Eh muerto, pero, abri mis ojos, y me eh convertido en una princesa.
Eh reencarnado en Meredith Hockey, la hija maldita de el duque, a la cual NUNCA le prestó atención. Cuando por fin, en la novela, parecía todo ir por el lado correcto, Meredith muere, no solo una vez, también en los 27 especiales que contiene la novela.
Quiero sobrevivir, pero no quiero desperdiciar mi corto lapso de vida en un plan que salve mi pellejo, si moriré, al menos, está vez, disfrutaré mi vida para irme sin arrepentimientos, ¡Esta Vez No Temo A La Muerte!
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"Prologo"
Murió de una manera tan patética que da lástima, pero, algo de lo que puede sentirse orgullosa de sus últimos momentos de vida, es que no se dio por vencida tan fácilmente.
Sus parpados pesaban, '¿Es este mi final?' penso. Su delgada muñeca no alcanzaba la medicina que se encontraba encima de la mesa, sus intentos seguían,
'Tack', su muñeca se derrumbó, su pecho subía y bajaba, su respiración era entrecortada, ¿cuánto más tenía que sufrir en ese mundo para que este conforme?.
Su familia, si se podía llamar así, nunca le prestó atención, nadie le demostró una pizca de amor o un motivo para seguir viviendo, pero, el saber que en sus hombros recaía una vida que debía, sus ánimos subían. Su sistema inmune, no fue el mejor, un simple resfriado que no mataba a nadie, podía destruir lo poco que quedaba de sus pulmones.
Su cuerpo que se intentaba mantener en pie, se derrumbó en picado al frío suelo, su mirada, se posó en el azul de el cielo, era la última vez que vería el cielo de esa manera, no podría pagar la vida que debía, sus parpados se cerraron lentamente, la última palabra que se posó en su mente fue un "lo siento"
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- ¿Sigues teniendo frío?- Una voz masculina resonó en sus oídos, sacándola de sus pensamientos.
Era su mejor amigo, o bueno, eso creía ella, sus hermoso ojos color rosa parpadearon lentamente, sus largas pestañas se movieron a la par de estos, sus cabellos azabaches se movieron por la brisa de el viento, ella era la viva imagen de una muñeca de porcelana. No solo poseía belleza, también grandes cantidades de magia.
- No - su voz salió ronca, hace poco tiempo tuvo un fuerte resfriado, los escalofríos era constantes después de recuperarse, y la brisa de invierno no ayudaba mucho
- El te tiene una buena temperatura, me mantiene cálida- Una pequeña sonrisa apareció entre sus labios. Sus pequeñas manos tenían una taza de té en ellas, dirigiéndose lentamente a sus labios para poder darle un sorbo.
Recordaba vagamente su muerte, entonces, ¿por qué estaba en una novela?.