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— No es mi culpa que odies... A los vampiros... Ah... Debes entender que podría haberte tratado peor....Mierda...Siéntete agradecida...—Respondio Killian con dificultad y rodó los ojos, ofendido por ser comparado con sus despiadados congéneres.
Él se consideraba distinto, casi noble en comparación. La verdad, sin embargo, era que la mayoría de su especie era cruel, pero no todos compartían esa brutalidad. Por lo que, esa sucia comparación era una ofensa que no podía pasar incluso si ya no se podía mover por el calor que la cuerva le había obligado a tener.
Pero para Niki la cercanía de aquel chico, al que despreciaba profundamente, hizo que su vestido, el que llevaba desde su llegada, se levantara ligeramente. Ella quedó atrapada entre las piernas de su dueño, con una mirada de rencor y odio puro.
— A ver si gustar que muerder...—Exclamó Niki irritada sujetando con fuerza las muñecas del rubio sobre su cabeza.
— Ya te digo yo que me encanta que me muerdan~ —Sonrió atrevido el rubio con un tono de broma.
No veía a Niki capaz de cumplir la amenaza. Seguramente, si le mordía, sería en el cuello, pensó que aquello no sería tan malo. ¿Qué tanto daño podía hacerle?, ni siquiera tenía colmillos para empezar, no tenía forma de marcarle o dañarlo en profundidad.
Lo que no esperaba era que, con un movimiento brusco, la mujer rompiera su elegante camisa, mordiendo su piel con una sonrisa malvada, apoderándose de aquellos botones rosados con la fuerza de sus impulsos, probándolo a profundidad y esparciendo el calor de su aliento sobre él.
En su lógica desorientada, creía que esa mordida sería dolorosa y un insulto mayor era dejar su saliva en él. Absorta en lo que consideraba un castigo, no se percataba de la creciente tensión entre ambos. El calor comenzaba a opacar la frialdad del aire y sus alientos poco a poco se sincronizaban.
Killian, al principio sin tomarla en serio, abrió los ojos como platos cuando ella rompió su camisa, dejándolo expuesto. No podía creer que esto estuviera pasando, ¿En qué momento la situación había escalado a tal punto?. Sentía la cercanía de la contraria, apuñalandolo con insistencia y se quedó rígido, confundido. Primero le odiaba y ahora esto. Qué rara era, ¿Acaso no podía decidirse?.
— Oyeh~... Para...~ —Respondio Killian que en su acalorado desequilibrio hormonal se mordió el labio inferior, la intensidad de la situación era palpable.
Orgullosa de lo que creía era dolor, Niki lamió su piel con rudeza, pensando que dejar su marca era un insulto.Sin embargo solo le causaba escalofríos placenteros, como una ola expansiva de un hormigueo adictivo que le ponía la piel de gallina.
Cada gesto brusco despertaba un impulso que se abría paso entre ellos, sintiendo una necesidad extraña de establecer su dominio con cada movimiento.
—(Se nota que está sufriendo. Yo soy increíble~)—Pensó orgullosa dejando su saliva sobre aquella piel caliente.
— Realmente estás loca... Uf..~ —Respondió Killian en lo que parecía un suspiro lascivo.
Con esto, intentó escapar de las garras de la pelinegra, moviendo su cuerpo, rechazando lo que estaba ocurriendo, al menos en apariencia. Estaba demasiado confundido como para procesarlo todo, y parecía que Niki no estaba muy consciente de lo que le estaba haciendo.
Desgraciadamente, no pudo escapar, la cercanía de la contraria que lo debilitaba como nunca antes, haciendo flaquear su voluntad, pisoteando su orgullo, aplastando su elegancia y rompiendo las apariencias.
Killian inconscientemente abrió las piernas, como si su cuerpo supiera lo que le esperaba y se preparara para recibirla con gusto, muy contrario a lo que el creía que quería evitar. Arqueó la espalda, dejando salir unos gruñidos que, aunque eran protestas, sonaban más eróticos. Sonando más como una invitación al desenfreno inminente de un acto que estaba a dos toques de pasar al siguiente nivel.
— Ngh..~—Un gemido ahogado se escapó de los labios de Killian.
Esto le estaba volviendo loco. Todas estas acciones, todos esos toques, esos labios contra su piel, el calor de su aliento agitado mientras saboreaba su cuerpo, era una locura. No era su primera vez, pero por alguna extraña razón esto se sentía diferente, más intenso, ¿Era el sabor de lo prohibido lo que lo ponía tan caliente?¿O la sensación exótica de hacerlo con alguien de otra especie?, no lo sabía.
— ¿Por qué haces eso?... Sabes que no puedes andar haciendo esto a cualquiera, ¿no?... Ah~— Dijo el rubio en un muy vago intento de hacerla razonar.
