La luz del día iluminaba las calles y el bullicio habitual del tráfico en el centro de la ciudad lo hacían parecer como cualquier otro día, no obstante para Mina Graham las cosas no podían estar más lejos de la realidad. La chica miraba curiosa por la ventana de aquella elegante limosina blanca. Jugueteando nerviosamente con los pliegues del hermoso vestido color naranja que llevaba el día de hoy. A juego con los zapatos en un tono naranja un poco más claro, se abrochaban en tiras y apenas si tenían un ligero tacón. El atuendo parecía un poco infantil pero la joven lo lucía con gracia. Su cabello peinado en una coleta alta con algunos mechones a los lados enmarcando su lindo rostro, algo de lápiz labial y un discreto colorete en las mejillas. No necesitaba nada más para verse hermosa. Suspiró aferrándose al pequeño bolso de piel que tenía a modo de cartera. Hubiera preferido su fiel mochila pero no pudo negarse a aceptar el obsequio. Y es que todo el conjunto le fue dejado en el cuarto del hospital el día de hoy, que por fin le dieron de alta.
Mina recordó los sucesos recién ocurridos. Hace unos veinte minutos que fue Dada de alta, aunque se sintió mucho mejor luego de dormir un par de horas más después de la visita de aquel apuesto caballero que habló con ella, su nombre era Matthew, si recordaba bien. Pese a lo que ella dijo, permaneció en el hospital 2 días más en observación. Aunque ese hombre no regresó, la pequeña Lilly estuvo con ella gran parte del tiempo. De hecho, la niña insistió en hacerle compañía y platicó largo y tendido con ella. La tarde anterior Lilly le dijo que por fin la dejarían salir
-que bueno que ya mañana podrás irte a casa, seguro ya te aburriste como ostra aquí, ¿verdad? -le dijo mientras peinaba los rizos de su muñeca, Mina entre tanto comía un poco de fruta con yogurt que le trajeron de merienda.
-más que nada quisiera ver a mi abuela, estoy preocupada por ella -le sonrió a la niña. Aunque ya había hablado por teléfono con su abuela Sally aún estaba inquieta por todo lo sucedido.
-¿Por qué? Si la que se lastimó fuiste tú. Las abuelas son señoras grandes, ya se pueden cuidar solitas.
-pero la mía está enferma Lilly... -explicó sin borrar la sonrisa. La niña le escuchó con atención- si están enfermitas necesitan que las cuiden. Además...
-¿Además qué? -Lilly arqueó las cejas con expresión curiosa. Dejó a un lado a su muñeca y se acercó a la cama de la chica. Ella dudó en decir algo más. No debería estarle contando sus problemas existenciales a una niña de esa edad. De todos modos no haría más que asustarla y por lo que Lilly le contó ya bastante había sufrido la pobre cría.
-no, nada...
-¿No me vas a decir? ¡Dijiste que éramos amigas! -la niña hizo un mohín de disgusto- eres igual que Lucy, mi hermana tampoco me dice nada cuando está triste...
Mina se mordió el labio ligeramente. A pesar de su corta edad era una niña perspicaz, y muy despierta. Luego de pensarlo unos segundos decidió platicar un poco con la niña. Además ella era parte del por qué la estaban tratando tan bien, Chloe le dijo que el señor Hoo Suin estaba muy contento de ver a Su hija tan feliz jugando con ella, y también le había empezado a coger cariño a Lilly. No haría daño decirle algunas cosas, y claro, a modo que ella pueda entenderlas.
-bueno, ya no te enojes. Es que no nos gusta que los hermanitos se preocupen por nosotras, por eso muchas veces no les decimos nada. Me imagino que tu hermana Lucy piensa igual...
-¿Tienes hermanitos? -Mina negó con la cabeza.
-no, mis padres solo me tenían a mi. Pero me gustan mucho los niños, por eso estoy estudiando para ser maestra.
-ah, bueno. ¿Pero si me dirás por qué estás triste? -Mina rió al ver que no lo dejó pasar tan fácil.
