Alexander parte 4

Natalia, ante las palabras de sus hermanos sabía a lo que se refería, lo que vio ese día. Ella tenía claro que la pelea que tuvo el ladrón con Alexander no fue algo de este mundo, y que la razón de la falta de información se debía a ellos, por esas cosas que el mundo no entendía. Pero ella sabía o, mejor dicho, creía que Alexander no podía ser alguien malvado. Tal vez era por el aura que él emitía o por lo confiada que era Natalia al no haber interactuado con muchas personas. Ante cualquier situación, prefería primero hablar todo con Alexander.

— Bueno…, como explicarlo, la verdad es que no vi mucho ya que fui directamente a la ruta de evacuación.

— Puf que lastima.

— Ya ustedes dos déjense de fantasear tanto, aunque les guste mucho las novelas de fantasía no lo mezclen con la realidad.

— Si papa.

— Natalia estaba buscando información a través de los foros por internet, pero no había nada concreto. Solo había algunos rumores mientras pensaba confundida y alterada dada su ignorancia.

“¿Qué debería hacer? En el momento que pasó todo, no quería hablar del tema, solo quería pensar que todo lo que pasó no fue verdad. ¿Quién es Alexander? ¿Con quién debería hablar? De hecho, ¿alguien me creería lo que dijera? Para empezar, nadie sabe qué es todo esto, ni siquiera mi padre, que era un ex agente de la policía, parecía extrañado por esta situación. ¿Es que acaso ni la policía tiene idea de esto?”

Entre todo esto empezó a buscar información directamente de Alexander en internet para saber quién era, pero como suponía no había mucha más información de la que aparecía publicada en sus redes sociales.

Debería hablar esto con mi padre ante todo él fue policía, el debería saber cómo diferencias a la gente buena de la mala.

— Papa.

— Hija, pensé que te habías ido a acostar. ¿Qué pasa?

— ¿Qué estás viendo en la televisión?

— Ah, no es nada que te guste, es solo un análisis de un tipo que habla de cómo ha subido la delincuencia últimamente. Lo bueno es que acá no ha pasado nada.

“Un momento, la delincuencia ha subido al mismo tiempo en que los rumores sobre los monstruos aparecieron. ¿Acaso Alexander también está relacionado con esto? No puede ser. Aparte, cuando los vi, su conversación era como si el ladrón estuviera convenciendo a Alexander de que se les uniera, o tal vez lo habría dicho de modo que fuera una pelea entre dos grupos de bandidos”.

— ¿Y saben a qué se debe eso?

— La verdad es que no, pero deben ser cosas de los jóvenes. En mis tiempos, se educaba mejor a estos mocosos.

— Papa, uno como puede diferenciar entre la gente buena y los delincuentes.

— ¿A qué viene esa pregunta? —decía el padre extrañado.

— Bueno, no sé... es que... uno tiene que cuidarse de las personas que conoce, ¿no crees? jajaja.

— Bueno, a decir verdad, es posible distinguirlos, pero ¿cómo explicártelo? Ah, no sé cómo explicarlo. Supongo que mis años de experiencia son los que me han ayudado a poder comprender lo distintos que son.

— Ya veo, así que la experiencia.

— Pero si tuviera que decir algo, yo creo que sería la ambición que se ve en sus ojos.

— ¿Ambición?

— Sí, por lo general, esa gente tiene una mirada distinta, como que solo les importara cumplir sus deseos.

— ¿Y tú podrías saber si alguien tiene esos ojos al verlo?

— Por supuesto jajajaja, la verdad no es algo tan así. Igual tienes que entender que no todas las personas son iguales y no necesariamente se va a cumplir igual para todos, pero sí se reconocer si alguien es bueno o malo.

“Entonces, si le presento a Alexander a mi padre, él me podría decir. Pero sería muy arriesgado si en verdad es uno de esos monstruos”.

— Y bien, ¿has quedado satisfecha con mi respuesta?

— Bueno, diría que un 50%.

— ¿Por qué no invitas al que saliste hoy, ese tal Alexander?

— ¿Eh?

— Se trata de él, ¿no es así? Lo deduje al mirarte.

— Ya veo, gracias, padre. “Debería hablar directamente con Alexander para saber de una vez quién es” pensaba mientras iba a la pieza por el celular. “Pero estará bien lo que estoy por hacer, ¿verdad? Tranquila, confía un poco más en lo que acaba de entender”.

— Hola, Natalia como estas, tu familia se preocupó mucho jajaja.

— Alexander sobre lo de hoy.

— …

— ¿Qué fue lo que paso, que era todo eso?

— supongo que es normal preocuparse, la verdad es difícil explicar mejor dicho es difícil de que me creas.

— ¿Por qué?

— … bueno…

— ¿qué es lo que está pasando, Alexander acaso tú también eres uno de esos monstruos que se hablan en internet, ¿tú también estas provocando todo el caos que se ha muestran en las noticias?

— no, te equivocas yo no soy como ellos, no hago lo mismo que ellos.

— necesito que me lo cuentes todo, necesito saber que puedo confiar en ti.

— entiendo, pero prométeme una cosa, que no se lo vas a contar a nadie.

Me quede en silencio y escuche toda la historia de Alexander de cómo había obtenido los poderes, de cuál era el suyo y de cómo había personas que se aprovechaban de ello.

— supongo que con eso se puede entender lo que está pasando.

— entonces me crees.

— si.

— recuerda que esto no se lo puedes contar a nadie.

— tú crees que alguien me creería toda esta fantasía.

— bueno también es verdad, emm Natalia sobre ahora, ¿estas enojada porque te lo oculte todo este tiempo, ahora que sabes que soy un monstruo?

— no tranquilo entiendo porque no podías, aparte dices que nunca has ocupado ese poder para aprovecharte verdad.

— si.

— entonces quiero que hagas una última cosa para poder saber que no eres como lo demás monstruos.

— ¿una última cosa?

— Juntémonos el sábado en el parque el recuerdo a las 11.

— está bien.