Nova Reik III: Ragnar

⚠️ EPISODIO NARRADO POR STAN⚠️

Era un día normal en mi ciudad natal, Moncia, como cualquier otro día salí de la preparatoria sin detenerme ni mirar atrás, ni siquiera mis maestros podían detenerme.

—¡Nick! ¡Nick Brown! ¡¡Tú libro de geografía!! ¡¡Niño!!

—Aquí desde el podcast de lo que pasa en Moncia, unos sujetos acaban de robar otro camión del almacén de Almanac —resonó en mis audífonos mientras corría hacia un callejón—.

Habían pasado tan solo unos meses desde que obtuve mis poderes de sangre, había sido bendecido con un parásito espacial y como todo adolescente usé esos poderes para tratar de ser como mis superhéroes favoritos.

—En otras noticias, se han reportado avistamientos de un enmascarado que se hace llamar Komori, todo aquel que lo vea por favor avisar a las autoridades ya que él no es un héroe, es un criminal, ¡y un peligro para la sociedad! —continuó el podcast que estaba escuchando—

—¡Es capitán Komori!, porque nadie dice el nombre completo, se supone que soy el capitán de esta ciudad

—Jaja, supongo que es normal siendo que esos humanos te odian —dijo el parásito espacial en mi mente—

—Bueno, Komori, qué noticias alaban a un superhéroe porque ni a Súper Zero la quieren, ayer vi que el Leiley sun la estaba fumando por el ataque de un lagarto gigante que atentó contra la ciudad

—Vaya, alguien está interesado en la diosa de Bears City —se burló Komori—

—¡Cierra la boca! Además escuché que Zero tiene novio, alguien le tomó una fotografía besando a un mercenario

—Que tenga novio no significa que no puedas casarte con ella

—¡Komori! Ella no es mi tipo, no me gustan las alienígenas de otros mundos

Subí al edificio más alto y salté desde el tejado para así iniciar mi patrullaje por la gran ciudad de Moncia.

—¡¡¡WUUUU!!! —corrí por los cristales, salté por los camiones y esquivé los cables que colgaban en los postes de luz — ¡¡WUJUUU!! ¡¡Buenas noches!! ¡¡Moncia!! —extendí mis alas para lanzarme a toda velocidad a un camión que era perseguido por los policías de Moncia—.

—¡¡No nos atraparán con vida!! ¡¡Malditos corruptos!! —gritó un enmascarado mientras les disparaba a los policías desde dentro del camión—

Como era costumbre en mi día a día, busqué algunos crímenes menores con ayuda del podcast, que daba las noticias en la ciudad, y noqueé a unos cuantos criminales que no cometían crímenes graves, para después dejarlos indefensos frente a la comisaría, con una nota escrita encima de ellos.

—¡Lo ves Súper Zero! ¡Así es como se hace! No tus tonterías de hay que perdonar a los criminales —me burlé mientras grababa un video para subirlo desde una cuenta secundaria—.

Realmente me gustaba molestar a Zero, pero ese era tan solo un hobby aunque ese hobbie por alguna razón era apoyado por la mayoría de personas de Moncia. Incluso hacían videos con un texto que decía: “¿Acaso el justiciero misterioso será el nuevo Zero? ¿Será que alguien más joven y con los huevos de matar ha venido para reemplazar a la heroína de los gringos de Bears City?”.

—¡¡Tu puedes nuevo Zero!! ¡¡Vamos cabrón!! ¡¡Muéstrale a los pinches gringos lo que es un superhéroe!! —exclamaron las personas del video—

—No puedo imaginarme la cara que tendrá esa alien cuando vea este video —me burlé mientras le daba me gusta al video—.

Aparte de patrullar lo que hacía era ir tras una de las personas que acabó con mi hermana menor. Ella era la razón por la que Komori me eligió, mi dolor lo llamó y lo desvió de su camino hacia una tal, Flor Watson. Así que hice todo lo posible para llegar hasta Erick Morales —él fue el culpable de que ella muriera, él mandó a sus mercenarios a mi antigua escuela—

Esa sed de venganza me hizo infiltrarme en la comisaría de Moncia en busca de pistas, lo único que encontré en la oficina del comisario fue una caja fuerte escondida debajo del suelo, usé mis alas de sangre para romper el suelo y sacar la caja fuerte de su escondite.

—Nick, necesitarás una gran cantidad de sangre para romper esa caja fuerte

—Bueno, entonces ¿Qué te parece si te doy una mano?

Saque una espada de sangre de mi puño derecho y procedí a cortarme la mano. Utilice la sangre que salió desparramada para remojar mi puño derecho y así crear un guante de sangre cristalizada, tan fuerte que era capaz de destruir el acero. Mi mano se regeneró en menos de un minuto. La sangre fresca que se derramó en el suelo, se evaporó por los rayos del sol. Decidido a obtener respuestas, golpeé con todas mis fuerzas la caja fuerte destrozándola por completo en el primer golpe.

