—¿Qué haces tan sola aquí Olive?
Andrew sintió gran atracción por Olive, la vio tan dulce e inocente, creyó que era presa fácil para sus encantos
—Su majestad, quería tomar aire fresco.
—¡Entiendo!, puedes llamarme Andrew, estamos solos, aquí no hay protocolo.
—Si está bien.
—Olive, has cambiado mucho, ya no eres la pequeñita del grupo, estás muy bonita, discúlpame si soy muy directo, pero estoy sorprendido con tu cambio.
—Si, obvio todos cambiamos, majestad Andrew, usted también cambio mucho.
Andrew sintió que lo estaba halagando, pensó que ella se había fijado en su físico también.
—Quiero invitarte a mi palacio, pronto se celebrarán las primicias, son las fiestas por las buenas cosechas del Reino.
—Tal vez acepte, solo si mis padres y yo participamos en la feria del mercado con nuestros productos.
Olive quería evitarlo, no se sentía cómoda con las miradas y palabras rebuscadas del Rey.
—Te estoy haciendo una invitación de honor, señorita Olive, quiero que disfrutes la feria desde otra perspectiva, a mi lado por su puesto.
—Disculpe majestad, pero creo que me sentiría incómoda, no estoy acostumbrada a ese tipo de invitaciones y mucho menos a ese tipo de eventos.
—Entiendo, y que tal si tus padres colocan su puesto en la feria, en el mejor lugar, a la vista de todos serán mis invitados de honor, con la condición de que tú me acompañes.
Está oferta le pareció tentadora, ella quería que sus padres vendieran sus productos y se dieran a conocer en otros reinos.
—Me parece buena idea, aunque debo consultarlo con mis padres, luego le daré la respuesta.
Andrew se sintió ganador, sonreía mostrando su hermosa picardía, sabía que ella no se negaría ante tal oferta.
Se quedó un buen rato con Olive, conversaron y recordaron su niñez, reían al parecer él era un hombre muy agradable a pesar de ser tan insistente, ya no se veía tan prepotente.
La cena se realizó, no hubo ningún tipo de contratiempos, luego se realizaron algunos bailes, Andrew sin perder tiempo sacó a bailar a Olive mientras que Kenric bailaba con Rose.
Fue una noche muy divertida, cuando todo terminó estaban los cuatro en el gran salón, cada uno tendría una habitación asignada para que pudieran descansar. Olive se despide de todos, ella no pertenecía a los nobles así que no se quedaría en el palacio, su padre la buscaría.
Kenric y Andrew deseaban que se quedara e insistían, Rose molesta subió a su habitación, al ver que estos guapos tenían toda su atención en Olive.
—Sabes que también tienes una habitación en este palacio Olive, además es muy tarde.
Le decía Kenric mientras la acompañaba a la puerta
—Por su puesto Olive, no es necesario que te vayas, además mañana temprano podremos ir de paseo, el Reino Blanco es hermoso — comentaba Andrew.
—No puedo quedarme majestad, además mi padre no tarda en llegar y mañana debo trabajar en el mercado.
Aunque insistieron no pudieron convencerla y una vez que llegó Edecio ella se fue.
Kenric subió a su habitación y acostado en la cama, su mente recordaba a estas dos mujeres que lo habían hecho sentir algo extraño en su pecho.
Tumbado en la cama con sus brazos debajo de la cabeza sirviendoles de almohada, se quedó dormido, luego escuchó una voz muy cerca de su oído que le decía.
—¡Eres poderoso, pero aún puedes aumentar tu poder, únete a mi, rey manchado únete a mi!
Era una voz que siseaba algunas veces casi inaudible, esto hacía que el rey no durmiera bien, comenzaba a dar vueltas en la cama, en su mente veía muchas sombras que pasaban a gran velocidad frente a él, lo invitaban a unirse a ellos, pero cuando intentaba dar un paso una mano calentita lo tomaba del brazo y al voltear no podía ver nada por qué la luz era muy intensa y estás manos lo guiaban a la luz haciéndolo despertar.
De un movimiento brusco despertó y se sentó al borde de la cama, se levantó, revisó una gaveta y sacó una plumita blanca, la que le había dado Olive hace algún tiempo.
La colocó debajo de la almohada y al acostarse pudo dormir profundamente, realmente Olive había trabajado mucho en la magia de esa pluma, pasó años perfeccionándola, hasta que estuvo lista, todo con tal de callar esas voces que atormentaban el sueño del rey para que pudiera descansar.
Temprano en la mañana Kenric se dirigió al comedor, él acostumbraba a desayunar muy temprano, cumplía con todas las normas impuestas por Martha.
—Mis padres¿dónde están?— preguntó a Martha.
—Su majestad, se fueron muy temprano y le dejaron dicho que su abuelo está enfermo.
—Gracias Martha, por la tarde iré al Reino azúl.
Pronto se acercaron a la mesa Rose y Andrew, a degustar el delicioso desayuno.
Kenric les comentó que iría al Reino azúl así que ellos aprovecharán de dar un paseo.
—¿Podemos invitar a Olive? Preguntó Andrew
Kenric no vió el problema, sin embargo él sabía que ella estaría trabajando, así que mandó a llamar a Edecio para pedirle el permiso de Olive.
En el mercado como todos los días se encontraba la hermosa Olive, cuando de pronto comenzaron a alertar que venía el rey, todos cesaron de trabajar para esperar los carruajes
Se detuvieron justo en frente del puesto de Olive en el mercado.
Andrew se sintió sumamente atraído por ella, verla sin maquillaje, tan sencilla, la luz del día hacía ver sus ojos verdes más hermosos y su rostro era angelical.
—¡Es hermosa!— dijo Andrew sorprendido y embobado.
Kenric lo escuchó y no pudo evitar fruncir el ceño y hablarle muy serio, algo en esas palabras lo incomodó.
—¿Le harás la invitación tú?— preguntó Kenric colocándose unos guantes.
Andrew lo miró y tragando grueso bajó del carruaje, Olive hizo la reverencia y él le habló.
—Señorita Olive, sería un gusto para nosotros si nos acompaña a dar un paseo, por el reino azúl.
Olive se extrañó por tan grata sorpresa y sonreía, Edecio que estaba llegando, asintió con la cabeza, le dió un beso a su padre y aceptó ir al paseo, Andrew tomó su mano y la dirigió hacia el carruaje dónde iba la princesa Rose.
—Me sentiría mejor si su majestad la Princesa viaja cómoda sin mi presencia en su carruaje.
—Sería mal visto si una dama como usted viaja en el mismo carruaje con los Reyes.
—Comprendo, pero no quiero incomodarla.
—No lo hará señorita Olive, ella es muy tierna y educada.
La ayudó a subir al carruaje, Rose sonreía de manera hipócrita, Olive saludó y ya no habló más, su mirada estaba en el paisaje que disfrutaba a través de la ventana.
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Comments
Anonymous
lo dicho Rose es mala hipócrita y dos caras
2024-12-02
0
Lesly Argumelo
Rose es una hipocrita envidiosa
2024-12-20
0
♛🌟Ħa̷ƶɇł Grace🌟♛
Rose como que será la que quiere el lado oscuro por ser orgullosa y malcriada, mientras Olive es bondad y ternura.... A Olive voy!!👍💪💞💞💞💞
2024-04-28
9