Óscar no dejó lugar a dudas mientras comenzaba a jugar con la barbilla de su novio, acariciándola de una manera tentadora. Sus dedos, ligeros y suaves, trazaban líneas invisibles sobre la piel de Marcos, provocando un leve estremecimiento en él.
Los ojos de Marcos brillaban con un deseo contenido, y su cuerpo reaccionaba instintivamente a las caricias de Óscar , acercándose más a él.La mirada de Óscar se tornó suave y cómplice, mientras Marcos se dejaba llevar por las caricias, sintiendo un cosquilleo agradable que recorría su piel.
La tensión acumulada en sus hombros se desvanecía, y una cálida sensación de intimidad los envolvía. Sus cuerpos se acercaban instintivamente, buscando el calor y la seguridad del otro, mientras sus corazones latían al unísono, creando un ritmo íntimo que solo ellos podían percibir, ajenos a las realidades de los invitados.
Rick aparentemente concentrado en su charla soltó una risa al ver cómo su primo menor se rendía. Su sonrisa era una mezcla de burla y una satisfacción casi cruel, disfrutando del poder que tenía para molestar a Killian.
—Siempre hago lo que quiero, Killy~. — Sus palabras eran como un reto, su tono estaba lleno de una confianza arrogante que solo Rick podía manejar sin parecer demasiado odioso. — ¿Qué tal si te sueltas también?~
Sus palabras flotaban en el aire como un desafío, llenas de una seguridad desbordante que solo aumentaba la incomodidad de su primo.
Killian, sintiéndose expuesto, respondió con un intento de mantener la compostura.
— Yo soy una persona suelta, no hace falta que me lo digas para saber que lo soy... —Respondió avergonzado, mirando con molestia a su primo.
Pues aún sentía el olor de aquella cuervo en su cuerpo, sus manos firmes agarrándolo, rascando con su carne los rincones más profundos de su ser mientras sus labios acariciándole con brusquedad de una manera que nadie se habia atrevido a hacerle antes, esto le estimulaba la imaginación y los sentidos, mientras recordaba que con una forma tan exquisitamente inexperta de devorar sus labios le habia dejado una marca invisible en su boca con el calor aún palpable de su existencia.
Sin lugar a dudas Rick había conseguido recordarle todo aquello que había experimentado involuntariamente, y aunque le molestaba, también le causaba un escalofrío que trataba de contener.
Verla mordiendo las vendas y aquellas cadenas que le mantenían imposibilitada a su lado le causaba una extraña sensación cosquilleante y placentera, ¿Y si ella rompiera sus cadenas para tomarle con aún más violencia?¿Y si lo hicieran toda la noche?, era algo que aviva sus sentidos pero al mismo tiempo le hacía sentir culpable, estaba pisoteando su propio orgullo al querer que una simple esclava lo domine con aquel odio tan ferviente que ella le tenía a su especie. ¿Por qué no podía dejar de pensar en ello?, realmente no entendía qué le estaba pasando.
Rick, notando la incomodidad de su primo, decidió aprovechar la situación. Su sonrisa se amplió, mostrando dientes blancos y perfectos, y sus ojos se entrecerraron con una expresión de diversión cruel.
— Tu regalo parece poco usado en comparación al de Óscar —Bromeó, tratando de molestarlo a su manera y de paso fastidiar a Marcos, sabiendo que no le gustaba que bromeara con él y menos que lo tratara como objeto. Sus palabras eran como dardos venenosos, diseñados para herir y causar discordia.
Marcos, sin dudarlo, contestó con un desagrado que no se molestó en ocultar.Su rostro se endureció, y una chispa de ira brilló en sus ojos que se estrecharon con una mezcla de puro fastidio. Una fastidio que casualmente también cubría la expresión de Killian, quien mordía sus labios incómodo y avergonzado.
— Oh, cállate Rick, ¿disfrutas fastidiando momentos íntimos como un pervertido? —Respondió fastidiado, su voz cargada de desprecio. Sus palabras cortaron el aire como cuchillas, llenas de una furia contenida que amenazaba con estallar.
La sobre reacción de Marcos a las provocaciones de Rick, desviaban la atención de los curiosos invitados que se deleitaban con las muestras de caos que sus miembros más jóvenes daban en este tipo de reuniones, salvando de ser el foco de atención a Killian, que si bien normalmente amaba recibir ese tipo de atención, no podía evitar sentirse pudoroso en esta ocasión, sus pensamientos contradictorios le enredaban la mente evitando que pudiera concentrarse en poner una expresión más decente.
Rick, lejos de amedrentarse, respondió con un tono aún más seductor y molesto.
— Oh, querido~ —Replicó con una voz seductora y molesta para aquel omega alado—
—¿Acaso no sabes que mi perversión va más allá de un simple momento?, un simple coqueteo como este no está a mi nivel, yo soy más... divertido... Pero se reconocer los espacios donde debo comportarme.—Tomó un pequeño segundo antes de proseguir con aquella voz digna de un villano de lo más perverso mientras balanceaba el líquido rojo y humeante de su copa—
—Después de todo, no es mi culpa que te guste mostrar las presas como un degenerado en una cena familiar. Es casi... salvaje —Contestó con burlas, haciendo alusión a su condición como especie inferior para los vampiros e inferior como omega.
— El degenerado eres tú al mirarnos con tus ojos envidiosos el amor que podemos darnos —Respondió agresivamente, chasqueando la lengua. Su voz temblaba ligeramente con la fuerza de su ira, y sus ojos brillaban con una intensidad feroz.
