Capítulo XIV

La impresión me golpea de frente.

¡No es posible!

Simplemente no lo puedo creer.

Me levanto al instante de donde estoy sentado, no estoy seguro de si es mi cabeza la que me está jugando una mala pasada o si las malditas alucinaciones volvieron, aun que personalmente preferiría que fuera la primera opción, dure muchos años en dejar de verlo en todas partes, era una tortura lenta y constante de la cual me logre librar con mucho trabajo. Si así fuera me pregunto, ¿Por qué ahora? Probablemente es porque volver a este lugar me trae recuerdos, mis emociones son inestables y todo se ve tan real que duele, duele mucho.

Cierro los ojos fuerte por un segundo, estoy seguro de que al abrirlos el desaparecerá y así, podre ver la verdadera apariencia de esa persona. Me ha pasado anteriormente así que de cierta manera se cómo manejarlo.

Inhalo y exhalo en repetidas ocasiones intentando relajar mi mente, debo prepararme para volver a la realidad.

Uno…

Dos…

Tres…

Cuatro…

Abro los ojos lentamente para después ver una vez más en aquella dirección pero todo sigue igual, no desaparece.

¡Esto no puede ser real, Bael definitivamente está muerto!

Este al percatarse voltea hacia mí. Nuestras miradas se encuentra unos segundos que parecen eternos, sus ojos se abren ampliamente como si estuviera asustado y su novio al notarlo voltea en la misma dirección encontrándose conmigo de igual manera. Agacho inmediatamente la mirada para evitar el contacto visual de ambas personas que me ven de manera extraña, con prisa tomo las maletas y salgo prácticamente corriendo de ahí alejándome a toda prisa.

A lo lejos, veo a un hombre de traje, este al verme me reconoce de inmediato. Llega jodidamente tarde, pero de alguna manera también justo a tiempo.

-Señor Capell, lamento mucho los inconvenientes que le he causado, le juro que no era mi intención – Dice el sujeto bastante nervioso mientras me quita las maletas de las manos.

-No me interesa escuchar excusas por ahora, solo muévete y maneja de prisa.

Probablemente no sea la manera más correcta de recibirlo como mi nuevo chofer y asistente temporal, estoy siendo grosero y poco profesional, pero justo ahora no puedo razonar nada, más tarde hablare con el correctamente.

Me subo al único auto que miro estacionado frente al parque, reconozco que es mío porque solo usamos esa línea de coches importados en la empresa de mí tío. Bajo el vidrio de la ventana y busco con la mirada algún indicio de esas personas que vi antes pero parece que tomaron otro rumbo puesto que no los veo salir en ningún momento.

En el transcurso del camino el empleado trata de hablar conmigo un par de veces, sé que me está hablando porque puedo verlo gesticular con los labios pero no logro distinguir sus palabras, además prefiero guardar silencio, no quiero decir nada innecesario. Me recuesto en mi asiento, solo miro las nubes tratando de distraer mi mente en algo, cualquier cosa.

-Señor Capell, hemos llegado.

Por fin sus palabras resuenan claro en mis oídos, miro hacia afuera y ya estamos frente al hotel donde me voy a hospedar.

Tal vez fue algo estúpido, pero por mero capricho solicite que hicieran la reservación en el mismo hotel donde solía hospedarme con Bael. Es patético como aun ahora intento aferrarme a los recuerdos que tanto me lastiman, pero soy sentimental, simplemente no pude evitarlo. Una sonrisa amarga sale sin darme cuenta seguida de un largo suspiro

-¿Se encuentra usted bien señor?

Volteo a mirarlo un momento, y me doy cuenta del ridículo que debo estar haciendo frente a él, se perfectamente que no debería de mostrar esta clase de debilidad frente a uno de mis empleados pero solo por esta ocasión, lo dejare pasar. No iniciamos bien nuestro primer encuentro así que debo intentar remediarlo aunque sea un poco.

