Después de encontrar a su hermanastra junto a su prometido en la cama. Lina Connor huye despavorida y mete a una habitación prohibida que le cambiará la vida al ser devorada por un extraño ardiendo en deseo.
NovelToon tiene autorización de Thalita Lis para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
En garras del león.
—Espera... ¡¿Lina?!". Con el rabillo del ojo, Josh finalmente se dio cuenta de que ella estaba de pie en la puerta.
De manera que empujó bruscamente a Sara hacia un lado y ella gritó: "¡Ay!".
Él buscó sus pantalones en el suelo y se tambaleó hacia ella. Sara se giró y la vio, pero no pareció sorprendida. Solo tiró de la manta para cubrir su pecho, y entonces le sonrió de manera fea y diabólica.
—¿Lina? ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Josh sin aliento.
Seguía jadeando y sudando, oliendo a sexo, y eso a Lina le provocaba repugnancia al punto de querer vomitar. Ella seguía en shock, todo lo que había escuchado y visto eran real.
—¿Cómo fuiste capaz? —, su voz se quebró. Tenía los ojos llenos de lágrimas.
—Puedo explicarlo... —balbuceó.
—Bueno, explícate—exigió ella.
—No fue nada, ¿de acuerdo? Sara y yo... es un accidente… estábamos pasados de copas.
Comenzó diciendo, pero Lina no quería escuchar sus mentiras, si que era un buen actor.
Su mano voló instintivamente a su cara para impedirle hablar, dándole una fuerte bofetada en la mejilla. Él parecía sorprendido y Lina también lo estaba, nunca fue una persona tan violenta. Lentamente, sus ojos pasaron de la sorpresa a la ira.
—¡Cállate!, lo se absolutamente todo, ¿Cómo pudieron hacerme esto?.
Lina volvió la mirada hacia Sara con los ojos húmedos quien solo sonreía con descaro.
—Tu, mi propia hermana como fuiste capáz de engañarme—Mientras apretaba los dientes con dolor.
—jaja gordita como te atreves a llamarme hermana, estas muy lejos de serlo. ¿Cómo pensaste que alguien tan perfecto como Josh se iba fijar en una mantecosa como tu?.
—Silencio—Gritó Josh muy nervioso.
Temiendo de que su dinero se vaya junto a Lina, tenía que conseguir el millón restante como de lugar. Sara no tuvo de otra que tragar su enojo.
—No me toques—Lina advirtió.
—Lina, bebé. Pero... yo te amo, todo es un malentendido, seguro oiste mal, estas borracha. Con ella solo es sexo, ¿sabes? Sin embargo, contigo, yo...
—¡Cállate! ¡Cállate!
Si creía que lo mejoraba diciendo todas estas cosas, se equivocaba, Lina se quitó la venda de los ojos y no iba a dejar pasar esto, ella siempre había creido ciegamente en todo lo que decía Josh, pero esta vez sería diferente.
—Lina, te amo—dijo nuevamente, e intentó alcanzarla, pero ella lo apartó bruscamente
y se tambaleó hacia atrás.
—Vete al infierno— gritó antes de girar sobre sus talones y marcharse.
Lina Salio corriendo de allí cuanto antes.
Todo lo que podía sentir era el dolor en su pecho mientras se alejaba. Josh la llamó varias veces, pero Lina bloqueó su número porque no quería volver a oír su voz ni a ver su rostro nunca más. Nunca.
El entonces corrió tras ella, Lina al notar su presencia entró con pánico a una habitación que estaba entre abierta.
— ¡Tonta!, cómo pudiste creerle. Un hombre como el jamás me amaría de verdad, no eres más que una ilusa Linna Connor. Con razón Sara se esforzó por embriagarme, para revolcarse con ese infelíz. —susurró despacio para ella, con la rabia recorriéndole.
La sola idea de estar junto a él, me deja sin aliento. —Suspiró con alivio al verlo pasar—sin dejar de observar tras la pequeña abertura de la puerta.
Al verlo pasar sintió una oleada de alivio, estuvo por irse cuando sintió una fuerte mano presionando su brazo, ella volvió la mirada abruptamente hacia la silueta de aquel hombre, la luz era tenue que solo ponía ver sus ojos alumbrando como llamas, mientras sentía su respiración cerca de ella, su corazón empezó la latir sin medida, mientras que un escalofríos recorría su espina dorsal.
—Q-uién eres…..que vas a hacerme—balbuceó Lina aterrorizada—, sintiendo como la voz se iba en un ralo hilo.
Los ojos de aquel hombre parecían como si la iban a devorar. El se acercó a su oreja y dijo:
—Eres mia.
—¿Qué estás haciendo? ¡suéltame!.
Después de la conmoción, la mente de Lina parecía que iba a explotar , y se quedó en blanco por un instante.
El hombre actuó como si no escuchara, no importaba por tanto que ella se resistiera y empujara, Lina no pudo evitar que las manos del hombre acariciaran sus piernas, y al ver que su inocencia se iba a perder, gritó desesperadamente: "Ayúdame...".
Ese gran grito salió de su boca cuando el hombre se inclinó y le dijo pesadamente al oído:
— No grites. Caí en la trampa de otra persona y tomé algo por error, ayúdame y te daré lo que quieras.
El cuerpo del hombre parecía estar ardiendo.
—N-no me hagas daño. —Dijo Lina con la voz ahogada—mientras luchaba por mantenerse en pie.