Se está acercando, lo sé. Puedo escuchar sus pasos aproximándose en mi dirección cada vez más cerca. Entro en pánico y simplemente por reflejo comienzo a caminar sin parar, siempre hacia adelante, sin mirar atrás ni por un segundo. No estoy seguro de si está siguiéndome o simplemente se quedó ahí parado, espero que sea lo segundo, pero conociendo su persistencia lo dudo mucho.
Haber visto su rostro una vez ya me ha afectado bastante, no sé lo que podría pasar si lo hago una segunda y francamente, tampoco quiero averiguarlo.
En mi recorrido solo encuentro arbustos y más naturaleza al paso, afortunadamente no hay muchas personas fuera lo cual me hace sencillo desplazarme sin tener que parar cada cinco minutos a saludar a alguien o sonreírle hipócritamente a otra persona. Camino y sigo caminando hasta encontrarme de frente con una pared, se terminó el sendero que quedaba por delante y no me queda a donde más ir. Estoy atrapado.
-¿Por cuánto tiempo más pretendes seguir caminando sin rumbo Said? – Su voz un tanto agitada resuena en mis oídos, sabía que haría esto – Aunque me quieras evitar no es posible, solo ríndete, mira bien tu situación, ya no tienes a donde más escapar.
Inhalo profundo para tragar el nudo que tengo en la garganta. Tiene razón, no puedo seguir evadiendo las cosas de esta manera pero tampoco sé cómo afrontarlo, tengo miedo. Miedo de conocer la verdad, miedo de que probablemente si fue mi padre quien lo mantuvo bajo amenaza, miedo de que haya sufrido alguna clase de tortura en mi ausencia, pero sobre todo tengo miedo de saber que me mintió y aun sabiendo cuanto sufrí, simplemente me abandono.
Aprieto los puños con fuerza, tratando de reprimir el impulso de salir huyendo y esta vez corriendo si es necesario, pero no, debo frenar esto, antes que cualquier otra cosa soy el jefe de esta empresa y por nada del mundo me expondré frente a mis empleados.
Unas manos interrumpen en mis pensamientos, alguien las toma desde mi espalda y las entrelaza con las mías dejando una sensación de escalofríos a su paso que recorre toda mi columna vertebral. Quiero alejarme, quitar mis manos de ahí y dejar de sentir aquel tacto tan familiar pero no puedo, a mi cuerpo simplemente se le hace fácil no obedecerme.
-Detente Said, te sangraran las manos si continuas haciéndolo – Suelta un suspiro – Pensaba que despues de tantos años ya habrías dejado ataras ese mal habito tuyo pero veo que no es asi.
Finge su muerte durante seis años, pierde toda clase de comunicación conmigo, nunca intento siquiera saber de mí, ¿Y ahora de repente se preocupa por mis malos hábitos? Debe estar bromeando. Muerdo mi labio inferior lo suficientemente fuerte para recuperar por fin mi movilidad, deshaciéndome en un solo movimiento de su agarre.
-Dime que es lo que quieres Bael, ¿Reírte en mi cara? – Digo en voz queda.
-¿Cómo dijiste?
-¡Si! Eso es lo que buscas, quieres burlarte de la patética persona que sufrió por tu fingida muerte desde hace tantos malditos años ¿Verdad? Debió ser divertido para ti haberte enterado que caí en coma despues del accidente, o cuando me mude a Inglaterra pensando que yo había sido el causante de tu muerte. Afortunadamente nadie llego a enterarse de lo que paso despues si no estoy seguro que estarías muerto de la risa justo ahora. Ahora dime ¿Estas feliz?
A este punto por más que intento contener mis emociones me es imposible, todas ellas se desbordan con cada palabra que sale de mi boca y las lágrimas ya han comenzado a salir negándose a frenar. Gimo y sollozo como un niño pequeño sin poder parar. Intento callarme colocando una mano en mi boca pero el sonido sale sin cesar, me siento tan patético y miserable en este momento que la vergüenza que creí una vez perdida me demuestra lo equivocado que estaba haciéndose presente una vez más despues de tanto.
Ya no puedo caer más bajo que esto.
-Said tranquilízate, no sé qué es lo que te estas imaginando pero estas teniendo ideas muy equivocadas de como pasaron las cosas en realidad ¡Yo solo intentaba protegerte! – Dice casi en un grito.
-¡Protegerme! – Suelto sarcástico - ¿Protegerme de que maldito bastardo? ¿De las incesantes pesadillas que tenía a diario contigo mientras te asesinaba una y otra vez? ¿De todas la veces que alucine contigo penando que eras real cayendo casi en la locura cada vez que descubría que no era asi? ¡Oh no, ya se! Tal vez hablas de salvarme de las innumerables veces que considere seriamente en acabar con mi vida para poder estar a tu lado porque ya no podía seguir en un mundo donde tú no estuvieras, ¿Te refieres a protegerme de todo eso?
