Rick observaba con una sonrisa maliciosa cómo Nikolay deseaba desesperadamente salvar a Niki, su figura imponente envuelta en las sombras era el presagio del amo más cruel entrando en escena, ansioso de torturarles. El sonido de la cuerda tensándose resonaba en la noche, cada crujido era un preludio del dolor que pronto seguiría con cada tirón firme de sus manos morenas.
—Vaya, vaya, vaya~... ¿Qué tenemos aquí?~ —Su voz gruesa, impregnada de desprecio, rasgó la quietud del bosque como una cuchilla afilada, su tono canturreante teñido de una morbosa diversión erizaba la piel de sus oyentes.
Para Nikolay, esa voz era la encarnación del peligro, un recordatorio cruel de la amenaza inminente, casi se podía oír como las uñas de Niki se partían en su intento desesperado de aferrarse a la tierra con tal de no ser arrastrada de vuelta a su ejecutor, el olor de su sangre impregnaba el frío aire otoñal que congelaba sus pulmones.
Nikolay sintió cómo el horror lo paralizaba, sus ojos se abrieron de par en par al ver el arpón atravesando el ala de Niki, el arma que la inmovilizaba con una precisión brutal. La sangre, que antes fluía por las venas de la chica cuervo, ahora corría libremente, empapando el suelo. Un grito de horror pugnaba por escapar de su garganta, pero lo contuvo, dejando solo un susurro sofocado.
—Mierda...— El temor lo invadía, pero la urgencia lo empujó a actuar.
Se lanzó hacia Niki en el pánico, sus manos temblaban mientras intentaba retirar el arpón con la mayor delicadeza posible, sabía que aquella arma la estaba desgarrando por dentro, pero no podía permitirse el lujo de ser lento, lo sabía, pero el miedo a causar más daño lo obligaba a moverse con cautela y aún así lo arrancó de un tirón.
—¡Aléjate de ella!— Gritó con una mezcla de rabia y desesperación, su voz quebrándose bajo la presión del momento. Tomó a Niki en sus brazos, su peso familiar pero ahora dolorosamente frágil le causó escalofríos.
En su periplo para escapar, vio a Killian, tirado en el suelo, una figura inmóvil que le hizo detenerse. La decisión era clara: no podía dejarlo atrás, no con lo mucho que les había costado atraparle. Con un suspiro de frustración, levantó a ambos como pudo, sintiendo cómo el frío aire de otoño quemaba sus pulmones con cada inhalación rápida y superficial.
—Dios, ¿qué he hecho para merecer esto...?— Murmuró con el aliento entrecortado, mientras el peso de la situación se hacía sentir con cada paso.
Niki, atrapada en un remolino de dolor y miedo, luchaba por no gritar. Su ala, desgarrada, chorreaba sangre, dejando un rastro oscuro y espeso en el suelo mientras Nikolay corría. Detrás de ellos, la presencia de Rick era una sombra constante, un cazador que disfrutaba del sufrimiento de sus presas aún con su paso carente de sonido, como un fantasma.
—Qué pajaritos tan traviesos~ Queriendo llevarse a mi ingenuo primito idiota~ —El tono de Rick, que oscilaba entre el desprecio y la burla, solo añadía más peso a la desesperación que los embargaba.
Nikolay, consciente de que Niki no resistiría mucho más, intentó una última desesperada maniobra.
Con un beso suave y casi celestial en el ala herida, logró hacer que esta sanara poco a poco de una manera que parecía casi milagrosa, sin embargo, su boca se manchó con el amargo sabor metálico de la sangre, un sacrificio en medio de la locura que tal vez era demasiado pequeño en comparación al dolor ahorrado.
—No digas ni una palabra sobre esto...— Susurró Nikolay, su voz era apenas audible mientras seguía corriendo, sin detenerse.
Niki, aterrorizada y al borde del desmayo, susurró un agradecimiento débil con los labios temblorosos.
—Gracias... —
Una calma comenzó a invadirla mientras era transportada, una calma tan grande que le quitaba el miedo. Pero la calma que sentía no tenía sentido, no en medio de la pesadilla en la que se encontraban.
El bosque, que antes ofrecía una mínima esperanza de refugio, ahora era un campo minado de obstáculos y Nikolay a diferencia de aquella ingenua chica, sentía el paso de la desesperación en la garganta, debía salvarse y escapar, pero, al mismo tiempo debía cuidarla y asegurar la misión, sus alas estaban demasiado cansadas para emprender otro vuelo, dejándole sin opciones más que correr.
