Una linda muchacha rubia caminaba con el seño fruncido por el pasillo principal de la oficina del CEO del corporativo DOME. Pasó haciendo caso omiso a la pobre Elena, quien le dijo que no podía pasar pues el jefe estaba resolviendo un asunto.
-no me importa.
-¡señorita Lucy!
Lucy abrió la puerta de la oficina y entró cruzando los brazos. Matthew se encontraba sentado hablando por teléfono mientras hojeaba una carpeta amarilla que contenía al parecer el programa de un evento masivo en el estadio, tal vez un concierto o algún juego importante.
-si, ya recibí el programa. No se preocupe, me encargaré de montar las guardias y la seguridad en el sitio...
-papá...- habló con voz fuerte la chica. Matthew alzó un poco la mano como pidiendo silencio
-para nada, no es ningúna molestia...
-¡papá te estoy hablando!
-igualmente un placer... Hasta luego. -Matthew colgó el teléfono y miró severo a su hija, la chica se pasó el gesto por el arco del triunfo y siguió ahí de pie.
-Lucy, ya te he pedido que no entres así a mi oficina...
-¿Por qué? ¿Temes que te interrumpa con alguna de tus novias?
-temo que me eches a perder algún negocio, eso temo. -respondió tajante.
-¿Por qué le cancelaste a Dianne? ¡Era importante! ¡Necesitaba tu permiso para ese comercial! ¡Se lo darán a otra modelo papá!
-Lo siento, tambien tenía pendiente algo importante. -Matthew dirigió su vista al ordenador portatil y siguió trabajando- si no tienes otra cosa que decirme entonces ve a casa, tengo qué hacer...
-¡No me puedes hacer esto! Papá, Dianne es mi representante pero si no firmas el permiso no puede hacer nada con el productor ¡necesito ese comercial!
-¡Lo que tú necesitas es terminar primero la escuela! -respondió con voz fuerte- además ese productor no me da buena espina, tendrás otras ofertas, Lucy.
-pero...
-sin peros. -Matthew oprimió un botón junto al teléfono en el escritorio- Lucca, sube a mi oficina y escolta a Lucy a casa, por favor...
-copiado. En seguida voy. -respondió la bocina. La linda muchacha lanzó una mirada fulminante a su padre.
-no es justo.
-Lucy, sabes que no cancelo mis citas por nada. Entiéndeme... Además... -Matthew sonrió un poco- tengo instinto hija, ese sujeto no me agrada. No voy a dejar mi tesoro en manos de cualquier imbécil...
Tocaron a la puerta y después de unos segundos Lucca entró en la oficina. La rubia le miró con cierto reproche pero el muchacho pareció no darse cuenta, o hizo un buen trabajo al ignorarlo pues pasó junto a ella sin decir nada.
-¿llamó usted, tío?
-si, lleva a Lucy a casa, por favor. Y recuerda pasar por la señorita Graham en la noche.
-a las nueve en LeNoir. Lo tengo. Vamos Lucy...
-Lame botas. -gruñó la chica pasando junto al moreno. Este rió un poco.
-uy... Mademosielle está de malas...
-cállate...
Matthew los vio salir y una vez la puerta se hubo cerrado se reclinó en su silla apartando los ojos un momento de la pantalla. Todavía seguía pensando en lo ocurrido esa mañana. Giró la silla hacia los ventanales viendo el sol ponerse en el horizonte, bañando la gran ciudad de un brillante resplandor dorado. Hace mucho tiempo que estaba aburrido, que no encontraba nada que valiera la pena además de su familia. Sus hijos y Lucca era lo único que Matthew atesoraba. El dinero, el lujo, su compañía, todo eso era superficial nada más, no era algo que consideraba preciado. Se podía decir que había perdido la fé en todo lo demás. Hoy descubrió que todavía quedaba en el mundo algo que valía la pena. Sonrió un poco sin darse cuenta.
-sr. Matthew, tiene una llamada de la fábrica en la línea 2 -dijo la voz de Elena desde su intercomunicador sacando al caballero de sus ideas.
-Gracias Elena... Es todo por hoy ya te puedes retirar.
-¿Temprano? ¡Gracias jefe! -contestó alegre y colgó.
Matthew contestó su teléfono y siguió con su tarde, aunque con cierta ansiedad por la cena de esa noche. Sin saber bien por qué, tenía el presentimiento de que algo cambiaría en su vida, y aunque esa idea le agradaba también tenía sus reservas en cuanto a eso.
