En desarrollo
Larry Russo es un CEO italiano que decide comenzar su vida en Nueva York luego que su prometida Aurora muere de un disparo en la cabeza en un asalto.
Años después se cruza con Abigail, una profesora de la universidad donde él impartía una conferencia, donde él queda prendado de ella por el enorme parecido con su novia fallecida. El destino da un tire y jale en la vida de Abigail, cuando la madre de ella necesita un trasplante de hígado para vivir.
Larry y Abigail, entrecruzan sus vidas y el destino les tiene un contrato.
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I.
...PALABRAS DE LA AUTORA ...
Primeramente, quiero agradecer a cada uno de ustedes, mis lectores por todo el apoyo que me dan, desde un like hasta un mensajito.
Viene a mi memoria un recuerdo de mi profesora de Lengua y Literatura que decía que un buen libro produce emociones, estas podrían ser emociones de alegría, tristeza, enojo y todos sus emociones derivadas. Espero que está historia produzca en ustedes emociones y les dejé al final una lección, porque de todo lo que leemos siempre nos queda algo.
Finalizo estás palabras compartiendo una frase de Mario Benedetti.
“Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón”.
...Un saludo y muchas bendiciones....
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Me levanté asustado, mi cuerpo temblaba de miedo, mi frente empapada de sudor. Continuamente, una pesadilla me agobiaba cada noche desde hace dos años. Esa pesadilla en su momento fue una dura y fea realidad.
Soy Larry Russo, un hombre de origen italiano de 28 años, CEO de una empresa, soltero, sin hijos que vive actualmente en la Ciudad de New York.
Tengo problemas para dormir, esto debido a un trauma. Hace un par de años cuando la vida era perfecta para mí, porque tenía un compromiso con Aurora, la mujer que amaba y que quería hacer mi esposa. Desgraciadamente, un día saliendo de un restaurante a eso de las 9 de la noche, fuimos interceptados por unos delincuentes que le pusieron fin a la vida de Aurora tras un disparo en la cabeza. No lograron asaltarnos, pero me quitaron lo que más amaba.
Aunque los delincuentes están en la cárcel, eso no va a devolverle la vida de mi Aurora.
Lloré lágrimas de dolor y amargura. Sigo sin comprender los designios de la vida. Mengué mi dolor trabajando día y noche, el estrés y el sueño se fueron acumulando y mi cuerpo empezaba a resentirse. Me había vuelto amargado, todo me disgustaba y había puesto una pared entre las mujeres y yo.
Después de cada pesadilla, me levantaba de la cama e iba directo a la cocina a buscar una botella de vino, me servía una copa y me sentaba frente a la ventana a ver el cielo estrellado hasta que llegaba el amanecer.
Está vez logré dormir dos horas.
Me fui al baño, me di una ducha y salí a alistarme para ir a la empresa. Cuando llegaba, los empleados me recibían con respeto.
—Buenos días, señor Russo. Llegó esta invitación de la universidad.
— Gracias Luz.
Tomé el sobre y me fui a la oficina. Esta es la quinta invitación que recibo este mes. El decano de la facultad de Economía quería que yo diera una conferencia a los estudiantes del último año de Economía empresarial. Guardé la invitación en la gaveta del escritorio. Empecé a trabajar en mi computador.
Tocan la puerta y abren, era Luz.
— Señor Russo, la joven que trajo la invitación, insiste en hablar con usted.
— No quiero ver a nadie. Dile que se retire. Solo atiendo una cita con seis meses de antelación.
— Está bien, señor Russo— Luz cerró la puerta de mi oficina.
Saqué de la gaveta el sobre de la invitación y lo leí. Está era la primera vez que el decano envía a alguien que insiste en verme. Mis ojos fueron directos a la fecha y hora.
Cerré mis ojos pensando un poco si debo ir para que me dejen de molestar o simplemente sigo ignorando cada invitación.
¿Qué tan importante puede ser lo que yo les diga a unos jóvenes que seguramente no tienen futuro? Si uno de cada diez, a lo mucho encontrará trabajo y el resto trabajará en cualquier cosa.
Dentro de la invitación habia una tarjeta de presentación con el número del decano. Llamé al decano y confirmé la asistencia para la conferencia, pensando que por fin dejaría de recibir esas invitaciones absurdas.
son cortas y sin tanto enredo felicidades y más que agradecida por tan linda labor
felicidades
Exitos Éxitos Éxitos