Capítulo X

Todo está mal.

El panorama es totalmente catastrófico. En verdad no entiendo por qué me tiene que pasar todo esto a mí. No puedo salir de un lío cuando ya me estoy metiendo en otro, y este no es cualquier lío, es papá de quien estamos hablando. Si de alguna manera no actúo rápido esto tendrá un terrible final.

A pesar de la situación Bael se mantiene firme y tranquilo sin siquiera soltarme, y francamente no creo que este en sus planes hacerlo. Le doy un fuerte empujón haciéndole imposible el seguirme sosteniendo en brazos, acto seguido retrocede dejándome caer al suelo.

Me levanto rápidamente, mi padre a estas alturas ya se encuentra a unos escasos metros de distancia, lo cual lo hace peligroso dado a su habitual comportamiento agresivo. Quiero hablar para aclarar las cosas pero mi boca solo se abre, me es imposible articular alguna palabra o siquiera emitir un sonido.

Estoy en problemas.

Bael al verme en ese estado, da algunos pasos hacia adelante con determinación dejándome en un segundo plano. Tal parece que debido a mi notable ineptitud para manejar la situación el intenta tomar las riendas del asunto.

-Primero que nada quiero ofrecerle una gran disculpa. Fue mi culpa que las cosas se tornaran de esta manera, sé que no existe excusa para justificar mi comportamiento errático, estoy muy apenado por la situación – Dice Bael interrumpiendo el silencio.

Su manera de hablar es tan segura y correcta que es admirable, me sorprende ver cómo incluso en ocasiones como esta puede actuar de manera tan natural. Aun así, más que orgulloso me siento aterrado, el no conoce las tendencias de mi padre lo cual lo hace aún más arriesgado. Debo intervenir si no quiero que salga herido de alguna manera.

Muerdo mi labio inferior lo suficientemente fuerte para lograr tomar un poco más de control sobre mi cuerpo, obligándolo de esta manera a moverse. Avanzo hacia delante, quedando a un lado de Bael, reúno todo el coraje que tengo en mí y miro a papá, sus ojos son más aterradores de lo que pensaba. Efectivamente están llenos de ira, no esperaba menos después de lo que acaba de presenciar, lo peor de todo es que ha sido culpa mía, y no permitiré que Bael sea castigado en mi nombre por ello.

Carraspeo la garganta, esta vez la voz no me puede fallar. Debo ir hasta el final

-Lo lamento mucho papá, no quería que te enteraras sobre lo nuestro de esta manera. Traje a Bael aquí esta noche para presentarlo formalmente con la familia como mi pareja – Miento – Pero todos estaban tan cómodos y ocupados, que decidí esperar a que terminara la fiesta para anunciarlo.

Esperaba apaciguar un poco su furia con mis palabras, pero de alguna manera creo que he logrado disgustarlo más.

Comienza a andar con pasos fuertes y apresurados hasta donde me encuentro. Me toma por el cuello y me azota contra la pared, ¡Va a comenzar! A pesar de que sé que todo está pasando muy rápido, yo lo veo como una eternidad, como si de un efecto de cámara lenta se tratara. A partir de aquí, sé que absolutamente todo lo que me haga, lo merezco.

-¿Crees que soy idiota? No sabes mentir bastardo, y aun que supieras, tú no tienes los huevos que se necesitan para admitir algo tan repugnante ante la madre y hermano que tanto quieres – Una sonrisa arrogante se asoma en sus labios – Mucho menos delante de mí, que casi te haces en los pantalones cada que me ves de frente.

De estar viendo directamente la cara de mi padre, distrae mi atención ver como una mano lo sostiene del brazo con el que me tiene apresado, es Bael. Esta vez su apariencia no es tranquila y serena, su aura se ha convertido en un aura siniestra de repente, podría decir que incluso me da más miedo que la de papá.

-Señor, quería ser amable con usted y poder llevar una buena relación con la familia de Said, pero dadas las circunstancias ya no puedo ser gentil. Aun así lo pediré correctamente una vez más – Noto como ejerce más presión en el brazo de papá, tanto, que sus venas comienzan a saltarse – Por favor suéltelo.

Una carcajada sarcástica inunda el lugar, papá esta incrédulo ante su actitud y, para mi sorpresa, me suelta sin rechistar. Bael me jala de inmediato para que quede detrás de él.

La actitud que está tomando mi padre no me da buena espina. Sé que nada bueno puede salir de su repentina obediencia, me pregunto ¿Qué estará tramando?

Hurga en el bolsillo interno de su saco buscando algo con demasiada emoción, lo sé porque la sonrisa sigue sin borrarse de su cara desde que me soltó ¡Esto no es bueno!

