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Capítulo 6
Aunque la caída fue fuerte, no hubo ningún daño de consideración, salvo algunos raspones debido a la caída.
Luego de una breve visita al hospital y de recibir atención médica, el joven omega fue llevado hasta su casa por Emmett.
También se le dio una compensación monetaria para cubrir cualquier gasto en el futuro.
La noche ya llegaba a su fin y pronto amaneceria, cerca de la playa, en el espacio vacío, el humo del cigarrillo era lo único visible.
Después de encargarse de todo, Emmett condujo hasta la playa fuera de la ciudad.
Recargado sobre el auto, esperó a ver el amanecer mientras fumaba un cigarrillo.
Cada nuevo día se mostraba con la llegada del amanecer, cada día era el inicio de una nueva vida, otra oportunidad para continuar viviendo.
"Ja ja ja", en el desolado lugar, solo la risa del alfa podía oírse.
Voluntaria o involuntariamente, desde hace varios años, siempre se acompañaba de jóvenes omegas a pesar de saber que Yeisan terminaría molestandose.
Sabía que lo perturbaba, pero era lo menos que podía hacer para de alguna manera contraatacar a Yeisan.
Pero ese incidente había sobrepasado los límites.
Él mismo no era alguien inocente, ya que deliberadamente buscó a alguien parecido a aquella persona de quien Yeisan tenía miedo, solo para molestarlo.
Este 'juego' de muchos años entre ambos ya lo tenía cansado.
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Emmett no llegó a casa ese día, ni los días posteriores, el alfa se quedó en casa de sus padres, lugar al que Yeisan no podía ir.
Sabía que Emmett estaba enojado con él, también entendía que sus acciones ese día fueron equivocados y que puso la vida de un inocente en peligro, pero su temor porque fuera aquella persona lo orillaron a actuar erróneamente.
Yeisan no salió de casa y se quedó esperando el regreso del alfa.
Pasaba la mayor parte del tiempo contemplando sus hermosas rosas amarillas.
"Actuaste muy mal", siseo la voz.
"Me pregunto que harás cuando esa persona aparezca en verdad"
"¿A quién crees que prefiera?, ¿a ti o a él?", preguntó kisho quién apareció al lado de Yeisan.
El tono burlón en su voz era evidente.
"A este paso te tomarán bastantes años lograr que él te ame, o siendo más precisos, nunca lo lograras", continuó mofándose.
"Solía ser amable conmigo", murmuró Yeisan mientras observaba las rosas.
Varios fragmentos de recuerdos vinieron a su mente, recuerdos que lo hicieron sonreír con calidez.
"Siempre que me sentía solo, él era el único que podía hacerme sentir feliz, con solo unas cuantas palabras suyas, me sentía reconfortado, él era tan radiante", contó Yeisan con una sonrisa.
No recordaba la última vez que Emmett le había sonreído con sinceridad, las únicas veces que podía ver sonreír a Emmett eran cuando el alfa se encontraba con sus amigos o en compañía de alguien más, pero no era la misma sonrisa de antes.
"¿Por qué crees que se volvió así?", preguntó kisho.
"No existe mejor persona que tú para saber la razón, todo empezó porque confundiste su amabilidad, ¿no es así?", se encogió de hombros.
Yeisan no dijo nada, ya habían pasado los suficientes años para darse cuenta de ello, solo que no quería aceptarlo.
"Su amabilidad contigo terminó el día que lo encarcelaste a tu lado", le recordó kisho.
"Apuesto a que debe odiarte más ahora después de lo que hiciste"
"Nunca le hice daño a nadie, y tampoco era mi intención lastimar a ese omega", respondió Yeisan de inmediato.
"¿Cuál piensas que es límite de hacer daño?, bastan unas cuantas palabras para lastimar a alguien, así que no te hagas el inocente", replicó kisho.
"Y la persona a quien haces más daño, aún lo mantienes encadenado a tu lado", dijo kisho.
El soplido del viento era lo único que podía oírse al permanecer las dos personas en silencio.
"Él ya está aquí, ¿verdad?", preguntó Yeisan luego de unos minutos cambiando de tema.
"Sí, ya has tratado con él varias veces, así que ya sabes que esperar, esto será tan divertido", rio kisho.
La persona que más odiaba a Yeisan ya había llegado.
En cada reencarnación del alfa, esa persona aparecía en esta fecha, una persona aparte de Emmett que también podía verlo, pero que también era capaz de tocarlo.
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Durante todo el día, Yeisan esperó frente a la puerta la llegada del nuevo invitado.
Emmett no había vuelto a casa hasta el día de hoy, era algo bueno, ya que Yeisan tenía que enfrentar a esa persona.
Y como calculó, a una hora específica por la tarde, se oyó el fuerte chirrido de un auto fuera de la casa.
La voz del guardaespaldas vino luego, estaba conversando con alguien y todo quedó en silencio después.
La puerta se abrió al cabo de un instante con la llegada de alguien.
Y apenas la puerta se cerró, Yeisan fue empujado con fuerza lejos de entrada.
Enojado, el joven caminó hacia él y lo agarró del cuello de sus ropas con rabia.
Yeisan podía tomar una forma sólida para ser capaz de tocar las cosas, pero nadie incluido Emmett podía tocarlo, Emmett solo era capaz de verlo y tocarlo porque Yeisan así lo quería, pero a diferencia, este joven podía tocarlo a voluntad.
"¡¿Hasta cuándo harás esto?, ¿cuándo te será suficiente?, ¿cuánto más piensas hacerlo sufrir?!", gritó el joven.
Einar, un joven omega, primo paterno de Emmett.
Como Emmett, Einar renacía junto a él cada vez, solo que la diferencia era que Einar no recordaba sus vidas pasadas sino hasta esta fecha, y cuando recordaba, lo primero que hacía era enfrentar a Yeisan para alejarlo de Emmett y evitar que el alfa siguiera sufriendo.
Yeisan solo observó a Einar en silencio.
"¡Eres tan egoísta como siempre!, ¡déjalo tranquilo de una vez!, ¡sé que puedes hacerlo, pero solo te gusta verlo sufrir!", gritó Einar molesto con la actitud indiferente de Yeisan.
"¡Eres un ser maligno!, ¡ya déjalo vivir en paz!, ¡deja que continúe con su vida!", continuó gritando.
Ira, impotencia, molestia, todos esos sentimientos se reflejaban en el rostro de Einar, pero más la tristeza por su ser querido.
gracias autora y muchas bendiciones que sigas creando muchísimas historias y nos llenes a tus lectores de alegría. sabes que siempre me encantó los detalles de flores amarillas. son mis favoritas especialmente los girasoles. 💛💛