Trata de una chica que ha vivido toda su vida siendo humana, y además de sus mejores amigos Matt y Lizzie, no tiene a nadie más en la vida, pero una noche todo cambia cuando un vampiro le salva la vida, luego de eso pasa por muchas encrucijadas y descubre quién es ella realmente, la híbrida más poderosa de todos los tiempos, esto desencadena muchos conflictos, aventuras y romances...
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“Un mal día.”
-Hoy ha sido un pésimo día la verdad – les cuenta Emily a sus amigos – se suponía que tenía que entrar a mi turno a las 07:00 am, pero que creen, mi despertador no sonó y llegué una hora tarde, Ralf casi me despide, me redujo el sueldo y me puso a limpiar los excusados de los baños, luego a una señora no se le ocurrió mejor idea que llamar a mi jefe para quejarse de que no sonreí lo suficiente al atenderla, ósea quien se queja por eso – concluyo Em indignada.
-Definitivamente, hoy no es tu día, amiga. -aseguró Lizzie, su mejor amiga
-Claro, pero para tu suerte o desgracia, nos tienes a nosotros, y si tú quieres yo le puedo tirar una piedra al parabrisas de ese zorro de tu jefe Ralf – declaró Matt, su mejor amigo
-No le vendría mal a esa rata explotadora, pero no gracias, la vida ya se lo devolverá con creces, además ustedes ya me han ayudado suficiente al invitarme a tomar un helado, tengo muchísima suerte de tenerlos a ambos. – dijo feliz Emily, sus mejores amigos siempre acudían a su rescate cuando su jefe se pasaba de la raya con ella, desde hacía muchos años era así.
A Lizzie la conoció primero, la encontró en el baño de la escuela llorando, cuando la que ella creía ser su mejor amiga la había traicionado y había publicado fotos de ella en ropa interior en toda la escuela, desde ese día comenzaron a hacerle bullying a Lizzie, pero desde ese día Emily y Lizzie se hicieron las mejores amigas defendiéndose mutuamente de los acosadores de la escuela.
Uno año después conocieron a Matt, cuando ellas volvían para sus casas, uno de los acosadores de la escuela intentó propasarse con las chicas en un callejón oscuro, apareció Matt como un ángel guardián a defenderlas, luego las acompañó a ambas a sus casas, luego de eso lo encontraron en un parque solo, se le acercaron y ahí comenzó su amistad que más tarde se volvió algo inquebrantable para los tres.
- ¿Em?, ¿está todo bien? - preguntó Matt – te nos fuiste por un momento.
- Ah, sí perdonen, estaba recordando cuando nos conocimos...
- ¿Que loco no?, ya han pasado casi cinco años desde que somos amigos los tres – comento Lizzie-
-Si, de los mejores momentos de mi vida - repuso Em – de verdad los amo – luego miró asombrada la hora en su celular- ¡chicos!, miren la hora que es, se nos hizo demasiado tarde – declaró mientras se levantaba y recogía sus pertenencias.
-Se nos ha ido el tiempo de las manos – declaró Matt mientras acababa su helado de chocolate – vamos las acompañó a sus casas.
-No se hagan problemas chicos yo voy sola, ustedes se tienen que ir hacia el lado contrario, les tomaría el doble de tiempo llegar a ustedes, de verdad
-No es ningún problema Em, serio. – declaró su mejor amiga.
-No hace falta de verdad, llevo gas pimienta en mi bolso, además tomaré un atajo, y les avisaré apenas llegue, ustedes también avisen cuando lleguen a sus casas – dijo firmemente Emily mientras ya se iba yendo.
La noche estaba muy tranquila en Clouwood, la cuidad en la que nació y creció, como no hacia frio casi nunca en esa ciudad, ella iba de una musculosa blanca con maripositas bordadas, una pollera de jeans y unos borceguís negros, los cuales eran muy cómodos y por ellos los llevaba para trabajar.
Em aprovechó que había poca gente en la calle para pasar por el callejón que usualmente suele evitar, pero esta noche no se sentía preocupada por ello, sus amigos la habían distraído de sus problemas frecuentes y se sentía mucho más tranquila.
Al entrar en el callejón sintió de repente un olor bastante fuerte que no supo descifrar cual era pero era demasiado repugnante así que acelero el paso, ya se estaba sintiendo bastante paranoica de nuevo, y justo cuando creía que ya salía de ahí, una figura de un hombre muy corpulento se paró en medio de su camino pero no se movió en absoluto, esto la alarmó, porque si fuera un simple transeúnte seguiría su camino, pero solo estaba ahí, observándola, por lo cual decidió pegar la vuelta, al volverse, el mismo tipo estaba parado enfrente de ella, tan cerca que pudo ver su rostro, tenía sangre alrededor de su boca y una sonrisa que la asustó, pero lo que realmente la aterró fue ver sus ojos, eran de un rojo muy fuerte, nunca antes había visto algo igual.
-Por favor, no me hagas daño – suplicó Em con voz trémula
-Tranquila – respondió el tipo de los ojos rojos con una voz gutural y un aliento que le atravesó las fosas nasales a Em – no te hare daño, solo tengo hambre, y tu serás mi cena – concluyo el demente antes de saltar sobre Em
- ¡Ayudaa! – grito fuertemente Emily antes de que el tipo saltara directo a su yugular.
De repente sintió que alguien la empujaba, al abrir los ojos vio a un chico de cabello negro como la misma noche, y unos ojos azules como las profundidades del mar con la tez tan pálida como la suya, él se puso entre medio de ambos.
