Una vez existió un pasado donde, de alguna manera, ella fue la villana de todo el imperio. Merecía morir en aquella guillotina. Sin embargo, ¿por qué recordaba ahora su vida pasada? Lo que era peor, había regresado en el tiempo, antes de que Kristina Laurent cavara su propia tumba.
Si de verdad había regresado, lo juraba. Juraba que, en esta vida, no volvería a ser la villana.
NovelToon tiene autorización de Cami_ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 1: Sueños
En un jardín bellamente decorado, rodeado de rosas de diferentes colores, había una mujer joven de una belleza envidiable, unos ojos cuál esmeralda, y sus cabellos ondulados de un hermoso color rosado; me observaba al borde de las lágrimas.
—Hermana... —intentó hablar.
—¡Cállate! —grité ofuscada— ¡No tengo una hermana bastarda como tú!
Hubo un breve momento de silencio antes de que continuara reprochándole.
—¿Cómo te atreves? —murmuré al borde de la locura— ¡Cómo te atreves a besarlo!
—Hermana no es así... Es solo que...
Bofetada.
Mi mano seguía levantada ante su mirada de incredulidad.
—¡No soy tu hermana! —continué gritando— ¡Fuiste tú...! ¡Fuiste tú, besaste a mi prometido! ¡Te mataré, te mataré!
Bofetada.
Mi rostro se volteó ante el impacto de una mano en mi mejilla. ¡¿Quién, quién tiene el valor de golpearme?!
Edward, el hombre con el que llevaba años comprometida, el futuro rey del imperio, ¿me golpeó por ella?
Edward, con su característico cabello color rojizo y sus ojos de igual color, la consolaba con cariño y acariciaba la mejilla que anteriormente había golpeado.
—¿Su alteza? —mis ojos se abrieron con incredulidad— ¿Por qué, por qué?
Cuando sus ojos miraron hacia mí, habían abandonado todo rastro de ternura para ser reemplazado por indiferencia e incluso desprecio. ¿Por qué él me miraba así?
—¿Preguntas por qué? —una mueca de desprecio apareció en sus labios— ¿no es evidente? Eres detestable.
—¡No es cierto! ¡No es cierto! —mi visión se volvió borrosa al alternar mi vista entre ambos— ¡todo es por ti!
Repentinamente, me abalancé hacia la chica de cabellos rosados, sin embargo, fue protegida por Edward, quien en un intento de evitarme la atrapó entre sus brazos y la abrazó con cuidado.
Mientras tanto, yo, quien había perdido completamente la razón, no me detuve a tiempo para evitar caer estrepitosamente al suelo.
Mis manos ardían, quizás por el golpe recibido en un acto reflejo para evitar golpearme el rostro contra las hermosas rosas en aquel jardín, o por las espinas incrustadas en mis manos.
No obstante, ese dolor no era comparable de ninguna manera a la ira que crecía desde el fondo de mi corazón.
¿Por qué todos la preferían a ella? ¿Qué la hacía superior? ¡Nada, absolutamente nada!
Cuando recién llegó se llevó el amor de mi madre y de mi padre, ¿por qué? ¡¿Por qué a ella la aman y a mí todo el mundo me detesta?!
.................................
Mis ojos se abrieron abruptamente. Inconscientemente, acerqué mis manos temblorosas a mis mejillas húmedas.
Mi mano izquierda bajó hasta mi pecho, deteniéndose justo encima de mi corazón palpitante.
Cerré los ojos y suspiré profundamente. ¿Qué clase de sueño era ese? Aunque eso no es lo que más debería sorprenderme, sino el extraño hecho de poder pensar sin mi propio control y no sospechar que era un sueño.
Me levanté de la cama bastante preocupada, ¿por qué amanecí con tanto resentimiento hacia personas que no conocía?
Me acerqué a la cocina a preparar un café para terminar de despertar. Caminé a la sala de estar y encendí la televisión.
Fruncí el ceño al ver mi rostro en el canal de las noticias. Otra vez están hablando de aquella película inspirada en el libro que escribí, y comparándolas con las películas de los otros libros que escribí.
¿Eran tan maravillosos esos libros? Sinceramente, no lo eran. Lo que lo diferenciaba de cualquier otro libro era su vivacidad, ya que eran escritos luego de que mis sueños se reprodujeran como películas noche tras noche.
Una sonrisa se dibujó lentamente en mis labios. Debería empezar a escribir mi próximo éxito novelístico.
En la mesa de centro dejé la tasa ya vacía, preparándome para ir por mi laptop.
Caminé hasta mi dormitorio con pasos ligeros, analizando como empezar dicha historia. ¿Cuál sería el título adecuado? ¿Quiénes serían mis protagonistas?
Me detuve frente a mi escritorio, dudando sobre iniciar una novela de la que tenía poca información, ¿debería esperar unos días más?
Pero mi editorial ya estaba preguntando sobre cómo iba mi nuevo libro. Mordí mi labio inferior, en un intento de decidir.
Tic-tac.
