El Regreso Del Emperador Tirano

" Daniel, ¿escuchaste el mensaje que te envié por medio de la piedra mágica? ¿A quién enviaste para que estuviera al servicio de mis hijos?"

- Sí, lo escuché. Fue lo primero que hice: mandé a dos de mis hombres de confianza para que ayudaran al capitán. Además, envié a dos sirvientes de confianza; confío plenamente en ellos. También al mayordomo, que te es muy leal y además quiere muchísimo a los príncipes. -

" El mayordomo no entendió a Daniel. Se me había informado que el mayordomo no quería atender a mis hijos, y dado que es un hombre de avanzada edad y lleva mucho tiempo al servicio de la familia real, no lo obligué. "

- Ay, amigo mío, esta es una de las tantas mentiras en las que hemos caído, por culpa de la niñera de tus hijos. Ella me dijo que fue quien le pidió que le dejara el cuidado de los príncipes, ya que temía que tú la devolvieras a su imperio. Aunque él no quiso, la obligó a punta de amenazas, diciéndole que mataría a su nieto. ¿Sabes qué es lo único que tiene el pobre hombre? Aunque él no creyó en sus amenazas. Lo secuestraron y, por miedo a que le hicieran algo, accedió. Fue la única manera en que le devolvieron a su nieto, pero debido a esto tuvo que ceder su poder a la niñera. Además, este pobre hombre era cruelmente golpeado cuando no cumplía con lo que le pedían. -

- ¡Por los dioses! Definitivamente, mi castillo está lleno de ratas y víboras. Hay que hacer una fumigación. Tienes razón, al mayordomo lo castigué en una ocasión por culpa de la misma niñera; tal vez él no tuvo la culpa, fue una víctima de esa víbora. Por el momento, si tú dices que confías en él, está bien. -

- No te preocupes, es de mi absoluta confianza. Además, comprobé que sí es verdad que recibió golpizas; otro sirviente testificó. El pobre hombre tiene cicatrices en su cuerpo, unas recientes y otras que ya han sanado, y moretones. Aunque le pedí que fuera a descansar, este se negó; dice que va a cumplir con su trabajo. Como bien sabes, él es muy leal a la familia imperial, por eso le encomendé el cuidado de los príncipes junto con los otros. Más tarde te muestro su declaración; quedarás impactado. -

" Sí, tienes razón. Ahora quiero quitarme un poco este estrés que tengo encima. Con una mirada malévola y una sonrisa escalofriante, sentado en su silla, mira a su amigo y le pregunta: '¿A dónde mandaste a esos traidores? Quiero ir a visitarlos'. "

Este solo lo mira y le corre un sudor frío por la columna vertebral; su cuerpo tiembla de miedo. Conoce muy bien a su amigo y sabe que aquellos traidores no les espera nada bueno...

" Las doncellas de la princesa están en las mazmorras por orden de tu hijo. Los demás los tengo en el calabozo del castillo. "

- Comprendo. Haz que trasladen a todos a las mazmorras; es un lugar que les causará alegría a mis traidores -

(lo dice con una sonrisa tan escalofriante que su asistente, al solo mirarlo, tiembla de miedo, aunque trata de disimularlo).

Aquellos hombres seguían hablando cuando un visitante inesperado ingresó a la oficina del emperador, pero estos ni se inmutan. Aquél hombre hizo una reverencia.

- Saludos al Sol del Imperio. Que la bendición de Selena esté contigo, su alteza, y que los dioses bendigan su camino. Su fiel sirviente ha venido a rendir su informe. -

" Habla, sombra, ¿qué has averiguado de lo que te encomendó lord Daniel? "

- Mi señor Sol del Imperio, fue muy fácil buscar el rastro de aquella sirvienta. Ingresó al pueblo, a una taberna de dudosa reputación; de allí salió por una puerta trasera y subió a un carruaje, el cual seguí aproximadamente por media hora, llegando a la mansión de mi lord, el duque Santiago Michelín. Me fue un poco complicado infiltrarme, pero lo conseguí. Pude comprobar que efectivamente ella trabaja para el duque Michelín.

Él fue el encargado de suministrarle el veneno que utilizaron en el ataque al príncipe heredero, según lo que escuché, y de los negocios que tiene relacionados con esclavos y desviación de fondos. Todo lo grabé en esta piedra mágica, mi señor. También comprobé que ella es amante del duque desde hace 9 meses, según lo que alcancé a escuchar en su conversación, ya que ella le reclamaba que aún estuviera con vida la duquesa. Comprobé que están envenenando a la duquesa poco a poco. La tienen encerrada en el sótano de la mansión. Ella no está de acuerdo con lo que hace el duque. Después de que terminaron de hablar, se fueron de la oficina del duque. Yo me quedé a revisarla y encontré, detrás de un cuadro, un almacenamiento secreto en el cual hallé estos documentos, así como la ubicación de los lugares donde tienen a los esclavos. Al revisar más a fondo, descubrí que ese lugar tiene una entrada que da a un pasillo secreto. El cual ingresé fue allí donde descubrí dónde estaba la duquesa; con eso decidí volver, mi señor, sin ser visto. -

" Excelente trabajo, sombra. Ya puedes retirarte; tendrás una gran bonificación. "

- Gracias, mi señor. -

" Querido amigo, creo que las mazmorras nos quedarán llenas. Manda a llamar al castillo a mi queridísimo duque Michelín. "

- ¿Qué te digo? Ese no estaba en los planes, porque ya había mandado a citar a otros: el duque Durán, el marqués Evaristo Ríos y, por último, el duque Fernando Salazar.

¿No me digas que, entre las pruebas que encontraste del contador, cayeron el duque y el marqués?

- Sí, hay otros nobles de bajo rango, pero también los mandé a citar, así que estarán aquí en unas horas. -

- Muy bien, tengo que ir a mis aposentos a cambiarme de ropa. Tenemos visitas y hay que recibirlas con la mejor de las galas para así darles una buena estadía, ¿no lo crees, amigo mío? -

Lord Daniel solo mira a su amigo y le produce escalofríos al mostrar tanta amabilidad y hospitalidad con esos traidores. No se imaginan lo que les espera; si supieran, no se atreverían a pisar el castillo. Pero, ¿quién los manda a ser tan idiotas y traicionar al emperador?