-Claro, esta todo en orden señor…. – Hago una pausa en espera de su nombre.

-Johnson señor, mi nombre es Rafael Johnson – Dice inclinando su cabeza y extendiendo la mano, la cual estrecho amistosamente.

-Bueno señor Johnson, es un gusto conocerlo, desde hoy seré su nuevo jefe, será un gusto trabajar con usted.

-El gusto es todo mío señor. Permítame entregar su equipaje y registrarlo para que lo instalen de inmediato.

-Claro, muchas gracias.

En cuanto tengo la llave en mis manos me dirijo inmediatamente a la habitación, necesito recostarme, me siento completamente exhausto y ha sido un día muy largo. Tendré que aplazar para maña mi presentación formal al personal.

Me tumbo en la cama apenas entro, pensé que todo se vería igual que en aquel entonces pero para mí desgracia esta remodelado, parece un lugar completamente diferente ahora. Los recuerdos de aquellos momentos que pase junto a Bael en este lugar se anidan en mi cabeza, provocando que una lagrima salga sin autorización de mis ojos.

Debo recomponerme, necesito llamar a Jack antes de que arme un escándalo por que no me he comunicado con él en todo el día.

El bip que se escucha mientras espero a que coja la llamada me parece irritante, hasta que algunos tonos despues por fin responden.

-Hola Sai, demoraste mucho en contactarme, ¿Sucedió algo? – Pregunta con una voz preocupada tras el teléfono.

Sai, es el mismo apodo con el que Bael solía llamarme mientras estábamos en la cama, siempre lo susurraba de forma dulce en mi oído haciéndome sentir tranquilo. La primera vez que escuche a Jack decirme de esa manera francamente me sorprendí bastante, tanto que me enoje y todo termino en una pelea. Cuando me pregunto seriamente el motivo por el cual me disgustaba tanto ser llamado asi, no me quedo más remedio que decirle que hiciera lo que él quisiera, obviamente no podía entrar en detalles más profundos. No obstante, aún no me acostumbro por completo a que sean otros labios los que pronuncien aquel nombre.

-No Jackie no hubo problema alguno, solo quise ver a mamá antes de llegar al hotel pero de repente me sentí mal. No podré visitar la nueva empresa el día de hoy y tampoco quiero contactar directamente a mi tío, asi que ¿Podrías darle mi mensaje por favor?

-Dime que te ocurre, no es propio de ti aplazar el trabajo, asi estés muriendo siempre te presentas a trabajar y cumples con tus obligaciones, algo debió pasar Sai, puedes decírmelo.

Siempre es tan condenadamente intuitivo, ese es uno de los motivos por los que lo quiero tanto, pero tambien es la razón por la que me vuelve loco a menudo. De alguna manera sabe cuando algo no está bien y trata de que lo hablemos aunque no siempre estoy con la disposición de hacerlo, eso por lo general siempre termina en discusiones tontas pero, es evidente que no puedo ser del todo franco aunque quisiera hacerlo.

-De acuerdo, te lo diré. Acabo de enterarme de que mi padre murió hace dos años – Decido omitir lo de Bael.

Se queda en silencio despues de escucharme. Jack sabe perfectamente cuál es mi situación familiar y muy superficialmente lo que paso con Bael, de hecho, en gran parte es gracias a él que logre superar lo sucedió en aquel tiempo, o al menos eso creía hasta hoy, que es posible que las alucinaciones hayan vuelto. Si le menciono algo del tema con el que tantas veces tuvo que lidiar en el pasado sé que se sentirá mal, pensara que todos los esfuerzos que hizo hasta ahora han sido en vano y es lo que quiero evitar.

-Okey, tomare un vuelo enseguida y me reuniré contigo – Interrumpe el silencio.

-No Jackie no es necesario que lo hagas, estoy bien, solo necesito pensar un poco y necesito hacerlo a solas. Además, aun tienes un itinerario que cumplir en Inglaterra y me será difícil justificar tu partida tan precipitada.

