Como de costumbre, el sonido estridente de la alarma en mi celular comienza a sonar anunciando el inicio de un nuevo día, a la vez que rompe mis tímpanos. Estiro la mano buscando a tientas el teléfono hasta que logro dar con él, y la desactivo de inmediato para que no se posponga y vuelva a sonar.
Siento como si no hubiera dormido en lo absoluto, me pesan tanto los ojos que ni siquiera tengo fuerza suficiente para abrirlos. Supongo que tendré que ausentarme de las clases hoy tambien, aunque si continúo de esta manera realmente tendré serios problemas.
Me doy vuelta para poder acomodarme mejor y asi dormir un poco más, pero una dolorosa punzada en mi trasero me frena en seco haciéndome recordar lo que paso anoche. Algunas de las vergonzosas imágenes se pasean por mi cabeza repitiéndose una y otra vez en un bucle sin fin.
Maldición, no puedo creer que yo haya hecho todo eso. ¡Debo estar demente!
Procuro moverme de nuevo, esta vez más despacio para no lastimarme pero es inútil. Cualquier movimiento es malditamente infernal, y no solo eso, todo viene acompañado de una sensación de incomodidad horrorosa, es como si quisiera ir al baño con urgencia. Ahora que lo pienso, estoy aterrado por tener que hacerlo.
La cama se hunde a mi lado, Bael se ha despertado al sentir mis movimientos. Supongo que me queje más fuerte de lo que pensaba.
-Buenos días, ¿Cómo te sientes? – Pregunta dulcemente.
Me parece extraño que de repente se esté dirigiendo a mí con tanta familiaridad despues de ser tan formal, pero es algo a lo que perfectamente podría acostumbrarme, ahora que lo veo prefiero mil veces su lado amable que su lado serio.
No sé qué responderle. Para ser sincero no tampoco sé cómo debería hablarle ahora que paso todo esto entre nosotros. Es todo muy confuso para mí en este momento, como si me acabara de despertar de un sueño, lo siento como algo irreal.
Incluso no me siento yo mismo, cada sensación es nueva en mi cuerpo, es como si se tratara de un completo extraño y mi yo verdadero estuviera escondido en algún lugar.
Supongo que nada de esto fue algo serio, ambos somos adultos y tomamos la decisión de tener sexo. Fue algo que solamente paso sin un acuerdo fijo de por medio. Nada importante.
Está bien Said, actúa normal, haz como si nada hubiera pasado, trátalo como a un amigo cualquiera y todo saldrá bien, no hay por qué ponerse nervioso.
-Said, si no estás bien te llevaré al doctor – Insiste sacándome de mis pensamientos.
-¡Ah! No, si me duele pero no es algo tan grave, puedo soportarlo.
Digo eso intentando restarle importancia para que Bael no se preocupe demasiado, aun sabiendo que es una completa mentira. Se siente todo muy mal, es bastante desagradable y estoy asustado de que me haya lastimado de una manera grave, lo peor de todo es que no recuerdo por completo que fue lo que paso.
Hice las cosas de una manera estúpida e impulsiva, está claro que nada bueno puede salir de una decisión asi, y estoy pagando ya el precio de mi error.
-Bael… ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro Sai.
Ahí va de nuevo con ese apodo. ¿Desde cuando tuvimos un mutuo acuerdo de cambiarnos los nombres? Concéntrate, eso no es lo importante ahora, asi suenes como un idiota debes de saber exactamente qué fue lo que hiciste anoche y por qué no te acuerdas.
-¿Algo sucedió anoche? Es que no recuerdo del todo como es que terminamos dormidos.
-Ahora que lo mencionas… Quiero aprovechar la oportunidad para pedirte una sincera disculpa por lo que paso. Creo que fui muy rudo contigo y te desmayaste de la nada a la mitad mientras lo hacíamos.
