capítulo 12, PRIMERA PELEA

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Olive se inquietó, apretaba sus manos en puño, cerró los ojos y comenzó a respirar de manera profunda para calmar su poder, Kenric la veía preocupado y le preguntó.

—¿Qué sientes?

—Hay muchos, algunos pequeños y otros de gran tamaño, son fuertes, están en todos lados.

El rey solo asintió y tomó sus manos para aliviar su trance, ella se sintió protegida. Al llegar al palacio Olive se preparó con polvo dorado, este los protegía, lo mantenía en las manos para usarlo con rapidez en caso de ser necesario.

—Su majestad, que alegría tenerlo por acá, comentó el Rey Edgar.

Kenric saludó manteniendo distancia, él vió el rostro de Olive, quien negaba con su cabeza, supo que este soberano estaba poseído. Al entrar a la sala fueron invitados a tomar el té en el jardín y Kenric no tardó en interrogar a Edgar.

—¿Por qué tu gente está pasando hambre?

— Majestad debo reconocer que han habido algunos problemas, pero hambre no han pasado.

—En mi Reino tengo varios hombres encarcelados por robar a los míos, cuando pregunté me dijeron que morían de hambre, ¿es eso cierto?

—¡Son mentiras! Mi Reino está bien.

—¿Dónde está tu hijo?, ¿Por qué andas tan desecho? No pareces Rey.

En realidad el rey no tenía nada malo con su vestimenta, Kenric lo dijo para molestar al ser oscuro y que pudiera revelarse.

—Son las mejores ropas de mi Reino, no entiendo por qué lo dices majestad y mi hijo debe estar estudiando.

—Quiero hablar con el pueblo.

—Majestad creo que eso no puede ser, usted no puede presentarse sin invitación a mi palacio y exigir hablar con mi pueblo, no lo voy a permitir.

El hombre ya estaba molesto, eso era lo que Kenric quería, entonces siguió provocandolo.

—Yo no necesito invitación, soy el Rey Manchado y guardián de todos los reinos, así que manda a llamar a tu pueblo.

Edgar se sentía minimizado, odiaba sentirse así él era un hombre mayor de unos cincuenta años, sentía que Kenric por ser tan joven no debería ser ni siquiera Rey. Olive se mantenía cerca, ella no podía ser ni vista ni dañada por los seres oscuros, pero al igual ella tampoco podía hacerles daño.

—¡Está llegando a su límite prepárate!—dijo Olive con la respiración agitada.

Olive se mantenía de pie cerca de ellos, podía ver cómo el ser oscuro quería salir del Rey, le parecía aterrador, aunque era el poder heredado por su madre y estaba preparada para ver este tipo de cosas, su corazón latía muy fuerte, retrocedió hasta permanecer muy quieta en una pared.

—En mi Reino debes tener invitación, Kenric.

—Bien, no necesito tu aprobación, ni tu invitación iré sólo a hablar con el pueblo.

cuando el rey manchado se dió la media vuelta, sintió escalofríos, el ser oscuro comenzó a salir. El cuerpo de Edgar temblaba y se retorcía, comenzó a salir humo denso de color negro por la boca hasta que salió por completo el ser oscuro.

—¡Acabaré contigo rey manchado!

Olive al verlo se sorprendió sintió miedo, era una cosa espantosa, tenía los ojos rojos, una lengua puntiaguda larga, enormes garras, su cuerpo humeaba, era malévolo.

La bestia se abalanzó sobre él rey a grandes zancadas, lanzando varios golpes con sus afiladas garras, Kenric esquivó todos, aunque la bestia logró romper la armadura protectora, dejando su escultural abdomen al descubierto.

Esto no importó, él continuó peleando, aunque era la primera vez que peleaba con un ser oscuro no dudó en hacer lo que explicaban los libros de su madre, la Reina sucia.

Con su mano agarró un brazo y cortó la garra, la bestia chillaba y con su otra garra, se sujetaba el brazo mientras sangraba, Kenric se detuvo a mirarlo y reía de satisfacción al verlo sufrir, luego enrrolló la lengua en su mano y le dió un tirón fuerte sacando inclusive el estómago y los intestinos. La bestia quedó débil, agonizando tirada en el piso.

—Van a pagar todo lo que han hecho, ¿ahora dime dónde está el libro negro?—colocando un pie en el pecho de la bestia.

—¡Si que eres tonto manchas!, ¿como pretendes que te lo diga? si le sacaste la lengua y las tripas ¡iug!—exclamó Olive con asco.

Plumitas se acercó a la bestia, ya no sentía tanto miedo. Kenric la miró y se carcajeó al escuchar lo que le dijo Olive.

—¡Ja, ja, ja, es cierto!—rascándose la cabeza.

Olive sonrió también y retrocedió un poco.

—Acaba ya con él rápido, siento que aquí hay más seres oscuros.

—¡Como ordene, mi plumitas!

Con su espada cortó la otra garra y luego clavó su corazón. Aunque sintió que el ambiente había cambiado, Olive seguía intranquila, antes de seguir buscando dentro del palacio ella pidió a uno de los guerreros pasar su armadura para que el rey pudiera estar más protegido, una vez hecho esto, entraron al palacio.

El ambiente se sentía pesado, Olive enseguida soltó polvo dorado, sentía que debían protegerse, comenzaron a caminar entrando a la biblioteca. Al parecer no había nadie pero Olive sabía que si había un ser oscuro allí. Kenric entró y al ver libros en el suelo decidió revisar con la esperanza de encontrar el libro negro, sin percatarse que detrás de él estaba un ser oscuro preparado para atacarlo./

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