Zafiro. (2)

Un estático Alec solo pudo apuntar lo que estaba viendo, ya que el pánico no lo dejó hablar.

Cuando Lena se cansó de regañarlo volteó en aquella dirección y sus ojos también se abrieron completamente de la impresión.

Donde antes había una simple pared de ladrillos en un almacén de productos de limpieza, ahora se dejaba ver una especie de pasadizo secreto con una escalera subterránea. Y para hacer la cosa más extraña, del interior salían rayos verdes y naranjas desde abajo.

Lena se quedó inmóvil sin saber que era lo que veían sus ojos.

Y Alec... bueno, digamos que pudo despertar de su shock, aunque de forma...

—¡¡AYUDAAAAAAA!! —El grito de Alec exaltó a Lena de manera que casi le ocasiona un infarto.

Cuando la rubia dejó de mirar la puerta para hablarle se dio cuenta de que se había ido corriendo.

Alec subió como un cohete por las escaleras, corrió a salón de clases con los demás y se agachó en posición fetal en la esquina del salón. Sus amigos reaccionaron preocupados al verlo pálido del miedo.

—¡¿Alec, qué pasó?! —Preguntó Bea preocupada.

—D-d-deb-de-deba... —Alec empezó a gagear incoherencias.

—Ya empezó a tartamudear... ¡Habla bien hombre! —Exigió Kit.

—¿Dónde está Lena? ¿Qué le pasó? —Cuestionó. Damaris.

—¿¡Dejaste a mi prima sola allá afuera?! ¡Cobarde! —Exclamó Haiden mientras agarraba a Alec de la chaqueta.

—¡Chicos, chicos!

Lena entró al salón para impedir la futura paliza que Haiden le daría a su pareja.

—¿Qué pasó Lena? ¿Qué vieron ahí abajo? —Interrogó Miriam.

—Ha-Hay una puerta, como un pasadizo secreto debajo de las escaleras que siempre están cerradas. —Explicaba Lena con la respiracion ajetreada. —Y-Y de allí salían unas brillantes luces extrañas...

—¡Vamos a ver! —Exclamó Haiden intrigado.

—¡Noo! —Soltó Fanya de inmediato. —¿¡Y si es un profesor!? ¡Nos correrán!

—Bien, quédate. —Dijo el de lentes indiferente mientras preparaba su cámara de vídeo. —El que quiera venir conmigo es bienvenido.

—Está bien, yo me quedo. —Fanya se cruzó de brazos, determinada. —¿Te quedas conmigo verdad, Denis?

—Eh... —Denis dudó. —¡Es que yo también quiero veeer! —Refutó como un niño pequeño. Fanya le hizo un puchero para convencerlo, pero él optó por persuadirla. —Ven con nosotros, prometo que te protegeré.

—Si Fanya, apuesto a que Denis te defenderá de cualquier peligro. —Añadió Kit. —No como Alec que huyó dejando a Lena a su suerte.

Los chicos en la sala rieron por el comentario del moreno, excepto Lena y Alec. La rubia rodó los ojos mientras que Alec se enojó, lo que lo hizo abandonar la pared y su posición fetal.

—¡Ca-Ca-Cállate! ¡Ni siquiera sabes lo que hay allá abajo! —Exclamó Alec.

—Dejen los actos vergonzosos, empezaré a grabar. —Avisó Haiden comenzando la grabación.

La que abrió el video fue Damaris.

—¡Gente linda de internet! Estamos a punto de investigar una cosa extraña debajo de la escuela, si algo nos pasa quedará grabada la evidencia. —Pronunció la pelirroja.

—¡Empecemos la aventura! —Kit abrió la puerta con entusiasmo.

Los nueve jóvenes salieron del salón de clases en el siguiente orden: adelante iban Lena la guía, Damaris la que hablaba, Hayden el que grababa y Kit que también comentaba de cuando en vez. Atrás iban Miriam junto a Bea, Fanya, Denis y Alec. Por decir los más miedosos.

Aunque Bea tenía ganas de ir adelante para descubrir lo que había, su moral no le permitía dejar a su mejor amiga.

Pasaron por el pasillo con lentitud, a través de las ventanas se podían ver los árboles bailar al ritmo del viento. Era una noche fría, sin nubes que cubrieran la luz de la luna.

Fanya se aferraba fuertemente al brazo de su novio Denis, mientras que en un punto Lena y Kit tuvieron que iluminar el sitio con las linternas de sus celulares. En ese orden bajaron las escaleras, y Lena temía que cuando llegarán el pasadizo ya no estuviese ahí.

Al menos le reconfortaba el hecho de que Alec también lo vió, por lo que no era una alucinación.