Es imposible estar enojado cuando se disculpa de una manera tan tierna mientras se pone todo rojo de la vergüenza. Además ambos tuvimos parte de la culpa, el por ser un bruto en la cama y yo por haberle dado autorización de hacerlo que quisiera libremente. Aun asi, me alegra que sepa admitir su parte de culpa.
-No es tu culpa, ambos tomamos esa decisión así que tranquilo.
-Gracias – Dice en apenas un susurro – Por cierto, tambien me tome la liberta de vestirte antes de acomodarte en la cama.
Miro hacia abajo y confirmo lo que dice, me puso desde la ropa interior hasta un pijama calientito que suelo usar en estas temporadas de frio. De repente, se coloca extremadamente cerca de mi cara, para despues plantar un rápido beso en mis labios al cual no sé cómo responder.
Frunzo el ceño instintivamente quedándome completamente en blanco frente a él, ¿Por qué lo hace? Si fue algo de una sola noche no creo que sea necesario hacer este tipo de cosas, aunque pensándolo bien, creo que sería aún más extraño simplemente ignorarnos como hacíamos antes.
-Perdón, ¿Hice algo mal?
Creo que mi rostro habla más que mis propias palabras.
-No es asi, me sorprendiste eso es todo.
Trato de incorporarme en la cama pero solo logro que un nuevo quejido salga de mi boca sin poder evitarlo, simplemente no puedo hacerlo. El dolor es insoportable no puedo siquiera respirar sin sentir como palpita alguna parte de mi cuerpo, estoy completamente destrozado. Necesito hacer algo rápido si no quiero que Bael se dé cuenta de que le mentí al decirle que estaba bien, además tengo muchas ganas de entrar al baño.
-¿Estas bien? Yo te ayudo – Dice preocupado.
-No lo hagas, puedo hacerlo solo.
Sin siquiera escucharme Bael se apresura para llegar a mi lado, coloca una de sus manos sobre mi cintura y con la otra sostiene uno de mis brazos. En este punto prefiero resignarme, rodeo su cuello con mis brazos para tener un mejor agarre y este me jala impulsándome hacia arriba levantándome hasta ponerme de pie. El dolor aún sigue presente, pero al menos se ha vuelto un poco más soportable gracias a su ayuda.
-Gracias – Le digo tímidamente.
Únicamente se limita a asentir con la cabeza, en su mirada puedo ver que se asoma algo de enojo y creo saber la razón.
Es vergonzoso tener que pasar por esto y más aún que deba ser el quién lo esté presenciando, quisiera ser tragado por la tierra justo en este instante pero no creo que la vida sea tan linda como para darme ese milagroso obsequio.
Al dar el primer paso para encaminarme al baño soy traicionado tanto como por mis piernas como por mi equilibrio haciéndome tropezar torpemente. Cierro los ojos esperando el impacto del golpe que me daré, pero en su lugar, soy sostenido por Bael antes de llegar al suelo. Una vez más acude a mi rescate.
Me levanta con bastante facilidad, en ocasiones me pregunto cual es la capacidad de su fuerza.
-Apóyate en mí, te ayudare a caminar. ¿A dónde quieres ir?
-Al… Al baño por favor.
No puedo creer que deba depender de él incluso para hacer algo tan básico como ir al baño, no sé cómo voy a mirarlo a los ojos despues de esto, es humillante.
Caminamos a pasos muy lentos hasta llegar al baño deteniéndonos en la puerta, yo la abro para poder entrar pero Bael no me suelta. Esta loco si piensa que necesitare de su ayuda para hacer mis necesidades. Ya es bastante difícil para mí toda esta situación.
-Puedes dejarme aquí yo haré el resto – Digo balbuceando las palabras
No soy capaz ni de verlo a la cara en este momento, me siento tan estúpido.
-De acuerdo, llámame si necesitas algo – Dice dudoso, aun si termina por soltarme para que pueda continuar.
Cierro rápidamente la puerta tras de mí, y me aferro a las paredes para no caer.
