidamente.
Derek formó una "oh" con la boca, apagó el motor y salió del vehículo.
—¿Te molesta? —preguntó desde la puerta, recargándose despreocupadamente.
—Por supuesto que sí —dijo Samuel—. ¿No puedes hacerlo otro día? Estoy intentando descansar un poco.
Derek, limpiando sus manos con un trozo de tela cercano, explicó:
—Tu padre me dijo que probaríamos el auto la próxima semana. Necesito asegurarme de que todo esté en orden. No queremos tener ningún accidente.
—Todavía hay tiempo, Derek. Hazlo mañana —insistió Samuel. Derek pareció considerarlo por un momento, pero luego negó con la cabeza.
—Imposible —declaró con firmeza—. Así que vete y deja de molestar.
Samuel, frustrado y sin encontrar una respuesta adecuada, soltó un pequeño grito de exasperación, dio media vuelta y regresó a su casa. Derek sonrió al verlo entrar y continuó con su trabajo después de suspirar levemente.
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—¡Es un tarado, un completo tarado! —murmuraba lo suficientemente alto como para que su madre, quien se encontraba en la sala de estar, lo escuchara.
—¿Quién es un tarado, hijo? —cuestionó la mujer mientras se ponía de pie, revelando una apariencia que era un reflejo de él, excepto por los ojos, que había heredado de su padre. Pelirroja, con pecas en el rostro, pestañas rizadas y una cara fina y hermosa. Derrochaba estatus y elegancia por doquier, incluso en ese momento en que llevaba puesto un vestido sencillo y sandalias de piso.
—Derek, mamá. Es un tarado —farfulló cruzando sus brazos con indignación sobre su pecho. Su madre, que estaba frente a él, simplemente se rió por lo bajo.
—Vamos, no le digas así. Es un buen muchacho.
—¿Buen muchacho? Solo no muestra la víbora que puede ser contigo —Samuel rodó los ojos. Sí, sus padres solo conocían al "encantador y servicial Derek Blackwell", pero él conocía su oscura personalidad.
—Como sea —Susan le restó importancia a las quejas de su hijo. Después de todo, ya estaba acostumbrada a escucharlo. Tal vez Samuel no mentía, pero sí exageraba las cosas. Además, siempre había discutido con Derek incluso por nimiedades; una queja más no era significativa, sin embargo, aún así preguntó—: ¿Qué fue esta vez?
—Me molestó mientras descansaba en la alberca. Estaba muy tranquilo hasta que encendió ese motor ruidoso y toda mi paz se fue al caño.
—Tu padre le encargó revisar completamente el automóvil. No quiere ningún accidente por negligencia.
—Eso fue lo que dijo él —Samuel pareció calmarse y le sonrió suavemente a su madre. Ya había pasado su estresante momento y comprendía que, de hecho, era necesaria la revisión del vehículo antes de alguna carrera—. Bueno, estaré en mi habitación, mamá. Si necesitas algo, llámame.
—Claro, sube.
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El sonido de un golpe ligero en su puerta lo hizo abrir los ojos. Bostezó antes de levantarse.
—¿Qué sucede? —preguntó medio adormilado.
—Son las seis, tu padre ha llegado y vamos a cenar. —Anunció su madre.
—Iré en un momento —ella asintió y se fue.
Pasaron cinco minutos cuando Samuel bajó y fue directamente al comedor. Se había cambiado los shorts cortos por un pantalón y una camisa blanca holgada.
—Pa, hola —saludó alegremente y le dio un beso en la mejilla, como acostumbraba a hacerlo—. ¿Cómo te fue hoy? —Samuel ocupó su lugar y colocó la servilleta en las piernas antes de mirar a su padre.
—Muy bien, hijo —Gregory respondió mientras le hacía una señal a la mucama para que sirviera la cena. Fue entonces cuando Samuel se percató de que, delante de él, habían agregado un plato más.
—¿Vendrá el tío Thomas a cenar?
—No, él aún sigue en Inglaterra —respondió Susan.
—¿Entonces quién...? —la pregunta quedó en el aire cuando vio entrar a esa molesta persona al comedor.
—Buenas tardes, señor, gracias por la invitación —Samuel aguantó las ganas de rodar los ojos y fingió muy bien una sonrisa amable. Por supuesto, Derek también le fingió una sonrisa.
La cena transcurrió entre conversaciones armoniosas entre Derek y Gregory sobre autos, carreras y todo eso que ni Samuel ni Susan entendían. Sin embargo, aunque Susan no comprendía mucho, trataba de incorporarse a la conversación porque a su esposo le apasionaba la velocidad y le encantaba ver sus ojos brillar cuando le explicaba algo.
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—¿A dónde vas? —la voz de su madre lo hizo detenerse.
—Jenny se irá al extranjero el próximo semestre, así que pensamos en hacerle una fiesta de despedida. Pronto comenzarán los exámenes y no tendremos tiempo para nada —explicó Samuel.
—¿Vendrán por ti o quieres que te lleve el chófer?
—No, mamá, es problemático hablarle ahora —aunque el hombre vivía en la casa de servicio, eran las ocho de la noche y no quería molestarlo—. Iré solo, ya tengo la licencia, ¿lo olvidas? —dijo presumido.
—No lo he olvidado, pero sabes que me preocupa tu seguridad.
Samuel asintió pero siguió negándose a ser llevado por alguien. Era un adulto de veinte años de edad; ya podía cuidarse solo.
—Entonces deja que Derek te lleve, aún está aquí.
