Capítulo diecisiete.

Bella

—¿Me está seduciendo? —le pregunto a Aníbal, con quien milagrosamente me encontré durante mi entrenamiento, lo bueno es que él ya había terminado, así que ahora solo lo retengo mientras yo hago mis rutinas y él me escucha.

—Bella, ¿por qué Olivia Davies te seduciría a ti? —mi ceño se frunce y no respondo, porque me estoy agotando más rápido—. Piénsalo, Olivia puede tener a cualquier mujer que quiera, incluso hombre, aunque no le atraigan. El chiste es que, de todas las personas, ¿por qué te seduciría a ti? Incluso si te gustan las mujeres, casi nadie lo sabe. Solo has salido con hombres hasta ahora y tienes tanto cuidado con tu privacidad que dudo que alguien sospechará siquiera lo que te gusta.

—Bueno, hemos pasado tiempo juntas —jadeo—. Y tal vez dije cosas que no debía haber dicho en su momento —detengo la caminadora y jadeo en busca de aire, siento que mis pulmones van a explotar y mis piernas arden.

—¿Entonces? Ella puede estar intentando seducirte, ¿está funcionando? —de no ser porque detuve la caminadora, me habría tropezado y caído y probablemente muerto—. Por tu reacción, creo que sí. ¿No me digas que te gusta Olivia? —pregunta con los dientes apretados. Ambos miramos a todos lados, no hay muchas personas, ya que es un lugar privado, no cualquiera puede venir y los que pueden no creo que estén interesados en mi vida personal.

—¿Gustarme Olivia?

—Debes tener cuidado, a Olivia no le gustan las formalidades. Mucho menos las románticas empedernidas como tú.

—¡Oye! —se encoge de hombros y quiero hacer un puchero, pero no me sale, porque sigo cansada—. ¿Por qué todo mundo parece conocer a Olivia?

—Porque así es ella. Olivia jamás se oculta, siempre da la cara de lo que sea. Es una persona de temer, no solo por lo inteligente que es y el dinero que tiene, también porque alguien segura y sin miedos, no podría ser fácil de abordar.

>> Bella, puedes jugar un rato junto con Olivia, pero no debes involucrar sentimientos.

—Jamás he tenido un romance con una mujer —murmuro—. Esto es nuevo para mí.

—Solo no te enamores —me pide—. Debo irme, tengo una sesión de fotos en dos horas, si no estoy una hora y media antes, mi representante me asesinará. Bella, cualquier cosa, puedes hablarlo conmigo, estoy aquí para ti —me guiña un ojo y se marcha. Bajo de la caminadora y lo veo marcharse.

Sé que Olivia me interesa tanto como yo puedo interesarle, pero en eso tiene razón Hannibal, si mi interés es más grande que el de Olivia hacia mí, es muy probable que me mande a volar incluso si no hemos intentado nada. Debo estar loca.

-

—Buenas noches, mi nombre es Colette, estaré a cargo de sus bebidas, ¿tiene una bebida en mente para que le prepare? —me siento tan extraña en este ambiente, usualmente me emborracho en casa, no me gusta beber en lugares públicos porque no sé qué puedo llegar a hacer.

—Solo bebidas sin alcohol para ella, para mí, lo mismo de siempre —Olivia llega y responde por mí, la barista mira a Olivia y le sonríe.

—¡Olivia! Qué bueno es verte, creí que no volverías hasta que... —no termine de hablar, porque Olivia le da un pequeño golpe.

—Siempre hablas de más, Colette. Vete —la chica se ríe y se marcha.

—Eres conocida aquí, ¿eh? —murmuro. Olivia se sienta frente a mí y se cruza de piernas, no puedo mirarla, menos cuando ya sé a lo que vine, sé que no me invitó para charlar como buenas amigas, tampoco para conocernos, estoy más que segura que me dijo que viniera para otra cosa y estoy todavía más segura de que ella sabe que estoy dispuesta porque he venido a pesar de saber sus intenciones y voy a quemarme el cerebro a este paso.

—¿Por qué estás nerviosa?

—¿Qué? ¿Yo? ¿Por qué? —me tenso y Olivia arquea sus cejas, resoplo y asiento—. Es normal que este nerviosa, es la primera vez que hago esto.

—¿Salir a tomar con alguien? ¿O salir a tomar conmigo? —me sonrojo, porque sé que se está burlando de mí.

—Te estás burlando de mí.

—Lo sé, es divertido —quiero quejarme, pero me sorprende la rapidez en que atienden en este lugar, ya que vuelve Colette con las bebidas, a mí me trajo una soda.

—Lamento mucho lo inoportuna que puedo ser, pero me acabo de dar cuenta de que eres Bella Derrickson, no puede ser —mis ojos se agrandan y la chica me sonríe—. Se supone que no debo hacer esto, pero ¿podrías darme un autógrafo? Mis hermanos son muy fans tuyos, incluso mis padres, creo que se han visto todas las películas y series donde apareces. A mí me encanto tu papel en la serie de hechos reales, sobre esa Emperatriz y...

—Colette —la riñe Olivia, la chica se ríe y se encoge de hombros.

—Perdón, es que ame tu papel como esa...

—Colette —ahora la riñe otra mujer que aparece de repente—. Lamento las molestias, es solo que esta chica no sabe cuándo callarse —me imagino que es su jefa, ya que se toma la molestia de alejarla de nosotras.

—Vaya, sin duda fue un gran papel aquella vez, pero con el tiempo la gente lo olvido, que hasta yo misma lo hice —susurro.

—¿Te refieres a la serie de la Nueva Emperatriz? —me tenso y parpadeo, sorprendida.

—¿La conoces?

—Fue muy popular, Ruth Murphy participó, hubo una gran inversión en esa serie, por lo que fue bastante promocionada y conocida, tuvo un éxito mundial —dice, distraída—. Y aunque la historia giro alrededor de Ruth, tu actuación no se quedó atrás.

—Solo era una concubina malvada.

—No seas modesta —mira a otro lado y por alguna razón tomo el impulso de levantarme e inclinarme por encima de la mesita para llegar a ella, la sujeto del cuello de su ropa y gira su cabeza sorprendida, antes de que lo piense dos veces, la beso.

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