PROHIBIDO

Hola queridos lectores (as)

Esta historia tiene contenido adulto explícito y sensible, leer bajo tu responsabilidad.

Nuestra protagonista no es la casta, pura y mojigata que todos acostumbramos leer, si no te agrada Rachel, puedes abandonar la historia, entre gustos no hay disgustos. Gracias 😁

La novela anterior SOLO MÍA, También habla de la linda castaña.

La castaña se encontraba en el supermercado comprando cosas para su nuevo hogar, al llegar a la caja observó la espalda del alto hombre, su cabello negro se le hacía familiar, su porte y su voz "Max ¿Eres tú?" Preguntó Rachel.

El pelinegro volteó a mirar buscando la voz familiar, creyó que nunca más la vería frente a frente "Señorita Lombardi"

Rachel no pudo aguantar la emoción y sin pensarlo se lanzó a la boca del hombre besándolo sin detenerse, Maximiliano por un momento se dejó llevar por el apasionado asalto, sus labios eran suaves, con un sabor magnífico y muy experimentado. La cajera y demás clientes observaron la interacción a su parecer hacian una linda pareja. El hombre reaccionó, pensando que nada estaba bien, entonces se alejó.

"Señorita..." Dijo Maximiliano, pero fue interrumpido por Rachel.

"¿Señorita? ¿Crees que soy Señorita Max? A la mierda todo eso, te busqué, dejé a mi novio por ti" Confesó Rachel y el personal que chismoseaba rieron interiormente.

"No se lo pedí, lo hizo por que quiso y espero que sea la última vez que me bese" Dijo Maximiliano alejándose.

"No me digas ¿Qué eres gay?" Sonrió Rachel, las mujeres que esperaban para cancelar sus compras quedaron a la expectativa, todas querían saber si el hermoso hombre era gay.

"Estoy casado, ahora aléjese" Advirtió Maximiliano marchándose, Rachel y las demás chicas sintieron tristeza al saber que el guapo pelinegro estaba comprometido.

Rachel no supo lo que le pasó, era la peor noticia que recibía desde que estaba en Europa, ella deseaba a ese hombre y lo tendría, así fuera una sola vez, deseaba saber que sentía y únicamente lo sabría si compartiera algo más que un beso.

La castaña era la hija menor del matrimonio de Luisa y William Lombardi, era considerada por todos, rebelde, caprichosa, acostumbrada a tener todo a sus píes. La chica era extremadamente hermosa, lo habia heredado de su madre, al igual que los gestos cautivadores que hacian parte de sus dones familiares.

La joven tenia familiares por parte de su madre mágicos, sus tíos otorgaban ciertos regalos al nacer, aunque la chica nunca habia deseado tener tal poder, algunas veces pudo percibir cosas que pasarian en un futuro.

Rachel había tenido tiempo atrás una relación con el mejor amigo de su hermano Alexander, su ex se llamana James Alcázares, pero la chica había dejado al hombre con el corazón roto en Estados Unidos por estudiar en Europa.

Rachel había conocido a Maximiliano Brown en su antigua universidad, era el profesor suplemente de matemáticas, en ese momento era soltero y ella un estaba con James.

Maximiliano había dejado estados unidos por una propuesta laboral en Europa, era director académico de una de las mejores entidades en Alemania, llevaba seis meses de casado con su pareja, Carolina Weber, una chica de origen Alemán que conoció en una cafetería cuando laboraba en el lugar.

Maximiliano llegó con productos del hogar a su espacio, saludó a su esposa como de costumbre y fue a darse una ducha, el beso había sido demandante y tenía un calor en su cuerpo indescriptible, al salir del baño llevaba una toalla que únicamente cubría de la cintura hacia abajo, el hombre se recostó en la cama pensando en su antigua alumna.

Por su parte Rachel hacía lo mismo, llegaba de hacer compras y anhelaba ver nuevamente a su querido profesor, recordó la historia que le contó su padre.

Pasado

"Gracias a la conexión que tenía con su madre creé una ruta para verla en mis sueños, era tanto el deseo de ambos que, sin pensarlo abrimos un portal astral y utilizamos un cordón de plata que nos hacía viajar de manera espiritual" Confesó William el padre de Rachel.

"¿Cordón de plata?" Preguntó Rachel

"Si, de alguna manera tu mamá y yo activamos los viajes astrales al dormir, sin darnos cuenta viajábamos en las noches al único lugar que nos unía "Pole Dance". En el plano astrofísico el cordón de plata representa una especie de hilo plateado muy elástico que permite al cuerpo astral separarse del cuerpo físico, algo que por lo general ocurre cuando la persona duerme, este aún queda unido al otro, a través del cordón de plata" Respondió William.

"Papi, podré algún día viajar a través del cordón de plata?" Preguntó Rachel.

"Tu caso es distinto princesa, estas con James ¿Qué nesecidad tendrias de viajar mientras duermes, si lo puedes ver en físico?" Preguntó William.

"Vamos papi, responde, quizas quiera volar" Suplicó la castaña.