— Yo haré que llores. —Respondió Niki con molestia mientras su iris brillante y lila le dedicaba una mirada de odio en éxtasis
Lamiendo con una violencia que seguramente no le haría daño a un vampiro, pero ella seguía empeñada en insultarlo a su manera, era una probada de la venganza más extraña que pudiera existir y sin embargo, se sentía bien.
— ¡Esto no está bien! .....Ah~...Como sigas....Hugh~... No te dejaré ver a tu amigo de la tribu.—Amenazó entre gemidos el vampiro, pero parecía que no surgía efecto, a Niki no le importaba.
La contraria lo ignoró completamente. ¿Cómo se atrevía esa niñata a hacerle esto? Debería darle vergüenza.¿Aprovecharse de un Omega de alta clase como él?¿Acaso no veía que su belleza debía imponer respeto?, era él quién elegía con quien acostarse, no al revés.
Pero Niki creía ingenuamente que su proximidad y dominio le causaban dolor por aquellos quejidos que soltaba de forma tan...¿Lastimera?, nunca habia oído ese tono de voz realmente, creía que era extraño pero que no lo estaba disfrutando, y que ese placer que ella sentía era la dicha de consumar su venganza.
— ¿Acaso sabes...Humm~... Lo que estás haciendo?— Preguntó Killian mordiéndose los labios entre jadeos.
Realmente parecía que la pelinegra se tomaba esta situación como un juego, qué ignorante era la chica, demasiado ignorante, está situación nunca se había visto en la historia de su familia, ningún Nocturna había sido víctima de un esclavo, ¿Por qué debía ser él quien cambiará eso?, no lo permitiría, la haría pagar muy caro aunque no supiera como hacerlo en este momento.
Y aunque Killian odiaba admitirlo, le estaba gustando este acto tan salvaje. Su cuerpo lo estaba tomando bien a pesar de que Killian realmente quería alejarla por hacerle esto. Era humillante y lo peor era que estaba seguro que Niki no sabía lo que estaba haciendo en profundidad.
Pronto, la mujer cuervo sintió que la ropa del chico le estorbaba demasiado. ¿Qué era esta sensación de impaciencia? ¿Por qué quería dominarlo? ¿Eran sus deseos de verlo sufrir por el dolor que su raza trajo a su tribu? ¿Su enojo por no poder liberarse de sus garras? No lo sabía. Ni siquiera se percató cuando sus manos le desnudaron en una acción automática.
Gracias a sus acciones, el cuerpo del omega empezó a reaccionar, liberando fluidos con un aroma dulce cual sandía, preparándose para lo que venía. Provocándole a nivel hormonal que no podía detener, su instinto le pedía volverla loca y eso lo molestaba más.
— Te hiciste pipí del susto~ —Exclamó orgullosa al verle y sentir aquella humedad viscosa, creyendo que por fin había intimidado al chico mirando hacia abajo por unos momentos.
Victoriosa y queriendo ver su rostro avergonzado por la derrota, dirigió su mirada al chico sin percatarse de la cercanía que les unía aún más, causando un escalofrío que le cortó la respiración. Había entrado. Lo había profanado y no tenía idea de lo que eso significaba.
— Ni se te ocur- —Trató protestar Killian pero no pudo acabar la frase.
Los reclamos que pudo haber dicho fueron cortados por la repentina conexión entre ambos. Rápidamente giró hacia ella, mirándola con los ojos llorosos. Ni siquiera le había preparado... Era demasiado, era absurdamente grande, pero se sentía tan bien...
Se adaptó tan sorprendentemente bien, pero quedó petrificado por un momento. Procesando cómo es que habían llegado esto, ¿De verdad estaban teniendo relaciones?¿Con ella de todas las personas posibles?, es insólito. Es... Deliciosamente insólito.
— ¡AhHhh~! —Gimió Killian en voz alta una vez sus muñecas fueron liberadas.
— Humm~— Repitió Niki en un gemido contenido por la confusión.
Estaba sorprendida, sentía una conexión intensa y resbalosa, una opresión tan deliciosa y al mismo tiempo satisfactoria al verle llorar. El calor que estaba oprimiendo a su entrepierna era algo nunca antes experimentado, ¿Por que se sentía tan bien?, la desorientaba más de lo que podía imaginar. Pero le fascinaba de alguna manera extraña, ¿Era este un nuevo nivel de venganza?¿Por qué le hormigueaba el cuerpo de esa manera?¿Los escalofríos podían llegar a sentirse bien?, estaba experimentado todo un nuevo mundo.
