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La Mentira

La Mentira

Status: Terminada
Genre:Matrimonio arreglado / Amor-odio / Tú no me amas / Autosuperación / Romance / Completas
Popularitas:41k
Nilai: 4.3
nombre de autor: Crisbella

En un mundo donde el dolor y la traición se entrelazan, Gabriel ha vivido toda su vida con un solo propósito: vengar la muerte de sus padres, asesinados por una poderosa familia que se mueve en las sombras. Con un corazón marcado por la pérdida, Gabriel traza un plan meticuloso para infiltrarse en su enemigo. Pero lo que no anticipa es la conexión inesperada que formará con Valeria, una joven valiente y llena de vida, que se convierte en su cómplice involuntaria. Mientras Gabriel utiliza a Valeria como un peón en su juego de venganza, ambos se ven atrapados en una red de secretos y mentiras. La línea entre el amor y el odio se difumina, y Gabriel debe enfrentarse a la pregunta más difícil de todas: ¿puede el amor nacer del deseo de venganza? En un desenlace lleno de giros inesperados, “La mentira” te llevará a través de un viaje emocional donde la redención podría ser la única salida.

NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo I Ecos de la venganza

El sonido del llanto se entremezclaba con el crepitar de las llamas, un eco aterrador que resonaba en la memoria de Gabriel. Era una tarde de verano, pero el aire estaba cargado de humo y desesperación. Recostado contra la fría pared del viejo edificio, cerró los ojos y se dejó envolver por los recuerdos.

“¡Gabriel, corre!” La voz de su madre resonaba en su mente, llena de pánico. Él había querido gritarle que estaba allí, que no se fuera, pero sus piernas no respondían. El fuego devoraba su hogar, y cada segundo se sentía como una eternidad. El calor era insoportable, y el olor a cenizas lo perseguiría por siempre.

La imagen de su padre intentando apagar las llamas se grabó a fuego en su corazón. Recordaba su figura robusta, siempre tan protector, ahora consumida por la desesperación. “¡No! ¡No puedes dejarme!” Gabriel había gritado mientras las lágrimas caían por sus mejillas, pero el rugido inclemente del fuego ahogó sus palabras.

Cuando finalmente logró escapar al exterior, se encontró rodeado de vecinos con expresiones de horror e impotencia. La sirena de los bomberos retumbaba a lo lejos, pero para él, el tiempo se había detenido. En ese instante, supo que su vida nunca volvería a ser la misma.

Despertó de su trance con un latido fuerte y acelerado en su pecho. Miró por la ventana hacia la lluvia que caía sin cesar y sintió el frío recorrerle la espalda. Había pasado mucho tiempo desde aquel día fatídico, pero el dolor seguía tan fresco y ardiente como las llamas que consumieron todo lo que amaba.

Era hora de actuar. Tenía un plan y una misión: encontrar a los responsables y hacer justicia por su familia. Pero a medida que se preparaba para salir, una pregunta inquietante se instaló en su mente: ¿podría realmente llevar a cabo su venganza sin perderse a sí mismo en el camino?

La lluvia caía en un constante murmullo, como si el cielo llorara por las almas perdidas que vagaban por las calles solitarias de la ciudad. Gabriel se encontraba en la penumbra de un callejón, su figura apenas visible entre las sombras. La luz parpadeante de un farol iluminaba momentáneamente su rostro, revelando un brillo intenso en sus ojos oscuros, una mezcla de determinación y dolor.

Desde aquel fatídico día, cuando su mundo se desmoronó y la risa de sus padres se apagó para siempre, había jurado que no descansaría hasta hacer justicia. Pero ahora, en ese instante suspendido entre el pasado y el presente, sabía que debía ser astuto. Su mirada se posó en Valeria, que cruzaba la calle sin saber que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

Ella era la clave para abrir las puertas del infierno que lo separaban de su venganza. Mientras observaba cómo sonreía a un grupo de amigos, Gabriel sintió una punzada en el pecho. ¿Era posible que alguien tan inocente pudiera convertirse en su arma más poderosa? La respuesta era simple: sí. Pero a medida que se acercaba a ella, una sombra de duda se cernía sobre él: ¿Podría cruzar esa línea sin perder su propia alma en el proceso?

Con una meta fija en su mente, Gabriel decidió sacudir cualquier resto de dudas que pudieran desviarlo de su objetivo: acercarse a Valeria. Había fraguado un plan; necesitaba hacerse pasar por su salvador, el héroe inesperado en esta oscura trama.

La lluvia caía suavemente sobre las calles solitarias, creando un ambiente cargado de misterio. Observó cómo Valeria se alejaba de sus amigos, sola en medio de la noche. No podía entender cómo la dejaban desprotegida, siendo parte de una familia tan prominente como los Arismendi. Se suponía que debían cuidarla, no abandonarla a su suerte.

Cuando estuvo seguro de que la joven estaba sola y vulnerable, hizo un movimiento sutil con la cabeza. En ese instante, unos hombres emergieron de las sombras, rodeando a Valeria y comenzando a acosarla. Ella, sin embargo, no se dejó intimidar.

“No me molesten. ¿Acaso no saben quién soy?” Sus palabras sonaron firmes, pero sus ojos delataban el terror que sentía.