Simplemente mi racionalidad se ha esfumado, todas aquellas llagas que estaban comenzando a cicatrizar se han abierto completamente de golpe, aún más profundo que la primera vez, haciéndome sangrar por dentro.
-No tenía idea – Dice con voz quebrada, está llorando – De verdad no sabía por todo lo que habías pasado, ni siquiera me había enterado de que estuviste en coma, ¿Crees que hubiera estado tan tranquilo de haberlo sabido? – Hace una pausada entre gemidos de dolor - ¿Crees que para mí fue fácil todo lo que paso? ¡Yo te amaba carajo te amaba! No soportaba la idea de tener que dejarte ir, pero si sacrificar mi egoísmo significaba que podrías vivir, estaba dispuesto a hacerlo, yo habría hecho cualquier cosa con tal de que no te lastimaran.
Con cada una de sus palabras podía sentir como mi pecho se iba oprimiendo cada vez más, como si fuera una esponja desechable. Aunque fuera cierto, aunque lo hubiera hecho para protegerme, siempre existió la posibilidad de que me buscara mientras mataba a quienes me asignaban, de esa manera nunca habríamos sido descubiertos, pero no lo hizo, simplemente decidió por su propia cuenta dejarme solo.
Todas y cada una de sus palabras suenan tan hipócritas en este momento que quisiera poder golpear su rostro hasta que muera, esta vez de verdad. Regresarlo al hoyo donde lo creí durante estos seis años de pura agonía, seis años de mierda llorándole a un falso muerto, seis años de mi vida extrañando a alguien que simplemente me pudo dejar ir de una manera tan sencilla.
Debo de ser más fuerte que esto.
-¡Cállate! No quiero escuchar por más tiempo tus idioteces, solo lárgate de aquí y nunca vuelvas a aparecer frente a mi otra vez. Para mi estabas muerto, y lo seguirás estando, es ahí al lugar donde perteneces.
El silencio reina por unos instantes donde deja de llorar al igual que yo.
-Está bien, hare lo que me pides, solo quiero pedirte un último favor… No metas a Isis en esto, él no tiene nada que ver con mi pasado, y tambien… lo quiero en mi futuro.
Lo que dice me hace caer en cuenta de que todo este tiempo, sus excusas solo fueron utilizadas con el propósito de proteger a su novio de mí. Una punzada en mi corazon hace que duela, creo que es asi como se siente cuando se ha hecho añicos por completo. Ahora entiendo por qué me siguió hasta aquí tan desesperado, solo fue para protegerlo a él.
Todo aquel dolor acumulado en mí se va convirtiendo poco a poco en enojo y resentimiento lo que me da el coraje suficiente para poder darme la vuelta y mirarlo de frente directo a los ojos. Una vez más esos ojos que tantas veces me brindaban estabilidad y confianza están aquí, pero esta vez, solo me provocan ira.
-No te debo nada como para tener que hacerte algún favor, Isis vino a mí por su propia voluntad y no tengo motivos para alejarlo por caprichos tan estúpidos como los tuyos, además – Sonrió de forma soberbia – Te recuerdo que al estar tu vivito y coleando sigues siendo mi perro, aún estamos unidos por un vínculo y deberás obedecerme en todo, ¿O acaso lo has olvidado Bael?
-¿Qué pasa si me niego?
Su osada manera de responder hace que me hierva la sangre, lo que él no sabe es que deje de ser el chiquillo ignorante que lo seguía a ciegas con la poca información que me brindaba.
En una de mis tantas misiones de asesinato me topé con Ian, otro guardián. Fue la primera vez que me encontraba con alguien igual a mí, me di cuenta de inmediato que había algo distinto en el por qué su aura no era ni roja, ni azul o negra, simplemente él no tenía aura. El me noto de inmediato tambien y se acercó a mí con intenciones de charlar un poco, me conto sobre el que era un guardián rojo, de los que inducen a los humanos al suicidio y muchas cosas más que por alguna razón Bael había decidido pasar por alto. Ahora se mucho más de los guardianes y los guías de lo que solía saber antes.
-Imagine que podrías decir algo asi de estúpido – Digo arrogante – Si te niegas a hacer lo que te ordeno, lo cual dudo mucho que hagas, simplemente te reportare con los altos mandos para que se encarguen de tu inútil trasero, podría hacerlo personalmente si asi lo quisiera pero no quiero manchar mis manos con una sangre de sirviente tan sucia como la tuya, y Isis – Hago una pequeña pausa agregando suspenso – A tu amado amado Isis, podría ponerle un aura roja para deshacerme de ambos rápidamente, o mejor aún, lo hare sufrir por tu ausencia tanto o más de lo que yo lo hice, juro que lo hare llorar lágrimas de sangre hasta que termine por rogar estar muerto, ahora… ¿Tienes alguna duda al respecto?