William suspiró, la idea de confesarle a sus hijos la historia con su madre no se trataba de decirle a su princesa como acechar en los sueños a los hombres "Bien nena escucha, si dos personas no pueden contenerse y tienen demasiado deseo el uno por el otro, es probable que inexplicablemente puedan viajar de manera astral desconociendo la practica, eso nos pasó a tu madre y a mí, pero si te ocurriera, serias totalmente consiente, porque te lo estoy confesando"

Presente

Rachel pensaba en cada palabra que había dicho su padre, ¿Cómo podría convertirse en un cuerpo astral y buscar a su adorado tormento?

"¿En qué piensas pequeña?" Preguntó su tío Crepúsculo, quien aparecía donde le diera la gana.

"¡Tío!" --- Exclamó Rachel abrazándolo -- "¿Qué haces aquí?" Preguntó la castaña.

Rachel siempre había optado por no saber de ese pasado mágico que la acechaba, ella tenía temor de todas esas cosas extrañas que poseía la familia de su madre, pero ahora estaba interesada en alguien que la rechazaba, entonces deseaba inmensamente ayuda.

Crepúsculo era el tío de Luisa, la madre de Rachel, anteriormente este había regalado una maldición a su sobrina al nacer, Luisa había hecho todo lo posible porque sus hijos recibieran únicamente bendiciones, pero Rachel estaba escribiendo su propio destino al pedir ayuda a su tío mágico.

"Si tu madre supiera esto... No puedo imaginarlo, pero tienes en tu corazón un deseo que puedo cumplir" Dijo Crepúsculo.

Rachel lo miró con sospecha "¿Puedes ayudarme a encontrar a alguien que no sé donde vive? Quisiera llevar mi cuerpo astral hacía él, deseo que me piense tanto como yo"

Los ojos verdes del hombre brillaron, su intensión nunca había sido lastimar a su familia, pero su instinto de maldad era más fuerte que él, recordó que no le había dado un regalo que marcará su vida cuando nació, talvez podría darlo ahora -- Pensó

"¿Por qué piensas tanto?" Preguntó Rachel.

"Ya te di un regalo cuando estabas pequeña, no puedo andar por el mundo repartiendo dones encima de otros" Dijo Crepúsculo observando las actitudes, gestos y energía de su sobrina, podía sentir, oler el deseo que traía con ella.

"¿Cuál? ¿Ese de presentir cosas futuras? En este momento no me sirve nada de eso, deseo lo que te pido. Si no me ayudas podría decirle a mi madre que me visitas, eso no le agradará, sabes que siempre te dice que te mantengas alejado" Dijo Rachel mordiendo la parte interna de sus mejillas.

"¿Me amenazas pequeña? Te pareces mucho a mí, la maldad corre por tus venas, ese hombre es prohibido, estás cambiando tu historia, él no es para ti" Advirtió Crepúsculo.

"Tío, por favor renuncio a mi don de nacimiento, otorgame uno donde pueda tener lo que desee ¿Si?" Preguntó Rachel.

"Cheli, Cheli, hacer tratos conmigo es como hacerlos con el mismísimo diablo, ¿Acaso no conoces la historia de tu madre?" Preguntó Crepúsculo.

"Sí, vivió cuatro vidas, pero estaba enamorada, siempre estuvo con mi padre, yo estoy sola y deseo a ese hombre" Dijo Rachel haciendo unos hermosos gestos de nacimiento.

"Recuerda que también murió trágicamente en sus tres vidas, pero está bien, entrégame lo que te di y te daré algo nuevo ¿Irás al matrimonio de tu hermano Alexander?" Preguntó Crepúsculo.

"Si, es mi único hermano y Melisa es mi mejor amiga" Dijo Rachel.

"Después de la fiesta de bodas ortorgaremos los regalos a los trillizos, si gustas puedes estar, pero no podrás revelar ninguno de mis obsequios, serás mi cómplice" Dijo Crepúsculo riendo.

"Mis tíos Ocaso, Alborada y Amanecer ¿Estaran de acuerdo? ¿También son cómplices?" Preguntó Rachel.

"Si, ellos harán lo que diga, aunque sus regalos no se comparan con los míos. Basta de hablar Cheli, entregame tu don y te daré lo que pides" Dijo Crepúsculo, observando la reacción, estaba decidida y eso llamó la atención del endemoniado tío.

Rachel observó los ojos brillantes de su tío, nunca había estado tan cerca de él, su madre no lo permitía, la chica podía sentir un aura pesada en el ambiente y el presentimiento de que algo no saldría bien se apoderó de ella, pero aún así había tomado una decisión.

Crepúsculo quien podía escuchar cada parte de ella, su respiración, el latir de su corazón y sus pensamientos, sonrió y dijo "Cheli aun te puedes arrepentir. Si fuera tu le hiciera caso a ese instinto, ese es tu don el que te dice que soy peligroso"

"Si sabes eso, me imagino que también sabes que tomé una decisión" Dijo la chica besando la mejilla de su verdugo.

Crepúsculo se paralizó por un momento ¿Acaso todos lo dones que hacía 23 años había otorgado a su pequeña sobrina, junto con sus hermanos ¿Hacian efecto en el?"