-supongo que puedo contarte. Mis papás están en el cielo Lilly, me quedé sola con mi abuela desde hace años, y ella no puede trabajar porque está enfermita, por eso yo debo hacerlo.
-entiendo... -aunque fuera una niña pequeña Mina pudo ver que Lilly captó muy bien lo que le dijo. La expresión seria y algo consternada de la niña le hizo pensar que tal vez no debió decir tanto.
-pero vamos, no te preocupes, solo debo volver a mi casa y regresar a mi trabajo y todo estará bien... -le sonrió para confortarla.
-papá dice que mucha gente logra lo que tiene con sacrificio y constancia, tu trabajas duro, deber ser una buena chica Mina.
-ah pues, gracias. -no pudo evitar sonreír. Lilly debía tener un gran padre si le enseñaba esas cosas teniendo la edad que tenía.
-supongo que entonces tienes mucho que hacer... Lastima, esperaba que vinieras a casa a jugar conmigo de vez en cuando.
-claro que puedo visitarte, siempre que te den permiso. - La chica sonrió una vez más y eso hizo que Lilly se mostrara mucho más feliz- ¿Quieres jugar un rato con las muñecas?
-¡Si!
Y así pasó la tarde jugando con la pequeña rubia entre muñecas y tazas de té. Por la mañana, cuando el médico la visitó y le hizo firmar su alta, Chloe entró a la habitación cargando una bolsa blanca de regalo que tenía un moño rojo muy lindo.
-esto es para usted, señorita. -dijo dejando el regalo sobre la cama.
-¿Cómo?... -la joven le miró con sorpresa
-es un obsequio de parte de mi padre...
Mina arqueó las cejas cuando un apuesto joven de cabello rubio oscuro y tez pálida entró a la habitación. Un muchacho alto, complexión delgada pero bien formada, hermosos y expresivos ojos azules, nariz perfilada y labios delgados. Algunos flequillos cubrían el lado izquierdo de su rostro, el chico los apartó echándolos detrás de la oreja y Mina vio un pequeño piercing brillante pero discreto. Vestía una camisa de manga larga blanca abierta de dos botones de arriba, jeans en tono claro, zapatos negros y un crucifijo de plata al cuello con una cadena gruesa. El muchacho al ver el escrutinio de la joven frente a sus ojos apretó los labios ligeramente y desvió la mirada.
-¿Su padre?... -finalmente la chica salió de su asombro y logró decir algo coherente. No solo le sorprendió el obsequio, sino también el muchacho frente a ella, era guapísimo, si, pero no podía creer que fuera hijo del sr. Matthew. Aunque el parecido fuera asombroso, el padre apenas y parecía mayor que su hijo. Chloe trataba de no echarse a reír. Si, a todas les pasaba igual...
-E-eso dije. Matthew Hoo Suin es mi padre... Y me pidió que lo disculpe. El... No puede venir personalmente a darle las gracias...
-oh, claro. Descuida. -Mina se encogió de hombros- de todos modos tengo que irme, dile que no hay cuidado y que fue un placer conocerlo...
-mejor dígaselo usted misma.
-pero el no está aquí.-Mina ladeó la cabeza con curiosidad. Nicholai suspiró discretamente, esos ojos castaños empezaban a ponerlo nervioso. era bastante tímido para hablar con mujeres, salvo sus hermanas le costaba mucho trabajo cualquier trato con el sexo opuesto, por eso cuando su padre le pidió ese favor al principio pensó en negarse rotundamente, pero luego que le dijo que solo sería entregarle el obsequio y llevarla al corporativo pensó que no sería tan malo. Al parecer a papá se le olvidó mencionar que la chica en cuestión fuera una joven tan bonita...
-N-no me ha entendido señorita, mi padre no puede venir a verle, por eso... Por eso me pidió de favor que la llevara al corporativo, para hablar con usted...
-pero...
-si gusta puede cambiarse. L-la Limo está abajo esperando...
-¿La Limo?
-quiero decir... la limosina.
-ah, claro. Gracias. ¡Oye espera! -Nicholai detuvo sus pasos sin voltear a mirarla. Mina sonrió un poco- no me dijiste tu nombre...
