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En Los Ojos Equivocados

En Los Ojos Equivocados

Status: En proceso
Genre:Romance / Elección equivocada / Dejar escapar al amor / Pareja destinada / Mujer despreciada / Divorcio
Popularitas:67.1k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Meche

Soy Graciela, una mujer casada y con un matrimonio perfecto a los ojos de la sociedad, un hombre profesional, trabajador y de buenos principios.

Todas las chicas me envidian, deseando tener todo lo que tengo y yo deseando lo de ellas, lo que Pepe muestra fuera de casa, no es lo mismo que vivimos en el interior de nuestras paredes grandes y blancas, a veces siento que vivo en un manicomio.

Todo mi mundo se volverá de cabeza tras conocer al socio de mi esposo, tan diferente a lo que conozco de un hombre, Simon, así se llama el hombre que ha robado mi paz mental.

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La patrona.

Salvando una vida.

Cuando las empleadas se percataron de que Pepe había salido de casa y ya estaba lejos, la primera en salir fue Remedios, la cocinera de voz ronca. Abrió la puerta para recibir a los empleados que limpian el jardín y casi tropezó con el bulto inerte. Pálida, palmeó las mejillas de su jefa y sintió la piel helada, casi violácea, como porcelana recién salida del agua. Sin dejar de mascullar —Virgencita, protégela—, hizo señas a las demás. En segundos llegaron Marta y Camila, las más jóvenes, arrastrando una manta de lana y un par de bolsas de agua tibia.

—Está tiritando —susurró Marta mientras cubría a Graciela—. Si doña Catalina nos descubre aquí, nos corta la cabeza—

—Pues que la corte —bufó Remedios—. Esta mujer se nos muere, y la patrona ni se entera—

Camila se acuclilló y acercó su oído a los labios agrietados de Graciela. El aliento salía en ráfagas cortas y húmedas. Con dedos temblorosos le apartó un mechón del rostro: la frente ardía como un carbón mal apagado pero, al resto del contacto, la piel estaba tan fría que quemaba.

—Fiebre interna —diagnosticó Remedios, recordando los consejos de su abuela—. Hay que subirla, calentarle la sangre. Ayúdenme—

Entre las tres la levantaron. El cuerpo de Graciela pendía como un vestido sobre la percha, sin fuerza. Subieron la escalera sigilosamente, sorteando los peldaños que crujían. Desde la cocina les llegaba la voz de Catalina, imperiosa y afilada, ordenando el desayuno. Para distraerla, otra criada, Yolanda, la mantenía ocupada preguntándole qué tipo de té prefería, si el chai importado o el jazmín que había llegado ese mes desde Cantón. Catalina, amante de los ceremoniales, comenzó a explicar con lujo de detalles las temporadas de recolección y las diferencias de aroma. Aquello les ganó a las demás el tiempo necesario para desaparecer en el segundo piso.

Entraron en la suite principal y depositaron a Graciela sobre el edredón. Marta corrió a cerrar el ventanal; Camila subió el termostato. Remedios se descalzó y se metió en la cama a su lado, apretándola contra su propio pecho abundante. Le frotó los brazos para estimular la circulación, mientras murmuraba un padrenuestro que se mezclaba con suspiros de preocupación. El susurro casi maternal contrastaba con el esnobismo imperante en la mansión. A esas alturas, ambas sabían que si Catalina llegaba a ver a la cocinera acostada con su nuera la despediría de inmediato, pero el instinto de preservar la vida resultaba más fuerte que el miedo.

Graciela abrió los ojos a medias. Un murmullo de voces de infancia le pareció resonar en el cuarto: su madre tarareando un corrido, su hermana riendo en el gallinero, la carreta de la leche a lo lejos. Pero el rostro que tenía ante ella era el de Remedios, plácido y sudoroso, con lágrimas minúsculas detenidas en el borde de los párpados.

—¿Dónde…? —balbuceó Graciela; la lengua le pesaba.

—En casa, patroncita —respondió la cocinera—. Todo bajo control. Tranquila, aquí nadie la va a dejar morir—

El sonido de su propia voz la reconfortó tanto como la calidez del abrazo ajeno. Cerró los ojos y, sintiendo el latido rítmico de la mujer, cayó en un sueño menos brusco, ya sin espasmos.

A varios kilómetros del hogar, Pepe aparcó su sedán negro frente al edificio de la compañía, un rascacielos que reflejaba el cielo gris de la mañana. Saltó del coche con energía juvenil; el hecho de haber dejado a Graciela afuera le pesaba como un secreto, pero también le daba la esperanza de que ella cediera y pidiera perdón a su madre. Él sabía que no era el marido más tierno; sin embargo, cada decisión dura la justificaba bajo la premisa de mantener la paz familiar. La culpa, no obstante, le pinchaba el estómago con agujas finísimas.

Al entrar en la oficina, se topó con su asistente, Abril, depositando un arreglo de orquídeas en la mesa de recepción. La joven había trabajado apenas 12 meses allí, pero en ese corto tiempo había pasado de temerle a idolatrarlo. Llevaba un vestido verde aguamarina que abrazaba sus caderas y un recogido de moño bajo que dejaba al descubierto un cuello de cisne. En cuanto lo vio, sonrió con un brillo que oscilaba entre la admiración y el deseo.

