EL PECADO DE LEONORA!

_ Al hotel Rubí por favor!, subo al taxi mientras le doy la dirección de a dónde debe ir, el hombre me mira por el espejo retrovisor mientras sonríe, apuesto que no todos los días se encuentra con una mujer como yo,

¿Y quién soy yo?, mi nombre es Leonora Prado, actualmente tengo 28 años y si me preguntan si soy feliz, no, no lo soy, quien es feliz siguiendo las normas que aparenta una sociedad? ¿Pero me divierto y eso es importante no?

_ Son $80.⁰⁰ !, el taxista me indica la tarifa mientras saco un billete y lo entrego,

_ Quédese con el cambio!, salgo del auto para inmediatamente llegar a recepción,

_ habitación 504! Le entrego a la recepcionista la tarjeta que he recibido está mañana, ella me mira de arriba a abajo sin siquiera disimular, después de verificar la tarjeta me entrega la llave de la habitación, camino en pasos cortos, pero seguros, mientras ella me habla

_ que se divierta hermana!! dice en todo burlón, no es para menos, apuesto que piensa que traigo un buen disfraz, pero en realidad es mi atuendo de siempre, ho por si no se los he dicho, soy una monja, obligada por mis padres a servir a la iglesia, actualmente doy clases de matemáticas a las niñas del mismo convento en el cual me trajeron hace 12 años

Llegó a la habitación y me saco las cosas de mi pequeña bolsa, no es que trajera grandes prendas, un baby doll, blanco que por supuesto podía haber traído bajo mi hábito, pero no, eso sería demasiado para mi desfachatez

Guardo bien mis ropas dentro de la bolsa mientras espero pacientemente a mi cliente,

a la hora exacta, 7:00 pm se escucha la puerta, tal como lo dijo Dante, mi cliente es alguien muy puntual, pero me quedo maravillada con la perfección de este hombre, es alto, cabello castaño, ojos claros y una perfecta apariencia, en verdad me hace preguntar si los ángeles existen, el hombre inspecciona todo el lugar hasta posar sus ojos en mi, me mira cuidadosamente mientras me hace señas con su dedo para que de vuelta, yo obedezco pues ese es mi trabajo,

_ Lucero, has leído el contrato verdad? ¡Dice cerca de mi iodo, yo afirmó, _ si señor, lo he hecho! _ entonces comenzaremos ahora!

Él no hace juegos previos simplemente me lanza sobre la cama y cubre mis ojos con su propia corbata, inmediatamente mis fosas nasales se inundan de su fragancia, el recorre mí piel expuesta con sus largos dedos, desde mi cuello hasta llegar a mi entrepierna, pasa sus dedos por encima de la tela, pero sus movimientos son bruscos y descuidados, se divierte jugando con mi piel, mientras apuesto que hace tiempo para entrar en mi,

Escucho el sonido del empaque romperse y sé que sucede a continuación, respiro profundo mientras el entra en mí, al principio el ardor e incomodidad me invade, pero pronto deja de sér doloroso a pesar de la brusquedad de sus acciones, comienzo a sentir un hormigueo en mi zona baja, el contrato dice que no puedo hacer ningún ruido y es entonces que me toca morder las sábanas para evitar que un sonido salga de mis labios, están prohibidos los besos y caricias y está bien de esta manera facilitan mi trabajo, soy una con el trabajo más antiguo de la sociedad, pero no sé confundan no lo hago por qué alguien me obligué, lo hago por qué me gusta además de que estoy juntando lo necesario para irme aquí, lejos donde nadie cuestione mis acciones y no tenga unos padres hipócritas que solo me han llevado al convento para redimirse de sus pecados, bueno también los míos,

Les conté por qué estoy en el convento?

Bien pues tenía 16 años cuando un chico me comenzó a enamorar, ya saben la inocencia del primer amor, ese que piensas que será para toda la vida, pues eso me sucedió entregué todo de mi a ese estúpido, y que paso?, me enteré de que también salía con mi hermana, quien por cierto estaba embarazada de él, se armó un escándalo cuando ella nos encontró en mi propia habitación, entonces yo pase a ser la mala de la historia y mis padres me encerraron el convento, para limpiar mis pecados, y de paso los suyos, pero todo cambio cuando conocí a Dante, un hombre que me ofreció ser yo misma, me hizo conocerme a mi y mis necesidades, mis deseos, esos que difícilmente se apagan, es por eso que me divierto de vez en cuando con algún cliente con las mismas ganas que yo, y si recibo dinero y placer, entonces estoy doblemente feliz

El hombre sobre mi me ha provocado un par de orgasmos, esos que, no hay necesidad de fingir los, pero que al mismo tiempo te dejan con ganas de más y más, el me convierte en una bestia a la que intenta domar al ponerme en cuatro, mis cabellos son cuerdas entre sus dedos, provocando que mi cintura se arquee mientras soy embestida una y otra vez, puedo sentir como mi piel comienza a ser pegajosa debido al sudor de mi cuerpo, pero él parece tener una enorme resistencia, ya que no me ha dejado descansar por ni un minuto, faltando diez minutos para las diez de la noche el por fin parece satisfecho, mientras mi cuerpo queda rendido sobre la cama escucho la regadera a lo lejos, pronto el sale perfectamente vestido, como si no se hubiera comportado como una bestia hace un momento,

_ lo que acordamos, esto es un extra por tu enorme trabajo! El hombre pone un fajo de billetes sobre la mesita para después salir sin mirar atrás, yo tomo un poco más de tiempo pues nuevamente la Cláusula del contrato, dónde dice que solo puedo salir después de media hora después de que el lo haya hecho,

Me ducho con calma mientras veo los ematomas en mi cuerpo, agradezco llevar una túnica de esa manera puedo ocultar mi secreto.