Mina se miraba al espejo. Su reflejo le devolvió la imagen de una hermosa chica usando una blusa blanca sin mangas y falda hasta las rodillas en corte recto a juego con la blusa. Era el conjunto que usaba para alguna entrevista formal pero como que no le convencía. Frunció el seño. Este tampoco...
-¿Y ahora que me pongo?
Lo cierto era que no había nada en su guardarropa que fuera acorde con el lugar al que iría a cenar. LeNoir era un elegante restaurant, muy exclusivo y caro por cierto. No cualquiera entraba, y tener una reservación ahí tomaba días. Claro que cuando eras alguien como Matthew Hoo Suin eso era juego de niños. Se sentó en el borde de la cama sintiéndose bastante frustrada. ¿Cuándo podría volver a la normalidad? Tenía una vida que continuar, una lejos de Limosinas, restaurantes caros y esas cosas. No podía negar que la oportunidad de charlar un poco con ese hombre y conocerlo le atraía mucho, pero ahí había otro problema ¿De qué hablarían? ¿De trabajo? De su última salida a algún lado interesante? Por dios, lo único exitante en la vida de Mina era ir al supermercado con presupuesto limitado y arreglarlas para conseguir todo sin salir quebrada.
-¿Estás bien hija? -su abuela miraba desde el umbral de la puerta abierta.
-eso creo... Ya quiero terminar con esto abuela.
-¿Por qué? El señor Hoo Suin es un hombre agradable. Da un poco de miedo al principio pero solo es la fachada -la anciana sonrió.
-¿De veras?
-si. Además, solo quiere darte las gracias, Mina lo que hiciste por su hija fue algo hermoso. ¡Me tuviste preocupada a muerte, señorita! Pero aún así estoy muy orgullosa de ti... -su abuela entró y la abrazó- solo ve y habla con el, hija, disfruta una noche por lo menos, ya luego te preocuparás por el señor Parker...
-¿Parker? -solo esa palabra hizo que la chica se estremeciera. Cierto, su pobre abuela no sabía nada de lo que pasó en el café. Y por lo visto tampoco el sr. Matthew le dijo nada, gracias a dios. Algo como eso la dejaría muy mal, seguro se preocuparía por ella y por el trabajo, y eso no era bueno para su salud.
-¿Pasa algo Mina? Te pusiste pálida...
-eh, no, nada abuelita. Tienes razón, tal ves me divierta.
-no te preocupes, así te ves linda mi niña.
-no sé, ahí va pura gente fina, está lleno de mujeres bellas, no voy a encajar...
-ay hijita, pero si tú eres muy linda, venga, solo arréglate un poco más que de costumbre y verás como nadie lo nota
La anciana besó su frente y salió del cuarto. Mina miró una vez más su reflejo en el espejo y sonrió un poco. De todos modos no tenía mucho más que ponerse, con eso estaría bien, sus otras mudas eran algo más informales, además el blanco le sentaba bien. Se soltó el cabello y se lo arregló peinando de lado con un broche de cuentas blancas de fantasía con la forma de una mariposa. Casi no lo usaba porque le gustaba mucho, pero estaba bien en esa ocasión. Tomó el estuche que le regaló su abuela en navidad y lo abrió sacando las sombras y el rubor. Su abuela tenía razón, si le tocaba hacer de Cenicienta entonces disfrutaría la noche hasta que suenen las campanas y la carrosa se convierta en calabaza. Sin darse cuenta el tiempo pasó más a prisa de lo que ella hubiera deseado y pronto la limosina blanca estuvo ahí para recogerla. Su abuela le avisó para que saliera y cuando estuvo fuera Lucca la recibió con una sonrisa... Y con la boca abierta...
-buenas noches -saludó la chica con algo de timidez
-buenas... -Lucca DiMarco sonrió un poco. Esto seguro se pondría interesante. Ya quería ver la cara de Matthew. -venga señorita Graham, la esperan en el restaurante.
-Gracias.
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Updated 90 Episodes
Comments
Sugei Lorenza Brito Toncel
Fotos por fis de los personajes autora si
2024-09-08
0
Anonymous
jajaja a pesar de ir modesta se a de ver muy bonita/Smile//Doge/
2023-10-06
3
Rita García
bueno no digo que me gusta mucho pero está agradable como se va desarrollando
2023-09-30
0