Capítulo V
La vida en la academia estaba llena de desafíos, pero Elías estaba dispuesto a enfrentarlos para mantener su conexión con Hope, incluso si eso significaba lidiar con la fugacidad de su tiempo juntos. Por su parte, Hope se había animado a preguntárselo, lo que le daba temor, si tenía chicas vampiros que estuvieran interesadas en él, no sabría cómo enfrentarlas, ya que ella era una humana ordinaria. No había algo que pudiera ofrecerle a Elías, su tiempo en la tierra era inferior. Además, serían mal vistos socialmente, porque, aunque no se penaba por la ley que un humano común y un vampiro tuvieran una relación, aun así, era mal visto. Sobre todo, para los vampiros, quienes no querían que su ADN fuera modificado a través de las generaciones.
La forma más normal de gestar para los vampiros era usar su propio material genético y una incubadora. Ese hijo tardaba casi quince años en formarse, pero eso les aseguraba que sería igual que ellos.
—No tengo novia, pensé que te lo había dicho —respondió él trayendo a Hope de sus pensamientos—. Pero sí, me gusta alguien.
La confesión de Elías dejó a Hope sorprendida. Ella había querido saber, pero después de escucharlo decir eso temió haberse equivocado.
—¿Sí? ¿Y ella es linda? —preguntó Hope con dolor en su pecho, no quería que él pensara que era una mala amiga.
—Para mí es la más hermosa de todas las chicas que he conocido. Sin embargo, estoy enamorado, supongo que eso no cuenta —respondió él acercándose a Hope.
—Tal vez deberías volver a tu clase, si ella te ve conmigo puede ponerse celosa —respondió Hope de mala gana y Elías no pudo evitar reír—. Si yo estuviera en su lugar me pondría celosa, así que no te burles y regresa a tu ala.
—¿Cómo puedes hacer para ponerte celosa de ti misma? —preguntó él y después de eso se marchó. Dejando a Hope ruborizada.
Él ya no sabía cómo contenerse y aunque una parte de él estaba segura de que Hope sentía lo mismo. Temía que su amor no fuera suficiente, ya que la vida de un vampiro en la Academia Nueva Era, resultaba estar llena de desafíos y restricciones. Elías, como muchos de sus compañeros, tenía que lidiar con una serie de habilidades sobrenaturales y reglas estrictas que regían su existencia.
Mientras caminaba por los pasillos de la academia, Elías podía sentir las mentes de los humanos que lo rodeaban. La telepatía era una habilidad que todos los vampiros tenían, pero la mayoría la usaba con responsabilidad. Escuchar los pensamientos de otros era tentador, pero respetar la privacidad era una regla no escrita.
Elías también era consciente de su poder de persuasión. Con una simple palabra o un toque, podía influir en las decisiones de las personas comunes o sin poderes. Sin embargo, también sabía que utilizar este don de manera irresponsable podía tener consecuencias graves. Ya lo había explicado su profesor, al hacerlo ellos jugaban con la mente de otros, lo que ponía en riesgo a esa persona.
Los sentidos de Elías estaban alterados. Sus oídos capturaban incluso el susurro más suave, su olfato era agudo y, cuando la sed de sangre se despertaba, podía olerla a kilómetros de distancia. A pesar de las tentaciones, vivir en la academia también significaba respetar las normas, y una de las más importantes era no morder a los humanos.
Las reglas eran claras: no asesinar a los humanos, no esclavizarlos y, sobre todo, no convertirlos en vampiros. Esto último era sagrado en la academia. Los humanos vivían sus vidas, y los vampiros no tenían derecho a cambiar eso sin su consentimiento. Mientras Elías reflexionaba sobre las reglas y las habilidades que compartía con sus compañeros y como esto afectaba su relación con Hope, fue sorprendido por Bill.
—Aun no entiendo que les ven a los humanos —espetó Bill al caminar junto a él.
Elías sabía que la vida de un vampiro tenía un equilibrio delicado. Aunque poseían dones extraordinarios, también tenían la responsabilidad de vivir de manera ética y respetuosa con los humanos. Parecía que Bill jamás comprendería, y era probable que cuando saliera de la academia su primer paso fuera unirse a las sombras. Algo perturbador y doloroso.
La longevidad de un vampiro, llegaba a casi dos mil años de manera natural. Esto les permitía acumular conocimiento y sabiduría a lo largo de los siglos. Sin embargo, también traía una sensación de aislamiento, ya que veían pasar generaciones de humanos mientras ellos permanecían inmutables. Esa podría ser una de las razones por la que Bill los veía tan insignificantes. Como una hormiga para un hormiguero.
A pesar de las restricciones, Elías seguía siendo atraído por la conexión que había encontrado al estar con Hope, una humana en la que veía algo especial. Sabía que debía ser cauteloso y respetar las reglas de la academia para que ninguno de los dos fuera perjudicado. Pero su relación con Hope desafiaba la norma, si ella sentía lo mismo que él, tendrían que luchar por estar juntos y ser aceptados. Por momentos Elías se preguntaba si había hecho lo correcto al decirle a Hope lo que sentía por ella, ya que ambos podrían ser criticados y hostigados por estar juntos.
—¿No verás a Hope esta noche? —preguntó Thomas al ver a su compañero en el comedor de la academia.
—No, ella debe descansar unos días —explicó brevemente Elías.
—¿Descansar? —preguntó Thomas confundido hasta que entró en la mente de su amigo y supo lo que ocurría y se avergonzó un poco—. ¿Cuántos descansos se ha tomado Hope desde que se conocen?
—Cada veintiocho días, tres días —respondió Elías mirando la foto que le había tomado con su móvil a Hope, una vez que ella se quedó dormida frente a él mientras miraban unas películas en la biblioteca.
—¿Tú entiendes lo que eso quiere decir? —preguntó Thomas a su amigo, quien lo miró sin comprender—. Hope está en edad de poder ser madre.
—¿Madre? —preguntó Elías sin darse cuenta y luego lo entendió también—. Tonto, Hope y yo no hacemos esas cosas aún.
—Solo te decía para que te cuidaras en caso de… —Trató de decir Thomas.
—Lo sé, pero no. Ella ni siquiera es mi novia —respondió apresuradamente Elías.
—¿Lo dices en serio? ¿Desde cuándo que sea tu novia es un requisito para tener esa clase de intimidad? —preguntó Thomas—. Sabes que muchos de los nuestros se la pasan haciéndolo con las chicas y chicos humanos a escondidas de todos.
—Suficiente —indicó Elías y se marchó. No quería escuchar esas tonterías. Él respetaría a Hope en todo momento, y no dejaría que sus deseos se interpusieran entre ellos. Elías sabía lo difícil que era contenerse, ya que había días en los que el aroma de Hope cambiaba y solo estar cerca de ella hacía que su corazón latiera con más fuerza. Esto era normal para los humanos comunes, pero para los vampiros enamorados, al igual que para «los cambia formas», era extremadamente doloroso si no iniciaban el coito con su pareja, pero él no sería así.
Autora: Osaku
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Updated 65 Episodes
Comments
Cinzia Cantú
Hay aspectos de los vampiros que comienzo a saber ahora. Pobre Elías !!
2024-04-13
3
Elizabeth Mendez Leon
enamorada de tu nivela
2023-11-28
2
Marita Peña
AUTORA YA PODEMOS DECIR QUE PERTENECEMOS A LA ACADEMIA NUEVA ERA
2023-11-03
2