Las raíces y las rocas se convertían rápidamente en enemigos invisibles que hacían tropezar a Nikolay, su agotamiento se hacía evidente con cada paso torpe y vacilante. Estaban tan cerca de escapar, pero entonces, Nikolay tropezó con una roca más grande en un descuido por intentar esquivar a la sombra de su perseguidor.
El impacto los hizo rodar por el suelo, los tres cuerpos antes entrelazados se vieron envueltos en una caída descontrolada.
Rick, que había seguido cada movimiento desde las sombras, como un depredador seguro de su victoria, vio cómo caían al suelo. Sin perder tiempo, lanzó su arpón con la precisión letal de un asesino experimentado.
El arma se clavó en el hombro de Nikolay, anclándolo al suelo con un grito desgarrador. Niki y Killian cayeron a su alrededor, rodando unos metros más adelante, ajenos a su pánico.
El dolor que invadió a Nikolay fue insoportable, pero el miedo a lo que vendría después lo empujó a intentar levantarse, luchando contra la fatiga que lo asfixiaba, se arrancó el arpón en un sórdido movimento que hizo sentir al bosque como su carne de rompía y sin embargo, solo atinó a alejar aquel objeto de sí mismo lanzandolo al piso.
Por su parte, Rick, con la misma calma asesina que lo había caracterizado desde el principio, se preparó para lanzar el arpón una vez más, recogiendolo con la rapidez de alguien que a usado este método por miles de años. Esta vez, no habría escapatoria.
Nikolay se levantó con dificultad, su cuerpo agotado deseaba rendirse al cansancio y ser abrazado por Morfeo, pero su mente forzada a mantenerse alerta lo impedía con una testaruda necesidad de complir su misión.
Sabía que no podía permitirse descansar, no con Rick acechando tan cerca, listo para atacar. Sin embargo, el cansancio pesaba como una losa, y cuando el arpón surcó el aire hacia él por segunda vez, apenas tuvo tiempo de reaccionar.
—Agh...— Gimió cuando el filo atravesó su cuerpo por segunda vez.
Le había destrozado el otro hombro con tanta facilidad, que era desalentador, pero algo inusual llamó la atención de su cazador: La sangre que manaba de su herida no era roja, sino dorada, brillando intensamente bajo la luz mortecina del bosque.
Rick, fascinado y perverso, observó el fenómeno con una sonrisa de pura avaricia.
—Pero qué curiosa adquisición me he topado~... Sangre dorada~... ¿Cómo el oro?~... Me darán mucha plata por ti~ —Murmuró, su voz goteando deseo mientras avanzaba lentamente, como un lobo que finalmente había encontrado su presa perfecta.
Niki, todavía temblando de miedo en medio de su casi desmayo, se levantó como pudo y se interpuso entre Rick y Nikolay. Jamás dejaría que su salvador pasara por las torturas que le habían hecho a ella si tenía la oportunidad de interponerse como escudo. Su mirada estaba llena de terror y eso era evidente, estuvo luchando internamente contra el trauma, pero a su vez también estaba llena de una determinación feroz.
—¿Qué te pasa, pollo? ¿Tantos deseos tienes de volver a mí?— Se burló Rick, sus ojos destilando crueldad.
Pero Niki no se movió, aunque sus piernas temblaban tanto que casi no podía sostenerse, se mantuvo trantando de evitarle el paso, para darle al menos una oportunidad al rubio para escapar.
Nikolay, viendo el sacrificio que ella estaba dispuesta a hacer por él, sintió un calor extraño en su pecho, una mezcla de gratitud y responsabilidad con aquella inocente mujer pájaro que lo daba todo sin dudar por él. Pues, sabía que Niki no podría hacer mucho contra Rick, pero su valentía lo conmovió profundamente. No podía dejar que ese sacrificio fuera en vano cuando el valor de los más débiles era tan fuerte y lleno de nobleza.
Niki, por su parte, planeaba su pequeño acto de resistencia: Un simple puñado de tierra arrojada a los ojos del vampiro con su boca, sería su ataque máximo en su estado actual, que, siendo francos no era mucho y probablemente le saldría muy caro, pero era todo lo que podía ofrecer en ese momento sin más herramientas que su ingenio y su vida.
La ira y el miedo que sentía hacia Rick, el ser que había destruido su vida y sus sueños; La impulsaban a luchar, aunque fuera de la manera más humilde posible. Fue él, el promotor de sus pesadillas y la razón de ser de su soledad, lo odiaba tanto, era un monstruo que no merecía atrapar a alguien como Nikolay, alguien que le daba esperanza a los esclavos y un nuevo objetivo a su vida a los desahuciado. Aunque solo fuera por esos minutos de libertad que había saboreando y que probablemente no vería más en lo que le quedaba de vida, le estaba eternamente agradecida.
