Capítulo III

En ocasiones, he oído hablar sobre los sueños. Un tema importante y controversial para muchos del cual no me encuentro muy familiarizado.

Sé que algunos tienen significado, otros incluso pueden ser premonitorios, y tambien están los sugestivos, aquellos en los que piensas tanto en algo o incluso en alguien al punto en que terminas soñando con ello.

Todo eso sobre el tema de los sueños me parece bastante trivial a decir verdad pero, ¿Qué sucede cuando ocurre de la manera contraria? Cuando alguien que no conoces de nada, un completo extraño aparece en ellos, y no obstante, te lo topas de frente en la vida real a tan solo minutos de haber soñado con él. Una coincidencia tal vez, pero en definitiva, para eso no estaba preparado.

Miro ansioso el reloj que está al frente del aula sobre la pizarra, faltan veinte minutos para que finalice la clase. Una gota de sudor resbala por mi frente llegando hasta mi mejilla, toda esta situación del sujeto extraño de alguna manera me hace sentir bastante incómodo y de cierto modo, tambien algo asustado.

Por más vueltas que le doy al asunto sigo sin conseguir una respuesta lógica o prudente sobre lo que está pasando, ya es bastante extraño el haberlo soñado antes de si quiera haberlo visto pero su comportamiento está empeorando las cosas.

He estado tratando de evitar cualquier tipo de contacto visual con él, pero siento constantemente una mirada clavada en la nuca como si fuese una daga, imagino de quien puede ser puesto que todo el mundo aquí suele ignorarme tanto como yo los ignoro a ellos.

No soy capaz siquiera de voltear para corroborar mi teoría de que es el quien me está viendo por miedo a toparme con esos ojos que de por sí, ya me dan bastante miedo.

Unas risas al fondo llaman mi atención e inevitablemente volteo en esa dirección. Observo a John y a ese tipo charlando animadamente en voz baja mirando asía mí en repetidas ocasiones ¡Lo sabía! No estaba equivocado, pero lo verdaderamente curioso aquí es en compañía de quien está. ¿Qué diablos ocurre con él? ¿Apenas lo conoce y ya son los mejores amigos? No puedo creerlo, ese maldito idiota.

Vuelvo a mirar el reloj y ahora solo faltan siete minutos,  me dispongo a guardar mis cosas para poder salir en cuanto me sea posible, todo esto se está volviendo insoportable.

El sonido de un mensaje en mi celular me detiene en seco. Solo mi familia y John tienen mi número, si me mandan algo en horario de clases es porque debe ser importante, quizás papá volvió a atacar a mi madre. El solo pensarlo me provoca escalofríos. Saco con prisa el celular de mi bolsillo lateral, y lo miro discretamente bajo la mesa para evitar ser descubierto.

*Te  veo en la entrada del instituto al terminar la clase, debo presentarme apropiadamente y creo que sabes que tenemos mucho de qué hablar*

Me quedo perplejo al ver que es un número desconocido, y el mensaje escrito en el me hace pensar de inmediato que el chico nuevo fue quien lo envió, frunzo el ceño aún más despues de pensar en ello.

Si tiene algo de qué hablar debería hacerlo sin juegos estúpidos, lo más importante, el único que tiene mi número de celular aqui es ese idiota de John, esta vez sí lo matare por esto. Una vez más el sonido de mi celular me interrumpe.

*No seas duro con tu amigo, yo lo persuadí para obtener tu teléfono. Puedes castigarme despues si asi lo deseas*

Esa respuesta me sorprende, pareciera como si me leyera los pensamientos, eso es escalofriante pero más que sentir miedo me causa enojo. No entiendo nada de lo que me dice y es frustrante, ¿Castigo? ¿A qué diablos se refiere con castigo? Sea como sea no me da buena espina, y más le vale que deje de provocarme de esta manera.

Dos minutos para salir, tomo mis cosas y salgo a toda prisa del lugar, no pretendo esperar a que suene la campana ni mucho menos a cruzarme de frente con él, o al menos no en mi colérico estado.