-Pero cariño, debe ser un momento difícil para ti.

-No lo es, sabes que nunca lo vi como a un padre, solo fue un hijo de puta conmigo y con mi madre asi que estaré bien despues de descansar.

-De acuerdo Sai, confió en ti. Entonces colgare para que puedas dormir, contáctame si necesitas algo o te sientes solo – Dice dulcemente.

-Hasta luego Jackie.

-Te amo Sai.

Me quedo en silencio mirando al techo. Aun ahora me parece algo jodidamente increíble que exista una persona que me quiera tanto al punto de aceptarme con mis defectos y el pasado oscuro que siempre me perseguirá.

Tal vez no sería asi de ser completamente sincero con él. Jack no está enterado de los asesinatos que he cometido y tendré que seguir cometiendo el resto de mi vida, si lo supiera, estoy seguro nunca me lo perdonaría, me vería tal cual la clase de monstruo despréciale que soy. Y no lo culpo, despues de todo tiene un corazon tan blando y tierno que no le permitiría estar al lado de alguien asi.

Le he mentido tanto a lo largo de los años que hemos estado juntos que parece estar ya acostumbrado, intuye que le oculto cosas lo sé, pero al paso del tiempo simplemente se resignó.

Ese secreto se ira a la tumba conmigo, fundiéndose en mi propia inmundicia.

Apenas cierro los ojos recuerdo lo que paso en el parque, tengo por seguro que ese no era Bael sería algo imposible, pero el parecido era tal que me cuesta convencerme de lo contrario. ¿Es posible que en el mundo puedan existir dos personas tan similares? Y es que esos ojos, incluso su mirada era idéntica pero no, sé que no es el, entre más pronto acepte mi realidad más fácil será dejarlo ir.

Comencemos con dejar de darle vueltas al asunto y ya vete a dormir, me regaño internamente. Debo reponer fuerzas para iniciar el trabajo correctamente mañana.

El timbre de mi celular me retumba en los oídos. Abro ligeramente los ojos y veo que aún hay luz afuera, pero esta es distinta a la de un atardecer.

-Diga – Respondo secamente, quería dormir un poco más.

-Buenos días señor Capell, estoy afuera del hotel puntualmente como lo ordeno.

-¿Ahora?

-Sí señor, usted ordeno explícitamente que estuviera fuera a las ocho en punto.

-Cierto, espere un momento señor Johnson, ahora salgo – Corto la llamada.

Miro la hora en el reloj, ocho menos cinco. No puedo creer que he dormido más de doce horas continuas, hacía mucho tempo desde que sucedió algo asi.

Me levanto apresurado y me meto rápidamente en el baño para tomar una ducha exprés, debería existir alguna clase de premio por ducharse en un tiempo record o al menos por ahorro de agua. Al salir de la ducha vuelvo a comprobar la hora, han pasado cinco minutos.

¡Carajo! Odio la maldita impuntualidad.’

Me visto tan rápido como puedo, afortunadamente la mayoría de mi ropa es parecida, trajes y camisas de vestir con tonos oscuros, prácticamente todo combina no hay manera de que no lo haga. Me pongo los zapatos y tomo el portafolio que tenía previamente preparado desde antes de llegar a Canadá, para despues salir a toda prisa.

Veo a Johnson aun aparcado en la entrada, me siento culpable por hacerlo esperar tanto pero ahora estamos a mano despues de todo lo que me hizo pasar el día de ayer. Entro en el auto, posicionándome en la parte trasera. Generalmente no me gusta tomar ese asiento pero mi tío dice que al ser el nuevo jefe debo de comportarme como tal y no ser tan amable con los empleados si es que no quiero ser tratado de forma indigna. Seguiré sus consejos, ya que me lo habrá dicho por alguna razón y años de experiencia lo respaldan.

-Buenos días señor Capell.                          

-Buen día Johnson. ¿Cuál es el itinerario programado para hoy?