Mientras tanto Nikolay cerró los ojos ajeno a toda la travesía de pensamientos de Niki, tratando de centrar su energía.
Su cansancio era evidente, pero había algo más profundo en él que aún no había mostrado, algo que sería crucial para salir vivos de ahí. Por lo que, de repente, sus alas empezaron a brillar, y en un parpadeo, se multiplicaron, convirtiéndose en seis, tres en cada lado. Esta forma, más poderosa, le demandaba menos energía, y sabía que la necesitaría para enfrentarse al vampiro mientras se curaba. Aquel sonido metálico contra la tierra fría y corrupta fue un presagio de la dificultad a la que se enfrentaría aquel demonio de ojos rojos.
En un gesto protector, Nikolay rodeó a Niki con sus alas atrayendola a él con facilidad, envolviéndola en un manto dorado antes de ser alcanzada por los zarpazos de Rick, que sin dudarlo acabaría con ella y sanando sus heridas con un poder que solo él poseía y que el mundo jamás había visto.
Sentía la necesidad de protegerla al sentir toda esa pena en un cuerpo tan joven como el suyo, no solo porque estaba herida, sino porque sabía que Rick no tendría piedad con ella y aquello era evidente.
—Mantente alerta— Susurró con voz firme mientras la liberaba de su abrazo, lista para la batalla que se avecinaba.
Niki, aunque sorprendida y asustada por la transformación de Nikolay, sintió una calma inesperada al estar cerca de él.
¿Qué era él?, se preguntaba y anhelaba tener una respuesta, pero no había tiempo para reflexionar en un momento tan crítico. La situación requería toda su atención, aunque esa extraña paz la llenaba de una fuerza renovada, debía estar atenta a Rick, pues sabía que era un jugador sucio que no dudaría en usar todos los métodos posibles para capturarlos, pues no estaba sujeto a la moral o al honor.
Rick, sin embargo, no veía más que la oportunidad de obtener el trofeo definitivo, ¡Había visto un angel!, sería el logro más grande de su vida poseer a un ángel y hacer que se arrodille a sus pies, corromper y destrozar un símbolo tan fuerte lo pondría en la cima del mundo.
—Gracias, Dios, por enviarme una nueva perra~ — Exclamó, con su sonrisa siniestra mostrando sus colmillos mientras preparaba el arpón para lanzarlo.
Lo único que deseaba en ese momento era saborear la sangre del ángel, una ambrosía que solo los seres más oscuros podían anhelar y que posiblemente le otorgue horas de diversión.
Sin pensarlo dos veces, Rick lanzó el arpón hacia la brillante esfera de alas que volaba sobre él, relamiéndose los labios en anticipación.
—¡Ven con papá!— Gritó con una mezcla de lujuria y locura.
Nikolay observó la trayectoria del arpón con frustración, deseando más que nada desintegrar al vampiro allí mismo, pero sabía que sus poderes no podían ser usados para matar sin consecuencias devastadoras. Su responsabilidad era más grande que el odio que sentía en ese momento.
—Está loco...— Murmuró desde el aire, su mente ya planeando el siguiente movimiento se preparaba para el ataque.
Con un movimiento rápido, Nikolay empujó a Niki, dejándola libre para actuar mientras evitaba que se lastimara de nuevo, y atrapó el arpón en pleno vuelo. Sus manos brillaron con un poder etéreo mientras desintegraba aquella arma tan arcaica y denigrante, eliminandola. Sin perder tiempo, canalizó ese mismo poder para sanar sus propias heridas, cerrando las grietas que la batalla había abierto en su cuerpo.
—¡Maldito pajarraco deforme!¡Ese era mi arpón favorito!—Exclamó Rick irritado desde el piso, dispuesto a atacarle con su fuerza monstruosa.
—Niki... Tráeme agua— Ordenó Nikolay, su voz firme y decidida era la anticipación de un plan.
Sabía que necesitaban una estrategia para escapar, y esa orden, aunque simple, podría ser crucial para lo que venía.
Con aquel poder divino, manipuló las raíces de aquel bosque otoñal, tratando de neutralizar al siniestro vampiro que buscaba su destrucción, su luz brillante como el sol, cegaba a los corruptos de corazón y calmaba a los inocentes que lo percibían como un aliado.
