Phoebe es obligada por su padre a casarse con un frío y anciano hombre por dinero.
En tanto que el terminó comprando una esposa, y aunque esta le reclamara que fue obligada, el alega que nunca le puso un arma encima para aceptar.
Siendo ese el caso, donde su relación con una enorme diferencia de poder y edad prevalece por lo alto, donde deberá acostumbrarse a su nueva vida, ¿Podrá ella encontrar la felicidad?
¿Podrá su corazón al final sentir amor?
O la vida, caprichosa por naturaleza, al igual que el destino, ¿Le deparará algo más que moverá su mundo de pies a cabeza?
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Destino incierto.
Phoebe se miró, no creía que en el mundo hubiera otra mujer más desdichada que ella, no quería casarse, no podía casarse.
Si tan solo Leo no se hubiera burlado de ella otro sería su destino.
Todo había empezado quince días antes, en realidad mucho antes cuando apenas le informaron que se casaría con Ángelo.
Solo que no había tenido el valor de huir de casa hasta quince días antes de la boda.
Phoebe, con apenas 18 años, había escapado de su hogar en busca de una libertad que estába a punto de serle arrebatada. La playa de Miami, parecía ser el refugio perfecto. El sol dorado y las olas susurrantes le ofrecían un respiro de su complicada vida.
Mientras tanto, Leo, un hombre de 28 años, se encontraba en Miami por un viaje de negocios. La rutina y el estrés eran su pan de cada día, él se encontraba trabajando cuando se cruzaron por primera vez.
Phoebe y Leo se cruzaron en la arena dorada, y sus miradas se encontraron en un instante. Fue como si el universo hubiera conspirado para que se conocieran en ese momento. La atracción magnética entre ellos era palpable.
Durante días se vieron y llamaron constantemente.
Los días pasaron, una tarde mientras caminaba de regreso de la playa al hotel donde se hospedaba Phoebe vio a Peter Braun en el estacionamiento, al huir de ahí Phoebe no noto que Braian el yerno de Peter la seguía.
Ella huyo en busca de Leo necesitaba que él la ayudara a ocultarse, pero mientras ella esperaba parada junto a la puerta una mujer apareció en el lugar y dijo ser la esposa de Leo.
Mientras ella salía del lugar, Braian la tomó del brazo y se la entregó a Peter obligándola a regresar a casa.
Ahí estaba ella cinco días después, cinco días en los que había sido encerrada como si fuera un animal, a minutos de ser entregada a un hombre cincuenta años mayor que ella, un hombre del cual no sabía nada. El cual la estaba comprando como si fuera un mueble, algo decorativo.
La puerta de la habitación se abrió, Braian la observó con desprecio, ellos nunca se llevaron bien, él solía incomodarla con comentarios inapropiados sobre su cuerpo, siempre que podia.
— Es hora muévete, exclamó Braian.
Phoebe paso junto a él y lo miro con desprecio.
Ella estaba a punto de cruzar por la puerta cuando Braian la tomó del brazo y la empujó contra la pared aprisionándola con su cuerpo.
— Suéltame grito ella mientras forcejeaba con él.
— Tómalo como nuestra despedida exclamó él mientras la besó contra su voluntad y la manoseada.
— Suéltame maldito cerdo grito ella golpeándolo en la ingle, mientras forcejeaban y ella caia al suelo.
— ¿Qué está pasando acá?, porque tardan tanto pregunto Peter.
Braian sonrió con malicia, — la zorra de tu hijastra acába de insinuarse, me dijo que se entregaría a mí a cambio de ayudarla a escapar.
— ¡Eso es mentira!, exclamó ella.
—Cállate, no digas una palabra más exclamó Peter. Tienes suerte de que tu esposo esté esperando en el jardín al igual que los invitados, caso contrario te daría la lección de tu vida. ¡ Ve con tu esposa Braian!.
Phoebe se puso de pie, mientras Braian abandonaba la habitación.
Ella comenzó a caminar dirigiéndose al jardín, cada paso que daba hacia un futuro incierto, era una tortura. No sabía que le esperaba, pero al menos se libraría del acoso de Braian, del maltrato constante de Peter y la falta de amor de su madre.
¿Cómo podía su propia madre odiarla tanto?. Era cierto que ella había causado el accidente donde su padre había muerto, pero no había pagado el precio ya por ese error.
— Pareces una princesa, le dijo su pequeña hermana Livy.
— Tú eres una hermosa princesa le dijo Phoebe dándole un beso en la frente, ella si tenía suerte, su madre si la quería.
Su madre se acercó y le acomodo el velo.
— ¿Por qué tanta demora?, pregunto Martha.
— Tú hija no tuvo mejor idea que montar un espectáculo respondió Peter.
— Que vergüenza, porque siempre tienes que arruinarlo todo, ahora sonríe que espantaras a los invitados exclamó Martha.
Ella no sonrió, no podía sonreír al menos no entraba llorando.
La caminata por ese pasillo lleno de flores del brazo de Peter se hizo eterna a su paso había murmurós y como no los iba a haber si la diferencia de edad solo indicaba que ella se casaba por su dinero y que el estaba comprando una joven esposa para que calentara su cama todas las noches, de solo pensar en la noche de bodas sentía que su cuerpo iba a desfallecer, no pensaria en eso.
— Ángelo te entrego a Phoebe a quien quiero como una hija, cuídala bien dijo Peter mientras la tomaba de la mano.
Ángelo asintió, Phoebe sintió náuseas de presenciar semejante hipocresía.
La ceremonia pasó sin que ella se diera cuenta, Ángelo apenas la miro.
A pedido del novio no habría fiesta, luego de la ceremonia comenzaron a despedirse de los pocos invitados que habia, Phoebe se despidió de su familia con. un frío saludo no fingiria un amor que no sentia, luego se acercó y se despidió de Livy a ella si la abrazó y prometio traerle un regalo tal como la pequeña le había pedido. También se despidió de Zoe la esposa de Braian hija de Peter solia sentir pena por ella, era agradable y se querian aunque no solia frecuentarla puesto q eso significaría pasar tiempo con Braian y lo último que quería era eso ellos abordaron un auto, para sorpresa de Phoebe se dirigieron al aeropuerto.
Phoebe observó el enorme avión privado con un pequeño logo en uno de sus costados.
Ella caminó detrás de él cabizbaja, abordando el avión.
— ¿Dónde vamos?, pregunto ella por primera vez.
— A Italia, tu nuevo hogar exclamó Ángelo. Ponga el bolso de manos de mi esposa en la habitación le ordenó a la azafata.
Ella tomó asiento en el lugar que le indicaron, mientras las puertas se cerraban y el avión comenzó a moverse Phoebe miraba por la ventanilla, el futuro incierto ya la habia alcanzado...