-Llegaremos en unos quince minutos a la empresa, tendrá tiempo de conocer su oficina y familiarizarse con ella al menos hasta las diez. A las diez en punto tiene programada una junta con el personal administrativo y directores en jefe de las diversas áreas para presentarse. A las doce en punto tiene una reunión con todo el personal de seguridad general de la empresa, y su última reunión es a la una en punto con el resto del personal general de menor rango. Despues de esta última reunión tambien tiene programadas las entrevistas de trabajo para contratar a su nuevo asistente, una vez terminadas las entrevistas deberá mandarle un correo detallado al señor Bailey dando su reporte del personal, en adelante despues de eso estará completamente libre ya que el resumen de los informes que pidió sobre la empresa llegaran hasta mañana.

-Bueno, entonces démonos prisa.

El solo escuchar todo lo que tengo pendiente por hacer me causa un dolor de cabeza. En mi puesto anterior estaba bastante ocupado, pero nada comparado con lo que debo hacer hora, y eso que es mi primer día de trabajo no puede ser. Sabía que ser jefe conlleva una gran responsabilidad, aun asi no me siento del todo preparado para lograrlo. Es demasiado tarde ahora para arrepentirme de mi decisión, debo enorgullecer a mi tío quien puso lo más importante para el en mis manos.

El auto se para frente a un edificio exageradamente grande de aspecto moderno, definitivamente las huellas de mi tío están impregnadas por todo el lugar, es totalmente su estilo. En la entrada como si fueran soldados, están parados dos guardias de seguridad muy bien uniformados y a simple vista se les ve como un personal muy capaz. Me encamino hacia ellos dispuesto a presentarme.

-Buenos días – Digo amablemente.

-Buen día señor, ¿Qué se le ofrece? Aún hay nadie en las oficinas – Responde uno de ellos.

-Estoy consciente de eso. Me quiero presentar, soy el señor Capell y a partir de hoy trabajare con ustedes.

-¿Capel? ¡Oh! Es nuestro nuevo jefe, mucho gusto. Mi nombre es Wilson Anderson y el que está allá – Dice señalando a su compañero, el cual se encuentra muy distraído como para prestarnos atención – Él se llama Tom, es nuevo asi que disculpe su actitud. Cualquier cosa que se le ofrezca estaremos felices de ayudarlo.

-Te agradezco, con tu permiso subiré a mi oficina.

-Adelante.

Al ingresar en el interior puedo ver que todo luce aún más extravagante. Pantallas gigantes en cada rincón, plantas y pequeños arboles esparcidos por todo el lugar, y pinturas hechas a mano como decoración, algo demasiado excesivo para mi gusto.

Entro al elevador marcando el piso numero noventa y dos, no sé si sentirme afortunado al respecto o decepcionado. Tendré una vista increíble lo cual es genial, lo contraproducente es que gastare más tiempo trasladándome de un lugar a otro que el promedio, sin mención que no voy a tener tiempo siquiera de mirar por la ventana.

Despues de unos minutos en los que el ascensor nunca se detuvo gracias a la falta de personal, pude llegar rápido hasta arriba, ahora debo de encontrar rápido mi oficina si no quiero lucir como un idiota desubicado frente a todos.

Por un momento pensé que este lugar estaría atiborrado de puertas y escritorios como en el piso de abajo, pero no. Es un amplio espacio con varias pantallas, una sala de estar con bastantes sofás, una barra de recepción al centro de todo aquello, y finalmente dos puertas hasta el final del pasillo.

Me dirijo directamente hasta aquellas puertas, una de ellas seguramente debería ser mía. La primera, lleva un letrero que pone “Sala de juntas presidencial”, mientras que la segunda pone “Oficina presidencial” Con mi nombre escrito en letras pequeñas debajo. Estoy tentado a abrir primero la puerta de la sala de juntas pero el recorrido debería dejarlo para despues, primero tengo que organizar mis propias cosas.

