Capitulo 5. Los primeros meses con él

Comenzaron a pasar los días, en los que Alejandro llegaba a la escuela en el momento en que yo terminaba mis clases. Siempre dándome esa sonrisa tan característica de él y con algún presenté; que me entregaba acompañado de alguna historia que me hiciera reír.

Salíamos a disfrutar diferentes puntos de la ciudad y me sentía segura a su lado. No había día que no lo viera y fuera feliz.

Ceci siempre que lo veía llegar se alejaba de nosotros, era obvio que algo de él no le gustaba y siempre me repetía que nos habíamos hecho novios muy pronto y que nos conociéramos mejor antes de dar otro paso en nuestra relación.

Pero para mí todo era muy hermoso, incluso cuando platicamos afuera de mi casa a la luz de la luna y yo me subía sobre sus pies y empezábamos a bailar.

Yo estaba muy ilusionada con nuestra relación, pero aún ninguno de los dos decía aquellas palabras que significan más, "Te amo".

A los tres meses de una historia de cuento de hadas, llegó el día en el que tuvimos que ir a su casa por algunas cosas. Yo iba muy nerviosa pues no sabía si pasaría algo más.

Cuando llegamos, no se encontraba nadie en casa por lo que por un momento me quedé de pie en la estancia, mientras él buscaba sus cosas en su habitación. Pensaba en si alguien llegaba y me veía ahí imaginaria muchas cosas. Pero también imaginaba que si subía por las escaleras sería algo mágico como de película o de libro romántico. Y en un arrebato de adrenalina lo fui a buscar.

Sospechaba lo que sucedería, pues yo misma lo fui a buscar. Lo que no esperaba fue la forma en la que paso.

Él me observo al pie de la cama mientras yo me acercaba. Me tomo de las manos y me recostó en la cama. comenzó a quitarse la ropa y a quitarme la mía. En cada oportunidad que tenía me daba besos dulces en los labios, cuello y cuerpo.

Pero repentinamente se detuvo dejándome un mal sabor de boca, pues por un momento pensé que lo estaba decepcionado.

Me preguntó que si estaba segura de aquello y yo muy nerviosa solo puse mover mi cabeza diciendo que sí.

Salió de la habitación un minuto y cuando regreso traía en su mano un preservativo. Yo con cara de tonta lo observé. Y por mi mente pasaba la frase:" genial no habías pensado en eso, que tal y quedas embarazada".

Se puso el preservativo y se colocó sobre mí. Ya no eran besos suaves. Ahora era como un animal, que me tomaba con mucha lujuria y con un movimiento fuerte entro en mí y se comenzó a mover. No sé cuánto tiempo duró, pero para mí fue eterno.

Cuando terminó todo, en silencio nos vestimos y nos fuimos de su casa. Ninguno de los dos decía nada, solo se escuchaba el sonido de la civilización a nuestro al rededor.

Tal vez ahí debí ver la primera señal de que nuestra relación sería algo inusual y difícil. Pero solo en esos momentos estaba confundida de como pasaron las cosas.

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