— ¿Por... qué...?—Logró articular el omega, intentando alejarse, pero eso le dio una ola de escalofríos placenteros que no lograba explicarse.
La embestida sin cuidado fue inminente, estaba demasiado concentrada en el placer desconocido que estaba sintiendo como para recordar el propósito de lo que hacía.
— Ah~ —Gimió Niki en una exhalación placentera.
Comenzó a moverse queriendo sentirse mejor, con tal rapidez que se escuchaba la intensidad de sus acciones llenando el cuarto, los aplausos eran rápidos y llenos de potencia, cual ovación de pie, pero no se le cruzó por la mente siquiera intentar detenerse.
— ¡EstúpidaHh~!—Exclamó Killian irritado sintiendo cómo el calor lo consumía.
Sin embargo, estaba agradecido por ser un vampiro en estos momentos, tenía más resistencia. Pues, si no lo fuera, esa intensidad le habría destrozado, era mucho mas grande que cualquier otro tamaño experimentado hasta la fecha y de alguna forma le estaba gustando sentirse tan lleno.
Pero estaba molesto por lo egoísta que estaba siendo la albina, decidió quejarse de otra manera una más desconcertante. Pegando sus labios contra los de la chica sumergiéndose en un beso apasionado, al que estaba obligándola a participar, volviendola parte de una danza de lenguas donde él era el maestro y en su dominio, no le tendría piedad, era notable su maestría en el acto pues estaba haciéndolo de una manera en la que Niki no pudiera seguirle el ritmo.
Para Niki la intensidad le consumía, pero aquel beso terminó por perderla, haciéndola seguir el ritmo de forma torpe, inexperta, como sus conocimientos del mundo. Pero disfrutándolo pese al odio pasional que estaba viviendo.
Ella era tan salvaje como la familia Nocturna creía que era, pues se aferró a sus pálidas y aterciopeladas caderas como a un bien preciado que le ayudaba a desahogarse mientras su cabeza daba vueltas, mordiendo los labios del contrario por su propio placer y desenfreno, era una venganza tan maravillosamente buena, que hasta podría repetirla si tenía oportunidad.
— Tienes que pararrrrr~.... Ahhh~.... Sino....Hummghh~.... Ya te digo yo que te vas a arrepentir~... –Pronunció el rubio a duras penas sin despegar sus labios de los de ella, devorándose mutuamente y sin embargo no se amaban.
La mujer parecía inexperta, se retorciendoce del placer miemtras le miraba como si descubriera este gozo por primera vez. Killian en cambio dudaba entre gemidos ahogados por su saliva y embestidas, era raro que alguien tuviera su primera vez de esta manera, con un desconocido y sin su consentimiento, pero ya no había opción, ya habían empezado y no se quedaría con un placer atragantado en el camino, había que terminar, debía hacerlo.
— Eres rarahh~...—Sentenció el rubio entre jadeos y respiros que se tomaban por el simple hecho de necesitar oxígeno.
Se había dado por vencido en intentar concienciar a la alfa de lo que estaba haciendo. Aunque esto no significaba que quedaría impune, ya se vengaría más adelante, era muy probable que le pondría otra vez las cadenas como castigo mientras pensaba en una mejor opción.
Pero Niki era ajena a todos estos pensamientos del omega, porque no tardó mucho hasta que comenzó a jugar con la fuente de su placer, moviendo sus caderas en círculos mientras mordía aquellos labios, acariciando aquella piel de porcelana solo porque le molestaba la intensidad con la que sentía todo, lo acariciaba como si así pudiera calmar su propia emoción por lo que estaba sintiendo.
Killian en cambio cerró los ojos, dejándose llevar por el placer y el momento, disfrutándolo sin pensar en nada más. Tenía el deber de mirar el lado bueno a las cosas, un sexo tan bueno como este no era muy común, ella sin saberlo estaba subiendo sus estándares y debía saber que tan lejos podía elevarse de este punto, por su propio deseo egoísta, sí, eso era, quería saber que tanto placer podía sentir. Debía saberlo, y, con esta excusa, comenzó a moverse de una manera que intensificaba la conexión, poniendo de su parte mientras la humedad se desboradaba y caía sobre la alfombra roja con hilos de oro.
— Mierda…. ¡¡Mgh~!! Uf... Como pareeesshhh~....Ah~... Te muereshhh~...—Amenazó Killian mientras arqueaba la espalda tratando de aferrarse a lo que sea.
— Túh~~ Deja de amenazahhhhrrr~—Respondió agitada mientras le devoraba la boca otra vez.