En cuanto echo el primer vistazo dentro de mi oficina quedo totalmente encantado con lo que veo, el color es una combinación de blanco con azul, mi color favorito. Hay un enorme escritorio de madera como el que le había mencionado una vez a mi tío que quiera, en el hay tres computadoras y dos más portátiles, la mayor parte del lugar está rodeado por libreros repletos de libros y eso me hace bastante feliz. La pared que da al frente del edificio está hecha con vidrio templado, permitiéndome ver la grandiosa vista desde mi lugar sin necesidad de tener que acercarme. Tambien hay una puerta a un costado del gran ventanal, la abro y veo que se trata de un baño bastante grande, incluso tiene un armario y una tina dentro, ahora veo que era cierto cuando decían que la compañía se convertiría en mi primer hogar, mi casa pasaría a segundo plano. Estoy seguro de que mando a remodelar este lugar apegándose completamente a mi gusto.

Justo cuando pienso que he recibido demasiado de él y no podría recibir más, siempre termina sorprendiéndome.

Despues de admirar detenidamente el esplendor del lugar pongo mi portafolio sobre la mesa y tomo por primera vez posesión del asiento más importante de todos, la silla del director en jefe, aquella donde siempre tuve ganas de sentarme y a pesar de las insistencias de mi tío por que lo hiciera, nunca accedí. Siempre he sabido que ese es un honor que solo se gana con trabajo duro, y ahora estar aquí parece un sueño. Es bastante cómoda y me siento de cierta manera poderoso desde aquí.

Paso las siguientes dos horas inspeccionando y ordenando mis pertenencias en la nueva oficina, a pesar del poco tiempo que llevo aquí, literalmente siento que ya la amo. Entra una llamada en mi teléfono, detengo mis actividades para responder.

-Diga.

-Disculpe señor Capell, la junta dará lugar en la sala de conferencias interna de la empresa, ¿Quiere que pase por usted para ir juntos?

-Claro Johnson te estaré esperando, por favor procure no llegar tarde, no me quiero retrasar.

-No señor, voy para allá.

Al finalizar la junta termine mentalmente agotado. Hubieron opiniones divididas respecto a varios temas, es claro que la administración tanto de las ganancias como del personal están completamente mal, para erradicar cada uno de los errores que hay actualmente en la compañía necesitare un asistente muy capaz dispuesto a trabajar bajo presión y jornadas laborales extendidas, hay mucho trabajo por hacer.

Por otro lado, fue inquietante escuchar la manera en la que algunos de los jefes de departamento se dirigieron hacia mí, su actitud fue bastante hostil hasta que les tuve que dejar bien en claro que no soy cualquier empleaducho sino el heredero principal y sucesor del dueño principal. Despues de brindarles esa información muchos se mantuvieron callados, las miradas de sorpresa eran evidentes, mientras que otros se comportaron de una manera tan hipócrita que me hicieron querer vomitar. Al menos ahora se de quienes debo cuidarme más, sin duda son una jauría de perros rabiosos pero están muy equivocados si piensan que estamos en el mismo nivel, a diferencia de ellos, yo soy un lobo capaz de devorarlos a la menor provocación.

Miro la hora, es momento de reunirme con el resto del personal, tambien debo darme prisa si quiero llegar a tiempo a las entrevistas, es más urgente de lo que pensé encontrar un asistente. Tendré que  presionar un poco a Jack para que se traslade lo más pronto posible, despues de todo si lo hare regresar antes de lo acordado, él es el único que está al tanto de la situación actual hasta ahora y la única persona que considero capaz además de mí.

Al finalizar el resto de las juntas pendientes puedo corroborar que efectivamente hay bastantes cambios que se requieren en este lugar, escuche tanto las quejas como las opiniones de cada uno de los empleados, y aun que en efecto el principal  foco de infección son el personal administrativo, algunos de los empleados de seguridad y generales necesitan ser cambiados o transferidos, aunque ese es un problema menor a comparación.