Dentro de esta caja fuerte había un documento con el nombre de "PROYECTO ARMAGEDDON" y un USB dorado. Guarde todo lo más rápido que pude en mi mochila pero para mi desgracia, destruir eso activó una alarma en toda la comisaría. Rápidamente me puse mis goggles, mi cubrebocas y me cambié la sudadera para evitar que me descubrieran. En cuestión de unos pocos minutos la policía me rodeó mientras le apuntaban con sus armas.

—Alto o dispararemos —dijo el comisario con un tono serio—

—Nick, ¿Los mataremos?

—No —extendí mis alas de sangre. Los policías quedaron demasiado aterrados cuando vieron mis alas. Pero no dudaron en disparar. Escapé utilizando mis alas y la fuerza destructora del guante para crear una ruta de escapé en el techo—

—¡¡¡No dejen que escape!!!

Fui a mi guarida secreta para ver todo lo que había robado con más tranquilidad, antes de leer los documentos intente acceder a la información del USB pero era imposible ya que se necesitaba un código para entrar.

—¡Mierda!

Guarde todo en mi mochila y lo enterré en una pequeña caja. Di un largo suspiro y estaba por salir de mi guarida cuando escuché las sirenas cerca de la zona. Salí de forma sigilosa de mi guarida pero eso fue un grave error...

—Nick, ¿a dónde vamos?

—A un lugar seguro, no puedo llevarlos directo a mi guarida, debo quitarme mis cosas, en un lugar lejano y en donde ellos no lleguen

—¡Pero, eso es demasiado arriesgado!, Nick, la policía te está buscando, salir así no es lo más segu…

Komori sin dudarlo por un segundo tomó el control de mi cuerpo al percatarse de que un misil se dirigía hacia nosotros, Komori alcanzó a protegernos con nuestras alas, suavizando los daños del impacto y la explosión.

—Señor, el objetivo ha sido derribado —dijo con un lanzamisiles en sus manos— Repito, el objetivo ha sido derribado

—Bien, ahora recuperen ese puto USB, o encontraran el cadáver de su ¡Jefe! —dijo Erick Morales por teléfono—

—Si, señor

Nosotros por otra parte, habíamos impactado dentro de la habitación de un hotel. El impacto nos dejó con varias heridas de gravedad. Inclusive había perdido parte de mis goggles. La familia que se hospedaba en esa habitación, se encontraba aterrada. El padre para asegurarse de que nosotros no éramos peligrosos se nos acercó mientras sujetaba una revólver en su mano derecha. Pero al ver lo joven que era, bajo el arma e intentó ayudarnos con lo poco que tenían.

—¡Alejandro! ¡Susana! ¡Rápido traigan el botiquín que está en la cocina! —exclamó exaltado y preocupado—

Los hijos de ese hombre corrieron a la cocina lo más rápido que pudieron. Su esposa en cambio se puso aún más nerviosa, y le apretó el brazo a su esposo.

—Amor, ¿Qué sucede?

—Debemos llevarlo al hospital —trato de levantarnos del suelo— Yamileth, rápido ayúdame

Justo en ese momento empezaron a escucharse disparos cerca del lugar. Los policías habían encontrado nuestro paradero, y estaban dispuestos a matar a quien sea que se pusiera en el camino, aún si esos eran civiles.

—Nick, se acercan más de 200 soldados a este piso

“¿Cuánto tiempo tenemos para que esos idiotas lleguen hasta mi?”

—Tres minutos como máximo

“Ko... Komori, toma el control y saca a estas personas de aquí, protege a todos los civiles del edificio que puedas, por favor”

—De acuerdo, pero me debes un banquete.

Komori tomó el control absoluto de mi cuerpo. Estos al ver la apariencia monstruosa de Komori se asustaron tanto que se desmayaron. Komori disparó una telaraña de sangre en dos árboles cercanos creando así una indestructible red de telaraña. Este lanzó a cada miembro de la familia por la ventana haciendo que estos cayeran en esa red como moscas. Unos minutos después llegaron los policías a la habitación estando armados hasta los dientes.

—¡¡Abran Fuego!!

Los policías comenzaron a dispararle a komori pero este ni se inmutó con sus balas. Komori mató a cada soldado utilizando sólo sus garras y dientes. Pero no importaba a cuantos enfrentaba, no dejaban de llegar más. A simple vista parecían no tener fin alguno. Erick al enterarse de que seguíamos con vida, ordenó al oficial al mando, destruir el edificio con nosotros dentro.

—¡¡Destruye el edificio con ese parásito dentro!!

—¡¡No!! Me niego a matar a las personas inocentes solo por un- —uno de los policias le disparo al comisario en la cabeza— ¿Que?, por… por…

—Gracias, agente Liria, ahora… Comisario Chávez

—Hazlo, comisario —dijo la subordinada de Erick mientras le ponía una pistola en la nuca a chávez—

El nuevo comisario de la ciudad apuntó al edificio y temblando apretó el gatillo. Los misiles destruyeron casi por completo el edificio. Matando a centenares de policías. Komori tras recibir tal ataque, quedó lo suficientemente debilitado como para regresarme el control del cuerpo a los pocos segundos.

—Felicidades oficial Chávez, usted ha sido ascendido a Comisario

—Qué… ¿Qué he hecho? —murmuró el comisario Chávez viendo los escombros cubiertos en llamas del edificio—.