Lena y Kit se asomaron por la pequeña puerta debajo de las escaleras, y efectivamente, allí seguía el pasadizo secreto pero sin las luces destellantes. Los demás se acercaron y también lo vieron. Se quedaron boquiabiertos.

—¿Quién bajará primero? —Preguntó Haiden asombrado, todavía grabando.

—E-En este orden estamos bien. —Dijo Miriam nerviosa, apretando la mano de Bea.

—Miriam me vas a arrancar la mano. —Se quejó la morena con un gesto de dolor.

—Vamos Kit. —Alentó Lena dirigiéndose al pasadizo misterioso junto a al moreno.

Los demás solo los miraron parados. La rubia empezó a bajar las estrechas escaleras de piedra, el espacio era tan reducido que tendrían que bajar uno detrás del otro. Kit la siguió, y detrás de él Damaris se unió.

Al llegar al final de las escaleras, los tres adolescentes fruncieron el ceño extrañados.

La habitación que tenían en frente era una especie de laboratorio alquimista. Las paredes de piedra poseían dibujos rústicos y antiguos, un caldero al fuego ardía en el centro de la sala, estanterías y mesas de madera con libros desordenados además de varias plantas.

Las luces que vieron al principio eran producidas por el fuego y un líquido verdoso que contenía en el caldero.

—¿¡Siguen vivos!? —Se escuchó el grito de Haiden desde arriba.

—Ajá. —Respondieron los tres al unísono.

Haiden decidió bajar, y junto a él Denis a quien llevó arrastrando a Fanya.

—¿Te quedas conmigo aquí arriba, Bea...? —Miriam se quedó con la palabra en la boca al no ver a su amiga. —¿Bea?

—Acaba de bajar. —Agregó Alec.

—¿En qué momento? ¡Ah! —Gruñó Miriam cruzándose de brazos. No obstante, su molestia no duró mucho al darse cuenta de que estaba sola con Alec, por quien sentía cierta atracción. —Parece que... Nos quedamos solos.

—Corrección, te quedaste sola. —Al sentir las intenciones de Miriam, Alec prefirió enfrentar sus miedos y bajar las escaleras.

La castaña no tuvo más opción que seguirlo.

Los nueve chicos estaban en esa habitación misteriosa. Al parecer no había nadie, por lo que se pusieron a husmear. Lena observó un libro abierto sobre la mesa, intentó leerlo sin éxito ya que se encontraba en un idioma desconocido.

—¿Alguien sabe... Mandarín? —Preguntó Lena, mostrándole a sus amigos las extrañas escrituras.

De repente el sonido de unos pasos alarmó a los adolescentes. Haiden enfocó la cámara en dirección al ruido, que venía de una puerta cubierta por piedras de colores.

—¡Chicos, vámonos! —Les rogó Fanya.

La puerta se abrió dejándolos ver la figura de una mujer de largo cabello oscuro hasta la cintura, ojos azules y un vestido azul que iba a juego. Pero sin duda lo que más llamaba la atención eran sus orejas puntiagudas.

Como si hubiera salido de un cuento de fantasía, la mujer que traía frascos de vidrio en sus manos aún no se percataba de la presencia de los jóvenes.

Los chicos pensaron que era una ilusión, quisieron escapar de ahí y lo habrían logrado de no ser porque Miriam se tropezó con una de las estanterías con libros. Todo el tiempo Miriam.

La elfa los vió, y al igual que los chicos no pudo evitar expresar sorpresa. No obstante, con su dedo empezó hacer un movimiento de como si estuviera contando a los chicos.

—Son nueve... —Murmuró la mujer desconocida, sacando a la luz su emoción. —¡No puede ser, son ustedes! ¡Están aquí al fin!

—Eh... L-lamentamos invadir su espacio sin permiso, señorita... —Dijo Bea, nerviosa.

—¡No, no! ¡Yo soy la que se lamenta de recibirlos en este chiquero! ¡Pasen, pasen póngase cómodos!

La elfa los invitó a sentarse en unos cojines en el suelo de la manera más servicial posible. Los chicos confundidos y desconfiados se sentaron formando un círculo, aunque aun seguían alertas por si tenían que correr.

—¿Quieren algo para tomar? —Preguntó la oji-azul.

Los jóvenes negaron con la cabeza.

—Queremos saber quién es usted... —Murmuró Alec con timidez.

—¿Y si es buena con nosotros para después asesinarnos? —Le susurró Fanya a Denis, atemorizada.

Una repentina carcajada proveniente de la elfa los hizo exaltar.

—L-Lo lamento, es que todos son tan simpáticos... —Dijo entre las risas. —No jovencita, no voy a asesinarlos, y sé que deben estar confundidos. Ls explicare todo, pero primero...

La mujer concentró su mirada en Haiden, lo que lo puso bastante nervioso e incluso se le pusieron los pelos de punta.

