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Dentro del templo, las energías de Ámbar se iban agotando y la prueba estaba en que los demonios ya habían podido pasar la arcada principal, las puertas se había roto y todos los de adentro podían ver a todos los de afuera. Gotas de sudor corrían por la frente de la muchacha que hacia todos sus esfuerzos para mantener el campo de energía intacto.

Yo vengo solo por ti preciosa, así que si aceptas ir conmigo dejaré que esos pobladores vivan- la voz hizo que ella levantara la vista para encontrarse con ese ser perfecto que la había deslumbrado minutos antes. Y allí estaba, frente a ella a solamente unos metros, sin acercarse mucho al campo, pero viéndola directamente a los ojos.

los susurros entre los aldeanos no se dejaron esperar, realmente pensaban en entregarla a pesar de todo lo que había hecho ella por ellos todos estos años. Preferían salvar sus vidas a morir en manos de esos monstruos por culpa de una mujer.

¿Acaso están locos? ¿Realmente piensan entregar a mi hermana?- dijo Anahi que había escuchado todo - son unos desagradecidos, mi madre y nosotras hemos hecho muchísimo por esta aldea y así nos pagan, dejándose convencer por un demonio, que ni bien tenga lo que quiere en sus brazos nos asesinara a todos-

Ámbar escuchaba todo sin dejar de rezar el conjuro de protección, si ella sabía que la naturaleza humana era sobrevivir siempre sin importar a quien tuviesen que sacrificar. En estos duros momentos era cuando salía a flote la verdad de las almas, y quien era ella para juzgarlos, si ese demonio prometía que su hermana viviría se entregaría sin pensarlo ¿pero podía creerle? ¿En verdad dejaría que Anahi viviese?

¿dejarás que mi pequeña hermana viva?- dijo levantando su mirada hacia él. Los otros demonios miraban desconcertados la escena, ninguno de ellos se atrevía a hablar con su amo de esa manera y ahí estaba una humana cualquiera desafiando las palabras recién dichas de su Lord.

Te doy mi palabra de que si te entregas, ni mis soldados ni yo les haremos daño a esos humanos que tan ansiadamente proteges- estiro su mano dándole la señal de que la agarrara para sellar el pacto.

Ya no había dudas en la mente de Ámbar, si entregándose aseguraba la vida de su hermana, entonces por qué poner resistencia a eso, al menos tendría una muerte como la que había deseado cada vez que era humillada en el castillo.

No lo hagas hermana por favor, quédate conmigo, madre volverá pronto y nos ayudará, solamente debemos resistir- Anahi había entendido que perdería a su hermana y se había arrojado a llorar mientras la abrazaba por la espalda.

Tranquila mi preciosa princesa, sé que nuestra madre está en camino, pero no llegaré a resistir, lo mejor será que me entregue y así poder salvarte. Jamás me perdonaría si algo malo te llega a ocurrir- le dijo mirándola con una sonrisa, si esa iba a ser la última vez que la viera entonces no sería llorando, sería riendo para que siempre la recuerde así.

De pronto la niña fue arrancada de su hermana y tomada de rehén por Kevin, que se había escondido entre la gente y había escuchado todo.

tú no te irás con él, tú eres mía- estaba frenético, apuntaba al cuello de la pequeña con un puñal.

déjala ya, es solo una niña- decía una señora.

Kevin ¿acaso te has vuelto loco?- dijo otro hombre viendo toda la escena.

Ustedes nos saben el embrujo que esta mujer me hizo, soñarla todas las noches, amarla desesperadamente desde la primera vez que la vi, pero no arrogancia de su madre de que soy poco para ella. Yo debería ser que posea tu cuerpo todas las noches, debiste haber sido mía en cuanto le dije a Ana de casarte conmigo, y ahora para salvar a tu tonta hermana ¿te vas a entregar a él? No voy a permitirlo- dijo echándose para atrás.

Deja ir a mi hermana, Kevin por favor no tenemos tiempo, mis fuerzas están flaqueando, sino que me entrego ahora el campo se debilitará y ellos entrarán, habrá una masacre y tú serás el único responsable, suelta a mi hermana ahora- dijo gritando Ámbar, no solo no podía estabilizar el campo de energía, sino que sentía dentro de ella correr muy rápido su sangre.

El cuervo que había estado viendo todo desde el techo, supo que debía proteger a la niña que lo había ayudado a él. Así que descendió para atacarlo nuevamente, pero esta vez Kevin estaba atento, pues lo había visto desde antes y preveía que iba a hacer lo mismo que el día anterior. Las primeras caídas en picada que el cuervo hizo fueron bien eludidas por el joven. Que se mantenía firme y apoyando cada vez más el cuchillo en el cuello de la niña. Pero cuando el ave volvió a embestirlo, Anahi creyó que era su oportunidad de escapar y así lo hizo. El pájaro aprovecho esto para dañar el otro ojo del joven, que gritaba en agonía por todo el sufrimiento que tenía. Los aldeanos miraban con horror como le sangraba la cuenca donde hasta hacia poco tiempo su ojo estaba depositado.

Anahi llegó corriendo donde estaba Ámbar y se derrumbó en sus brazos, ella miró sus manos y descubrió que de la espalda de la niña brotaba sangre, donde estaba clavado el cuchillo. Al intentar huir, Kevin había llegado a apuñalarla.

Hermana, prométeme que siempre vivirás y que no dejarás que te lleven- decía la pequeña, mientras de su boca brotaba sangre.

No hables tontita, guarda energía para que pueda curarte- las lágrimas brotaban de los ojos de ambas mujeres y todos los que miraban la escena fuesen humanos o demonios sentían la congoja en el corazón.

Te amo hermana, siempre fue mi deseo crecer para ser como vos. Fuerte, hermosa, valiente y bondadosa- la pequeña ya no podía mantener el tono de voz, ni sus ojos abiertos.

No hables por favor, tengo que curarte- el llanto ya era descontrolado en Ámbar, sabía que su hermana se moría.

Te estaré esperando en el jardín de flores, dile a mamá que lo siento, pero que también la amo- dijo antes de cerrar sus ojos. Su último respiro había llegado y con ello la congoja, la tristeza y la ira en el corazón de Ámbar.

A la vista de todos los presentes, el campo de energía cedió por fin, pero ningún demonio avanzo un solo paso, los aldeanos no entendían lo que estaba pasando, pero ellos si lo sabían. Un extraño resplandor empezó a envolver el cuerpo de Ámbar, lo había conseguido, otra vez el dolor superaba todo. Caleb no esperó a ver lo que ocurriría y se fue elevando al cielo para tener una mejor vista. Los demás demonios se quedaron estupefactos, pues nunca habían sentido un poder igual a ese. Era tan tenebroso, que algunos tenían erizados los bellos de los brazos. De pronto el silencio reino todo, como si hubiesen apagado todos los sonidos del ambiente. Solo un grito estalló entre tanto silencio.

Anahi- Ámbar extendió su cabeza hacia atrás al momento de gritar liberando todo su poder. Caleb desde donde estaba pudo visualizar la marca en su frente, pero la luz cegadora lo obligó a retroceder.

Hasta en el bosque las tres mujeres que se encontraban vieron la luz.

No, Ámbar no- dijo Ana, quien a pesar de sus heridas quería caminar hasta la aldea.

Cuando la luz se apagó, ya no había nada, ni casas, ni fuego, ni humanos, ni demonios, todos o casi todos habían sido alcanzados. Y en el centro de lo que alguna vez fue un templo, yacía dormida una mujer de hermosa cabellera rubia.

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