He experimentado muchos tipos de dolor a lo largo de mi vida. Desde los accidentes típicos de un niño al caerse de las escaleras o alguna travesura fallida, hasta algunos más graves como la vez que me atropello un auto cuando tenía once años. Incluso este último, no se compara ni en lo más mínimo a lo que siento ahora.
Al llegar hasta la taza de baño miles de pensamientos horrorosos comienzas a girar en mi cabeza, me aterra hasta el más mínimo detalle de lo que pasara si trato de evacuar.
Han pasado ya varios minutos, no se exactamente cuantos pero se han sentido como una eternidad. Aun no soy completamente capaz de sentarme pero a este paso podrían suceder dos cosas, o supero el maldito miedo y me siento de una maldita vez en el excusado, o la segunda, que sería terminar defecando en mis pantalones lo cual no se encuentra en mis planes.
¡A la mierda todo! Debo de ser fuerte y acabar con esto.
Bajo mis pantalones con extremo cuidado tratando de mantener el equilibrio para no terminar con la cabeza metida dentro del inodoro, una vez superado el primer reto ahora toca uno aún más complicado, poder sentarme correctamente. Me agarro con fuerza de una barra para colgar toallas que tengo a un costado rogando no lastimarme mucho.
¡Genial! Lo pude conseguir. Curiosamente no fue tan malo como imagine, pero ahora llego la hora de hacer lo más aterrador.
El solo pensar en ello me quita las ganas.
¡Maldita sea! No seas un cobarde y hazlo de una puta vez.
Pujo ligeramente, esta vez el dolor viene acompañado con una sensación de ardor. Es tarde para arrepentirme, ya estoy en ello y debo llegar hasta el final. Las ganas que tenia de hacer popo regresan de golpe queriendo salir impacientes, pero trato de contenerlo lo más que puedo apretando fuerte. Mis esfuerzos por retener todo son inútiles, las ganas me superan y termino cediendo a las exigencias de mi cuerpo.
Me siento como un completo imbécil, una vez que deje de luchar si dolió bastante, pero a los segundos desapareció la sensación. Aun palpita y es incómodo, está claro que fui fuertemente herido, aun asi me siento más aliviado ahora que el dolor ha disminuido.
Procedo a limpiarme dispuesto a salir de aquí rapidamente para poder recostarme y descansar, todo esto me agota mentalmente. Al pasar el papel de baño por mi trasero, siento una sustancia viscosa distinta a lo habitual, esto definitivamente no es bueno. Me quedo completamente helado, en el papel higiénico hay una gran mancha de sangre. Puede que esto sea más grave de lo que pensé.
¿Realmente tendré que ir al médico? El solo planteármelo hace que suponga mil cosas, ¿Cómo debería explicar que esa zona termino así? ¡No! Me niego rotundamente a pasar por esa situación tan vergonzosa.
Me acuesto en la cama completamente boca abajo, por el momento quiero que ese lugar tenga el menor contacto posible con las superficies. Saco mi celular para investigar en internet sobre mi caso, algo debe de haber por ahí que me sea útil.
Efectivamente, he encontrado el posible origen del problema, mi ano ha sido desgarrado por introducir bruscamente algo en su interior. Según el buscador es bastante normal, y el saberlo me tranquiliza un poco. Aun así es recomendable tomar analgésicos para el dolor y desinflamación si quiero recuperarme pronto.
-¿Cómo sigues?
La voz detrás de mí hace que lance el celular al aire por la sorpresa, luego recuerdo la búsqueda que tengo abierta en él y lo recupero de inmediato para enseguida esconderlo bajo mi almohada. ¡Carajo! Debo de tener más cuidado, por poco he sido descubierto. No me imagino que cara pondría si se entera que me dio tan duro que ahora me sangra el culo.
-Estoy bien. Solo necesitaré algunos analgésicos para el dolor y pronto desaparecerá, no es nada grave.
