capítulo 10, NUNCA TENDRÉ ESPOSO

—Tu deber es quedarte aquí, eres el guardián de los reinos, debes proteger a tu gente y velar que los seres oscuros no entren aquí.

—No entiendo, ¿ustedes a dónde van?

—Solo diremos que es un viaje largo en busca de soluciones, estaremos bien—respondió Verchiel.

Alba se acercó a él, lo abrazo muy fuerte y le dijo.

—Debes pelear con los seres oscuros, debes ser razonable, sigue tu instinto y tú corazón, no permitas que el mal se apodere de tí, no permitas que las voces te confundan y por sobre todas las cosas guarda tu corazón, no permitas que sea corrompido.

Edecio y Alegría llegaron en ese momento y también informaron que ellos se iban con los reyes. Lo primero que vino a la mente de Kenric fue Olive.

—¡Ustedes también se van! y ¿plumitas?.

—Ella debe quedarse, ella es tu maga guía, de ahora en adelante, te guiará para encontrar los seres oscuros.

—Olive es mi guía, pero¿ por qué no lo dijeron antes?.

—Hijo, te explico cuando yo maté al último ser oscuro, ví donde quedó el libro negro, muchas personas con maldad en sus corazones, entraron al bosque pero no pudieron conseguirlo. Cuando volví a ver a la oscuridad y pude entrar nuevamente al bosque, fui hasta el árbol y el libro no estaba, nadie lo robó, el elige a la persona, sigue en algún Reino pero no sabemos quién pueda tenerlo, deberías empezar por el Verde, Olive te ayudará en todo.

Alba continuó explicando que algún soberano tiene el libro, y está tratando de despertar a los otros seres oscuros, por eso ha comenzado con la hambruna y la desaparición de niños, es hora de que él, descubra quien tiene el libro y lo destruya.

—Debemos irnos hijo, en el libro blanco encontrarás las respuestas a tus preguntas—concluyó Alba para luego salir de ahí.

Los reyes salieron juntos con los magos, dejando a kenric muy confundido, y con muchas preguntas.

Al cabo de un rato, llegó Olive muy consternada y sorprendida, sus padres se fueron dejándola sola, no sin antes contarle todo.

—¿Manchas que ha ocurrido?—dijo Olive al entrar corriendo al salón.

Kenric le contó todo y ella quedó ansiosa y nerviosa. Estaban sentados en la mesa, Olive se comía las uñas y Kenric le quitó las manos de la boca para evitar que siguiera comiéndoselas.

—¡No hagas eso!

—No fastidies, es mi manera de manejar la ansiedad que esta situación me provoca.

—Es desagradable, plumitas no lo hagas.

—Ah sí disculpe su majestad, es que olvidé que a usted le encantan las refinadas y de buenos modales—haciendo gestos con las manos.

—¡Ya basta! Olive, te ofrecí mis disculpas y las aceptaste, pero no voy a permitir que en cada conversación me estés echando en cara lo que te dije. Si así eres como amiga no quiero imaginar cómo serías de esposa—hizo un bufido.

Olive se mantuvo en silencio e hizo un gesto triste, dejó de comer sus uñas y se levantó a buscar el libro Blanco, blanqueando sus ojos y mientras hablaba.

—Pues nunca tendré esposo, es lo que está escrito aquí, fue lo que dijo mi madre.

—¿Nunca?, pero ¿por qué?.

Ella sonrió con pesar y le dijo.

—Es que no te das cuenta Kenric, mis padres son los últimos magos de Luz, los magos solo se casan con magos, no podemos unirnos a nadie más, ahora dime tú ¿dónde consigo un mago de luz?, ah y que obviamente sea el destinado para mí, porque si no lo es jamás podríamos estar juntos.

Kenric estaba sin palabras, él había pasado días recordando el beso delicioso de la otra noche y hasta imaginó algo más con Olive.

—¿Puede ser con algún noble soberano?

Kenric lanzó la pregunta por él, pero Olive creyó que era por Andrew.

—Ja, ja, ja lo dices por Andrew, pero la respuesta es no, él es inclusive más refinado que tú,¿Crees que se fijaría en alguien tan simple como yo?, eso no podría ser jamás.

—¿En alguien como tú?, ¿por qué dices eso?, si eres una mujer hermosa, trabajadora, digna de ser elogiada y sobre todo amada, eres sabía y siempre estás alegue, además tú cabello hermoso huele delicioso y tus ojos iluminan cualquier lugar dónde llegues—hizo silencio al sentir que Olive no reaccionó.

Él fue espontáneo en sus palabras, tanto que ni siquiera se dió cuenta que habló demás. Olive que estaba de espaldas a Kenric, permaneció quieta, sonrió por qué le pareció lindo lo que le había dicho, luego respondió de manera tajante.

—Eso no es suficiente para un rey. Mira aquí está el libro, debemos empezar a estudiar, para acabar con los seres oscuros.

El rey suspiró, sintió un gran vacío en su pecho, por la confesión de Olive. Pasaron la tarde leyendo el libro blanco, ahí estaba todo más detallado, las historias contadas en su infancia estaban allí, pero tal cual había pasado./

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