capítulo 16, ¡DESPIERTA TONTO!

Cuando Kenric terminó y toda esa adrenalina bajó, se sintió mareado y vomitó, luego cayó en la cama en un profundo sueño.

Rose lo cubrió con una sábana de seda fina y  luego mandó a limpiar, ella se acomodó a su lado, sonreía estaba segura que él no la dejaría jamás, unirían sus reinos y serían más poderosos y ella más popular entre los reinos.Si quedara embarazada, ella tendría al heredero de todos los reinos, podría hacer lo que ella quisiera.

Aún Kenric dormía y en su sueño comienza a escuchar voces.

—¡No puedes caer en su trampa Kenric! Despierta y sal de ahí.

Comenzó a moverse en la cama, parecían temblores, Rose despertó y lo veía un poco nerviosa, su cuerpo estaba débil, la voz que muchas veces fue un susurro, ahora era más audible y clara.

—¡Despierta Kenric!, debes salir de este Reino.

Su cuerpo comenzó a temblar con brusquedad, pero sus ojos estaban tan pesados que no lograba abrirlos.

—¡Despierta tonto!

Era una voz dulce, con cierto timbre de molestia, de pronto sintió un golpe muy fuerte en el estómago  y lo hizo abrir los ojos, pero no estaba en la habitación de Rose, estaba en el jardín del palacio azúl, el miraba a todos lados confundido, su mano estaba en su abdomen por qué le dolía, cuando se alivió vio todo con claridad, de pronto escuchó una voz dulce y tierna.

—Esto puedo hacerlo una sola vez, así que decidí agotar esa oportunidad hoy.

Cuando se volteó, estaba una figura blanca transparente, parecía una mujer, él se sorprendió caminó justo frente a ella extendió su mano e intentó tocarla, solamente sintió una sensación tibia en sus manos, tragó grueso y dijo.

—¿Orla eres tú?, sus ojos se cristalizaron.

— Si hermano, soy Orla las voz chillona que te atormenta, bueno algunas veces, otras veces es el libro negro que te fastidia.

El manchado dejó caer sus lágrimas, sintió alivio de saber que su hermana nunca lo ha dejado.

—¿Que hago aquí?, a caso estoy muerto..

—¡Mmmm creo que sí!, pero por poco tiempo, en realidad eso es lo que quiere Rose, mantenerte a su lado asi sea a la fuerza, luego te matará, anoche te dió de beber una te de una planta tóxica, que hizo despertar tu líbido, se aprovechó de eso, debes salir de ahí y proteger a Olive, ella corre peligro.

—¿Que debo hacer orla? Me siento perdido y fracasado.

—Todo pasa por algo, solo debes seguir tu corazón y tu instinto, alejate de Rose, aún faltan seres oscuros que derrotar.

—¡Perdí a Olive!—cayó de rodillas llorando

—Debes recuperarla, puedes recuperarla, Rose no te conviene, ya despierta todo tu poder kenric, debes saber identificar el bien y el mal en las personas, si sigues así de ingenuo mucha gente sufrirá, tu reinado no ha sido malo, pero está vez está siendo atacado y debes hacer uso de todo tu poder. Se que el libro negro está cerca, pero no sé quién lo tiene, no logro sentir su oscuridad, se oculta muy bien, debes encontrarlo y destruirlo, Kenric sal del Reino rojo y protege a Olive. Presta atención a la voces,  tu eres el elegido del libro negro, pero puedes dominarlo.

Kenric lloraba estaba entristecido por lo que había pasado con Rose, el había jurado mantenerse casto hasta su matrimonio, pero ya eso no sería posible.

—Te amo hermana, gracias por todo lo que has hecho por mí, a veces dudo de mi, tal vez tú eras quien debía estar reinando.

—También te amo, créeme que no, has hecho un buen trabajo, solo deja que salga la maldad en ti  y aprende a dominarla, sólo así podrás ver y sentir los corazones corrompidos, sólo así podrás mantener el equilibrio entre el bien y el mal.

Ella se acerca a él y acaricia la mejilla, sonriendo le dice.

—Es hora de volver, mi querido hermano. Siempre estaré contigo, solo escucha mi voz.

Se pone de pie y sonríe, ella se desvanece y Kenric vuelve a sentir un fuerte golpe en el abdomen.

Despierta exaltado, tenía vagos recuerdos de lo que había ocurrido en la noche, se sintió muy mal y lanzándose de la cama vomitó un líquido verde y grumoso, Rose estaba a su lado desnuda impresionada por qué se había estado moviendo de manera extraña y balbuceaba. Se levantó del piso bruscamente y comenzó a buscar su ropa, se vestía torpemente, se sentía mareado, en su mente estaba Olive, ¿dónde estaría?, ¿qué había hecho en todo ese tiempo?, ¿qué estaría pensando de él?.

—Buenos días mi amado Rey, ¿Te sientes bien? —dijo Rose estirando sus brazos para abrazarlo.

Kenric no respondió, se alejó y siguió vistiendose.

—¿Qué ocurre?, ¿Por qué no saludas?, después de lo de anoche merezco que por lo menos me respondas.

—Lo de anoche, no debió pasar—respondió molesto mientras se ponía los zapatos.

—Pero paso, me entregué a ti, soy tu mujer ahora.

—No malinterpretes las cosas, por lo que pasó anoche no eres mi mujer ni lo serás, esto no debió pasar Rose y lo sabes.

—¡Te entregué mi pureza Kenric!, lo más valioso que tiene una mujer.

—Ja, ja, ja, ¡pureza!, no estoy tan seguro de eso—rascandose la cabeza.

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