XVI . Noche mágica

Capítulo XVI

Hope se sintió incómoda con la situación, ya que había ido con Elías y no quería que eso le trajera problemas. Pero no podía rechazar a Bill, si no otros se acercarían a ella y sería peor. Mientras comenzaban a bailar, Bill intentó usar su persuasión, una habilidad común entre los vampiros, para acercarse más a Hope y tal vez incluso morderla. Muchos eran amables con los humanos ordinarios para después morderlos y beber su sangre. Como los alumnos se sentían avergonzados por lo ocurrido y no sabían quién los había mordido, solían no hacer la denuncia.

Sin embargo, para su sorpresa, su poder de persuasión no pareció afectar a Hope. Ella resistió su influencia y, en cambio, mantuvo su distancia. Bill se dio cuenta de que Hope era especial de alguna manera. Comprendió que no podría llevar a cabo sus intenciones y se retiró de la pista, tras terminar la canción.

Después del misterioso encuentro con Bill en la fiesta de máscaras, Hope se sintió aliviada cuando Elías regresó. Sin embargo, una sensación de inquietud todavía se aferraba a ella.

Mientras su novio le ofrecía volver a la pista a bailar y ella accedía, Hope miró a los ojos de Elías y sintió la necesidad de hablar con él sobre lo que había ocurrido.

—Elías, hubo algo extraño cuando estuviste ausente. Bill, tu compañero, me invitó a bailar y trató de usar su persuasión en mí, pero no funcionó —indicó ella, ya que no había otra explicación en el uso de las palabras que había usado Bill durante el baile.

Elías frunció el ceño, preocupado por lo que había escuchado.

—¿Bill intentó usar sus poderes? —Elías estaba sorprendido, no porque Bill no pudiera ser esa clase de persona, sino porque se atreviera a molestar a Hope.

Ella asintió, preocupada por el gesto que su novio había puesto.

—Sí, fue extraño, pero no pasó nada, y me mantuve firme, como prometimos —le aseguró Hope.

Elías le dio las gracias por soportar al pesado de Bill, con gratitud en sus ojos.

—Hope, no esperé que Bill haría algo así. Lo enfrentaré y aclararé esta situación. Tu seguridad es mi prioridad —le aseguró Elías, para luego cambiar de tema.

Llevó a Hope fuera del baile, en un rincón tranquilo, lejos de las miradas curiosas de los invitados. La música se oía suave y el ambiente romántico de la fiesta rodeaba los jardines cercanos, creando un escenario perfecto para un momento especial.

Elías miró a Hope con ternura en sus ojos y acercó su rostro al suyo. Sus miradas se encontraron en un profundo silencio que expresaba su amor y complicidad. Cada segundo que pasaba parecía un latido de sus corazones, y la anticipación llenó el aire.

Con un suspiro suave, Elías inclinó su cabeza y, con delicadeza, rozó los labios de Hope. Fue un beso suave y lento, lleno de cariño y respeto. Sus labios se unieron en un abrazo cálido y apasionado que los hizo sentirse especiales y únicos en ese momento. Todo lo que había deseado ser para Hope lo estaba mostrando en ese instante. Hope cerró los ojos y se dejó llevar por la dulzura del beso. Elías la sostenía con ternura, como si el mundo entero desapareciera y solo existieran ellos, al fin podía acceder a la chica que amaba con locura.

Cuando finalmente se separaron, sus ojos se encontraron de nuevo, y una sonrisa iluminó sus rostros. Era un beso que los hacía sentir más unidos que nunca, un símbolo de que su amor profundo y sincero seguía intacto.

—¿Fue un buen primer beso? —preguntó él entusiasmado.

—Fue mejor que en mis sueños —reveló ella muy feliz, ya que el chico que alegraba sus días estaba ahí junto a ella.

Después de ese maravilloso momento, Hope y Elías decidieron dar un paseo juntos por los terrenos de la academia. La noche estaba clara y estrellada, creando un ambiente mágico.

Elías tomó la mano de Hope con suavidad, entrelazando sus dedos. Caminaron en silencio por un sendero iluminado por la luz de la luna, disfrutando de la tranquilidad de la noche. El susurro de las hojas en el viento y el crujir de las ramas bajo sus pies eran la única música que necesitaban.

A medida que caminaban, Hope miró a Elías y le sonrió.

—Esta noche ha sido la más especial de toda mi vida, Elías. Nunca olvidaré nuestro primer beso —le aseguró ella.

Elías la miró con cariño y acercó su rostro al de ella.

—Ni yo, Hope. Tú eres mi luz en la oscuridad, y no puedo evitar enamorarme más de ti cada día que pasa —le aseguró Elías y se acercó de nuevo a ella.

El beso que compartieron en ese momento fue más apasionado que el primero, pero seguía siendo tierno y lleno de amor. Se abrazaron con fuerza, sintiendo la cercanía del otro.

—Mi vida transcurre con una lentitud típica de los de mi especie, pero contigo, deseo terminar ya de estudiar para poder irnos de aquí —indicó Elías, seguro de que Hope era la chica que sería su mundo.

—También estoy ansiosa —confesó ella deseando besar de nuevo a Elías.

—Bendito el día que decidiste aparecer en esa biblioteca —bromeó él y Hope se detuvo un momento a recordar lo ocurrido.

¿Por qué había ido ahí?

¿Qué había pasado antes de eso?

¿Por qué no recordaba el resto de su año en la academia?

La realidad era que Hope se había dado cuenta de algo que cambiaría su futuro por completo, pero aún no estaba lista para contarlo. Por lo que finalmente, decidió regresar a los dormitorios. La noche había sido mágica, y no quería que lo que le ocurría ensuciara el recuerdo de su primer beso. Ya tendría tiempo de comprender que era lo que le estaba pasando. Por lo menos era lo que hope se repetía en silencio.

—No puedo avanzar más —dijo Elías al notar que el sol estaba por salir.

—Está bien, gracias por acompañarme hasta aquí —le aseguró Hope, aunque por dentro estaba atravesando un proceso incómodo, terminaría la noche como si eso no existiera.

Autora: Osaku

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