Hijo De Sangre

Historia desarrollada en las afueras del pueblo.

La noche había llegado. La luna brillaba con mucha intensidad, algo que se podía apreciar muy pocas veces en aquel pueblo.

—Hiciste muy mal en ayudar a esa chica.—Ezequiel regañaba al joven vampiro.—Si tu padre se entera va a molestarse mucho.

—Mi padre siempre está molesto sin importar lo que yo haga.—Le respondió mientras concentraba su mirada hacia la luna.—Sin importar mis aciertos soy regañado.

Ezequiel se compadeció de sus palabras. Sabía que Lor era un ser demasiado estricto y que su mal carácter era parejo hacia todos, Airet no era la excepción.

—Tu padre ha pasado un proceso difícil, pero nunca dudes que está orgulloso de ti.

Le tomó del hombre para darle consuelo. No tuvo más ganas de continuar con el regaño.

Ambos estaban afuera de la casa en la que Airet vivía con sus padres falsos. Aquellos que habían sido contratados por Lor para dicha tarea. Los ancianos no solo lo hicieron por la paga, el gran respeto y temor hacia el vampiro fue un aliciente muy importante.

La casa estaba alejada de las demás, era el lugar perfecto para pasar desapercibidos y en total tranquilidad.

Airet y Ezequiel estaban sobre el verde y crecido pasto. Trataban de relajarse después del intenso día.

—Me siento muy atraído por ese brillo.—Airet interrumpió el silencio después algunos minutos.—Estar bajó su luz me relaja.

Su acompañante miró hacia el astro intentando sentir lo mismo que él, pero por más que lo intentó no logró sentirlo. Quizá el problema en el que estaba metido se lo impedía.

—Siempre me ha mortificado mi naturaleza.—Continúo el vampiro sin bajar la mirada.—¿Qué soy?, ¿Para que existo?—Presionó sus puños fuertemente.—Quizas la luna tenga esas respuestas... estoy seguro que así es.

—Eres un ser superior y único.—Le dijo Ezequiel para animarlo.—Tienes los genes del ser más poderoso del mundo y también has heredado fortalezas humanas, puedes ser quien tú quieras.

Tras escuchar eso, Airet bajó por fin su mirada para enfocarse en su compañero.

—¿De verdad ella tiene que morir?—Preguntó con un profundo pesar en sus ojos.

—Asi es, aunque no entiendo porque te duele... nunca te había visto sufrír.

—Porque nunca había sentido esto por alguien.

Ezequiel lo miró profundamente. Le sorprendió mucho que el joven se expresara así.

—Quiza haya otro modo... hablaré con mi padre.

—Antes que hables con él debemos solucionar el problema.—Lo tomó del brazo para detenerlo.—Ella está desaparecida, tenemos que encontrarla primero.

Historia desarrollada en el palacio municipal.

—Al fin te tenemos niña.—Un hombre mal encarado se dirigía a Eliz.—Nos diste muchos problemas pero al fin estás aquí.

—¿Qué quieren de mi?—Preguntó desesperada y cansada de estar amarrada en la silla.

—Lo único que deseamos es información.—Respondió con voz sería.—¿Por qué te perseguían esos hombres?

Eliz había sido capturada por hombres del gobierno quienes no se tentaban el corazón para descubrir lo que deseaban. 

La habían estado siguiendo desde que llegó al pueblo. Les llamó su atención que llegara sola y más al darse cuenta que había salido de la casa donde vivía Lor.

—¡Deja de fingir!—Le gritó otro de los hombres que ahí estaban.—Sabemos que has tenido contacto con el vampiro y que te estaba siguiendo.

—¿Vampiro?, ¿Qué es eso?—Su tono de voz hacia notar el inmenso miedo que tenía.

—El maldito ser que está escondido en la casa antigua.—Le respondió nuevamente el hombre que estaba enfrente de ella y quien había iniciado la conversación.—Se hace llamar Lor.

—¿El señor Lor?—Eliz por fin entendió de que se trataba todo eso.—¿Qué quieren de él?

Los hombres se emocionaron porque al fin habían podido hacerla reaccionar y podían sacar la información que debían.

—Ese ser nos ha acosado y amenazado todos estos años.—Dijo el tercer hombre que estaba enfrente de ella.—Somos enemigos, sabemos que algo le ha pasado pero no sabemos el qué. Tú podrías ayudarnos a entender la situación.

—Yo no sé nada.

Eliz aún sentía un tipo de lealtad por el vampiro que para ella había sido un buen anfitrión y le agradecía el hecho de permitirle vivir en su casa.

La joven desconocía la verdadera maldad y naturaleza de ese ser, así como el hecho de que la estaba buscando para matarla y tomar su corazón. Eliz creía que la deseaban atrapar porque se había escapado... era mucha su inocencia.

—Habla niña.—Insistieron sus captores.—Será mejor para ti que nos reveles todo. Si no lo haces por las buenas te vamos a torturar.

—Es verdad lo que les digo. Yo no sé nada.

La joven había decidido mantenerse firme en su decisión. Aún con la idea de ser torturada creyó que podría resistir.

De pronto, la sesión se vió interrumpida por otro hombre que entraba en la habitación. Llevaba con él a Darinka, había sido capturada junto con su amiga.

—Esta ya despertó también.—Dijo igualmente con un tono prepotente.—Podemos intentar con ella.

—Muy bien...traela.

El hombre la arrastró por toda la habitación hasta llegar al fondo. El lugar era muy oscuro, ante la noche no habían optado por encender muchas luces, únicamente había una lámpara que estaba cerca de los tres hombres que estaban sentados enfrente de Eliz.

—Muy bien niña.—Empezó el de en medio.—Dinos ¿Por qué las estaban persiguiendo?

Darinka aún no había reaccionado del todo pero comenzaba a hacerlo. Se vió envuelta en aquella situación que era muy aterradora y de la cual no sabía cómo salir. El miedo estaba presente en ella y no pudo evitar confesarlo todo.

Historia desarrollada en el pueblo de los santos.

—Es increíble toda la información que me ha mostrado.—Afirmó Walter hacia el sacerdote.—Es aun más increíble que la haya recolectado.

—Dediqué mi vida entera reuniendo pruebas esperando que este día llegara.—Dijo con un tono de seriedad.—Necesito pruebas de que ese ser existe y todo lo que hizo. Las personas me podrían tomar como un loco.

—Es exactamente como suena... "una locura"

Ambos caminaban rápidamente en dirección hacia la casa del antiguo gobernador. El sacerdote quería mostrarle el lugar donde sabía que estaba su peor pesadilla, o al menos donde vivió.

Walter aún seguía incrédulo pero analizaba las cosas intentando entender al sacerdote ya que no era muy común que alguien reuniera tantas cosas para mantener una farsa.

Su intuición de investigador le decía que había algo misterioso en ese caso aunque aún no estaba seguro si era lo que aquel hombre afirmaba.

—¿Por qué no se fué de este lugar?—Preguntó nuevamente para reafirmar su hipótesis.

—Mi respuesta no va a cambiar de la última vez.—Dijo el sacerdote un poco molesto.—Entiendo que desea encontrar la mentira en mi, pero eso no ocurrirá.

Walter sonrió y siguió caminando sin decir nada, sabía que todo se resolvería en cuento llegara a la casa del antiguo gobernador. 

Sin importar el resultado, era un caso muy extraño. Hacía tanto tiempo que no sentía esa excitación corriendo por su cuerpo, aquella que le hacía ir al límite y resolver aquel crimen completamente.