Mis ojos se mantuvieron fijos en el reloj que anunciaba las cuatro de la mañana. De manera paralela, fruncí el ceño, ¿por qué es tan temprano?
Mis ojos vagaban entre mi cama y la laptop. Finalmente, ganó la cama.
Volví a acomodarme, preparada para dormir.
.................................
En un ostentoso pasillo, estaba la chica de cabello rosa junto a una joven que desconocía, su rostro era delgado y frío, sus ojos azules de color cielo, estaban empañados de ira, sus cabellos ondulados y dorados, se mantenían ordenadamente en su espalda.
Extrañamente, sentía una familiaridad única con esta chica desconocida. No obstante, ¿por qué las veo desde arriba? Además, ¿puedo pensar por mí misma?
—¡Por qué tienes todo lo que me pertenece! — gritó la chica de cabellos dorados.
—Hermana... Eso no es cierto...
Bofetada.
—¡Cállate! No te bastó con robarme el amor de mis padres, sino que te robas el amor de su alteza.
—Kristina, detente —un joven idéntico a la chica de cabellera dorada, intervino— por favor, detente antes de que sea tarde.
—Hermano Vincent —la joven de cabello rosa mostró una sonrisa tranquilizadora— hermano Vincent, no te enojes con mi hermana.
Kristina miró con incredulidad la interacción de los dos.
—Vincent, ¡eres un descarado! —gritó ofuscada— ¡dijiste que me apoyarías en cada una de mis decisiones, pero me cambias por una bastarda que ensució nuestro apellido!
Las palabras de Kristina entristecieron enormemente a las dos personas frente a ella.
El joven suspiró resignado antes de hablar: —Kristina, no es culpa de Eylin el que nuestros padres no nos amen, y que adoren a Eylin.
—¡Todos están ciegos!
.................................
La escena cambió a una fiesta de té, en una mesa central había muchas señoritas desconocidas de edades similares hablando y bebiendo té.
Estruendo.
Mis ojos se dirigieron a la mesa que causo el alboroto.
—¡Kristina Laurent! —gritó una joven de cabellos castaños— ¿cómo te atreves a arruinar mi fiesta del té? ¡¿Quién te dio el coraje?!
—Su alteza Anya... —sus palabras tropezaron— no fue mi intención arruinar su fiesta del té.
Murmullos.
—Su alteza Anya, ¡seguramente mi hermana no sostuvo bien la tetera y me mojó accidentalmente! —Eylin excusó rápidamente— mi hermana no suele equivocarse, pero quizás estaba nerviosa...
Eylin miró tímidamente hacia abajo.
—No necesito que me ayudes —murmuró.
—¿Es eso así, princesa Laurent? —preguntó con su vista fija en Kristina.
Los ojos celestes de Kristina se abrieron esperanzadoramente.
—¡Sí, su alteza Anya, gracias por su amabilidad!
—Oh —comentó con una sonrisa juguetona— no es a mí a quien tiene que agradecerle la princesa Laurent, sino a su hermana.
El rostro de Kristina se oscureció por unos momentos antes de volver a la normalidad y dirigir su mirada a Eylin.
—Eylin agradezco que intercedieras por mí ante su alteza Anya.
—Hermana, no es necesario que me agradezcas —sonrió dulcemente mientras acercaba la tasa a sus labios.
Kristina dirigió la mirada al lado de la joven a la que llamaban princesa Anya.
—Su alteza Maeve, que bello su vestido, ¿fue un regalo del joven Edevane? —una chica preguntó con una mirada chismosa.
Antes de que las jóvenes presentes pudieran oír la respuesta, un grito resonó en la mesa.
—¡Alguien envenenó a la señorita Laurent!
Mis ojos se posaron en aquella escena sangrienta, Eylin, quien hablaba animadamente hace unos minutos, escupió una bocanada de sangre y se desmayó sobre la mesa.
Los ojos de las dos princesas se dirigieron hacia la misma persona, Maeve habló dudosa: —Princesa Laurent, la que cometió este crimen, no fue usted, ¿verdad?
—¿No piensas Maeve? ¡Guardias! —gritó Anya, después volteó la vista hacia unos sirvientes— ustedes vayan por el médico imperial.
Pasos.
—¿Su alteza nos llamó? —preguntó un guardia.
—Sí, arresten a la princesa Laurent por intento de asesinato.
—¡No! —Kristina se resistió— ¡yo no lo hice!
La princesa Anya la observó con desprecio: —Si no eres tú, ¿quién es? La única que odia a Eylin eres tú.
La novela surgió un día mientras leía una historia en NovelToon, plagada de errores ortográficos y gramaticales. Pensé: "¿Por qué no escribo una yo, que tenga menos errores?". Lo hice sin mucha planificación, lo que provocó que la historia perdiera sentido, incluso para mí. Al releerla, me desanimaron las incoherencias, el mundo poco desarrollado y los personajes innecesarios que complicaron la trama hasta el punto de que ni siquiera yo recordaba quién era quién.