Me encamino rápidamente a los sanitarios, y al entrar sin pensarlo si quiera me meto en uno de los cubículos que están libres para despues bajar la tapa del inodoro, me siento sobre ella sin importarme siquiera lo sucio que esta y la  gran cantidad de bacterias y gérmenes que deben estarse impregnando en mi ropa en este momento, de cierto modo me siento un poco más tranquilo.

Instantes despues suena la campana, y el bullicio de la multitud se hace presente, gente llendo y viniendo entre charlas triviales y risas con toda naturalidad, preparándose para ir a comer o cambiar de clase. Todo esto me hace sentir como un completo estúpido por estar encerrado allí sin ningún motivo coherente, escondido como un patético ratón asustado en vez de hacer lo mismo que hace el resto, pero de alguna manera a pesar que quiero terminar con todo este alboroto, me siento realmente acobardado.

Esta situación me sobrepasa, todo es tan extraño y está pasando tan rápido que es confuso, siempre suelo tener el control total de cualquier situación, o al menos de mis pensamientos y sentimientos. Quizás solo estoy demasiado cansado, o verdaderamente me estoy volviendo loco creando falsas conspiraciones en mi cabeza.

Alguien toca la puerta, el sonido hace que vuelva a la realidad pegando un brinco por el susto. Mi mirada se dirige inmediatamente a la apertura que hay debajo de ella, el único lugar que me permite ver al exterior donde solo se puede observar la sombra de una persona al otro lado.

-Está ocupado – Digo esperanzado a que se marchen. No es posible que el resto de los cubículos se encuentren ocupados, hay demasiados.

Tres toquidos más se escuchan nuevamente. Prestando un poco más de atención no me había percatado del silencio sepulcral que se había apoderado del lugar, lo cual me pone nervioso, haciendo que solo se escuche mi respiración un poco agitada y la respiración de la persona tras la puerta. Decido no responder, ya que es claro que alguien solo quiere molestar, el resto de los baños están evidentemente libres, lo sé por el simple hecho de que el resto de la gente no conoce el concepto de quietud como para quedarse tan profundamente callados si es que realmente hay alguien más aqui.

-¿Puede hacerme favor de salir de ahí?

La voz suena otra vez en esta ocasión más clara que la anterior, ahora sé quién es la persona que esta ahí

-Enseguida salgo.

Se me salen las primeras palabras que llegan a mi mente, dejando atrás la única oportunidad que tenía para evadirlo, quizás sea lo mejor para poder darle fin al asunto.

Bajo la palanca del inodoro intentando hacerle creer que realmente utilice el baño, disimulando asi mi acto de cobardía. Abro la puerta lentamente y miro hacia arriba para encontrarme con su cara, hace rato estando sentado, no me había percatado de lo alto que era, por lo general suelo ser yo quien mira hacia abajo. Se mueve hacia un lado para dejarme pasar, lo cual hago con completa indiferencia, camino hacia los lavabos para lavar mis manos como normalmente lo haría despues de usar el baño, él se posiciona a un lado de mí y yo pretendo estar solo sin decir una sola palabra, ignorándolo por completo, hasta que interrumpe el silencio obligándome a mirarlo.

-Me quiero presentar con usted correctamente, mi nombre es Bael. A partir de hoy quedo totalmente a sus órdenes – Inclina la cabeza

Todo queda en completo silencio de nuevo despues de esa corta oración, no sé cómo responder a las tonterías que suelta. Trato de hacer tiempo observando hacia cualquier lado que no sea a él directamente, hasta que  inevitablemente mi mirada se posa en sus pies y con curiosidad comienzo a inspeccionarlo.