—Jovencito, puedes bajar la cámara. Cuando se entra aquí todo tipo de aparato tecnológico deja de funcionar.

Haiden miró la cámara y en efecto, esta dejó de filmar. Lena, Alec y Bea sacaron sus celulares para ver si era cierto, pero por mucho que se esforzaran no encendían. Todos miraron confundidos la mujer, ¿Cómo era eso posible?

—¿Cómo lo hizo? ¿Quién es usted? —Preguntó Damaris.

—¿Y qué es? —Agregó Miriam, señalando sus extrañas orejas.

—Me presento: Mi nombre es Zafiro, y soy una elfa conocida como una bruja azul. —Pronunció la elfa en una leve reverencia. —Pero eso no es lo importante, lo importante es... ¿Quiénes son ustedes, mis ángeles guerreros?

Los chicos quedaron más confundidos, Zafiro se calló esperando una respuesta por parte de ellos que nunca llegó.

—¿Qué dijo? —Dudó Kit.

—¿Ángeles guerreros? —Repitió Fanya confundida.

—Se metió una droga bien fuerte... —Dijo Alec entre dientes.

—Veo que no perciben el mensaje. —Zafiro tomó uno de sus libros y lo abrió delante de ellos. —Mejor empiezo desde el principio.

Las palabras escritas en el libro se iluminaron y comenzaron a salir por si solas, lo que dejó boquiabiertos a los chicos.

...Hace millones de años, bueno, siglos en realidad......

...En uno de los muchos mundos de este universo, se creó una ciudad llena de magia: la Megapolis, que lastimosamente cayó bajo el yugo de seres malignos que albergan el mal en su interior. Hicieron estragos en toda la ciudad, maldad, tragedias, destrucción......

...Hasta que un día, un descendiente de los ángeles creó un grupo destinado a vencer a cualquier criatura del mal y la oscuridad. Los llamó: los Ángeles Guerreros de la Paz....

...Estos ángeles eran la manifestación en carne pura de la naturaleza, podían controlar el agua, el fuego, el hielo, los animales, el viento, la tierra, la sanación, los animales y la luz......

...Cuando la paz llegó a la Megapolis, estos héroes decidieron que era el momento de desaparecer para luego reencarnar en caso de cualquier otra amenaza futura....

...La Megapolis era una ciudad armoniosa gobernada por la representación de Dios, Phobos y su esposa la reina Raenix. El pueblo lo admiraba, lo adoraba, y harían lo mismo con su descendiente: el príncipe Castian. Los habitantes de la ciudad de los cielos eran seres amistosos y leales entre ellos, apreciaban la música, el arte y los festejos....

...Pero el dominio de Mistral y sus secuaces ha hecho que la alegría se extinga. Actualmente la ciudad cuenta con pocos habitantes que sobreviven a duras penas, mientras que la mayoría decidió emigrar al mundo de los humanos....

...Algunos se estabilizaron, viviendo como personas normales. A otros no les fue tan bien....

...Pero en ellos todavía permanece la esperanza de que renazcan los Ángeles Guerreros Legendarios que lucharan contra los demonios de la oscuridad, rescataran a las Deidades de la naturaleza y devolverán el brillo que alguna vez fue de la Megapolis......

Cuando el libro se cerró anunciando el final de la historia los chicos, más que claros, quedaron mucho más confundidos.

—Debo admitir que su leyenda es mi favorita. —Admitió Zafiro sonriente. —Por eso me ofrecí a ayudarlos.

—A ver, a ver... dices que nosotros somos un de ángeles reencarnados y que tenemos que salvar a una ciudad fantastica de espíritus malignos. —Resumió Kit. Zafiro asintió reperidas veces. —¿Si sabe que no tiene sentido?

—No entiendo... ¿Por qué sus habitantes no luchan contra los malos? Total, es su ciudad y a mi no me afecta. —Opinó Alec. Haiden lo miró mal.

—No pueden vencerlos porque son demonios poderosos, y ellos simples personas. —Le explicó Haiden. —Solo pueden ser vencidas por alguien de su nivel, ¿Qué acaso nunca has jugado videojuegos?

—Sí, solo que este caso la 'pitufina' cree que es real. —Comentó Denis.

—Bueno si no es real denme una explicación de porqué "casualmente" después de tantos años aquí encerrada ustedes fueron los primeros nueve que se atrevieron a venir hasta aquí. —Les dijo Zafiro alzando una ceja.

—Usted lo dijo, fue casualidad. —Contestó Kit.

—Yo no creo que sea verdad, o sea, es una locura. Ni siquiera poseemos un poder o habilidad especial como usted dijo. —Añadió Miriam. —¿No es cierto, Bea?