Se queda en silencio pero puedo escuchar perfectamente como resopla por la furia contenida. Definitivamente logre mi cometido afectándolo con mis palabras. Las venas en su cabeza sobresalen, están tan hinchadas que parece como si fueran a estallar en cualquier segundo. A pesar de todo su espectáculo más que intimidado me siento de cierta manera satisfecho.
-¿Cuándo te volviste tan maldito Said? ¿Acaso asesinar a tanta gente por fin termino por devorar tu alma?
-¿Cuándo dices? – Suelto una escandalosa carcajada – Mi alma murió junto a la persona que una vez ame con locura, esa misma locura fue la que me destruyo día a día y ahora no me importa nada, despues de todo, los muertos no reviven.
Abre mucho los ojos al escuchar mis palabras, como si se sintiera herido lo cual claramente es imposible.
-De acuerdo, hare todo lo que me pidas solo por favor no le hagas daño a Isis.
-No puedo prometer nada por ahora, basare mis acciones acorde a tu comportamiento asi que como primera orden quiero que asistas cada vez que haya un llamado para terminar con alguien, si se te ocurre faltar una sola vez tendrás que atenerte al castigo.
-Está bien lo haré.
Detrás de Bael veo a un par de personas aproximarse hacia nosotros, son Jack e Isis. Estos al notar la tensión que hay en él ambiente se apresuran hasta llegar a nuestro lado con prisa.
-¿Qué pasa? No me digan que estaban discutiendo – Pregunta mí ya muy preocupado novio.
-Claro que no Jackie, ¿Por qué lo haríamos? Me sentí un poco mal y Bael vino a ayudarme eso es todo.
Puedo ver en su mirada que no se ha tragado ni una sola de las palabras que le he dicho, es seguro que tendremos una larga conversación una vez que regresemos al hotel.
-Asi que… ¿Él es Jack? – Pregunta Isis intentando cambiar de tema.
-Lo lamento Joven Isis, me fui tan deprisa hace un rato que olvide hacer las presentaciones formales – Me acerco un poco a Jack – Mire, le presento a Jackie mi pareja, Jackie te presento a Isis, mi nuevo asistente.
En cuanto escucha la palabra “Pareja” Puedo ver su inmediata sorpresa e incredulidad, es la primera vez que lo presento como tal y seguramente no se está sintiendo cómodo con todo esto, es mi culpa, nunca le mencione que le había contado a mi asistente acerca de él y es algo delicado con la privacidad del asunto.
-Amor, me siento algo mal de repente, ¿Podríamos regresar a casa? – Dice Bael interrumpiendo antes de que nuestras parejas puedan estrechar sus manos.
-Pero…
-No se preocupe joven, puede retirarse antes, yo lo excusare con el resto del corporativo.
-Entonces con permiso, y un placer conocerlo señor Jack
-El gusto es mío – Responde Jack de manera automática como si fuera un robot, aun no se recupera del shock.
Despues de eso Isis se marcha siendo casi arrastrado del brazo de su acompañante, es bastante evidente que lo quiere lejos de mí. Por otro lado veo signos de interrogación en los ojos de Jack pero se abstiene de decir cualquier cosa, eso confirma mis sospechas de la larga charla que nos espera.
El resto de la velada transcurre con relativa normalidad, cenamos, hacemos las presentaciones del nuevo personal y finalizamos el evento con un gran brindis en compañía de todos los miembros de la empresa.
Una vez estando de vuelta en el hotel me dirijo directamente a la cama, solo quiero tumbarme, cerrar los ojos y desconectar mi cabeza por un instante. Hoy fue por completo un día de mierda.
Los pasos de Jack llegan hasta donde me encuentro, sabía que comenzaría con todo esto apenas llegáramos.
-Sai, ¿Qué fue lo que paso entre tú y esa persona? Sé que me estas ocultando algo.
Puedo escuchar sus palabras fuerte claro pero no tengo ánimos de responder, ¿Qué podría decirle yo realmente al respecto? Sobre mi pasado supo que hubo una persona a quien realmente ame, tambien el hecho de que posiblemente fui yo el responsable de su muerte, o al menos le he dejado pistas de ello, tambien sabe que gracias a esa persona estuve hundido en la depresión y la locura durante un muy largo tiempo, ¿Cómo podría explicarle que esa persona no murió y que es ahora el prometido de mi asistente?
Decido irme por el camino fácil y finjo estar durmiendo, al menos eso me dará un poco de tiempo extra hasta mañana para pensar en una buena respuesta. Por supuesto que debo omitir el pequeño detalle de que el Bael que conoció en la fiesta es el mismo que me atormentaba a diario, no sé cómo sería capaz de reaccionar en esa situación pero no debe ser nada bueno.
Escucho como llama mi nombre un par de veces, ante mi negativa intenta moverme un poco sacudiendo mis pies con una mano pero no me inmuto en lo más mínimo. Despues de sus fallidos intentos por hacerme “Despertar” Lo escucho suspirar con resignación, me quita los zapatos y despues se mete en la cama para dormir a mi lado.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 32 Episodes
Comments