A simple vista parece alguien escuálido, pero ahora que lo veo de cerca, se marcan algunos músculos bajo su ropa, se nota que tiene piernas fuertes. Viste de manera formal tratando de forzarse a verse casual, con un pantalón de vestir ajustado negro o tal vez azul marino, aquí dentro no se logra distinguir del todo. Una camisa de manga larga blanca, lo bastante holgada para verse un poco informal, una corbata desajustada y a todo ese atuendo, aún le falta la camisa tipo leñador a cuadros que en este momento yo tengo puesta. Subiendo la mirada hacia arriba me detengo en su cuello, tiene venas marcadas en él y no se nota rastro alguno de la manzana de adán, su barbilla es afilada seguida de unos labios gruesos y rojizos, no sé si se haya puesto algo en ellos pero sería casi imposible que fuera un color natural, una nariz respingada y pequeña, podría decirse que el sueño de cualquier chica, unos ojos grandes de color negro que asientas aún más sus facciones, y unas cejas pobladas bien delineadas, su cabello negro cobrizo llega hasta sus hombros con un corte impecable que seguramente acaba de hacerse recientemente, haciendo ver su apariencia hermosamente intimidante.

-Deberías darme el número de tu estilista – Digo en un susurro.

¡Mierda! acabo de pensar en voz alta. Aprieto los dientes mientras me maldigo una y mil veces mentalmente a mí mismo por la estupidez que acabo de decir, y el solo se dedica a mirarme con incredulidad y una amplia sonrisa en el rostro. Carajo esto es muy incómodo.

-No tengo uno, soy yo el que arreglo mis propias cosas, aunque es extraño que solo diga eso despues de haberme presentado de esta manera – Responde con una sonrisa ahora un tanto picara – Pero a decir verdad me alegra que le guste mi apariencia.

Siento que la piel en mi rostro se calienta rápidamente, y yo solo ruego por que sea de enfermedad y no por estar sonrojándome ante este tipo.

-No es lo que quise decir idiota, es solo que no sé qué decir ahora, no tengo idea de qué carajo pasa y tampoco porque me hablas de una manera tan formal como si yo fuera un anciano, asi que por favor no malinterpretes las cosas ¿De acuerdo?.

-Pero que cruel es, no me deja ilusionarme ni un poco.

Nuevamente se hace presente esa risita tan molesta.

–Para ser justos, si quiere saber realmente todo lo que vine a hacer aquí sígame, este no es lugar para hablar sobre temas privados.

-De acuerdo entonces vamos, pero solo te advierto que si se trata de alguna clase de broma de mal gusto, terminaras peor que John – Finalizo la conversación.

Este chico, Bael o como se llame comienza a caminar en silencio, yo solo lo sigo obedientemente por los pasillos intuyendo que vamos fuera del instituto. A medio camino observo a John acercarse.

-¿A dónde se dirigen chicos? La siguiente clase va a comenzar pronto.

Solo lo observo en silencio, a decir verdad ni siquiera yo sé a dónde vamos asi que no puedo decirle nada.

-Me comencé a sentir un poco mal de repente y Said se ofreció a llevarme a casa, asi que por favor discúlpate con la profesora en mi nombre y dile que yo fui quien lo arrastro en esto ¿De acuerdo? – Le dice dándole un par de palmadas en el hombro con completa familiaridad como si se conocieran de toda la vida.

Su expresión es tan falsa que no entiendo como John no se da cuenta de ello. El solo asiente con la cabeza y seguimos caminando dejándolo atrás.

Una vez saliendo del lugar llegamos al estacionamiento, y Bael se frena frente a una motocicleta de gran tamaño montándose en ella, estira su brazo con un casco para que yo lo utilice y asi lo hago, me coloco el casco en la cabeza y despues me subo a la moto, la arranca y solo se dedica a conducir en silencio centrándose completamente en el camino.

Quiero preguntarle un montón de cosas, pero sería imprudente de mi parte distraerlo mientras conduce.

Despues de unos veinte minutos comienzo a sentirme un poco preocupado ya que no sé a dónde se dirige, no suelo salir a menudo asi que no logro distinguir en donde estamos y comienzo a cuestionarme si fue buena idea haberlo seguido. Apunto de preguntarle sobre nuestro destino, comienza a orillarse en el bosque y se para unos metros adentro.

-Creo que aquí estará bien, ya puede bajar – Dice alzando los brazos volteando hacia mí.

De repente soy consciente de que todo este tiempo estuve abrazándolo, aferrándome a él para evitar caerme, y es que no estoy acostumbrado a subir en estas cosas, para ser más específico, nunca me han agradado, me parecen peligrosas e innecesarias, existen los autos o incluso el autobús o el tren.

