Alexander parte 2

Mientras el ladrón le distraía con la conversación a Alexander este se intentaba acercar de a poco generando pequeñas balas debajo del piso de tal manera que estas fueran disparadas desde abajo y otras desde adelante.

En el momento en que todas estas se dispararon el ladrón se movió rápidamente para intentar acercarse lo más posible a Alexander, pero al contrario, Alexander desvío todas las balas incluso las que no vio con los ojos, pero en el momento que el ladrón se acercó este extendió lo más posible su mano derecha de tal modo que se empezó a generar una materia en el brazo izquierdo de Alexander, pero al mismo en que Alexander estaba al alcance del ladrón este estaba al alcance de Alexander, que lo empujo de tal modo que este quedo clavado en el piso, pero no por el empujón de Alexander sino por las balas que le habían llegado.

— Cof cof cof ¿qué demonios es ese poder tuyo? —decía mientras tocia sangre y se desangraba por sus heridas.

— Con el brazo sangrando, Alexander se alejó — el poder de controlarlo todo, nada más y nada menos. La verdad, si hubieras tenido un mayor rango, tal vez me ganabas.

— Jajajaja, entonces no vas a durar contra el resto del grupo si tuviste problemas conmigo. Disfruta de tu vida con los humanos que pronto todo se acabará.

— Parece que estás muy confiado.

— Jajajaja.

— Lo siento, pero creo que el mundo va a cambiar como tú quieres. Ahora tengo que irme, pero antes.

Alexander empujó unas piedras de modo que guardó una distancia prudente y le dejó la pierna apretada para que este no pudiera escapar.

Pero al momento de darme vuelta para volver donde Natalia, a la que me encontré, fue a la misma Natalia viendo la pelea. Yo sorprendido y nervioso inmediatamente intenté actuar como si hubiera atrapado al criminal con artes marciales, dado que no sabía cuánto había visto Natalia, me arriesgaría a que vio solo el final.

— ¿Y bien? ¿No dije que te fueras a la zona segura?

— Aahh, lo siento, pero esa forma de pelear.

— Supongo que no tengo forma de escapar, la verdad es que …

— ¿En verdad eres un artista marcial? —

— ¿Eh? — Preguntaba, pensando que ella había visto toda la pelea.

— Esas técnicas fueron impresionantes. Ni siquiera pude ver cómo lo golpeaste.

— Ya veo, en verdad… en verdad que eres despistada. Jajaja, “tal parecía que me había salvado de estar atrapado”.

— Oye, eso fue muy grosero de tu parte. Jajajaja.

— Jajajaja, Alexander, estás herido en el brazo.

— Sí, pero no te preocupes, no es muy profundo. Abajo debe haber un botiquín, vamos.

— Los policías no tardarán en llegar aquí. Será mejor mezclarse con la multitud. Pero Natalia, ¿cómo fue que aceptaste esto tan fácil? Ni siquiera yo acepté esta realidad así de buenas a primeras.

— Bien, ya está. No era grave, pero no hagas movimientos bruscos, ¿de acuerdo?

— Sí, muchas gracias.

— Qué bien por ti, Alexander.

— Oye, Natalia, sobre lo que pasó arriba.

— Aaahh, mira, esas no son tus compañeras.

— ¿Eh? Ah, es verdad.

“No sé si fue a propósito, pero tenía el presentimiento de que Natalia estaba evadiendo mi pregunta”.

En el instante en que Natalia comentó, Emilia e Isabela se percataron de nosotros y vinieron de inmediato preocupadas y con caras serias.

— ¿Estás bien? Escuchamos fuertes explosiones y vinimos de inmediato.

— Tal parece que fueron producto de un robo.

— Igual no había de qué preocuparse, Alexander acabó con el ladrón de un golpe.

— Ya veo, Alexander, ¿podemos hablar un segundo?

— Yo creo que sería mejor en otro momento. Lo primero ahora es moverse de aquí. —Alexander hizo una señal hacia donde se estaba agrupando la gente. —Tal parece que están evacuando a las personas de a poco.

Los periodistas que vinieron volando a la escena como un guepardo alcanzando su presa, y de la misma manera, la policía fue por el cuerpo del ladrón, aunque no pude saber si lo encontraron. Lo único que pude percatarme es cómo subían hasta el último piso.

Luego de eso, el teléfono de Natalia sonó como loco dado a que su familia vio la noticia y esto querían saber cómo estaba y que se devolviera, por ello mismo acompañé a Natalia hasta los taxis para que llegara lo más rápido a su casa. Ahora sabiendo que ella estaría bien, me concentré en hablar de lo que acababa de pasar con Isabella y Emilia que me estaban esperando escondidas.

— Y bien, ¿supongo que tienes algo que contarnos?

— ¿Acaso le mostraste tus poderes?

— Sí, ella me vio combatiendo.

— Ya veo, ¿y qué piensas hacer?

— ¿Cómo reaccionó?

— No lo sé, fue muy raro, a pesar de lo que vio, no preguntó nada, tomó como si todo fuera algo normal, solo técnicas de un artista marcial. No tengo muy claro, sé que tengo que hablar con ella, pero creo que lo mejor es que se calme para que proceda lo que pasó hoy. Ella no creo que pueda entenderlo si se lo lanzara de golpe.

— ¿Y nosotros qué pasaría si ella no te ve como tú quieres y le cuenta esto a las personas equivocadas?

— Entiendo que te estás encariñando con ella dado que te atrae y hay química entre ustedes, pero siempre ten en cuenta tus prioridades.

— Sí, lo sé, pero creo que ella no hará nada indebido sin conversar primero, igual creo que no importa ahora mucho si ella lo cuenta.

— ¿A qué te refieres?

— Al hombre que derroté me habló sobre una organización que se cree como una especie de raza superior, como si fueran los salvadores de esta tierra, y por su modo de decir pareciera que estos no están muy alejados para actuar.

— Comprendo, eso en verdad sería un problema. Si son una organización muy grande, no tendremos oportunidad ni siquiera con tu poder, Alexander.

— Yo creo que una opción sería alejarnos con nuestras habilidades. No nos sería difícil sobrevivir fuera de estos peligros.

— Lo siento, pero no me gustaría abandonar todo lo que hemos construido aquí.

— Y ¿qué planeas? Sabes que no podemos derrotarlos solos, acaso piensas de nuevo unirte a algún grupo.

— Alexander, ya sufriste suficiente, crees que puedas aguantar de nuevo todo lo que pasaste.

— La verdad no pienso enfrentarlos como en el pasado. Cometí muchos errores por los males actuar que cometí. No los volveré a hacer, aun así, de algo estoy seguro, es que quiero protegerlos a todos. No quiero ver de nuevo a todos mis amigos muertos uno por uno, esta vez los protegeré a todos y no huyendo, no abandonaré a ninguno.

— En verdad esta vida pacífica con los humanos te ha vuelto bastante codicioso.

— Como dices, hermana, este hombre no tiene remedio, pero por eso te seguimos.

— Qué forma de decirlo, si somos amigos, no somos una secta.

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