Se detuvo, apenas pensó en eso, si bien solo Aiden sabía lo del chantaje más, no que él era Gay, le preocupaba arrastrarlo de esa forma tan agresiva a su mundo, siendo que su querido amigo no lo era.
De hecho, ahora que lo pensaba, tampoco había mostrado interés alguno por las mujeres, ni siquiera con la princesa que su padre quería casarlo. Ahora mismo se podría decir que Aiden era un ignorante en esas cosas, lo único que sea era reaccionar como un felino protegiendo su territorio.
—Marcus—llamó en un susurro.
Un hombre trigueño, vestido con el uniforme de guardia, salió de las sombras. Era muy guapo, eso Anthony no lo podía negar. Llegaba a competirle a Aiden en belleza, ya que sus ojos rubí y sus cabellos pelirojos, propios de la raza demoníaca, eran una cualidad muy destacable.
—Mi príncipe, estoy a sus pies—dijo arrodillándose.
Desde que había trabajado para el príncipe en secreto, siendo salvado por el debido a ser huérfano, jamás había separado de él, hasta que le pidió el favor de ser el guardián secreto de la esclava.
—¿Te puedo pedir un favor? Aunque es difícil—preguntó sombrío.
Marcus asintió y siguió a su amo hasta su habitación, donde Anthony lo cerró de manera inmediata. Sabiendo que Aiden estaba ahora con el comandante, esperaba que aquello llamara su atención y lo dejara un momento para ir en su búsqueda.
—¿Si le pido que me marque, lo hará?—preguntó quitándose la ropa superior.
Con un sonrojo más que evidente y sus ojos abiertos a más no poder debido a la sorpresa, vio el torso desnudo y bien trabajado del príncipe.
—Mi... mi príncipe—tragó duro—yo por usted hago todo, se lo debo por salvar mi vida; sin embargo, ya tiene una marca allí, si impregno la mía sobre esa, sufrirá dolor.
Entendiendo la preocupación de su soldado más leal, se acercó a este y lo obligó a que tocara su retaguardia.
—Por eso, aparte te pediré que estés conmigo esta noche—dijo provocándolo en su parte baja—hazme el amor mientras me marcas y no sufriré, aunque tampoco quiero obligarte, ya que de por sí es una abominación tener estos gustos.
Sabiendo que era difícil ser aceptado y que nadie querría una relación así, en especial sabiendo que era imposible estar con Alice y Aiden, empezó a arrepentirse por lo que le propuso a Marcus. No obstante, el hombre, asintiendo de manera firme, cargó a su amo a la cama y se puso encima de él.
—Sea aceptado o no sea aceptado—dijo a pocos centímetros—yo estaré con usted hasta el final.
El hombre, quien para el era su primera experiencia sexual con otro de su mismo género, su lealtad lo estaba haciendo ayudarle a su amo sin importar qué.
Con un apasionado beso, donde Anthony tuvo que separarse debido a quedarse sin oxígeno por momentos, sintió como el hombre comenzaba a rozarse contra él, haciendo que se estimulara más. Gracias a lo anterior permitió que el mordisco que Marcus le dio, encima del el de Aiden, no fuera tan doloroso y como la marca aún no estaba del todo anclada, debería funcionar para cortar el vínculo con Aiden.
—¡Mi príncipe!—gritó con dolor Alice, sin saber por qué mencionó su nombre.
La esclava estaba siendo aseada por las sirvientas, cuando al levantarse para secarse, una fuerte punzada en su cabeza la hizo caer. Por un momento vio la visión que tuvo hace unas horas antes cuando Aiden la mordió, pero ahora parecía estática como una pintura y fracturada por la mitad.
Mientras tanto, Aiden, quien estaba acorralando al comandante en su oficina, teniendo su mano en el cuello del hombre, al sentir como su lazo con el príncipe se rompía de inmediato, dejó en el suelo al vejestorio y salió en su búsqueda.
“¡Anthony!”
Gritaba furioso en su mente, con un dolor que no se explicaba como. Lo único que entendía era que quería tener a la esclava y a Anthony solo para él, aunque no los amara, siendo ese el caso, ¿por qué le dolía sentir tanto que Anthony intentara de nuevo deshacerse de la marca?
Al llegar a la recámara del príncipe, sin esperar a ser avisado, abrió y cerró tras suyo la puerta, lo que vio a continuación de verdad lo dejó en shock. Anthony, al percatarse de la llegada del archiduque, abrió un poco sus ojos para observarlo de manera atenta.
Minutos antes de estar en la habitación del príncipe, después de haber salido del palacio auxiliar, entró con frialdad a la oficinal del comandante. El hombre, de casi unos sesenta años de edad, quien era uno de los lacayos más lamebotas del rey, se encontraba echándose un poco de perfume frente al espejo, con una sonrisa maliciosa.
Desde que había visto salir de un bar, a altas horas de la noche, al hijo mayor del rey, supo que tenía una oportunidad de oro, ya que dicho bar era conocido por ser un sitio de reuniones clandestinas para amantes del mismo sexo. Por ende, intentando usar aquello para chantajear a Anthony, de modo que accediera a estar con él íntimamente.
Si bien era un peligro que el rey viera relaciones del mismo sexo en su castillo, él sabía como hacer para pasarse por desapercibido; sin embargo, al imaginarse como sometería al príncipe en su cama, haciendo lo que quisiera con ese bello hombre, lo hacía sentirse tan extasiado que todo el miedo se iba; sin embargo, cuando sintió un portazo fuerte, hizo que brincara del susto y dejara caer al piso su perfume costoso.
Al ver hecho pedazos aquella fragancia que le costó el sueldo de un año, se giró lleno de rabia para ver al desgraciado que había hecho eso, jamás pensó ver frente suyo al archiduque en persona.
Aunque tuvieran niveles muy distintos, podía manejarlo hasta cierto punto debido al control que tenía el rey; sin embargo, eso no evitaba que el archiduque impusiera miedo del puro.
—¿A qué tengo el honor de tener frente a mi presencial al perro del rey?—preguntó el hombre regordete, burlándose de Aiden—pensé haber llamado al príncipe.
Aiden, al ver la insolencia del hombre anciano, más gordo que la silla donde se sentaba, se acercó aún más imponente a su escritorio. Era increíble la falta de respeto hacía con Anthony, entendía muy bien siendo él un archiduque controlado por el rey; sin embargo, ¿no respetaría al menos al hijo mayor del rey?
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Comments
Luz Mila Salazar
no entiendo porque siempre asen las cosas más difíciles era mejor que hablara con Aiden y la esclava lo que avía descubierto qué ella también era su destinada siendo los buenos amigos que son el harchiduque lo uviera entendido
2024-05-01
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Ivon Caraballo
no me gusta el camino que siguió Anthony para cortar el vínculo con Aiden...debería hablarlo con el creo que ni este ni Alicia se merecían el dolor del rompimiento del vínculo...me imagino que se arrepentira
2024-02-02
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