En cuanto me doy cuenta de lo fuerte que lo he estado apretando quito rápidamente mis manos de alrededor suyo y bajo de inmediato de la moto dándole la espalda, esperanzado a que no note lo avergonzado que me encuentro por haberlo hecho.

-De acuerdo ¿Ahora qué es lo que sigue? – Pregunto tratando de evitar que mencione lo que acabo de hacer.

-Bien, sígame por favor es por aquí, ya estamos cerca – Me da una palmada en el hombro a modo de calmarme.

Comienza a caminar y yo detrás, esto ya se está volviendo un mal hábito. Seguimos un pequeño sendero en silencio, a lo lejos se escucha agua correr y unos metros más adelante logro ver de donde proviene. Me sorprendo al darme cuenta de que es el mismo pequeño rio que visite el di anterior, eso significa que estoy cerca de casa y no habrá necesidad de montarme nuevamente en esa cosa aunque no entiendo por qué rodeo tanto para ir tan cerca. Bael continúa caminando y se sienta bajo el mismo árbol donde yo me encontraba ayer, recoge algo del suelo, algo que logro identificar rápidamente ya que es la navaja que llevaba conmigo, no recuerdo haberla olvidado, pero si menciono algo será muy extraño. Pasa los dedos suavemente por el filamento y se detiene en la parte donde queda un poco de sangre seca.

-Es lamentable ¿No  lo cree? Un arma tan linda manchada por la sangre de su dueño – Dice en tono melancólico.

¿Cómo diablos sabe eso? ¿Habrá visto lo que hice?

-¿A qué te refieres exactamente Bael? – Pregunto intentando indagar para saber que tato conoce del asunto.

-Es solo que el día de ayer pasaba por aquí como habitualmente acostumbro hacer, y vi  a lo lejos a una persona sacarla solo para herirse con ella. Me parece triste que un arma sea utilizada de tan mala manera.

-¿Lograste ver quién era? ¿Conoces a esa persona? – Le cuestiono insistente

-Sé que fue usted amo. Perdóneme por intentar ocultarlo, es solo que no quería incomodarle, puede castigarme si quiere – Me responde con la cabeza gacha estirando la mano para que tome la navaja.

¿Qué diablos pretende que le haga con ella?

-Más importante, dime qué es lo que pasa aquí – Intento interrumpirlo – ¿Porque me dices amo y cómo es que me conoces? – Mi tono de voz sale más agresiva de lo que pretendía.

-Es verdad, por eso estamos aquí despues de todo.

Toma una bocanada grande de aire y la suelta como si buscara las palabras correctas

-Es difícil para mí tenerle que explicar tanto en tan poco, pero se acabó el tiempo y necesitamos actuar de inmediato. Como ya le mencione mi nombre es Bael y fui criado prácticamente para protegerlo y servirle. Provengo, o mejor dicho, provenimos de una especie de mundo alterno o dimensión, como guste llamarle, llamada Ailius, donde nuestra misión es proteger al mundo humano de conflictos y sobrepoblación. Existen cinco tipos de guardianes, que son el blanco; muerte natural, azul; muerte por accidente, verde; enfermedad, rojo; suicidio y por último el suyo que es el negro; homicidio. Todos en ese mundo somos criados con el mismo propósito, pero de alguna manera usted desapareció de nuestro radar desde hace casi quince años. Como su guía, yo lo estuve buscando por todas partes durante todo este tiempo, y hasta hace poco logre localizarlo. Justo a tiempo para cumplir con su primer trabajo – Hace una nueva pausa – El día de ayer le fue otorgado el primer nombre en su piel ¿Verdad?

Al decir aquello toco automáticamente mi pecho donde había visto la cicatriz de antes.

