Catalina : El Infierno Vive En Mí

Punto de vista de Federico

Estaba harto de la vida que llevaba mi hijo, él solo pensaba en estar de fiesta, trabajando y acostándose con cualquiera que se atravesara en el camino, no podía seguir permitiendo eso.

Así que llame a los Alarcón y les propuse una unión entre nuestras familias por medio del matrimonio entre su hija menor y nuestro único hijo. Obviamente, Camilo acepto sin chistar. Pues hacer una alianza entre nuestras familias garantizaría su supervivencia en este mundo.

"Los esperamos en nuestra casa, esta noche", dije a Camilo.

"Hasta la noche entonces, solo tengo una duda". Comento Camilo con el ceño fruncido.

"¿Qué puede ser?", pregunté mirándolo fijamente.

"¿Gabriel está de acuerdo con esto?", pregunto preocupado.

"Mi hijo hará lo que yo le diga, eso siempre ha sido así. Ahora si me disculpas tengo cosas que hacer", colgué la llamada, ya que sabía no sería fácil controlar a Gabriel. Solo espero que entienda la importancia de su matrimonio con esa familia y que podamos llevar la fiesta en paz.

Fui con mi esposa a darle la noticia de que emparentaríamos con los Alarcón, esperaba que ella aceptara, ya que Marcela la esposa de Camilo era una mujer que no le caía bien.

Pero para mi sorpresa cuando le dije que había hecho ella lo tomó muy bien y acepto a Camila como parte de esta familia. En fin la noche llego y con ella los Alarcón, no podía negar que la hija de mi futuro socio era hermosa, aunque aún era muy joven, ya que contaba con veinticinco años, pero al entrar de una de las familias más temerarias en el bajo mundo fue criada para ser una dama de la mafia, su carácter debía ser fuerte y sus enemigos al verla seguramente temblaban de miedo.

"Familia, bienvenidos", salude con agrado.

"Gracias, Federico", respondió Camilo en un tono frío, el mismo que usábamos todos.

"Marcela", saludo mi esposa con un movimiento de cabeza, para luego dirigirse a Camila. "Camila has crecido, la última vez que te vi eras una niña apenas".

"Gracias señora Graciela, al contrario de usted que parece que los años no han pasado nunca. Sigue viéndose muy joven y hermosa", respondió Camila amablemente llegando al punto sensible de mi esposa.

"Por favor pasen no se queden ahí parados", dije invitándolos a la sala de estar.

"¿DDóndeestá Gabriel?", pregunto Camilo algo intrigado.

"Ya está por llegar, sabes que los negocios no esperan", respondo con ganas de desaparecer a mi hijo.

Paso al menos una hora antes de que Gabriel llegara, temía que no viniera, pues para lo único importante era estar debajo de las sabanas con una hermosa mujer y esa precisamente fue la razón por la que escogí a Camila, esa muchacha además de inteligente era hermosa y sabia que podía complacer a mi hijo en lo que él deseara.

"Buenas noches", la voz fría de Gabriel resonó en la sala.

Graciela inmediatamente lo regaño por llegar tarde, pero a él le daba igual las palabras de su madre.

Le expliqué la situación a mi hijo pensando que él lo tomaría de la mejor manera; sin embargo, de él solo recibimos malos tratos, pero lo peor fue que rechazo a Camila y anunció que él ya estaba comprometido y que no dejaría a esa otra mujer. Sabía que todo era mentira, que él únicamente estaba diciendo esas cosas para zafarse del compromiso con Camila y eso no lo iba a permitir.

Gabriel se retiró de la casa después de decir esa sarta de mentiras.

"Pensé que tú hijo ya sabia de este compromiso, esta ha sido una ofensa muy grande para nosotros. Espero que soluciones rápido esto", Camilo sonaba amenazador y esa actitud me molesto de gran manera, él no era nadie para hablarme así, pero tampoco podía juzgarlo, ya que lonque hizo Gabriel no es de hombres.

Una vez se fueron los Alarcón hablé con mi esposa, ella no mostraba ninguna expresión, de ahí saco Gabriel su frialdad. Al siguiente día fui a la casa de mi hijo, tenía que atraparlo en la mentira así que ordene que nadie le informara de mi visita.

Al llegar a la casa lo encontré en el comedor y junto a él había una hermosa joven, me acerqué a él enfrentándolo, la joven permaneció en silencio, pero luego de un rato ella intervino en la conversación y me hablaba de manera retadora sin una pizca de miedo en sus ojos.

La actitud de la muchacha me gusto, era decidida y no temía al momento de defender lo que quería. Siempre quise que mi hijo estuviera con una mujer así. Lo único malo que le veía era su edad, parecía muy joven y temía que no pudiera soportar lo que es esta vida.

Salí de casa de mi hijo y fui directamente a mi oficina, los negocios no esperan a que solucione la vida de Gabriel.

"¿Cómo te fue con nuestro hijo?", Graciela me estaba esperando en mi oficina, ella no quiso ir con Gabriel, ya que no quería perder la cordura.

"El asunto de la novia es enserió, están viviendo juntos y parecen ser felices", respondí indiferente.

"Necesitó conocer a esa mujer, nuestra familia es muy importante y no vendrá una muchachita a destruir lo que con tanto trabajo nos ha costado construir", Graciela era radical, para ella era blanco o negro no había grises, estaba seguro de que la mujer de Gabriel no le gustaría.

"Hagamos una reunión familiar y los invitamos, pienso que es la mejor manera de saber como es esa muchacha", fue lo mejor que pude pensar para suavizar la situación, pero en el fondo sabía que mi esposa no estaría acuerdo con esa relación, ya que Catalina tenía un tono autoritario al igual que Graciela y esos dos carácter juntos no se llevarían bien.