-Menos mal – Dice aliviado
Se acerca con pasos cautelosos hasta donde estoy y me abraza por la espalda besando mi nuca, dejando una sensación de escalofríos en todo mi cuerpo. Me encojo rápidamente como reflejo por su acción poniendo distancia entre los dos.
-Entiendo. Me disculpo por haberme acercado a ti sin tu consentimiento, no volverá a suceder. En el futuro si algo le incomoda hágamelo saber por favor.
¡Idiota! ¿Qué parte fue la que malinterpretaste?
No es que haya querido alejarte, es solo que aún me siento algo cohibido por todo lo que paso y lo que aún sigue pasando en mi cuerpo.
-¿Quieres que te traiga el desayuno? – Pregunta mirando al suelo.
-No tengo apetito gracias.
Se marcha de la habitación sin nada más que agregar. Me quedo solo nuevamente sintiéndome como un idiota por no haberle dicho lo que pensaba, no haberle dicho que no está mal que se acercara a mí, en realidad creo que quiero su compañía.
Me siento mal física, mental y emocionalmente en este momento. El hecho de que se vaya de esa manera me hace sentir algo solitario aunque tampoco quiero decirle que lo necesito.
Ha anochecido y Bael no ha vuelto a entrar en la recámara ni yo he salido. Por la mañana se escuchaban ruidos, pero lleva horas en silencio todo el lugar. No estoy seguro si ha ido a alguna parte o esté por ahí, lo único que sé es que esta actitud suya no me agrada.
Miles de pensamientos se revolucionan en mi cabeza. Después de lo que paso y sus gestos cariñosos al despertar me hacen dudar.
¿Qué pasara con nosotros ahora? Fingir que nada paso y continuar con nuestra relación “amo esclavo” no me parece algo muy correcto, tal vez él quiera que lo que ocurrido sea ocasional de vez en cuando, o quizás quiera dejarlo en el olvido como un error de un par de estúpidos que intentaron jugar a algo peligroso. A decir verdad ni siquiera yo tengo idea de cómo quiero que las cosas sucedan.
Únicamente por esta vez, le cederé la decisión final a Bael. No quiero tener nada que ver con esto.
Me despierto con el corazón a mil por hora, acabo de soñar con el pequeño al que mate y estoy seguro de que su intención no era vengarse de mí. Lo más probable es que qué mi subconsciente haya creado ese sueño, durante todo el tiempo solo se le escuchaba llorar acostado yaciendo es su cama, sus últimos momentos de vida, con la almohada cubriendo su cara completamente inmóvil.
Como si me torturara a mí mismo.
Supongo que vivir el resto de mi vida con el remordimiento de haberlo matado no es suficiente. Está en todo su derecho de intentar vengarse si así lo quiere, pero tenía un alma tan pura que no creo que sea posible.
Todo a mí alrededor se encuentra oscuro a excepción de una línea de luz que resalta por debajo de la puerta. Supongo que Bael si está en casa o ya ha regresado pero no iré a buscarlo, no he hecho nada mal como para que me ignore de tal manera.
Definitivamente, él es quien debe venir a mí.
Decido encender la única lámpara que queda en la habitación para así no prender la luz principal, me está doliendo un poco la cabeza y prefiero mantenerme a oscuras un poco más.
Reviso mi teléfono, me sorprende ver seis llamadas perdidas en él. Cuatro son de mi hermano y dos son de mi madre, tal vez ha pasado algo, no es normal tanta insistencia.
Prefiero llamar a mi hermano primero, aún no me siento listo para hablar con mamá directamente. Dos timbres después responden mi llamada.
-Hola hermano, qué bueno que me has devuelto la llamada, por un segundo creí que realmente no querías contactarnos de nuevo.
Su tono de voz es igual de enérgico que de costumbre lo cual me alivia de cierto modo, eso me hace descartar los pensamientos negativos que tenía rondándome. Menos mal todo está bien.