-Exactamente esa es, lo sé porque cada marca que aparezca en su piel aparecerá en la mía tambien – Dice mirando detenidamente mi reacción – Esa marca que tiene usted en el pecho es el nombre de la primera persona a la que debe asesinar cumpliendo asi su función como el guardián negro, si no lo hace la herida nunca dejara de sangrar, y despues de tres días de ignorar la orden, usted será cazado por el resto de los guardianes. Sé que es difícil procesar toda esta información de golpe, pero me tendrá para ayudarlo y enseñarle todo lo que se requiere para que termine cada orden que se le dé con excito, asi que por favor, le ruego que considere terminarla lo más rápido posible, ya que si se niega no solo vendrán por usted, tambien por su familia adoptiva, y como responsable de sus actos, tambien vendrán por mí.

Cada palabra que sale de su boca retumba en mi cabeza, debe estar bromeando, esto no puede ser real.

-Es un chiste ¿No? – Le digo sarcásticamente.

Embozo una sonrisa en mis labios esperando a que el ría tambien, pero nunca llega, su semblante serio y de súplica no cambia, haciendo que se borre mi gesto.

-Sé que es difícil creerlo, pero esto tal vez sirva de prueba – Dice desabrochando los botones de su camisa.

Deja al descubierto su pecho. Se quita una gasa que tiene sobre él y para mi sorpresa es exactamente igual a la marca que yo tengo.

-Aún tiene hasta mañana para decidirlo, asi que lo dejare tranquilo para que pueda pensarlo esta noche. Si decide hacerlo mándeme un mensaje de texto e iré de inmediato a donde se encuentre. De lo contrario si decide negarse, estaré feliz de haber muerto bajo sus decisiones – Pone una sonrisa melancólica – Aun asi me hubiese gustado tener más tiempo para conocerlo mejor. Si gusta puedo llevarlo de vuelta a su casa.

-Estoy bien, caminare desde aquí ya puedes marcharte.

-De acuerdo, valla con cuidado por favor que el bosque puede ser peligroso.

Solo asentí despues de que me dijera eso. Camine con la mente completamente en blanco hasta llegar a casa. Al entrar vi a mamá al teléfono haciéndome señas para que me acercara a ella, señas que ignore por completo, solo quería estar en cama sin escuchar una sola palabra más de nadie. Afortunadamente en el camino a mi habitación no me encontré con mi hermano ni con mi padre, supongo que  no están en casa, asi que al menos por ahora estoy a salvo.

Al entrar inmediatamente me quito la camisa a cuadros de Bael, tal vez debí devolvérsela. Me tiro sobre mi cama haciéndome bolita, acunándome a mí mismo entre mis brazos, hacerlo de alguna manera me hace sentir seguro. Casi al instante todas las emociones dentro de mí estallan, lo acumulado en mi interior sale de golpe. Puedo sentir la humedad en mis ojos, cae una lágrima tras otra y no puedo hacer más que sollozar lo más bajo que puedo para evitar ser descubierto.

Incluso el poder llorar libremente para mí es un lujo que no me puedo dar.

Unos golpes en mi puerta me hacen saltar del susto, haciéndome caer en cuenta de que en algún punto me quede dormido. Ignoro a quien sea que este tocando y me quedo en silencio fingiendo que sigo durmiendo pero es insistente y sigue llamando.

-Said, por favor no hagas esto más difícil y abre la puerta. Tenemos que hablar.

Esa voz es de Will, y sé que por más que finja, cuando se pone insistente nunca se rinde. Pesarosamente me levanto de la cama y quito el seguro de la puerta para que pueda abrirla sin hacerlo yo mismo, camino de regreso tirándome nuevamente sobre ella. La puerta se abre y lo veo entrar con determinación en la mirada llevando en sus manos un par de tazas. Seguramente es café, es un amante de eso.

-¿Qué quieres? – Pregunto irritado

-Asi que realmente estabas durmiendo, no es propio de ti, creí que solo fingías – Dice regalándome una de sus sonrisas tranquilizadoras tan parecidas a las de mamá.

-No tengo motivos para evadirte a ti, asi que di lo que hayas venido a decirme y márchate que me encuentro bastante cansado.

-Vamos a la terraza, imagino que te sientes tan tenso que querrás fumar y terminaremos saliendo de todos modos.

Me conoce tan bien que sé que tiene razón, asi que tomo mi cajetilla del buró y mi encendedor para salir a la terraza donde de inmediato enciendo uno.