Niki, sin espacio para preguntar se sumergió en el bosque buscando con sus alas restauradas la mínima fuente de agua que pudiera ayudar a su brillante amigo, pero era una tarea difícil, no era una criatura nocturna, no podía ver demasiado bien en la oscuridad a diferencia de otros guerreros de su especie.
Nikolay sabía que enfrentarse a Rick requería más que solo fuerza bruta. Lo vampiros eran astutos y poderosos, pero también tenían debilidades que podían ser explotadas y al agua que habia pedido podría ser su mejor arma.
Mientras mantenía a Rick ocupado con raíces y luz cegadora, su mente trabajaba rápidamente, buscando la forma de neutralizar a su enemigo sin violar las leyes sagradas que regían su poder.
—Agua bendita...—Murmuró para sí mismo.
Era la única opción viable. Si Niki lograba traerle agua, él la bendeciría y la usaría contra Rick. Pero en medio de la tensión, Niki gritó desde el follaje luego de escupir la tierra, su voz mezclada de frustración y algo más que a Nikolay le pareció curioso pero difícil de describir resonó entre los crujidos de madera y sus respiraciones agitadas.
—"¡¿Tiene que ser agua?!"—Gritó Niki, su mente claramente estaba buscando una alternativa.
Nikolay siguió concentrado en inmovilizar a Rick. Las raíces seguían creciendo, pero el vampiro, con su velocidad sobrenatural, esquivaba la mayoría de ellas. La frustración se acumulaba en el ángel, deseando que hubiera una solución más rápida. Pero fue entonces cuando la idea de Niki, aunque un tanto extraña, comenzó a tomar forma en su mente.
—No sé... Si es agua es mejor, pero si no hay, haz lo que se te ocurra, mientras sirva de algo— Respondió Nikolay, sus ojos estaban fijos en Rick mientras probaba una nueva táctica.
Lanzó una patada al vampiro con una rapidez abrumadora, derribándolo, casi anclándolo al suelo, y luego desplegó sus alas en toda su extensión, proyectando una luz cegadora que dejó a Rick temporalmente desorientado.
—Mierda...— gruñó Rick, tratando de recuperar la visión mientras buscaba refugio en la oscuridad de los árboles en un intento de retirada estratégica.
Niki, aprovechando la oportunidad, voló hacia Rick y le arrojó un puñado de tierra en la cara, seguida de un zarpazo con sus afiladas garras recuperadas por el divino poder de Niko.
—"¡Tengo muchas ganas de hacer pipí!"— Gritó, sin darse cuenta del impacto cómico que esas palabras podrían tener en medio de una batalla tan tensa.
Nikolay, concentrado en mantener al vampiro atrapado, no pudo evitar arquear una ceja ante el comentario de Niki.
—Pues haz pis— Dijo de manera simple, sin entender del todo la relevancia de la información en ese momento.
Rick, mientras tanto, luchaba contra las raíces que se volvían cada vez más gruesas y resistentes en medio de su ceguera temporal y molesta por la tierra y luz divina lo estaba irritando.
—Como me logre soltar, ya vas a ver, pájaro deforme— Masculló, intentando rasgar las ramas que lo inmovilizaban.
Nikolay, frustrado por los insultos de Rick, se giró para responderle.
—La inteligencia te persigue, pero tú eres más rápido...— Dijo con sarcasmo, antes de hacer que una rama creciera para tapar la boca del vampiro, silenciándolo por un momento.
Niki, desesperada, voló hacia Nikolay, intentando explicar su plan sabiendo que esas ramas no lo detendrán por siempre.
—"¡Dijiste que necesitabas agua! ¡Y yo quiero hacer pipí!"— Exclamó con una mezcla de urgencia y exasperación al no lograr hacerle entender.
Entonces, las palabras de Niki finalmente hicieron click en su mente, ¿Acaso ella estaba sugiriendo lo que el estaba pensando?.
—Un momento... ¿Te refieres a que quieres usar tu pis...?— Preguntó, sorprendido y un poco incrédulo.
Era una solución poco convencional, pero en ese momento, cualquier cosa que pudiera detener a Rick era bienvenida. Suspira, resignado.
—Bien... Adelante...— Dijo, aunque la idea lo hacía sentir incómodo.
Rick, al notar la expresión de molestia de Nikolay, continuó su burla, aunque su voz fue amortiguada por las ramas que cubrían su boca, trataba de desviar la atención por su orgullo magullado, ¿Cómo podía estar tan tranquilo cuando él era su oponente?, era un insulto que no iba a tolerar.