-¿Cómo se te ocurre eso Will? No seas tonto. Dime que necesitas.
Un suspiro largo suena al otro lado del teléfono. Ya va a comenzar con su drama habitual.
-Hace mucho no hablamos y, ¿Me respondes así de seco y cortante? – Pregunta con voz infantil.
-Lo siento, es solo que tengo tarea atrasada y debo continuar sin distracciones.
-De acuerdo, fingiré por esta vez que tú, el cerebrito, te retrasaste en la escuela y me estás diciendo la verdad – Hace una pausa momentánea – Bueno, en realidad quería tu confirmación para la asistencia al cumpleaños de papá, se celebrara en dos meses.
-Perdona Will pero en realidad dudo que sea bienvenido ahí.
-No digas eso. Mamá te extraña muchísimo y cada noche llora por tu partida aunque intente disimularlo. Realmente le dolió que te hayas marchado después de enterarte de tu adopción, y papá – Deja escapar otro suspiro – Bueno, sabes lo neutro que es, aun así estoy seguro de que le alegrara verte.
-Pero…
-Y más importante, yo también te extraño. Necesito a mi hermano de vuelta aunque sea solo un día. Nada es lo mismo sin ti ¿Sabes? – Dice interrumpiéndome a media frase.
Sus palabras me pueden. Me entristece saber que mi partida afectara tanto a mamá, pero lo que más me duele es escucharlo hablar con tanta tristeza al decir que me extraña. Es un año menor después de todo y aún necesita a su hermano mayor con él, así que solo por esta vez ignoraré mi orgullo y asistiré para poderlos ver una vez más.
No sé con qué cara podré verlos después de las atrocidades que he cometido. No lo merezco, de eso estoy seguro, pero haré mi mayor esfuerzo por estar bien ante ellos.
-De acuerdo iré – Termino cediendo.
-¿De verdad? Increíble. Entonces te veré ese sábado. Será aquí en casa a las dos.
Escucharle tan alegre vale la pena.
-De acuerdo ahí estaré. Por cierto, avísale a mamá que llevaré a un amigo conmigo.
-Espera un segundo, ¿Escuche bien? ¿Has dicho amigo cierto? – Dice sorprendido.
Me causa gracia, puesto que ni siquiera saben acerca de la existencia de John siendo mi único amigo desde siempre. Supongo que es normal su reacción.
-No seas tonto, es solo un conocido. Está de paso en la ciudad así que lo llevaré conmigo.
-Vale, yo le informo. Entonces hasta el entonces hermano – Dice finalizando la llamada.
Justo después de colgar Bael abre la puerta, entrando con algunas bolsas en ambas manos. Desconcertado lo observo aproximarse y cuando llega a mi lado, las pone sobre la cama junto a mí.
-¿Qué es todo esto? – Pregunto curioso.
-Son cosas que necesitaras para estar en cama el resto de la noche y mañana para que descanses. No te preocupes por nada, ya di aviso al instituto y envié un justificante para que validen las faltas de ambos.
Estoy sonriendo como un idiota inconscientemente, en cuanto soy consiente pongo gesto serio de inmediato nuevamente.
-¿Esto fue lo que hiciste todo el día? Es por esto que llegaste tan tarde a casa ¿Cierto?
-Así es, lamento mucho haberte dejado solo en un momento tan difícil, es solo que quería que estuvieras cómodo para que descansaras bien. Tampoco quería imponerte mi presencia si es que no me querías cerca – Agacha la mirada.
-Nunca dije que no te quería cerca idiota. Eso lo supusiste por ti mismo.
Abre mucho los ojos al escuchar eso.
-Entonces, ¿Puedo mantenerme cerca?
-Supongo – Respondo sintiéndome avergonzado.
