Comenzó nuestra mudanza; por fin estaríamos solos Alejandro y yo. Podria estar disfrutando de la casa y hacer lo que yo quisiera sin tener que esperar la oportunidad o sin tener que escuchar peleas.
Mientras nos llevábamos las cosas, observé a mi suegra un poco sería. No me volteaba a ver, y si quería saber algo u ocupaba algo, solo se dirijía a Alejandro. Ella insistió mucho en acompañarnos a ver nuestra nueva casa, pero en lugar de ayudarnos a acomodar las cosas o moverlas, se quedó sentada en un rincón observando.
Cuando mi suegra se fue y por fin nos quedamos solos, le manifieste a Alejandro el cómo había visto a su madre. De manera despreocupada me contestó que seguramente estaba así por qué ella no quería que nos mudáramos, por qué Alejandro cada semana le pagaba una renta por dejarnos quedar en su casa; y ahora ya no tendría ese dinero disponible.
Ahora el comportamiento de mi suegra tenía sentido, yo pensé que era por qué su amor de madre no quería que su bebé se fuera a vivir con otra mujer, resultando todo lo contrario; pero en lugar de estar mortificada por aquello comencé a bromear con Alejandro y a cantar mientras acomodamos nuestras cosas. Imaginaba en esos momentos que todo iba a estar muy bien.
Los siguientes días comencé a sentirme mejor de las náuseas. Por lo que comenzaba a darme más hambre de lo habitual. Y claro lo que se me antojaba lo consumía, poniendo de pretexto que el bebé quería que lo tuviera.
Alejandro continuo conviviendo con sus amigos, pero ahora lo hacía en casa. Lo cual me daba gusto, por qué yo igual convivía con ellos y eran consientes de mi embarazo por lo que se iban temprano y podía descansar.
Los meses pasaron, ahora sabía que mi bebé sería un niño. Y lo imaginaba igual que su padre. Del tamaño de mi estómago, les diré que era de un tamaño considerable; parecía que tenía dos bebés dentro. Claro no debí de abusar de la comida.
Todo iba como debía de ser, aunque en la última visita al doctor, recibí una llamada de atención por mi peso. El doctor mencionó que subir tanto me podía traer problemas a la hora de parto. Por lo que me mandó realizar unos análisis para descartar algún problema. Decidí que me los realizaría poco antes de mi próxima consulta que sería la última, ya que estaba cerca de las 42 semanas de embarazo.
Comenzaba a tener contracciones de Braxton Hicks y a pesar de ello aún no sabía si mi bebé nacería de forma natural o por cesárea.
Al cumplir las 40 semanas me encontraba visitando a mi mamá, estábamos muy contentas hablando sobre las cosas que ya teníamos para cuando el bebé saliera; cuando de repente sentí que algo me salió de mi parte íntima. Creí que había sido un poco de orina, ya que en ocasiones el movimiento del bebé lo provocaba.
No le di mucha importancia así que al llegar a casa me bañé, me cambié de ropa y me fui a dormir como cualquier otro día.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 48 Episodes
Comments