Cuando iban camino a la pérgola, pudo ver de lejos la hermosa sonrisa de Olive y Andrew parecía estar tan cerca de ella, quería besarla y aunque apresuró el paso, se detuvo cuando vió que ese hombre estaba besando los labios, que algún día él besó con tanta pasión que hasta el tiempo se detuvo.
Su sangre no tardó en hervir, sus manchas se apoderaron de su cuerpo y su mente se nubló.
En tres pasos llegó a dónde estaban ellos y con una sola mano tomó del traje al rey Andrew y sacándolo de la silla, propinándole un golpe en la cara y luego uno en el estómago haciendo que derramará la comida que acababa de deglutir.
Olive estaba impresionada y molesta por lo ocurrido, ella intentó decir algo pero Kenric levantó la mano y le dijo.
—No interrumpas, esto es cuestión de hombres.
Ella vio la molestia, la rabia, las manchas oscuras y entendió que Kenric en verdad estaba molesto, así que no dijo nada.
—Te advertí que no te acercaras a Olive.
Andrew está tirado en el piso de rodillas, se presiona el abdomen.
—Ella no te perdonará la traición, merece ser feliz con otro.
—Si, tal vez nunca la vuelva a recuperar, pero jamás permitiré que sea infeliz al lado de un hombre que no la merece, tal vez ni yo mismo la merezca, pero prefiero verla con otro hombre y no contigo.
—Eso lo decide ella.
El manchado mira a Olive y le pregunta
—¿Quieres seguir en este reino? y con este hombre que mantiene un gran número de amantes, que por cierto está mañana ví salir a una de ellas de la habitación, ¡anda dime Olive! si quieres quedarte no me opondré.
Olive estaba asustada y con los ojos llorosos y solo negó con la cabeza.
—Olive no le creas, él solo te quiere manipular.
Olive sabía que Kenric jamás mentiría con algo tan delicado. Kenric miró a la sirvienta, ella bajó la mirada mientras él le preguntaba.
—¿Estoy mintiendo?
La mujer avergonzada negó con la cabeza y Olive entendió todo. Ella era a quién había visto salir de la habitación real.
Plumas empezó a caminar y acto seguido lo hizo Kenric dejando al pobre Andrew tirado en el piso.
Los carruajes estaban listos, así que cuando Olive quiso subir en el carruaje de los equipajes, él la cargó en su hombro al fin y al cabo ella le hacía honor a su nombre, pesaba como una plumita, ante la fuerza y tamaño de Kenric.
—¿Qué haces? ¡Suéltame!
Dando golpes en su espalda, gritando, una vez que llegó al carruaje real la dejó con delicadeza en su asiento y le dijo con autoridad.
—De ahora en adelante viajaras aquí, por qué yo lo digo y por qué quiero, y no quiero que refunfuñes, que grites, ni hagas berrinche, soy el rey y se hace lo que digo.
Olive se mantuvo en silencio y con el ceño fruncido, pero miraba a Kenric fijamente tanto para demostrar que no la intimidaba, como para admirar su piel que se ponía hermosa con las manchas oscuras cada vez que se molestaba.
Comenzó el viaje al Reino naranja, después de tanto alboroto, los dos iban en silencio, Kenric mirando a Olive y ella mirando por la ventana el hermoso paisaje.
Este reino hacía honor a su nombre por los hermosos atardeceres naranja que se reciben a la orilla de la playa.
Olive parecía una niña pegada en la ventana, nunca había visto el mar y menos con el contraste del sol ocultándose. Kenric lo sabía así que mandó a detener el carruaje.
—¿Quieres bajar y ver el atardecer junto al mar?—preguntó Kenric con la más mínima esperanza de que aceptara.
Olive, solo asintió y bajaron juntos.
—Debes quitarte los zapatos así podrás sentir la arena.
Olive se los quitó y cuando pisó la arena sintió extraño, haciendo una expresión en su rostro que sacó una sonrisa en Kenric.
—Luego te acostumbras a la sensación—le dijo sonriendo.
Kenric le dió libertad a Olive para que recorriera la playa y sintiera la arena en sus pies, él solo quedó un poco detrás de ella observándola, viendo cómo estaba la mujer que amaba tan cerca y tan lejos a la vez.
Después de haber caminado un rato se sentó a admirar el ocaso del sol, cerró los ojos y dejó que la brisa fría chocara en su rostro, había disfrutado inmensamente este momento, así que siempre lo atesoraría en su corazón.
Estaba tan distraída que no sintió los pasos de Kenric y cuando se dió cuenta era que él estaba colocando una manta en su espalda.
—Hace frío.
—Gracias—respondió un poco exaltada
—Puedes quedarte un rato más si quieres.
—No, ya es tarde y aunque quisiera quedarme, sé que tenemos deberes que cumplir.
Kenric solo asintió y comenzaron a caminar juntos hacia el carruaje.
Estando dentro del carruaje había comida y frutas dispuestas para ella, quien se alegró mucho y comenzó a comer.
—Gracias majestad.
—Es mi deber velar por su alimentación señorita Olive.
—Lo digo también por permitirme ver el ocaso en la playa.
—Sabía que nunca habías visto uno en la playa.
Ella solo lo miró y siguió comiendo. El viaje continuó, Olive se durmió y Kenric veló su sueño, toda la noche.
En la mañana Kenric comenzó a sentir que su corazón latía muy fuerte, se inquietó mucho, aún faltaba para llegar al reino.
Olive se despierta temblando, sus palabras no se entendían, Kenric sostiene las manos y le habla muy suave.
—Respira profundo y dime qué ves
Ella comenzó a relajar su respiración, apretaba muy fuerte las manos del manchado. Abrió los ojos pero miraba fijo al piso y dijo.
—¡Son muchos, vienen a atacarnos, son muchos!.
Kenric mandó a detener todos los carruajes, se bajó dejando a Olive muy nerviosa, pero resguardada.
—¡Preparados, seremos atacados por guerreros oscuros, manténganse alertas en sus posiciones!.
Todos los guerreros se prepararon, de pronto hubo mucho silencio era como si el viento se hubiera detenido.
Kenric estaba al frente con su espada en mano, la carretera era angosta, de un lado estaba el bosque y del otro lado la playa, las formaciones estaban ubicadas en pelotones en la parte delantera, central y trasera de los carruajes, arqueros, escuderos y espadachines se mantenían alerta.
Olive estaba cada vez más agitada, se le ocurrió mirar por la ventana y vio a los guerreros oscuros que estaban alrededor de ellos era una emboscada./
—¡kenric! ¡Es una emboscada!
Gritó Olive lo más fuerte que pudo.
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Updated 47 Episodes
Comments
Anonymous
jajaja no lo perdió se encontró una manzana podrida
2024-12-03
0
Lesly Argumelo
que hermosa es Olive
2024-12-20
0
Rebecca H
en lugar de revolcarse con la princesa Rosa en el rey no rojo.
hubiera buscado la espada de su madre
hay que manera de perder el tiempo
2024-08-20
5