Marcos no toleraba en lo absoluto que le recordaran constantemente que era inferior. Aun si la mayoría le respetaba por el miedo que le tenían a Óscar, Rick era de los pocos seres insufribles que lo molestaba sin reparo, tal vez porque en un principio su relación no comenzó con el pie derecho. Su pecho subía y bajaba con respiraciones pesadas, tratando de contener la explosión de emociones que amenazaba con desbordarse.
Y sin embargo a Rick no le importó su molestia en lo absoluto, le miraba como quien mira a un insecto que no hace más que ruidos molestos.
— Falta que le limpies el cuerpo con la lengua frente a su madre —Se burló, terminando su copa para levantarse de la mesa.
No le interesaba en lo absoluto si podía hacer sentir mal al omega; ya no había nada que le detuviera una vez saciado.
—Desgraciado hijo de...—
Su voz sonaba cargada de fastidio, pero fue abruptamente interrumpido por Rick, quien, con una mirada de aburrimiento, sentenció con total frialdad.
—Ya me aburrí. Me retiro. — Su mirada era fría y despectiva acompañada explosivamente de su voz que resonaba con una indiferencia calculada, dejando sin palabras a Marcos.
Se levantó con una gracia elegante, su movimiento lleno de una despreocupación arrogante fue dejando su copa en la mesa que seguía deleitando al resto de los invitados con aquellos extravagantes manjares que colgaban de los pilares, agonizantes y quejumbrosos.
Marcos había quedado en shock, ¿Realmente le había cortado la conversación antes de siquiera dejarle responder a la discusión?, sin lugar a dudas era algo que le haría pagar muy caro más adelante.
Killian, ya incómodo por la situación, aprovechó la salida de su primo para obligar a su cuervo a levantarse. Con una voz muy cordial y forzada, dijo "amablemente" mientras veía que su primo Rick salía del salón, sin decir otra palabra.
—Bueno, yo me voy a ir. Ha sido una noche bastante entretenida, pero no quiero causar más problemas. Mi esclava no se sabe comportar — Se excusó, su voz estaba llena de una cortesía forzada.
Una vez que ya se despidió, se fue con Niki. Esta vez no le quitó la cadena que tenía, cargándola como un saco de papas. Si bien estos días había tomado más confianza en la chica, lo que pasó hoy lo arruinó todo. Así que lo mejor era asegurarse de que la chica cuervo no hiciera nada.
Después de todo la mirada de esta ya estaba perturbando a algunos en la cena, podía notarlo por los cuchicheos a su alrededor, su mirada llena de odio era demasiado penetrante para su pálido color y daba miedo para el público en general, tal vez por ello le dio escalofríos.
Cuando llegaron a la habitación, la ató a la cama y la dejó allí, inmovilizada para que no pudiera hacer nada. Tal vez podía vengarse de ella ahora, tomándola como ella lo hizo con él, y, sin embargo, se sentía un poco mal por ella, no podía evitar ponerse en su lugar y sentir una fracción de su mundo cayéndose a pedazos, tal vez era demasiado sufrimiento para una solo día.
—Sé que no debería darte esto, pero tienes que cenar. — Le dio un plato lleno de carne a la alfa, comida que él había guardado para ella.
A continuación, le quitó el trapo de la boca para que esta pudiera hablar y luego le dejó espacio, acostándose en su cama para descansar.
Niki se quedó mirando en silencio a su captor, parecía que no la entendía en lo más mínimo. ¿Por qué darle carne a un vegetariano?
Aunque podía digerirla, comer carne era el último gran pecado que podía cometer su especie. Era admitir que serías tan cruel como para ser un juez sobre otra vida, y eso no lo iba a permitir, o eso creía ella.
Miró con el alma vacía a aquellos ojos dorados que la mantenían cautiva, lo que antes era una ferviente mirada de odio, se apagó en un abrir y cerrar de ojos, ahora era más que una bestia herida sin amor. Killian no tardó en darse cuenta de que algo estaba mal cuando ella no se movió en lo absoluto y, levantándose otra vez, la miró con preocupación.
— ... Oh... OH... ¿No comes carne? ... — Ahora se sentía como un tonto, pero para ocultar eso le señaló el otro plato que había traído. — También tienes ensalada... — Sonrió, algo nervioso por este pequeño error.
Se había olvidado por completo de aquella característica de la raza de la chica cuervo. Es verdad, no comían carne.
La mirada de Niki carecía de brillo. Había perdido más de lo que podía soportar. Aún si su cuerpo rugía de hambre, no podía ni quería probar nada. Era como una muñeca con una expresión neutral que expresaba demasiados sentimientos a la vez. ¿No sería mejor morirse?, las razones para vivir se habían acabado al momento de que su última esperanza la repudió con aquella alma corrupta.
Killian había entendido en su mayoría qué era lo que le había ocurrido a Niki y, aún así, le perturbaba que su juguete se viera más muerto que vivo. La prefería luchando y haciendo desastres en lugar de ese incómodo silencio y esa mirada que resguardaba un dolor demasiado profundo y exagerado. Tal vez no había vivido tanto como Rick, pero sabía bien que aquello le dolía demasiado a esa chica, y eso le molestaba en su orgullo.Su mente luchaba por encontrar una manera de devolverle un poco de vida a su mirada, de reavivar la chispa que había visto antes en ella, pero se sentía impotente, atrapado en su propia torpeza y desconocimiento.
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Loammy Sequeira
Todo un caballero
2024-11-30
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