Capitulo 10. Contigo o sin tí.

Debido a mi amenaza de aborto, tuve que tomar la decisión de frenar mis estudios. Era algo que no me gustaba, pero que era necesario para estar bien tanto mi bebé como yo.

Así que ahora mi vida era estar en mi cama tomando como distracción la televisión, mi teléfono celular y algunas revistas. Solo me levantaba al sanitario o para comer.

Debido a que estaba en reposo Alejandro me llevaba a mi habitación comida.

Y claro solo comía un poco, ya que las náuseas continuaban como si nunca se decidieran a desaparecer.

Los días se me hacían eternos, y más cuando había días que se escuchaban discusiones que entre los papás de Alejandro. Yo solo podía pensar que no quería que mi bebé se criara con ese entorno tan inestable. Y quería tener mi espacio, en una casa que no fuera compartida.

A veces me sentía muy sola, le mandaba mensajes a Ceci esperando me llamará; pero ella se limitaba a contestarme con pocas palabras y después de mucho tiempo. Yo suponía que era por qué no tenía tiempo; pero la realidad era que ya había perdido a mi amiga.

Con mi familia era más o menos lo mismo, solo que la diferencia era que tardaban en comunicarse porque estaban en el trabajo y no podían estar mucho al teléfono.

Cuando paso el tiempo de riesgo y el doctor me levanto aquello de reposo absoluto, comencé poco a poco a volver a hacer la comida y lavar la ropa. Solo que ahora vivía de frente a los enfrentamientos que tenían mis suegros.

Esto comenzó a molestarme, pero la respuesta de Alejandro siempre era la misma. Aún no podemos mudarnos, necesitamos que estés totalmente bien.

Aunque creo que su decisión era más orillado a qué poco a poco comenzaba a llegar más tarde del trabajo e incluso había días que no llegaba por qué supuestamente estaba muy ocupado con su trabajo; y yo estaba como quien dice al cuidado de sus padres. Pero yo sospechaba que lo que hacía realmente era andar de fiesta con sus compañeros de trabajo, mientras yo estaba esperando su llegada.

Pasaron los días y yo sentía que me volvía loca; necesitaba urgentemente salir de esa casa y poner un alto a Alejandro respecto a estar sola algunas noches. Así que salí de la casa tome un transporte y me dirigí a una zona alejada de la casa de sus padres.

Estuve viendo algunas casas y me imaginaba que esas podían ser mi hogar, a veces me imaginaba yo sola con mi bebé y en otras ocasiones a los tres juntos como una bonita familia.

Me informe sobre el costo de la casa y regrese a la casa de sus padres.

Cuando Alejandro llegó fui directa al grano y le dije: "He encontrado una casa y este fin de semana me iré, tú decide si tú quieres ir conmigo; porque finalmente lo haré contigo o sin ti".

Alejandro guardó silencio unos segundos y me dijo: "claro que me iré contigo, me importas más de lo que te imaginas". Luego poniéndose de rodillas me tomo de la mano y me dijo: "cásate conmigo".

Yo estaba eufórica, no lo podía creer. Sentí que era una mujer muy afortunada, pero a la vez sentía que eso no era lo que quería por ahora; por qué realmente no sabía lo que el hacía fuera de casa.

Pero a pesar de mis dudas y emociones, le respondí que si.

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