—Buenos días, señor Benítez —canturreó, llevándose la punta del índice a los labios como quien guarda un secreto.

Pepe sintió que aquel gesto íntimo le salpicaba la conciencia, pero lo dejó pasar. Se acercó, le tomó la mano, delicada, de manicura impecable y depositó un beso en el dorso, tal como ella había fantaseado en sus noches de insomnio. Abril supo que, aun si aquel gesto era fruto de una cortesía seductora, para ella significaba un hito.

—¿Agenda de hoy? —preguntó él, con el tono de quien estrena un juguete nuevo.

Abril desplegó su tableta. Le temblaban los dedos todavía. Revisó el calendario digital.

—A las diez tiene la reunión con el comité de auditoría; al mediodía, almuerzo con la delegación de Osaka. Y—hizo una pausa, buscando su reacción—hemos recibido esta invitación especial—

Le tendió una tarjeta negra, bordes dorados. Pepe la giró entre los dedos; leyó en voz baja el encabezado: “Círculo Privado de Jóvenes Empresarios, Cena de Gala —Hotel Amarant, 20:30”. Al final, el nombre que lo intrigaba: Simón Ferrero, CEO de Ferrero Holdings.

—Interesante —murmuró—. Hablan maravillas de él. Formación militar, estudios en Harvard, operaciones mineras en tres continentes y apenas treinta años—

Sus ojos se encendieron con la chispa competitiva que años atrás lo había convertido en tiburón. Ferrero era la estrella ascendente del mercado, y Pepe necesitaba codearse con él para no quedar relegado entre los viejos zorros del gremio.

—Quiero que me acompañes —decidió, sin dar espacio a dudas.

Abril enmudeció. Su corazón dio un brinco que casi le hizo perder la compostura. Pensó: que me lleve como su pareja, y la imaginacion la embriagó. Alzó la mirada, intentando parecer serena, estaba a un paso de lograr sus objetivos, estar en el lugar de Graciela lo era todo.

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Yesica Palacio
esta buenisima la novela
Jessica Martinez
muy interesante felicidades vas bien 😉😜🤗👋🇵🇦
🇻🇪Mary Arrietas🇻🇪
muy buen tema 👌 me gusta mucho cómo se está desarrollando la historia siga escribiendo
🇻🇪Mary Arrietas🇻🇪
es una excelente novela tiene muchas cosas de la vida cotidiana cuántas mujeres todavía no viven a esa sujeción de machismo y soledad
Susana Palacios
Excelente historia, felicidades a la escritora Meche, me encanta tu trabajo 😍
Susana Palacios
A mí me encanta, gracias tu excelente trabajo 😍, sigue adelante, tu historia es muy buena, felicidades 👌, un abrazo
Mayvi Sequera
Todo es espectacular Meche
Jessica Gonzalez
que ganas de seguir leyendo mi querida Meche hay Camila desborda amor asto por los poros Diego también muere por ella gracias autora de verdad estoy atrapada en tu novela
Adelina Garaicoa
ella tambn kmo chiquilla debe d portar kmo Graciela ser más inteligente no dejarse llevar no mas x el sino kmo mujer solo ha d ir perro esa Gina solo lo kiere llegar a Simón el tonto disque sabioo no se a dado cuenta
Adelina Garaicoa
quemensen jajajajja
Sisx Yessi
A qué se refiere con esto Graciela, que intriga. gracias por escribir
Sisx Yessi
Me alegra que Graciela no se haya dejado
Adelina Garaicoa
kmo k no es coincidencia mal o para bien disgustó cn su mma
Adelina Garaicoa
d el lanjbiera mantenido cerca si no podía llevarla la deja en un hotel fiel a los instintos
Adelina Garaicoa
este hombre es tontoo es más k seguro k esa Gina esté interesada en Somos d tontoo no se da cuenta los hombres se le ni la la visión x unos calzones no tiene lealtad tomtote d nad le sirvió tanto entrenamiento Sofía encuentre una persona k la valore le guste todo d ella no una persona vil k le guste el bolsillo más k sea leal Asus convivio es cn el mejor postor tontoo lo tenía en otro nivel se me cayo
Jessica Martinez
buenísima gracias 😉😜🤗👋👍🇵🇦
Jessica Martinez
hay Gina no menosprecie a Graciela 😉😜🤗👋🇵🇦👍
Jessica Gonzalez
Gina es una víbora seguro quiere algo con Simón pero se encontró con Graciela, gracias Meche por los capítulos
mariela
Gina es una arribista que está envidiosa y curiosa por saber de Simón Ferrero pero no contaba con Graciela que parece tonta pero aprendió a leer entre líneas lo que debe decir y lo que no así de simple.
Que pasará con Camila cuando Diego la busque para que se quede con Graciela.
mariela
Algo trama Gina y hasta Graciela presiente algo raro y el pendejo de Diego no se da cuenta que lo están enamorando para ser el chivo expiatorio de lo que suceda.
Quien es Gina realmente que quiere o qué planes tiene 🤔🤔🤔❓❓❓ ❓ ❓ ❓ ❓ ❓ ❓

Si la contrataron quien lo hizo y porque 🤔🤔🤔🤔❓❓❓❓
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