—Emm... si, claro. —Accedió la morena, aunque ella si sentía que algo de lo que decía la bruja podía no ser tan descabellado.

—Tienen que descubrir quiénes son y saber cuál es la naturaleza en su interior. Aunque no los culpo, en esta sucia ciudad les importa más mantener vivo un teléfono móvil que una planta. —Se quejó Zafiro con disgusto.

—Vaaale... ¿Y cómo se supone que se puede llegar a esa tal 'Megapolis'? —Preguntó Damaris.

—Oh, pues eso es lo difícil, jeje... —La elfa soltó una risilla nerviosa. —Verán, como acabo de explicar varios de los habitantes de la Megapolis emigraron a este mundo, y la única forma de entrar es con alguien nativo de allí.

—¿Y cómo se supone que haremos eso? Vamos a la calle y le preguntaremos a la gente: "Oye ¿Eres de la Megapolis?" —Propuso Kit.

Zafiro se alzó los hombros.

—Eso depende de ustedes, ya yo hice mi parte. —Aseguró, serena. —¿Entonces qué dicen?

Todos cruzaron entre sí, esto era una broma de mal gusto. La única que no hizo el contacto visual con sus compañeroa fue Lena, quien no apartaba su mirada de la elfa. Zafiro se dio cuenta de eso.

—¿Hay algún problema, querida? —Preguntó la elfa.

—-Emm... si, uno pequeño. —Mencionó Lena. —¿Cómo quiere que le crea? Es decir, esto es tan irreal que me hace dudar de que sea verdad. Si en realidad es una bruja y la magia existe enséñeme, no sé, un hechizo, desaparezca una carta, convierta el agua en vino, que sé yo.

Zafiro se rió por las palabras de la rubia.

—Con gusto cumpliría tus deseos, pero lamento decirte que perdí mis poderes. Necesito luz del sol y contacto con la naturaleza, y de eso no hay en este oscuro agujero. —Respondió con disgusto. —Pero... ¿Pueden llevarme a un lugar así? Si lo hacen podría enseñarles muchas cositas.

—Un lugar con sol y tener contacto con la naturaleza... ¡Saublette en su máxima expresión! —Repitió Denis sarcastico.

—Y tranquilo de preferencia. —Añadió Zafiro.

—Ya estás exigiendo bastante. —Dijo Haiden.

Si algo identificaba a la ciudad de Saublette era que no contaba con esos requisitos ambientalistas. Era una ciudad urbana en la que cada día más árboles eran cortados para ampliar la ciudad, construir edificios, estadios y centros comerciales. El sonido de los autos, la contaminación sónica y los comerciales eran de todo menos silenciosos.

—¿Alguno de ustedes conoce algún campo? —Preguntó Damaris.

Varios negaron con la cabeza, el único que no lo hizo fue Kit al pensar en la hacienda de su abuelo, el lugar a donde sus padres lo mandaban a trabajar cuando se portaba mal.

—Bueno... mi abuelo vive en una hacienda, podemos ir el sábado si quieren. —Respondió Kit.

—Perfecto, es obligatorio que todos estén allí. Sino no funcionaria. —Aclaró Zafiro. Fanya mostró una mueca de preocupación. —Será mejor que vayan a casita para que descansen, el sábado iremos a la hacienda del abuelo de... ¡Lo lamento mucho! ¡No pregunté sus nombres, que pena!

—No se preocupe, mi nombre es Beatriz, pero prefiero que me digan Bea. —Se presentó la morena.

—Yo soy Denis y ella es mi novia Fanya. —Dijo el rubio. Su pareja se sonrojó mientras saludaba con la mano.

—Yo me llamo Kristian. —Se presentó el moreno.

—Yo soy Damaris. —Dijo la pelirroja sonriente.

—Miriam. —Agregó la castaña.

—Soy Haiden. —Dijo el chico de lentes.

—Lena. —Se presentó la rubia.

—A-Alec... —Tartamudeó el de chaqueta de cuero.

—Increíble. Los veo pronto mis ángeles, las puertas están abiertas así que pueden salir.

Los jóvenes fruncieron el ceño confundidos. Bea solo se despidió de Zafiro y empezó a subir las escaleras, confirmando que el portón trasero estaba abierto.

Sin nadie presente que pudo haberlo hecho.

Esta bruja ocultaba muchos secretos debajo de esa sonrisa inocente.

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Comments

Julia Monta88lvan

Julia Monta88lvan

Yo hubiese deseado ser minimo Alec😢😢.
Mi vida es tan aburrida, q lo unico que la hace interesante son las novelas de KLRESPLANDOR.
Linda mi pitufina. Aunque me da curiosidad la frialdad de Lena. No la recuerdo asi.....

2024-06-27

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