Capitulo #2. Nos conocimos

Cada día de escuela es maravilloso. Todos los días Ceci y yo convivimos con alumnos de otras especialidades, a veces salimos de fiesta; claro tomando todo con moderación por qué al día siguiente hay que estudiar.

Ceci se ha enamorado de un compañero de escuela y por ello cada día conocemos más gente a los que les parecemos buena opción de amistad.

Todo parece como un sueño, dónde yo estudio y conozco gente nueva. Llevo un buen promedio estudiantil por lo que no me preocupa de vez en cuando convivir fuera de la escuela.

Un día mi hermana Viridiana me comenta que realizará una fiesta de cumpleaños en casa de su amiga. Debo mencionar que ella es 5 años mayor que yo. Por lo que se espera que en su fiesta aparezcan muchas personas de su círculo social y laboral. Obviamente no me lo puedo perder.

Yo estoy emocionada pues hay mucha gente que conocer. No acostumbro a vestir tan femenina, ya que a mí me gusta vestir cómoda. Pero en esta ocasión busco algo que se adapte a mi cuerpo y me haga ver linda para dar una buena impresión. Ceci me lleva a su casa para ver si algo de ropa que ella usa me pueda servir. Pero como Ceci es más delgada que yo, no me queda su ropa. Así que desesperada por no saber que usar busco lo más bonito que pueda tener en mi closet.

Cuando por fin llega el día optó por un bonito vestido negro con estampado de flores y unos zapatos bajos para estar cómoda; me maquillo solo un poco y dejo mi cabello suelto esperando que no parezca melena de león.

Mucha gente se reúne y celebra el cumpleaños de Viridiana. Todos hablan,bailan y se divierten. Claro hay bebidas alcohólicas y como soy mayor de edad me dispongo a entrar en ambiente tomando algunas cervezas. Pero como no acostumbro a tomar mucho pronto me siento un poco mareada.

Entro al baño para refrescarme un poco y cuando verifico que me encuentro mejor, me dispongo a salir; cuando al abrir la puerta me encuentro con un hombre alto que se me queda viendo fijamente. Yo confundida no sé si está esperando que me mueva del baño o haga algo. Pero de repente me sonríe y me dice vamos a bailar. Me toma de la mano y me lleva a dónde todos los demás se mueven al compás de la música.

Yo sigo confundida pues no lo conozco, no sé de dónde es y mucho menos quien le dijo a él que bailará. Por qué debo mencionar que lo hace fatal.

Bailamos varias canciones y nos reímos de los pasos que él hacía. Y cuando nos cansamos me tomo de la mano y me guío hacia un rincón para sentarnos junto a la cocina.

Una vez instalados en las sillas me tomo de la mano y se presentó; ahí supe el nombre de aquella persona que a partir de ahora sería el cielo y el infierno en mi vida. Alejandro