Paso por la recepción de mi piso, mi cabeza punza dolorida al ver la enorme cantidad de candidatos que esperan postularse para el puesto de asistente de presidencia. Todos se miran bien preparados con documentos en mano, a pesar de ello, no sé si sentirme alegre o frustrado, es verdad que lo necesito, pero conocer a tanta gente hoy ya me ha destrozado los nervios.

Bueno ¡Lo hare! Debo esforzarme si quiero terminar pronto.

Paso por enfrente de ellos, quiero hacer una breve inspección previa para ver su presentación personal, eso siempre es importante. Pareciera que fueron creados en serie, todos tienen un aspecto tan jodidamente parecido, no hay nadie en particular que se destaque. Pensé que al darles un vistazo podría saber con cuál de ellos empezar pero realmente es inútil.

El golpeteo de unos pasos apresurados llama mi atención provocando que voltee de inmediato. Lo veo y no lo creo, la persona que acaba de entrar tan torpemente es el mismo chico que vi ayer en el parque, es la persona que estaba junto al otro muchacho que se parecía a Bael.

Se disculpa un par de veces con la recepcionista y el resto de los aspirantes para despues dirigirse tímidamente a uno de los asientos libres. Curiosamente aparte de su notoria imprudencia, es la única persona que ha logrado destacarse a la vista entre tantas personas.

A diferencia del resto este no viene vestido de una manera cuadrada, por el contrario, está usando un traje formal pero con colores muy brillantes, algo demasiado atrevido para una entrevista laboral, pero a fin de cuentas eso era lo que buscaba.

De cierta manera me recuerda bastante a la manera en la que Bael solía combinar su ropa en el pasado.

-Señorita, permita que el joven que acaba de llegar entre a mi oficina primero – Le indico a la recepcionista, de la cual ni siquiera recuerdo el nombre.

-Por supuesto señor – Responde tímidamente.

Entro en mi oficina y tomo asiento, esperando a que esa persona entre, me siento curioso de cuál será su perfil laboral. No pasan ni cinco minutos  y llaman a la puerta.

-Adelante – Indico sabiendo de quien se trata.

Aparece frente a mí ese chiquillo descuidado. Avanza lentamente hasta llegar al frente de mi escritorio.

-Buenas tardes señor. Primero que nada me disculpo por la manera en la que llegue hace un rato, pude notar que usted se encontraba presente.

-No pasa nada, a todos nos ha ocurrido alguna vez – Le digo intentando relajar el ambiente. Él se mira muy nervioso – Por favor toma asiento.

Obedece sentándose de inmediato, al tenerlo asi de cerca puedo percatarme de que tiene sudor en la frente, eso me puede indicar que si está realmente nervioso con todo esto o quizás tambien se deba a que llego corriendo como un caballo desbocado.

-Me presento, mi nombre es Said Capell, presidente y jefe general de esta empresa. El puesto que se ofrece es el de asistente presidencial, lo cual requiere disponibilidad de tiempo, tolerancia a jornadas laborales extendidas y sobre todo total y completo compromiso, ¿Tiene algún problema con eso?

Lo observo atentamente para ver su reacción ante mis exigencias pero se ve completamente tranquilo, escuchando con seriedad y respeto cada una de mis palabras, a kilómetros se puede ver que es una persona sumisa lo cual me seria de utilidad en el puesto.

-No representan ningún problema sus requisitos señor, si soy aceptado tenga por seguro que daré lo mejor de mí – Me responde con una sonrisa entusiasta en el rostro.

-¿Me permite sus documentos por favor?

-Si, por supuesto.

Reviso cada una de las hojas que vienen adjuntas en el archivo. Su nombre es Isis Alexander Parker, edad veintiocho años, uno setenta de estatura y sesenta kilos en su peso actual. Mirándolo bien no aparenta para nada esa edad, incluso luce más joven que yo sin mencionar que es muy bien parecido, se ve un tanto tierno inclusive.