Niki estaba sintiéndose mareada, como si la cabeza le cosquilleara y el cuerpo le vibrara con cada movimiento. Tenía ganas de liberar algo, por alguna razón que desconocía. ¿Pero no sería este un insulto mayor? ¿Liberarse sobre su enemigo luego de hacerle llorar?¿No era la mejor forma de reafirmar su victoria?, tal vez. Pero era inevitable sentir que se comenzaba a estancar dentro suyo.
— OhhHh~— Gimió el omega sin saber que responder.
El rubio estaba perdiendo el equilibrio, así que con la excusa de no resbalar y perder el control, se aferró al cuello de Niki mientras sus lenguas se unían en un nuevo beso lujurioso.
Ambos parecian adaptarse al ritmo desenfrenado, con la respiración agitada y entremezclada con su saliva, que parecía ser demasiada para sus bocas, como si escapara de sus dominios mientras sus labios chocaban y sus lenguas luchaban por el simple hecho de que podían hacerlo. Ambos protagonistas del acto se fundían en sus placeres carnales y la desesperación.
Pero esto estaba yendo demasiado lejos desde el punto de vista colectivo, porque, si bien es verdad que la mayoría de vampiros usaban a los de otras especies como juguetes sexuales, aún era extraño, Killian no era como sus congéneres que veían a los esclavos como un objetivo de desahogo de su propio tedio. Probablemente porque la chica lo había hecho repentinamente, sin motivo, ¿Y si era su orgullo el que le impedía alejarla aún si tenía oportunidad?, tal vez alejarla y escapar era lo mismo que admitir que lo había vencido y no estaba dispuesto a admitir que había perdido, aún si mentalmente ya lo había hecho.
— Si quiereshhh~....Ahhh~... Q-q-que deje de amenazarte....Ngh~... Suéltaaaameeeehh~.... Niñata mierdosaHhh~.... Ngh~...—Reclamó Killian en una de sus pausas para tomar aire.
Estaba disfrutando demasiado, pero el repentino sentido del deber lo abordó, y aunque su cuerpo se negaba a perder esto, su mente quería que acabara rápido, pues sino no llegarían a la cena y él había prometido que iría. No iba a quedar como un mentiroso por un acostón.
Aún si la intensidad del placer era mayor a cualquiera que experimentara en sus ciento once años de vida, no le fallará a su familia en lo que parecía una cena importante. Por lo que se apegó completamente a la albina, moviéndose con más rapidez e intensidad con el objetivo de que ella terminara, pensando que su inexperiencia significaría que no duraría tanto.
Mientras tanto, buscó acelerar el proceso tocandose en un acto repetido que duplicaba sus sensaciones, ambas áreas estaban cubiertas mientras los besos mezclaban sus alientos acalorados en un acto de pasión y odio, y sin embargo ambos estaban disfrutando de la sensación que indicaba un clímax inminente.
Entre las acciones de Niki y su propia búsqueda de placer, estaba perdida en el sentimiento desbordado en aquel cuerpo de porcelana, entrando en un estado de éxtasis. ¿Por qué era tan suave?¿Era algo étnico o sólo el tenía esa suavidad tan abrumadora?, ¿Se sentía igual de bien hacerlo con cualquiera?, que gran misterio.
— Ahhhh~— Gimió con gravedad la chica al haber alcanzado el clímax.
Niki, luego de liberar lo que ella creía era un insulto final, se desmayó de placer. Y algo inexplicable sucedió, su cabello comenzó a oscurecerse, sus alas caídas le dieron abrigo a ambos mientras su respiración se estabilizaba.
— ¿Cómo....Ah....Alguien puede... Hum~... ser tan ignorante?...—Se preguntó el rubio luego de haberse corrido en silencio.
Sin mirarla, se soltó y se levantó como si nada interesante hubiera ocurrido, vistiéndose de nuevo, limpiando con trapos húmedos aquella suciedad que le habia dejado.
— Eso te pasa por babosa.–Exclamó Killian irritado.
Dejó a Niki en el suelo, desmayada, sin intención de llevarla a la cena. Ella perdería la oportunidad de ver a su amigo de la tribu, un castigo justo por su atrevimiento.
Despertaría minutos después, debilitada por su deseo de venganza. En su ignorancia, su moral no se ajustaba a la sociedad vampírica. Era un cuervo rencoroso, atrapado en un mundo que no comprendía, con ideales arcaicos y una mente infantil, ignorante de las verdades universales.
Ignorante y despistada de lo que a ella misma le ocurría, ¿O acaso era consciente de cómo sus cabellos se oscurecian?, probablemente no, pues su vista estaba borrosa por la misma razón.
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Comments
Rata de pared
JAJJAJA NOOOO NIKI
eso no es pipi mi pajarita/Cry//Heart/
2024-11-26
1
Loammy Sequeira
Que rica venganza XD
2024-11-29
2