Capitulo 3. La conquista

Alejandro es muy simpático, me hace reír con todo lo que me dice, ya que la mitad es la realidad y la otra mitad son cosas basadas en películas famosas. Por lo que muchas de sus historias las termino contando yo.

Alejandro me comenta que está en la fiesta por qué es amigo de un amigo y que se le hizo interesante ir. Que me estuvo observando desde que llegó y que le llamé la atención por como convivía con los invitados; así que para poder aparecer en mi vista decidió seguirme al baño. Pero que dudo que decirme cuando por fin estuvimos frente a frente.

Ahí fue cuando entendí todo lo que había pasado.

Duramos horas platicando de varias cosas hasta que nos dimos cuenta de que ya eran las 4 de la mañana y la mayoría de la gente se había ido a sus casas. Me aseguro que también pronto se retiraría.

Me pidió una cita para ese mismo día, claro una vez que durmiera un poco y tomara un baño. Yo estaba sin palabras, no lo podía creer. Para mí era algo inusual que me invitaron a salir de manera digamos más romántica. Pero al final acepté, acordando vernos a la 1 de la tarde.

De repente se puso serio, lo cual me hizo pensar que algo había hecho mal y él se había molestado de alguna manera o ya se había arrepentido de salir conmigo. Pero todo cambio cuando me dijo que tenía ganas de hacer algo, pero que tenía miedo de incomodar. Yo como siempre he sido directa le pregunté, pero solo me contestó "quiero besarte".

Durante unos segundos entré en shock, por qué no podía creer que alguien a quien acabará de conocer quisiera tener un acercamiento más íntimo conmigo, y a la vez por qué de alguna manera me pareció romántico oír eso; y me hizo sentir como una estrella o como la persona más hermosa del mundo.

Así que tome su cara y me acerque poco a poco y él correspondiendo a lo que estaba haciendo me tomo por la cintura y comenzó a besarme. Un beso profundo, pero a la vez tierno, con el cual se te olvida donde estás o quien más puede estar contigo.

Cuando terminamos el beso sonrió tiernamente y me abrazó como solo aquellas personas que te aman de verdad te abrazan. Lo cual para mí fue otra sorpresa, no esperaba todos aquellos acercamientos íntimos a solo unas horas de conocernos.

Él se fue, recordándome que teníamos una cita en algunas horas y que estaba emocionado por ello. Lo cual de repente me puso muy nerviosa, pero debía dormir un poco.

Una vez descanse y comí algo, convivimos los que nos quedamos a dormir en aquella casa. Pero tenía que irme a bañar y cambiar pues tenía una cita.

Mientras iba camino a mi casa me di cuenta de que ya faltaban pocos minutos para la hora de la cita Se me había hecho tarde. Y pronto me envolvió el nerviosismo. Comenzó a pasar por mi mente la duda, haciendo varias preguntas: ¿llegará? ¿Solo era un juego? ¿De verdad paso?