Bael en un ataque de emoción se abalanza sobre mí abrazándome cuidadosamente, para después acercar su rostro junto al mío juntando nuestras frentes. Al final me da un tierno beso en los labios, el cual respondo sin problemas sintiéndome extrañamente feliz.
-Bien Sai, iré a tomar una ducha y regresare contigo ¿De acuerdo? Por favor toma las medicinas.
-Está bien.
Una vez que Bael sale del cuarto me dispongo a revisar las compras que ha hecho para mí aprovechando que estoy solo. Tardará un rato así que echare un vistazo.
En la primera bolsa hay dos cojines térmicos y una notita dentro. “Siéntate en ellos, te harán sentir más cómodo” Sonrió ampliamente al leerla.
En la segunda bolsa hay muchísimas golosinas: Chocolates, paletas, bombones y algunos que ni siquiera reconozco que son. Todos son de maracas extranjeras y lucen deliciosos. Mezclada entre los dulces encuentro una segunda nota. “Espero con esto poder endulzar un poco tus días. Disfrútalos con moderación, no queremos que tus dientes se arruinen”
En la tercera bolsa encuentro frituras de muchos sabores distintos, todas ediciones limitadas. Me pregunto de donde habrá sacado todo esto. Esta vez la nota decía “Por si tienes hambre y no quieres comer algo saludable. No lo hagas a menudo por favor”
La cuarta bolsa tiene una gran variedad de bebidas surtidas; agua, sodas, bebidas energéticas, café y otras de tipo lácteas. Todas se ven muy buenas. “Tan variadas como tu estado de ánimo. Sé que aquí encontraras algo en todo momento.”
Para finalizar, la última bolsa estaba llena de ungüentos y medicamentos para la inflamación, dolor, infección, fiebre, etcétera. Realmente se tomó demasiado en serio su papel de cuidador. “Espero que las medicinas puedan ayudarte a mejorar pronto, lo siento mucho.”
Se ha esforzado mucho durante todo el día por mí y yo me la he pasado sintiéndome enojado porque me dejo solo, ¿En qué momento comencé a comportarme como un niño pequeño con él? Debo agradecerle correctamente todas sus atenciones cuando salga de tomar su baño.
Llevo todo lo que me ha comprado a la sala de estar y lo organizo dispuesto a hacer una noche de películas para que ambos disfrutemos.
Primero lleno el cojín térmico con agua tibia y lo acomodo en el sofá. En un par de tazones grandes coloco papas fritas de distintos sabores y en un tercero pongo algunos caramelos. También saco un par de sodas y el resto de las bebidas las pongo a enfriar.
Una vez todo listo me siento a esperar.
Bael al salir de la ducha y verme en la sala con todo eso montado se queda boquiabierto. Sonrío satisfecho, he logrado mi cometido. Le indico que se siente a mi lado y sin pensarlo dos veces lo hace gustoso con su mirada llena de emoción. No había notado lo bonita que era su sonrisa cuando es sincera.
Después de eso nos pasamos el resto de la noche viendo toda clase de películas de miedo, tomando cualquier excusa para tomarnos de la mano o abrazarnos ¡Todo un cliché! Para después irnos a la cama entre besos y arrumacos en el transcurso.
-Oye Bael, debo preguntarte algo.
-Claro, ¿Qué sucede?
-En un par de meses celebraran el cumpleaños de mi padre en casa donde solía vivir antes de mudarme al hotel.
-Genial, si quieres puedo llevarte.
-No es así – Lo interrumpo antes de que pueda decir algo más – Lo que quiero es que vayas como mi invitado, ¿Te gustaría?
Su cara se ilumina, su mirada denota sorpresa y emoción. Asiente en repetidas ocasiones afirmando a mi pregunta para despues plantarme un beso cargado de pasión.
Solo espero que no se les ocurra montar una escena familiar frente a él.
Quiero que realmente todo salga bien.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 32 Episodes
Comments
El Aki 7u7
Despierta mis interés
2023-11-20
2