Capítulo IV
La vida en la Academia Nueva Era seguía su curso implacable. Cada día, Elías asistía a sus clases nocturnas, donde los vampiros adolescentes aprendían a controlar sus habilidades sobrenaturales y a comprender su historia única.
—Deben saber que usar su poder de persuasión está prohibido debido a las características que cada humano tiene, pueden dañar sus mentes si no lo saben hacer—explicó uno de los profesores.
—¿Y eso qué? A algunos humanos les haría bien —respondió uno de los compañeros de Elías.
—Bill, sabes que si continúas hablando de ese modo deberé mandarte a dirección —le advirtió el profesor.
—¿Por qué no habla de lo que los humanos nos han hecho? Beber sangre sintética es solo una manera de controlarnos. Saben que de ese modo nuestros poderes son inferiores —espetó el muchacho.
—Bill, a dirección —indicó el profesor y este se puso de pie.
—Todo sería más fácil si nos dejaran ser nosotros mismos —susurró el muchacho por lo bajo.
—No sé qué le pasa a Bill —comentó Thomas, cuando él y Elías regresaban al dormitorio.
Elías compartía una habitación con su amigo cercano, un vampiro con cabello rubio y ojos grises. Ambos se habían conocido en su primer año en la academia y habían desarrollado un vínculo sólido a lo largo de los años.
—Puede tener que ver con que sus padres quisieron unirse a una organización ilícita y terminaron en prisión —indicó Elías, mientras se acostaba en su cama.
—¿Qué pasa por la cabeza de las personas para querer hacer eso? —preguntó Thomas molesto.
—Quieren poder, mostrarse superiores a los demás —espetó Elías.
—¿Tú lo harías? —le preguntó Thomas y Elías lo quedó viendo.
—Supongo que no, me molesta que los humanos nos rechacen, pero también me molesta quienes se creen con el derecho de lastimar a otros —respondió Elías con sueño, casi no bebía sangre sintética, por lo que siempre sus poderes estaban disminuidos. Dándole poca fuerza, y resistencia, sin embargo, si quería ver a Hope debía consumir su ración ese día.
Una tarde, después de las clases, Elías se encontró en su dormitorio con Thomas, quien estaba ocupado con un libro sobre la historia de los vampiros. El cuarto estaba iluminado por luces tenues para evitar la exposición excesiva a la luz solar. Thomas levantó la vista del libro cuando Elías entró.
—¿Cómo estuvo tu día, amigo? —preguntó Thomas al ver que Elías parecía preocupado por algo.
Este se dejó caer en una silla, suspirando.
—Como siempre, Thomas. Diferente del tuyo, imagino —respondió Elías de manera ambigua.
Thomas asintió.
—Te comprendo, es extraño saber que estamos en el mismo lugar, pero viviendo en realidades tan distintas. Para nosotros, los humanos pasan rápidamente. Pero para ellos, nuestro tiempo aquí es casi invisible —indicó Thomas al notar que Elías llevaba de nuevo consigo el olor de Hope. Aunque no le decía nada, sabía que su amigo estaba haciendo las cosas mal por meterse con una humana. No había futuro para ellos, ya que cuando Hope muriera, el corazón de Elías lo haría con ella y terminaría suicidándose. Así había ocurrido con muchos de los vampiros que Thomas había conocido en la academia.
La conversación entre amigos continuó mientras compartían sus experiencias del día. Thomas le contó sobre una conferencia a la que había asistido, donde se había debatido la historia de los vampiros y su papel en la sociedad actual. Elías escuchó con atención, reflexionando sobre su propia existencia y la de su familia.
—¿Alguna vez te has preguntado cómo sería si pudiéramos ser parte del mundo humano de manera permanente? —preguntó Thomas.
Elías consideró la pregunta por un momento.
—A veces me pregunto si eso sería mejor, pero también sé que nuestra naturaleza es diferente. Siempre seremos vampiros, y eso conlleva sus propios desafíos —respondió Elías, sabiendo que fuera de la academia no sería tan fácil. La tentación de elegir el camino equivocado resultaría más fuerte, y corría el riesgo de que se convirtiera en una sombra, vampiros que no respetaban las normas y asesinaban humanos. Aunque era una organización pequeña, personas como Bill las preferían. Sin embargo, aunque debía permanecer lejos de Hope, la protegería de “las sombras”.
Más tarde, esa noche, Elías se sumergió en sus pensamientos mientras observaba el reflejo de la luna en la ventana. La vida en la academia era única, pero también conllevaba un sentimiento de aislamiento. A pesar de la comunidad de vampiros, a veces se sentía solo, sobre todo después de haber conocido a Hope. Mientras la noche avanzaba y la academia estaba sumida en el silencio, Elías anhelaba el próximo encuentro con la joven humana. Cada vez que la veía, sentía que algo especial se encendía en su interior, algo que trascendía las limitaciones de su mundo.
—Hope, hola —saludó Elías al verla.
—Hola, ¿cómo has estado? —preguntó ella avergonzada, ya que se había puesto un vestido muy bello esperando que a Elías le agradara. Cada vez que pensaba en él quería lucir lo más linda posible, lo que la ponía un poco ansiosa.
—Bien —dijo él y al darse cuenta de lo bella que ella lucia tragó saliva—. ¿Por qué te vestiste así?
—¿No te gusta? —preguntó ella preocupada, ya que él se había puesto serio.
—¿No hace algo de frío para ti? —preguntó Elías, sacándose el abrigo y pasándoselo. Él estaba vestido con el uniforme rojo de la academia.
—Hoy es nuestro día libre, pensé que te gustaría verme distinta. Si no es así, no te preocupes, no volveré a hacerlo —indicó ella con tristeza.
—¿Lo hiciste por mí? —Elías estaba muy sorprendido.
Él temía que Hope estuviera saliendo con un chico, ya que no le había preguntado sobre eso hasta el momento. Solo le había dicho lo especial que ella era para él, por lo que sin darse cuenta se había puesto muy celoso de él mismo.
—No por ti, pero me gustaría saber tu opinión —le mintió ella avergonzada. Sí, lo había hecho por él, pero no quería que lo tomara a mal.
—Te ves hermosa. Estoy feliz de que te importe mi opinión —susurró él, aunque en el silencio ella logró escucharlo y se sintió avergonzada, pero satisfecha.
—¿Te gusta alguien? —le preguntó Hope a Elías—. Eres muy agradable por lo que supongo que tu popularidad en la academia, debe ser mucha.
Le soltó sin filtros.
Autora: Osaku
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 65 Episodes
Comments
Cinzia Cantú
Hay amor y celos mutuos...... en otras palabras ...... no. hay vuelta atrás
2024-04-13
3
Ala Mendoza 🖤
Mi querido Elías, me temo que has sido afectado por un virus llamado amor, pero tu tranquilo que ka cura ha tú mal es la misma persona que lo provocó 😘♥️
2023-11-03
6
Marita Peña
AMBOS ESTAN ENAMORADO
2023-11-02
4