-Déjala ir – lo escuche decir, su voz era suave, casi melodiosa pensó.
- No deberías meterte en lo que no te incumbe Evans – dijo amenazante el matón.
-Pues sí me incumbe, ella pidió ayuda y yo se la voy a dar, además no me gustan los tipos como tú – declaró el tal Evans – así que déjala ir o tendremos que hacer esto por las malas.
-Te crees mucho ¿no?, pues tendremos que hacerlo por las malas, luego cenaré en paz. – murmuró el matón luego de lanzarse sobre el defensor de Emily, le sacaba por lo menos dos cabezas, Emily estaba segura de que terminaría siendo la cena esta noche, eso y sin mencionar sus ojos rojos.
-Por favor no pelees, te lastimara, mejor huye tú y llama a la policía – le rogó Emily a su salvador, por mucho que le temiera a ese tipo, no iba a permitir que lo mataran por defenderla.
Él solo se volteo a verla, me dedicó media sonrisa que me pareció un tanto petulante pero igual de hermosa.
-Mejor huye tú, puedes salir más herida de lo que ya estás - dijo mirando su cuello
Bajo la mirada hacia su cuello y vio que chorreaba sangre, por lo que sacó rápido su celular para verse mejor y notó que tenía dos orificios por los que salía la sangre, aterrada por recién notarlo se volteó a ver al matón que le había hecho esto, él estaba agarrando del cuello a su salvador el tan Evans, pero este ni siquiera se defendía.
De pronto el loco matón saco un par de colmillos con los que intento clavarlos al tal Evans, pero este, con una gran destreza y fuerza sobrehumana, lo tomo por el cuello, le saltó encima y le rompió el cuello, cayendo inerte al suelo, luego su salvador se le acercó lentamente al cuerpo y de una patada le arranco la cabeza y ahí notó que los ojos del chico que acababa de salvarle la vida también se habían transformado en rojos y sus colmillos habían hecho acto de presencia.
- Pero... ¿qué has hecho? – susurró Emily llevándose las manos a la boca.
- Es un vampiro y esa es la mejor manera de matarlos – dijo simplemente, dejando a Emily en shock, pero en el fondo lo sabía, al ver sus ojos rojos y esos colmillos.
-Pero tú también eres uno como el ¿no? – preguntó algo temerosa.
-Lo soy, pero no me compares con ese tipo – luego le tomó de la muñeca y la sacó del callejón.
- ¿A dónde me llevas? – atinó a preguntar ella
- Lejos de este lugar, seguro que no estaba solo, y antes de irme debo dejarte en un lugar seguro. – declaro su vampiro salvador
- ¿Asique no vas a comerme también? – preguntó todavía temerosa – esté al escucharla preguntar eso, se paró en seco y se giró a verla.
- ¿Por qué te salvaría para luego comerte?, ¿no te parece algo ridículo? – pregunto con algo de ironía cargada en su voz
- Supongo que tienes razón, pero ¿a dónde iremos?
- Te llevaré a tu casa, no es seguro que vuelvas sola. - exclamó el vampiro.
- De acuerdo, solo porque me salvaste y confío en que no vas a comerme, pero ¿me podrías decir al menos tu nombre? – pregunto curiosa Emily
- Tienes razón, no me he presentado. Soy Jackson Evans, es un placer – se presentó cortésmente Jackson.
- Un placer Jackson, mi salvador, yo soy Emily Harris.
Jackson asintió levemente la cabeza a modo se saludo.
Antes de ir hacia la casa de ella, dieron un par de vueltas para asegurarse de que nadie los seguía, luego de unas horas fueron hacía su casa.
*Al llegar a la casa de Emily*
- Bien ya llegamos – dijo Em
- Perfecto, ahora debo irme – el vampiro hizo el amague como para ya irse a su casa, pero Emily lo detuvo.
- ¿No es peligroso que te vuelvas tu solo?, dijiste que quizás ese tipo no andaba solo, tal vez deberías esperar hasta el amanecer para irte – dijo ella nerviosa, el vampiro le provocaba eso, era muy bello al igual que peligroso, pero no deseaba que le ocurriera algo malo por culpa de ella.
- Sería más peligroso para mi andar fuera de casa en el amanecer que esos tipos, créeme.
- ¿De qué hablas? – pregunto Em – él la miró a los ojos y por alguna razón suspiro
- Los vampiros no toleramos la luz del sol, si salgo de día, podría morir quemado vivo, si así se le podría decir – confesó Jackson cansado
- Entiendo – dijo Em – entonces es mejor que te vayas ahora, ya están por salir los primeros rayos de sol y no quisiera que te quemaras – le confesó al vampiro – por cierto, no te lo he dicho, pero muchas gracias por salvarme esta noche, de no ser por ti, esta noche habría sido la cena. – le agradeció sonrojada Emily.
- No hay de qué, pero tal vez deberías evitar esos callejones y más cuando es de noche y no hay ni un alma por las calles – le respondió Jackson, se sentía raro, nunca antes se había relacionado tanto con una humana y además ella no le temía, sino que también se preocupaba por él
- Por favor, Jackson, acepta esto de mi parte, como agradecimiento – dijo ella entregandole un collar que llevaba puesto, tenía la forma de una mariposa, mitad roja, mitad azul.
- No creo que sea neces… - ella lo interrumpió, le tomó la mano y colocó el collar en su palma.
- Por favor, no sé si te volveré a ver, y por si acaso me gustaría que lo conserves – pidió Em de corazón- a lo que Jackson asintió con la cabeza, le agradeció por ello y se fue.