Comencé a fumar hace un par de años, sé que no debería de hacerlo siendo menor de edad pero es un vicio que ya se arraigó a mí. Will fue el primero en enterarse y a pesar de dejarme en claro que no aprobaba ese comportamiento acepto guardar mi secreto, lo cual ha hecho muy bien hasta ahora.

Sé que de alguna manera esta conversación se tornara estresante asi que es mejor irse preparando.

-Primero que nada, ¿Puedes decirme el motivo de toda la sangre que hay en tu ropa? – Me señala directamente a la camisa.

-No es mía si eso  es lo que te preocupa – Digo un tanto hosco para que evite seguir por ese lado.

-Y esto de aquí ¿Tampoco es tuyo? – Replica tocando el vendaje que tengo en la muñeca.

-Eso solo fue una torcedura, no tienes por qué armar un drama de esto.

-¿Con quién has peleado? – Su tono de voz es más serio

-No pelee con nadie, John tuvo un accidente y solo lo ayude a limpiarse, esta camisa ni siquiera es mía es de John

-Me cuesta creerlo, no eres capaz de brindar tu ayuda tan fácilmente. Dime la verdad.

-No eres nadie para cuestionar mis acciones ¿Debo de recordarte tu lugar? Si tanta curiosidad tienes pregúntale a John por ti mismo y déjame en paz.

Cuando se pone en modo “madre protectora” es insoportable.

-De acuerdo, no te cuestionare más por eso, sé que eres el mayor y no debería entrometerme, es solo que me preocupas Said – Hace una breve pausa en su oración – Y cambiando de tema, ¿Por qué no has hablado con mamá desde ayer? Me conto lo que le dijiste y fue cruel de tu parte decir que solo asistirías a su funeral sin más.

-Ella fue quien me dijo que no me metiera en sus asuntos, dejándolo asi de claro y sabiendo cómo son ella y papa ¿En qué crees que terminara esto? Te recuerdo hermanito que tú su salvador no siempre estás en casa para limpiar su mierda, y eres al único que le permiten meterse en sus pleitos.

-Hable con ambos el día de ayer y prometieron controlarse un poco más, además sabes cómo es papá, ni siquiera a mí me conviene meterme demasiado en sus asuntos, asi que por tu  bien no lo hagas más. Si algo asi vuelve a ocurrir llámame de inmediato.

-Claro, como papá solo es capaz de tolerarte a ti, si vuelvo a meterme quizá un día de estos termine muerto incluso antes que mamá – Suelto con ironía.

-Otra vez con lo mismo, no digas estupideces Said papa te ama tanto como a mí – Replica un tanto molesto.

-No me hagas reír Will, hasta tú sabes que eso es mentira, ese hombre me odia por completo e incluso ahora dudo que pueda ser mi padre.

Al mencionar eso Will abre demasiado los ojos como si le sorprendieran mis palabras y esquiva mi mirada volteando hacia el suelo. Bebe un gran sorbo de café sin confirmar ni negar nada, aquello me hace recordar vagamente que Bael hizo mención de algo parecido.

-¿Por qué esa reacción hermanito? ¿Acaso es verdad lo que te estoy diciendo? – Digo con sarcasmo en mi voz.

-Por supuesto que no, no sigas con eso.

-No mientas – Grito fuera de mi cordura – Es más, podría asegurarte que ni siquiera soy tu hermano consanguíneo, soy adoptado.

Las lágrimas en mis ojos pugnan en salir, pero las obligo de alguna manera a permanecer dentro, me niego a llorar en este momento.

-¿De dónde diablos sacas eso? – Pregunta con un par de lágrimas ya saliendo de sus ojos

-Me acabo de enterar justo hoy, no importa cómo solo lo sé. Y por tu reacción imagino que sabias todo, y aun asi nunca dijiste nada. Ahora todo tiene sentido, su preferencia hacia ti y el hecho de que papá me odie tanto, no puedo creer que me lo hayas ocultado. ¿Hace cuánto sabias de esto?