—¿Él?, ni loco.
—Es eso o no vas a ningún lugar. —sentenció Susan con voz firme.
Aunque era tranquila la mayor parte del tiempo, su carácter era fuerte e imponía respeto. Ni siquiera su padre se atrevía a cuestionarla; mucho menos él, un simple mortal.
—Bien, mamá. —Mencionó con pesadez y, como si fuera arte de magia, su padre y Dereck entraron por la puerta del patio charlando de lo mismo de siempre: autos.
—Derek —llamó Susan haciendo que el mencionado la mirara—, ¿puedes llevar a Samy? Saldrá pero es tarde y me preocupa. No quiere molestar a Joel y acepto que lo llevarás tú.
Derek se quedó pasmado por un momento procesando cada una de las palabras. Jamás en su vida había pensado que llevaría a Samuel Winters a algún lado. Ese chico lo odiaba por completo.
—S-sí, sí, seguro —respondió luego de recomponerse, aunque no pudo evitar tartamudear un poco—, yo lo llevo a donde vaya —añadió.
—Perfecto —Susan dio un par de palmadas en el aire—. Samy, hijo, si piensas regresar a casa hoy, márcame a la hora que sea, iré por ti.
—No molestes a tu madre, yo te traeré si es necesario —habló Gregory abrazando a Susan por el hombro. Aunque la ciudad era segura, nunca faltaba algún loco en las calles y no planeaba ponerla en riesgo.
—Si él quiere y están ustedes de acuerdo, puedo traerlo yo —Derek se unió a la conversación y Samuel lo fulminó con la mirada. Ese tarado siempre haciéndose el servicial con sus padres.
—No hace falta, no vendré hoy —aunque tenía planeado regresar, no quería molestar a sus padres y Derek definitivamente no era una opción de transporte.
—Está bien, entonces cuídate.
Susan se despidió de él con un beso en la mejilla y Gregory le dio una palmada en el hombro. Samuel esperó a que sus padres subieran las escaleras antes de mirar a Derek.
—Iremos en mi auto.
—No, no pienso dejar mi moto aquí. —Derek pasó a su lado y salió hacia el frente de la casa.
—No te la van a robar, Derek.
—No es eso —Derek se acercó a la motocicleta que había dejado en el parqueadero frontal de la casa y sacó sus guantes y el casco extra que llevaba—. Es mi bebé, ¿sabes? No puedo dormir sabiendo que está en otra casa a la intemperie.
Samuel rodó los ojos y se cruzó de brazos doblando una de sus rodillas mientras levantaba una de sus cejas con un rostro que dejaba ver la pregunta “¿es en serio?” en todo su esplendor.
—Es broma, solamente no quiero venir mañana temprano por ella y tú tienes otros medios de transporte.
Samuel suspiró internamente y miró la motocicleta. Nunca se había subido en una, principalmente porque odiaba el ruido que estas generaban. Pero también porque no se sentía seguro de ir ahí sin nada que lo protegiera de algún automóvil o camión de carga. No quería morir aplastado por docenas de toneladas. No a esa edad.
—Es inseguro, no pienso subir ahí.
—Como quieras —Derek se puso el casco, subió a la moto y la encendió—. Pero si no te llevo, te quedarás aquí.
Samuel miró su casa, su reloj y por último la motocicleta, suspiró con pesadez y se colocó el casco.
—Bien, vamos. Pero maneja con cuidado o te golpeo —advirtió mientras señalaba a Derek. Derek reprimió una risa preguntándose cómo sería ser golpeado por Samuel. Era delgado y sus brazos no mostraban músculos en absoluto. Tal vez sería como la picadura de un mosquito, o mucho menos que eso.
—Ven aquí —Derek tiró del brazo de Samuel antes de que él pudiera subir a la parte trasera de la motocicleta—. Recuerda, siempre tienes que abrochar el casco bien. Puede salvarte la vida. —Decía mientras le ajustaba el casco.
Samuel se quedó estupefacto ante la acción anterior. No esperaba que Derek le ayudara a ajustar el casco tan repentinamente. Bien podría decirlo y él lo haría.
—Sube, ¿o también esperas a que te suba yo? —preguntó Derek. Y ahí estaba otra vez su irritante personalidad.
Samuel rodó los ojos y subió agarrándose de cualquier lado menos de Derek.
—Maneja con cuidado, no quiero caer.
—Entonces agárrate bien, no pienso ir a pasos de tortuga por ti.
Derek se puso en marcha y Samuel cerró los ojos al sentir cómo la moto aceleraba sobre el asfalto. Sentía que, de seguir así, en cualquier momento podría soltarse, caer y morir.
—¡Derek Blackwell, baja la velocidad! —gritó. No podía verlo, pero sabía que Derek tenía una risa burlona en su rostro.
—Te dije que te agarraras bien, princesa —Derek se detuvo y se orilló—. Agárrate de mí, entraremos a la carretera y no puedo ir lento o los demás conductores se molestarán.
—No, ni muerto.
—Entonces muere —Derek usó el acelerador para generar sonido y Samuel, en un ataque de miedo, se abrazó a su cintura con fuerza. Derek sonrió triunfante—. Agárrate bien, príncipe, y dime a dónde vamos —siseó.
Al menos ya había quitado el femenino del tonto apodo que le puso.
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Okay, esté es el primer capítulo de esta nueva historia. Espero que les haya gustado, dejen sus comentarios sobre qué les parece.
¿Les agrada Samuel?
¿Qué piensan de Derek?
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