XVII . Amantes de la luna

Capítulo XVII

Una semana después de su mágico paseo nocturno, Hope notó un cambio en la actitud de Elías. Parecía distante y evitaba sus miradas, y una sensación de inquietud se apoderó de ella. No entendía lo que estaba sucediendo, y la angustia la abrumaba.

Finalmente, decidió enfrentar a Elías y buscar respuestas. Lo encontró solo en uno de los rincones tranquilos de la academia.

—Elías, ¿qué está pasando? Has estado distante y evitando estar conmigo. ¿He hecho algo mal? — le preguntó con voz temblorosa.

Elías miró a Hope con tristeza en sus ojos y suspiró.

—No, Hope, no has hecho nada mal. Es solo que... Hay algo que debo hacer, algo que debo enfrentar solo. No puedo explicártelo en este momento, pero necesito tiempo y espacio. —Las palabras de Elías atormentaron a Hope.

¿A caso él sabía sobre ella?

¿Había descubierto que no era más que un monstruo y usaba una excusa para alejarse?

—Por favor, Elías, no te vayas sin explicación. No entiendo lo que está pasando, y me duele —indicó ella casi llorando. Elías la tomó en sus brazos con ternura y la besó con cariño.

—Espero que algún día puedas entender, Hope, nada de lo que ocurra podrá alejarnos. Tu y yo somos solo uno y siempre será así —indicó él calmando un poco a su novia—. Prometo que ni bien resuelva esto regresaremos.

Con un último abrazo, Elías se alejó, dejando a Hope con el corazón roto y muchas preguntas sin respuestas. La partida de Elías la dejó con una sensación de pérdida y soledad que tendría que enfrentar en su ausencia.

¿Cuál sería la razón por la que se alejaría de ella?

***

El mundo de Hope estaba lleno de secretos y sorpresas desde que Elías la dejó, tras haberla besado la noche de la fiesta. A medida que intentaba encontrar consuelo en su vida cotidiana en la academia Nueva Era, una revelación inesperada la dejó boquiabierta.

Su amiga Emily, a quien conocía desde que llegó a la academia, había estado ocultando un secreto. Una noche, mientras hablaban en la habitación de Emily, Hope notó que había un ambiente extraño en el aire. Emily parecía más inquieta de lo habitual, por lo que Hope finalmente no pudo contener su curiosidad.

—Emily, ¿qué te sucede? —comentó Hope dejando su móvil sobre la cama. Ya había revisado y Elías no le había escrito.

Emily bajó la mirada, aparentemente nerviosa por revelar su secreto.

—Hope, hay algo que no te conté y siento que debo decírtelo. Algo que nunca le he dicho a nadie dentro de la academia pero que muchos ya notaron —trató de decir Emily.

Hope notó el malestar de su amiga y siendo que ella la había estado apoyando desde que Elías se alejó, trató de ser buena amiga y hacer lo mismo por ella.

—No tengas miedo de hablar conmigo —le indicó Hope.

—Pues en mi familia todos tenemos el gen recesivo —explicó Emily y Hope se quedó viéndola—. Los vampiros adaptaron sus cuerpos a un gen dominante pero las personas como yo tenemos solo el recesivo.

—Eres una cambia formas? —preguntó Hope sorprendida.

Hope se quedó boquiabierta, incapaz de procesar lo que Emily acababa de confesar. Las mutaciones después del virus, había creado no solo personas como los llamados vampiros, sino que había otras con fuerza extrema, capaces de que su cuerpo crezca como el de un animal más grande que ellos; con garra, pelos y demás instintos animales. Los cambia formas eran seres humanos capaces de convertirse en animales, criaturas de mayor tamaño similares a algunos animales como los lobos, a muchos se los mal llamaba «hombres lobos».

—¿En serio? —preguntó Hope confundida.

Emily asintió con tristeza.

—Sí, Hope. Nací con esta condición, como muchos otros en la academia, pero lo he estado ocultándolo por miedo a que me juzgues o me rechaces —indicó Emily preocupada.

La revelación de Emily dejó a Hope con una mezcla de sorpresa y comprensión. A pesar de la inusual revelación, Hope no la juzgó y abrazó a su amiga con cariño. Ella tenía un secreto que era peor, por lo que no podía culparla.

—Emily, no importa lo que seas. Eres mi amiga y siempre lo serás —le aseguró Hope, insegura de que Emily la quisiera cuando supiera quien era ella.

Hope estaba decidida a apoyar a su amiga, sin importar su condición. La aceptación de esta le brindó un alivio inmenso a Emily, quien había vivido con el temor de ser juzgada y rechazada durante mucho tiempo, casi poniéndose a llorar.

Después de la conversación con Emily, Hope no pudo evitar pensar en su propia condición. Aunque Elías le había revelado que era un vampiro y ella había aceptado su naturaleza, la pregunta seguía rondando en su mente: "¿Qué soy yo?"

Al recordar el oscuro laboratorio donde fue rescatada y todas las pruebas a las que fue sometida, Hope comenzó a cuestionar su propia identidad. ¿Era simplemente una humana común, o había algo más en ella que aún no había descubierto? La falta de respuestas y la sensación de estar rodeada de secretos la atormentaban.

Además, la ausencia de Elías la había dejado sintiéndose sola y vulnerable. A pesar de su resolución de apoyar a Emily, la negativa de Elías a seguir viéndola la había afectado profundamente. Su amor por él seguía siendo inquebrantable, y la incertidumbre de no saber cuándo querría verla la atormentaba.

—Eres la mejor amiga del mundo —dijo Emily y le prometió que la llevaría de compras al día siguiente para que hablaran más sobre su vida fuera de la academia.

Mientras Hope y Emily compartían sus secretos. Elías continuaba su búsqueda implacable de la vampira que lo había transformado. Finalmente, logró rastrearla hasta un lugar oscuro y aislado de la isla. Cuando la encontró, la vampira lo miró con una sonrisa seductora.

—Elías, ¿realmente crees que puedes resistirte a mí? Soy como tu madre, yo te hice lo que eres. Vuelve conmigo —le pidió ella. Esa había sido la razón por la que Elías se había alejado de Hope. Esta mujer lo había estado buscando durante toda su vida de vampiro y en ese momento lo había encontrado y amenazado con asesinar a Hope sino hacia lo que quería.

Elías, con una mirada de determinación, se negó rotundamente.

—Nunca volveré contigo. Me has causado demasiado dolor, y no me rendiré ante tus tentaciones —le aseguró él, la única mujer que amaría y a la que cuidaría de manera incondicional seria Hope.

Autora: Osaku

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