En ese momento quería que todo aquello que me dijo esa persona extraña fuera mentira, quería que fuera un malentendido, me negaba rotundamente a aceptar algo como eso, pero ahora que lo confirmo de viva voz de mi propio hermano, la realidad me golpea como una enorme roca directo en la cabeza.

Will solo me mira con los ojos llenos de lágrimas sin decir nada.

-¡Te pregunte cuanto carajo! – Termino gritándole.

Ante su negativa por responderme lo tomo por el cuello haciendo que su taza caiga al suelo rompiéndose en pedazos. La conmoción era tal que mamá entra corriendo a mi habitación saliendo de inmediato a la terraza, su rostro se descompone al verme agarrando a Will de esa manera y me toma por los hombros para hacer que lo suelte lo cual hago de inmediato tratando de recuperar la compostura.

-Said ¿Qué está pasando aquí? – Pregunta mi madre preocupada

-Lárguense ahora mismo de mi habitación. No quiero ver a nadie malditos mentirosos – Les digo lo más fuerte que puedo señalando la puerta con el dedo.

Will toma a mamá del brazo y la jala para salir de ahí. Una vez solo, y solo entonces, me permito llorar. Me desplomo en el suelo tomando mi cabeza entre mis manos desesperado sin saber qué hacer. Por primera vez me duele el pecho como si mi corazon fuera a detenerse en cualquier momento, decido quedarme asi un rato.

No sé cuánto tiempo exactamente ha pasado pero unos golpes en mi puerta me hacen volver en sí, no respondo, segundos despues vuelven a sonar, solo me levanto para poner el seguro de la puerta a modo de darles a entender que quiero estar solo.

Me encuentro desorientado, no sé qué hacer ni cómo debería dirigirme a mi supuesta familia a partir de ahora, por más que lo pienso no doy con respuesta alguna. Puede que me hayan mentido durante todos estos años, pero tambien es cierto que me han cuidado, protegido y amado de alguna manera, asi que viéndolo de esa forma no puedo fallarles y permitir que les hagan daño. Lo mejor será darnos un tiempo para asimilar todo y para poder ocuparme de mis asuntos, no quiero inmiscuir a nadie más en esto, si me hundo, por amor a mi familia me hundiré solo.

Decidido eso, me dispongo a tomar mis pertenencias más básicas e importantes para meterlas en una maleta, tomo la tarjeta de crédito que mamá me había regalado, ahora que lo pienso no la he utilizado ni una sola vez, pero creo que ya es hora de hacerlo. Llamo a un taxi y salgo de mi habitación para bajar las escaleras, no se escucha ningún ruido, es muy tarde asi que no me parece raro, y antes de abrir la puerta de salida siento que alguien me toma del hombro.

-Asi que has decidido salir huyendo despues de todo.

Se trata de Will.

-No estoy huyendo de nada, solo necesito o mejor dicho necesitamos tiempo – Le digo sin voltear a mirarlo, sé que si lo hago es posible que me arrepienta de la decisión que he tomado.

-No te detendré si eso es lo que piensas, solo espero que sea la decisión correcta hermano – Finaliza soltándome para dejarme ir.

Una vez fuera veo que el taxi ya ha llegado, solo meto mis cosas en el maletero y le pido que me lleve al hotel más cercano, despues de todo mi escuela está aquí. El auto avanza y yo solo me recuesto en la ventana sin mirar atrás.

-Joven, hemos llegado. Despierte por favor

Me quede dormido sin darme cuenta, otro mal hábito que estoy tomando se suma a la lista.

-Claro, aquí tiene – Le digo dándole el dinero

Saco mi maleta de la parte de atrás y se acerca alguien del personal para tomarla, acto seguido el taxi se marcha.

Entro en el hotel para registrarme y una vez tengo mi llave me dirijo a mi habitación, me dispongo a tomar un baño ya que estoy algo tenso aun, esperando a que eso me ayude a dormir un poco. Despues de titubear un rato, tomo mi celular y decido enviarle un mensaje de texto a Bael.

*Está decidido, hare el trabajo. “Ubicación”. Me encuentro en este hotel, te espero en cuanto puedas*

Y de esta manera por fin le doy a la tecla de enviar.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play