Elang se convirtió en el objeto de deseo de mujeres adultas desde la secundaria. Se vio obligado a hacerlo para sobrevivir en la dura vida de la capital. Hasta que un día, una clienta lo metió en un gran problema.
El destino llevó a Elang a convertirse en el profesor particular de la hija de una de sus clientas. Para colmo, esa hija era amiga de la novia de Elang. Lo peor es que las tres mujeres terminaron enamorándose de él.
Esta es la historia de Elang. Su aventura lidiando con tantas mujeres en su vida. ¿Cómo continuará todo? ¿Permitirá que muchas mujeres anclen en su corazón? ¿O elegirá entregar su corazón solo a una de ellas?
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Capítulo 2
Hace 3 meses...
Elang acababa de recibir su primer salario como trabajador de medio tiempo en un café. Sin embargo, estaba muy decepcionado porque su salario no era tan alto como su trabajo duro. Una vez al día, Elang solo recibía cincuenta mil.
"¡Maldición! Trabajé muy duro para esto. Solo consigo esto. Esto es suficiente solo para pan mañana, sin mencionar el dinero para la escuela", se quejó Elang mientras caminaba por la acera. Miró a su alrededor, buscando un nuevo trabajo más prometedor.
Hasta que Elang pasó por un club nocturno. Cuando estaba allí, había una mujer sentada fumando sola. Era hermosa y vestía ropa sensual.
Elang no pudo resistirse a mirar a la mujer. Pero cuando la mujer lo miró, Elang rápidamente desvió la mirada. Elang inmediatamente se acercó a un vendedor de cilok que estaba allí. Fingió comprar la comida.
"¡Caramba! ¿Por qué estoy comprando cilok? Es solo una pérdida de dinero. Solo tengo cincuenta mil", pensó Elang.
"¡Diez mil!", dijo el vendedor de cilok que había terminado de envolver el pedido de Elang.
Con el corazón apesadumbrado, Elang se vio obligado a entregar su único billete de cincuenta mil. "Aquí tiene, señor...", dijo.
"¡Gracias, chico!" El vendedor de cilok tomó el dinero de Elang. Sin embargo, tuvo dificultades para tomarlo porque Elang lo sostenía con fuerza. Elang parecía reacio a dar su dinero.
"¡Suéltalo primero, chico! Para que pueda darte el cambio", dijo el vendedor de cilok.
"Cambié de opinión sobre la compra, señor. Solo tengo esto", dijo Elang.
"No seas ridículo. No puedes hacer eso. ¡Ya lo pediste!", dijo el vendedor de cilok negándose.
"Pero..." Elang todavía sostenía su dinero.
"¡Está bien, señor! ¡Déjeme pagar!" inesperadamente, la hermosa mujer a la que Elang estaba mirando se acercó. Pagó el pedido de cilok de Elang.
"¡Gracias, señora!", dijo Elang.
"No es gratis", respondió la mujer.
"Entonces, ¿cuánto te debo?", preguntó Elang.
"¡No con dinero!", respondió la mujer. "¡Ven conmigo!" ella invitó.
Elang inicialmente estaba confundido, pero no tuvo más remedio que seguir a la mujer. Ahora estaba caminando a su lado.
Elang tuvo que tragar saliva, porque no podía apartar los ojos de las curvas de la mujer.
"Mi nombre es Rilly. ¿Y tú?", preguntó Rilly.
"¡Soy Elang!", respondió Elang.
"Si no te importa que te pregunte, ¿cuántos años tienes?"
"17 años."
"Eso significa que todavía estás en la escuela secundaria, ¿verdad?"
"Sí. ¿A dónde vamos, señora?"
Rilly dejó de caminar. Se volvió hacia Elang y le dijo: "Hazme compañía. Estoy sola. ¿Quieres?"
"¿Hacerte compañía? ¿Eso pagaría el cilok que compraste?", preguntó Elang.
"Sí, cariño... Con esto", respondió Rilly. Llevó a Elang a un hotel al lado del club nocturno.
"¡Reserva una habitación!", dijo Rilly.
Elang frunció el ceño al escucharla. "¿Por qué estás reservando una habitación?", preguntó.
"Una habitación es el lugar más cómodo para charlar, ¿verdad?", respondió Rilly.
"¿Por qué no lo dijiste desde el principio? Podría haberte llevado a mi habitación. No está lejos de aquí", dijo Elang.
Rilly se rió. "Dios mío, eres tan lindo", comentó mientras recibía la llave del recepcionista. Ella y Elang inmediatamente fueron a la habitación de hotel que habían reservado.
Elang se maravilló al ver el aspecto lujoso de la habitación de hotel reservada por Rilly.
"Entonces, así es una habitación de hotel. No es de extrañar que sea cara", comentó Elang.
"¿Es la primera vez que estás en un lugar como este?", preguntó Rilly, que parecía estar sacando un cigarrillo y pronto lo encendió. "¿Quieres?", ofreció.
Elang sonrió e inmediatamente se acercó a Rilly. Aceptó el cigarrillo ofrecido por la mujer. Ahora ambos estaban fumando. Rilly abrió la ventana de la habitación para que el humo no se acumulara.
"No pareces tan inocente como pensé", dijo Rilly.
"¿Por qué me encuentras inocente?", preguntó Elang.
"Porque estás actuando así desde entonces".
"Creo que es normal. Solo quiero saber, así que pregunto. Entonces dime, señora. ¿Por qué estás sola?", dijo Elang. Estaba actuando como un amigo para Rilly, considerando que la mujer había pedido compañía.
"¡¡Bwahaha!!" En lugar de responder, Rilly se echó a reír.