-oh, cierto. Lo, lo siento. -el muchacho se giró un poco, lo suficiente como para mirarle- Nicholai, Nicholai Hoo Suin.
-es un placer Nicholai... -la joven le mostró una encantadora sonrisa y el muchacho asintió rápidamente para luego volver la cara.
-si, igualmente... Espero abajo.
El muchacho salió de prisa del cuarto dejando a Mina bastante sorprendida y curiosa sobre todo esto. Al fin Chloe pudo reír porque ya casi no aguantaba las ganas, mientras la joven Graham no veía lo chistoso del asunto.
-¿Y ahora de que te ríes?
-lo siento señorita Graham, es que su expresión ya la he visto antes... A todas las que han conocido a padre e hijo les pasa lo mismo...-explicó.
-oh, ya veo. ¡Pero es imposible! No luce mucho mayor que el chico...
-si, por eso le dije que ya había visto esa cara antes. No se preocupe, no los confundirá, el joven Nico es muy tímido, apenas si habla. Además siempre viste más informal, exepto cuando sale con su familia. Es encantador ¿Cierto?
-tal vez. -Chloe arqueó una ceja, ¿Acaso el golpe le afectó la vista? -a la vista es un chico guapo, pero no lo conozco, no podría decirte si es "encantador" hasta tratarlo más...
Mina suspiró. Sabía que una cara bonita no era lo suficiente, ya lo había vivido antes. Y no tenía intensión de volver a pasar por lo mismo. No es suficiente que sea guapo, lo de adentro es lo que importa. Chloe la ayudó a cambiarse rápidamente y se despidió de ella con una sonrisa.
-fue un gusto señorita Graham -la enfermera le tendió la mano
-vamos somos amigas, dime Mina, como todos mis amigos... Hasta pronto Chloe...
Salió del hospital y acto seguido halló al Joven Nicholai junto a ella esperando que le siguiera. Guió a la chica a la elegante limosina blanca que aparcaba a las puertas del hospital y abrió la puerta para ella sin decir una palabra más. Enfocando su atención en cualquier otra cosa para evitar volver a ponerse nervioso.
Y así habían pasado los últimos veinte minutos, sentados uno a cada lado mientras el vehículo se movía con destino al corporativo. Mina comenzó a ponerse ansiosa. De nuevo volvería a ver a ese hombre ¿Que le diría? Volvió a su memoria la charla de aquel día, acerca de Parker y lo que sucedió. El lo supo, de algún modo Matthew supo lo que ocurrió esa noche. Nicholai miró disimuladamente a la joven a su lado. Era una chica muy linda, y parecía buena persona. Recordó que también tenía algo que decir y era mejor hacerlo ahora que se sentía capaz, probablemente después no volvieran a verse.
-Disculpe... Señorita...-dijo con voz suave. Mina volteó a mirar al muchacho sorprendida de que hubiera dicho algo pues llevaba rato callado, llegó a pensar que estaba disgustado por tener que acompañarla o algo parecido.
-¿Si?...
-eh... Bueno...-la limosina hizo un alto en el semáforo. A un par de manzanas ya podía distinguirse el alto edificio del corporativo DOME. Los ojos castaños de la joven se encontraron con el azul puro y cristalino de la mirada agradecida de Nicholai Hoo Suin mientras este le tomaba de ambas manos e inclinaba la cabeza en un gesto de reverencia. Mina se estremeció un poco ante ese sutil toque- M-muchas gracias... Gracias por salvar la vida de mi hermana Lilly...
El semáforo cambió a verde y el vehículo siguió en movimiento. Mina esbozó una fugaz sonrisa "vaya, parece que si eres encantador después de todo..."
-No fue nada, Nicholai.
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Comments
Anonymous
waw qué tierno y bien educado /Ok/
2023-10-06
6
Rita García
uy esque va aver problemas con quién merece estar con el hijo o con el padre
2023-09-30
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Milena Johana Fuentes zamora
hermosa novela me encanta
2023-08-28
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