Su experiencia no es muy amplia, pero sus antiguos puestos han sido en empresas muy importantes y reconocidas, de las cuales tambien están adjuntas sus respectivas cartas de recomendación donde dicen lo capas que es para desempeñar su trabajo. Su escolaridad tambien es bastante buena, reconozco los nombres de las escuelas en donde ha estado y cada una es de primer nivel, fue becado y por doquier solo veo promedios impecables. Es realmente impresionante, creo que lo subestime despues de todo.

Lo miro ocasionalmente mientras leo la información, solo está sentado expectante, jugueteando con sus manos un tanto ansioso, es divertido ver como se pone rojo cada que lo miro de frente.

-Bien, con lo que he visto es suficiente. Me parece una persona bastante capaz para el puesto joven… Disculpa, ¿Cómo te gusta ser llamado?

-Me suelen decir Isis señor – Indica agachando la mirada.

-De acuerdo Isis, de hecho ese es un nombre muy bonito y poco común.

-Sí, me lo dicen seguido señor Capell.

-Sería mejor si me pudieras llamar Said, despues de todo, a partir de tu contratación pasaremos casi todo el día juntos.

Sus ojos se iluminan ante mis palabras y es muy notoria su emoción, es muy lindo, gracias a él no tendré que dar más entrevistas hoy.

Si no me sirve solo cambiare de asistente.

-Eso quiere decir que… ¿Seré contratado?  - Pregunta casi balbuceando.

-Asi parece, solo quisiera hacerle un par de preguntas más Isis.

-Claro señor, perdone quise decir Said. Puede preguntarme lo que sea – Su cara que era apenas colorada ahora esta roja como un tomate.

Quiero preguntarle sobre la persona que estaba con él, tal vez que no debería hacer preguntas personales en un asunto oficial laboral, pero desde ayer no he parado de pensar en la persona que lo acompañaba, es completamente imposible que se trate de Bael, soy bastante consiente de eso, pero tambien sé que no podre estar en paz si no me desmiente directamente, al menos asi podría estar un poco más tranquilo conmigo mismo.

-Es necesario que me informe si tiene alguna pareja sentimental, y si es el caso, tambien necesito saber si para esa persona seria un inconveniente que pase la mayor parte de su tiempo en el trabajo – Miento.

Es lo único que se me ocurre decir para poder justificar una pregunta tan informal. Trate de formularla de tal manera en que se sienta lo suficientemente cómodo para que revele que es homosexual, aunque realmente no estoy seguro de si funcionara, despues de todo es su vida privada de la que estamos hablando.

-Sí señor estoy en una relación, en realidad… me encuentro comprometido con mi pareja, pero tenga por seguro que en mi situación laboral no se entrometerá, siempre me apoya.

Todo aquello lo dice desviando la mirada al suelo como si hubiera cometido un crimen. Es entendible, ni siquiera yo tengo el valor para anunciar abiertamente mi orientación sexual, mucho menos a un completo desconocido, pero llegado a este punto necesito saber más.

-Su pareja suena como una persona increíble, yo tambien tengo una – Hago una pausa dudando – Su nombre es Jack, o Jackie como suelo llamarlo, el tambien es una persona maravillosa. Espero que no le incomode ese asunto ya que no tolero a las personas prejuiciosas, tanto como espero que pueda mantener esa información confidencial.

No debería meter el nombre de Jack en esto, tampoco debería rebelar mi información personal tan a la ligera a alguien que no conozco, pero si no revelo un poco de mi privacidad tampoco él lo hará. Tal vez esto lo haga sentirse más cómodo y en confianza.

-No Said de ninguna manera tengo prejuicios, en realidad… Mi pareja tambien es hombre.

-Veo que tenemos más en común de lo que pensaba, sabía que algo había de diferente en usted. Y dígame ¿Cómo se llama su prometido? - ¡Callo redondito!

-Le parecerá gracioso que el nombre de mi prometido sea tan raro como el mío, es un nombre que no se escucha a menudo. Se llama Bael.

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