“Jajaja, ¡muñequita! Para lo que queremos contigo es innecesario saber quién eres”, rió el líder de la banda con una voz tan ronca e intensa que podría helar la sangre en cualquiera.

“Si se les ocurre lastimarme, mi padre los encontrará en el fin del mundo si es necesario y los hará pagar sin dudarlo.” Al escucharla hablar de su padre, una ola de rabia hirvió en las venas de Gabriel. Ese hombre pagaría por haber traicionado a su familia y por su muerte.

Ya no quiso seguir escuchando más idioteces por parte de la muchacha. La combinación del miedo en sus ojos y la arrogancia de esos hombres lo impulsó a actuar. Sin perder más tiempo, decidió intervenir y poner fin al espectáculo.

“¡Qué valientes, acosando a una mujer indefensa!”, exclamó Gabriel, dejando escapar una sonrisa siniestra que no alcanzó sus ojos. Esa frialdad heló la piel de Valeria incluso antes de que entendiera lo que pasaba.

“Mejor sigue tu camino, amigo. No querrás terminar involucrado en algo feo”, amenazó el líder de la banda, intentando mantener su fachada.

“Quiero que dejen a esta joven en paz y sigan su camino. Estoy seguro de que nadie quiere salir herido”, respondió Gabriel con voz firme y amenazadora. Su rostro estaba impasible, pero el líder percibió el peligro real que emanaba de él.

El líder de la banda no tardó en dar la orden. “¡A por él!”, rugió.

Los secuaces se lanzaron hacia Gabriel. Él apenas se movió, una calma extraña lo envolvía mientras medía las distancias. Sin embargo, justo antes de que el primer puñetazo impactara, la oscuridad del callejón cobró vida.

Como sombras talladas en la noche, hombres vestidos de negro emergieron de las entradas laterales y de las bocacalles. Cercaron a Gabriel, interponiéndose entre él y los bandidos con una firmeza implacable y coordinada. No emitieron sonido, pero su presencia bastó para que los agresores se detuvieran en seco. La sorpresa y el miedo pintaron sus rostros.

Sin perder un segundo en el caos, Gabriel tomó a Valeria de la mano. Su agarre fue instantáneo y férreo, como una trampa. La arrastró a toda prisa fuera del lugar. Sus hombres se encargarían del resto.

Mientras corrían, Gabriel apretó fuertemente su mano, pero Valeria sintió un nudo helado en el estómago. No era el agarre protector de un salvador; era posesivo y sin permiso. Quería que él la soltara. No lo conocía y no quería cambiar una situación difícil por otra peor.

“¡Déjame ir!”, dijo ella con voz tensa, intentando liberarse con un tirón brusco.

Él se detuvo por un instante bajo la luz escasa, obligándola a parar. Sus ojos oscuros la perforaron, pero su expresión seguía siendo de mármol.

“No estás a salvo todavía”, respondió con una seriedad que no admitía réplica, sintiendo el peso del momento. No la miraba como un rescatador, sino como un dueño de la situación.

Valeria se mordió el labio. “¿Quién eres tú? ¿Por qué me ayudaste? Esos hombres… eran tus hombres, ¿verdad?” Su voz se rompió ligeramente al darse cuenta de la manipulación.

Gabriel no sonrió. Su respuesta fue un susurro cortante: “Soy Gabriel. Y te ayudé porque, a diferencia de tu padre, yo sí sé lo que significa perderlo todo. Y ahora, me debes un favor.”

Él no esperó una respuesta. Volvió a tirar de ella hacia la oscuridad, dejando a Valeria sumida en una nueva clase de terror. Había escapado de unos lobos, solo para caer en las garras de uno mucho más astuto.

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Patricia Luna
Que poca madre, literal. Esa Ágata es un monstruo.
Hiradia Cohen
Todas las que he leído son excelentes historias te felicito escribes muy bien mantienes a lector atento en cada capítulo y lo importante es que son cortas 🥰🥰
Hiradia Cohen
Ya somos dos que estamos perdidas 🤣🤣
Sandra Vielmas
muy enredada. tediosa. no avanza. la dejaré de leer. me aburrió 🤷‍♀️
Sandra Vielmas
capítulo repetido
Sandra Vielmas
todo por ambición...
Inirida Contreras
la ambición rompe el saco así le pasa a la gente de dinero q estan acostumbrado a la comodidad y quedar en la pobreza les aterra
Sandra Vielmas
la madre sabiendo lo que le pasaría. el maltrato que le iban a dar. la envío con sus enemigos...😱
Sandra Vielmas
no se explica bien. o yo de plano estoy zafada🤔
Sandra Vielmas
prima o hermana. autora define. sólo desconcierta
Sandra Vielmas
a ver. entonces eran medio hermanos o como? ya no entendí nada🤔🤔🤔🤔
Sandra Vielmas
Ojalá y el Dr. la este ayudando y sólo sea una mentira
Sandra Vielmas
quien será?🤔
Sandra Vielmas
no era la nieta favorita🙄la odia
Sandra Vielmas
ella tmb. sufro una situación de fuego. tiene un trauma🤔
Sandra Vielmas
a ver. la quiere proteger? y utilizarla?
Sandra Vielmas
pobrecita...
Sandra Vielmas
zaz perico....arroz👏👏👏👏
Inirida Contreras
👏👏👏👏👏👏👏 me gustó
Libros Odi
genial me encanta la trama
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