Efectivamente mis pensamientos son acerados. Saca con toda tranquilidad muy lentamente un arma de fuego, para después, apuntarla directamente a Bael.

-Ahora sí, quiero ver como sostienes tus amenazas e intentas defender a ese bastardo – Dice agitando el arma mientras lo mira a los ojos – Que asco me da estar parado enfrente de dos maricones.

La ansias por jalar el gatillo emanan por cada poro de su cuerpo, su sonrisa luce macabra y su mirada es chispeante, un auténtico loco.

-Si quieres dispararle a alguien dispárame a mí. Sé que desde hace mucho tiempo has deseado hacerlo pero no encontrabas la manera – Digo poniéndome al costado de Bael – Ya te he dado el motivo perfecto así que ahora solo hazlo, pero por favor no lo metas a él en esto.

El rumbo de la pistola cambia, ahora es a mí a quien apunta, y de cierta manera eso me da un poco de alivio. No me importa si me mata, solo no quiero que lo lastime, podría soportar recibir una bala, pero no verlo herido.

Nuevamente Bael se pone frene a mi interponiéndose entre mi padre y yo, como si de un escudo humano se tratara, pero no puedo permitir que las cosas salgan mal en este momento.

Medito un poco mi siguiente paso y dudo en hacer lo que estoy pensando, pero sé que el podrá perdonarme cuando entienda que todo lo que hago, es por su propio bien.

Como de costumbre, llevo la navaja que suelo utilizar para los asesinatos en el bolsillo. Meto ambas manos en ellos para evitar sospechas, una vez la tengo bien agarrada la desenfundo desde adentro, cortando varias veces mis dedos en el intento. Miro a Bael una última vez y le digo articulando con los labios para que solo él pueda entenderme un “Te amo, lo siento”

Saco la navaja y con todo el dolor de mi corazón la clavo a un costado de su abdomen, tratando de hacerlo lo menos profundo posible para no dañar un órgano, pero lo suficiente para que la sangre sea escandalosa. Después de sacar el cuchillo lo veo desplomarse en el suelo y perder la conciencia en segundos. Estoy asustado, espero no haberlo herido gravemente, solo quiero que esto termine rápido sea cual sea su  final.

Es irónico decirle que lo amo mientras lo acuchillo de la nada, pero probablemente esta sea la última oportunidad que tenga para hacerlo. Aun que muera protegiéndolo, no me arrepiento de nada. Fue gracias a él que supe lo que es el cariño sincero, lo que es ser valiente y saber que no estoy solo, así que ahora que conozco este sentimiento llamado “Amor” Puedo marcharme tranquilo.

-Muy bien Trevor, ¿O prefieres que te llame papá? – Sonrió arrogante – Claro que no, a fin de cuentas nunca me viste de esa manera ¿No es así? – Hago una pausa. Sé que entre más lo provoque hará más fácil el proceso – Entonces, ¿Qué esperas? ¿Una invitación? Jala el maldito gatillo de una puta vez, ¿O es que estas enfadado porque no te di la satisfacción de matarlo a él con tus propias manos? – Señalo el cuerpo de Bael yaciendo en el suelo.

La ira en sus ojos echa llamas, su instinto asesino se siente en el habiente.

-Maldito bastardo ¿Quién te has creído? ¿Crees que no lo haré? Nadie te va a extrañar, a fin de cuentas, hasta la zorra de tu verdadera madre te abandono. Despídete de este mundo hijo de puta.

Lo siguiente en escucharse es un estruendo muy fuerte, no dudó ni un segundo en disparar. Cierro los ojos esperando mi destino el cual llega bastante rápido. La bala se impacta justo en mi pecho, el jodido dolor es insoportable pero con suerte todo terminara pronto.

Al abrir los ojos veo a mamá y a Will llegar corriendo hacia mí, con una multitud de gente rodeándonos curiosos. Ella llora inconsolable y se le ve gritar desesperada, afortunadamente mi audición se ha ido casi por completo y todo se oye como si fuera lejano, de otra manera me partiría el alma escucharla. Mi hermano por otro lado, trata de calmarla, pero sin poder dejar de llorar mientras la abraza con un una mano y acaricia mi cabello con la otra.

El dolor cada vez disminuye un poco más y mi vista se vuelve borrosa. ¿Asi es como se siente la muerte he? Tan pacifico. Mi vista comienza a nublarse, mi cuerpo se vuelve ligero y mi fuerza me abandona, en este punto ya no siento nada.

Creo que es el momento de dejarme ir.

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