Capitulo 6. Cara a Cara

Al día siguiente estaba con mucho nerviosismo, pues no sabía que pensaba Alejandro de nuestro encuentro. Tampoco sabía en qué horario lo vería, y mucho menos si llegaría a la escuela como siempre.

De repente me llegó un mensaje de él cuando estaba en mi penúltima clase; diciendo que no me vería por ese día por qué trabajaría hasta tarde. De un momento a otro entristecí y Ceci se dio cuenta.

Me preguntó que era lo que me pasaba y yo no dude en contarle los sucesos del día anterior. Ceci no daba crédito de lo que escuchaba y como madre protectora me comenzó a decir que lo que había hecho estaba mal, que no sabía si eso era lo que él buscaba y que me podía botar como basura.

Mis sentimientos cayeron nuevamente y mis pensamientos se enfocaron en lo que me decía Ceci. Claramente, le creí y decidí que fuera como fuera tenía que preguntarle cara a cara.

Al llegar a mi casa después de la escuela, me recosté en mi cama y mis pensamientos daban vueltas. Cuando de repente sonó el timbre de la casa. Al estar yo sola en casa, me levanté molesta para ver quién era. Mi sorpresa fue que era Alejandro en mi puerta con una flor.

Sorprendida lo observé y él entró a la casa abrazándome. Ese abrazo me hizo sentir por un momento segura, pero me compuse y me retiré un poco. Primero le cuestione por qué me había dicho que no lo vería y ahora estaba ahí. Me respondió que lo del trabajo se había resuelto y que había salido directo a verme. Llámenme tonta o romántica, pero sentí alegría de que me dijera eso.

Lo invité a sentarse en uno de los sofás y me dispuse a preguntar que pensaba de lo que había pasado el día anterior.

Su rostro mostró sorpresa por aquella pregunta, pero no dudo en responder que para él había sido maravilloso y que esperaba con ansias la próxima vez.

Me ruboricé por su sinceridad, pero aun así me dispuse a confesarle que para mí fue especial, pero que yo esperaba que pasará de una forma diferente, algo más despacio y romántico.

Mis palabras lo ofendieron y se levantó rápidamente dispuesto a irse.

Con un movimiento rápido lo tomé del brazo y me dispuse a tratar de sentarlo. Él me repetía que para qué lo detenía si ya había dejado en claro que no me gustaba estar con él. Yo confundida le contesté que eso no era lo que había dicho, que yo simplemente quería algo más romántico.

Con una suave voz contestó que ya era romántico con el hecho de que ambos quisiéramos estar juntos. Tontamente, volví a creer en él. Lo tome suavemente del rostro y lo bese. Me cargo y me llevo a mi habitación, y comenzamos hacer el amor. Esta vez fue despacio y lleno de besos y caricias. Me estaba dando justo lo que yo quería.

Cuando el se fué, me dispuse a acomodar mi cama para que nadie de mi familia se diera cuenta de aquel encuentro. Y en mi mente estaba el pensamiento de que algo se me había olvidado. Cuando caí en la cuenta de que no nos habíamos cuidado. Rápidamente tomé dinero de mis ahorros, fui a la farmacia y compré pastillas del día siguiente. Un embarazo era lo menos que quería en esos momentos.

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