—¡Claro que sé lo que eres! ¡Una puta bola deforme de pájaros abortados!— Gritó, sus palabras apenas audibles mientras mordía las ramas con desesperación.
Niki, por su parte, asintió con determinación, ansiosa de ayudarle a acabar con Rick.
— ¿Dónde se supone que puedo hacerlo? ¿Dónde necesitas que lo haga?"— Preguntó, su voz temblando con la urgencia de la situación.
No tenía idea de cómo su orina podría ser útil, pero confiaba en que Nikolay tenía un plan y que su esfinter ansioso de evacuar sería de ayuda en ello. Nikolay respiró hondo, tratando de mantener la compostura.
—Hazlo sobre él— Dijo finalmente. —Lo bendeciré y será suficiente para que lo detenga. Es... poco ortodoxo, pero podría funcionar— .
Nikolay mantenía su expresión de seriedad mientras observaba la extraña escena que se desarrollaba ante sus ojos. No estaba seguro de cómo resultaría todo, pero ya había llegado demasiado lejos para retroceder. Bendijo a Niki de manera fingida, más para darle confianza que por cualquier efecto real, y luego le dio el permiso de proceder.
—Estás bendecida en el nombre del señor— Dijo Nikolay, intentando mantener la compostura mientras su mente corría, considerando lo absurdo de la situación. Al fin y al cabo, si Rick se quedaba lo suficientemente impactado, eso les daría tiempo para escapar.
Niki, por su parte, asintió con una mezcla de calma y excitación. Aunque cohibida por un instante, se llenó de una extraña confianza al haber sido "bendecida." Pensaba, ingenuamente, que su orina podría tener algún tipo de poder divino que dañaría al vampiro. Sin perder tiempo, voló hasta donde Rick, quien estaba atrapado entre las raíces, apartó su vestido y comenzó a orinar sobre la cabeza del vampiro.
—(Esto es por todo lo que me has hecho, tonto)— Pensó, mientras se inclinaba sobre el vampiro atrapado.
Nikolay apartó la mirada, sintiéndose incómodo con la escena. Hizo que las plantas endurecieran sus agarres sobre Rick mientras se concentraba en el siguiente paso.
—Me voy yendo... Cuando termines, nos encontramos en el punto acordado— Dijo en un tono bajo, tratando de no llamar la atención del vampiro mientras enviaba un mensaje mental a la alfa para coordinar el encuentro en una montaña cercana.
Con Killian inconsciente en sus brazos, Nikolay comenzó a volar hacia la cueva que había identificado previamente como su refugio temporal.
—Has tenido suerte, Rick— Murmuró mientras se alejaba. —Podríamos haber matado a tu primo por tu idiotez, pero no lo hemos hecho... por ahora.
Mientras tanto, Niki, completamente sumida en su nueva tarea, se divertía con el chorro de orina, moviéndose en espiral mientras reía y gritaba como si estuviera en un juego.
—¡Wiiii! ¡Ser tornadooooo!— Cantaba mientras continuaba su ataque poco convencional.
Rick, por su parte, se retorcía con furia, intentando liberarse mientras maldecía en silencio a aquellos que lo habían humillado de una manera tan vil.
—(Estúpidos pájaros, son peores que los perros y más olorosos... Ya vas a ver, pájaro deforme, te voy a atrapar y te haré sufrir como a ningún otro. Esta humillación me la vas a pagar con creces...)—Pensaba, lleno de rabia, mientras se debatía entre las ramas y el humillante baño que recibía.
Mientras Niki finalizaba su peculiar ataque con exito, un ataque que producto de las ramas que lo amordazaban le permitió saborear en contra de su voluntad aquel líquido caliente y oloroso, Rick estaba histérico, cuando en un accidente inesperado ocurrió algo impensable para Niki: Sus tripas se aflojaron por el estrés de la situación, y antes de poder detenerse, también defecó sobre Rick. El vampiro, atrapado con la boca abierta por las ramas, se vio obligado a saborear la humillación adicional que caía sobre él, lo que lo enfureció aún más.
Con una sonrisa victoriosa, Niki voló hacia la montaña indicada, dejando atrás a un Rick completamente enloquecido por la vergüenza y la ira.
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Comments
Loammy Sequeira
Lo más increíble de todo es como con tantos actos de pelea Killian ni bostezo
2024-11-30
2
Rata de pared
ay Dios, como te amo mi pajarita/Sob/✨
2024-12-01
1
Rata de pared
estaba esperando esto VIVAAAAA
2024-12-01
1